UD 5- CIUDAD, BURGUESÍA Y CATEDRALES.

CIUDAD, BURGUESÍA Y CATEDRALES. 

INTRODUCCIÓN
 
Entre los siglos XI, XII y XIII, la Europa cristiana vivirá una época de prosperidad, conocida como Baja Edad Media o Plena Edad Media. 

Durante este periodo, se producirán importantes cambios políticos como será el afianzamiento del poder real y la aparición de los parlamentos; cambios sociales, como el desarrollo de la burguesía; cambios económicos, como serán la aparición de un nuevo modelo económico; y cambios culturales, como el desarrollo del arte gótico. La suma de todos estos cambios produciran un importantísimo desarrollo de las ciudades.

1. CAMBIOS POLÍTCOS EN LA BAJA EDAD MEDIA

Los reyes fortalecieron su poder frente a los señores feudales con el apoyo de las ciudades. A cambio de su apoyo, las ciudades lograron distintos privilegios, como el autogobierno y la presencia en la Curia Regia o Consejo Real. 

Al incorporarse los representantes urbanos a las reuniones de la Curia Regia, surgirán los parlamentos: asambleas de representantes de la nobleza, del clero y de algunas ciudades, que se reunían, convocadas por el rey, para aprobar el cobro de nuevos impuestos y en las que cada estamento exponía previamente al rey sus peticiones. Los parlamentos recibieron distintos nombres: Parlamento (en Inglaterra), Estados Generales (en Francia), Dieta (en el Sacro Imperio Romano Germánico), y Cortes (en los reinos cristianos de la península ibérica). Con el nacimiento de las Cortes, la función de aconsejar al rey pasó a los Consejos.

Todos estos cambios sólo fueron posibles gracias a una sustancial mejora de la actividad económica y el renacer de las ciudades en la Europa occidental. 

2. ECONOMÍA Y RENACER URBANO. 

A partir del siglo XI, la economía medieval comenzó una lenta mejoría gracias a algunas circunstancias:

a.- Disminuyeron los conflictos bélicos. Las grandes invasiones, tras la caída del Imperio romano, llegaron a su fin y hubo una reducción en los enfrentamientos entre los distintos señores feudales.

b.- Mejoras en las técnicas agrícolas. Se comienza a utilizar el arado de reja y vertedera (tipo normando) que airea mejor la tierra y es más eficaz. Se comienzan a abonar los campos con estiércol animal y se extiende la rotación trienal, que sólo deja en barbecho un tercio de la tierra (frente a la mitad que dejaba la rotación bienal). Se comienza a cultivar cada vez más leguminosas frente a los cereales, lo que supone un consumo mayor de proteinas por parte de la población.

Miniatuara con representación de arado normando o de reja y vertedera.

c.- Aumento de la población debido a  la mejora en la producción agrícola. Al aumentar los alimentos, la población obtiene una cierta mejoría en la calidad de vida, que trajo consigo menos enfermedades y mortandad y más mano de obra. La población europea pasó de 45 millones en el siglo XII a 75 millones en el siglo XIV.

d.- Desarrollo de las artesanías, manufacturas y otro tipo de oficios. Al haber más población hay una mayor demanda, de manera que surgirán talleres, artesanos y oficios especializados. Los artesanos se organizaran en gremios para defenderse, ayudarse entre sí, controlar los precios y la calidad de los productos.

e.- Crecimiento de las ciudades. Se fundaron ciudades aprovechando el emplazamiento de castillos y monasterios, los cruces de caminos, la cercanía de ríos o de rutas comerciales más transitadas. Muchos campesinos emigraron a las ciudades esperando dejar de ser siervos y convertirse en personas libres, o en busca de un trabajo con mejores expectativas. A pesar de que cada ciudad medieval tenía sus características propias, la mayoría compartía ciertos elementos. Las ciudades más prósperas eran amuralladas, lo que garantizaba mayor seguridad. Las casas se agrupaban unas contra otras y generalmente eran más de un piso, para poder destinar la planta baja a un taller o una tienda; sus calles se ordenaban de forma irregular y eran estrechas e insalubres.


f.- Renacimiento del comercio. El incremento del consumo, los periodos cada vez más largos sin conflictos bélicos y una mayor seguridad, el aumento de la población y el florecimiento de las manufacturas hicieron que se incrementara la actividad comercial. Se abrirán nuevas rutas comerciales por el Mediterráneo y el Bálticos, dónde surgirán dos grandes asociaciones de comerciantes, la liga de comerciantes de las ciudades italianas y la Liga Hanseática. Gracias a este incremento de la actividad comercial, se crearán nuevos instrumentos financieros, como el crédito y las letras de cambio, que significaron el nacimiento de la banca.

Cambista o banquero medieval y esposa.

Así, desde el siglo XI, todos estos factores favorecerán el desarrollo urbano, el crecimiento de las ciudades y de un nuevo grupo social: la burguesía. Aunque perteneciente al grupo no privilegiado (pagan impuestos) consiguieron que se les concedieran ciertos derechos y autonomía en el gobierno de sus ciudades, reflejados en los fueros y privilegios que el rey o el señor del territorio en que se encontraba la ciudad concedían a sus pobladores. También se les permitirá permiso para celebrar ferias y mercados, lo que atraerá un gran número de compradores y vendedores de lugares lejanos y con ellos comenzará a fluir el dinero.

La participación de representantes de las ciudades en la asamblea de nobles y eclesiásticos que asesoraba a los reyes dio origen a las Cortes medievales, que se convertirán con el tiempo en la representación del conjunto de los súbditos ante el monarca.

Las viejas ciudades volverán a revitalizarse y el surgimientos de otras nuevas, llamadas burgos, serán el origen de una nueva clase social: los burgueses.  Europa occidental, poco a poco, comienza a hacerse menos rural y más urbana. 

2. EL FINAL DE LA EDAD MEDIA. 

El final de la Edad Media se producirá como consecuencia de una profunda crisis sufrida entre los siglos XIV y XV, que acabará con el sistema político, social y económico feudal y dará comienzo a un  nuevo periodo: la Edad Moderna.

La crisis se producirá en distintos ámbitos:

A.- Crisis demográfica. Se explican en gran medida por las malas condiciones climáticas del siglo XIII (se vivió una pequeña “edad del hielo”), que trajo consigo malas cosechas, peor alimentación, que sumado a la falta de higiene, creó un caldo de cultivo para la propagación de enfermedades como la Peste Negra, que provocó una gran mortandad en la población. Se calcula que el hambre y la peste terminaron con una tercera parte de la población europea.

La Peste Negra asoló Europa mermando su población.El triunfo de la muerte de Pieter Bruegel.
B.- Crisis política y económica. Las guerras entre los señores feudales volvieron a revitalizarse debido a las luchas entre la nobleza feudal y los monarcas, que querían recuperar la autoridad perdida. Esta situación bélica producirá que se arrasen los campos de cultivo, se saqueen los núcleos de población y se cierren las rutas comerciales. El conflicto más importante de esta época fue la Guerra de los Cien Años (1337-1453) entre Francia e Inglaterra. Desde principios del siglo XV se sucederán un buen número de episodios de sequías e inundaciones que producirán malas cosechas. El agotamiento de los campos y el abandono de las tierras cultivadas producirán un descenso notable de la producción de alimentos.

C.- Crisis social. Las protestas y revueltas por la situación se harán cada vez más frecuentes. Los campesinos se rebelarán contra el aumento de los impuestos y el endurecimiento de sus condiciones de vida. Las revueltas campesinas más importantes, llamadas jacqueries, sucedieron en Francia, en 1358: los campesinos asaltaron castillos y palacios señoriales. Otro conflicto importante fue el vivido en el reino de Castilla con la llamada revuelta comunera, en la que manufactureros y artesanos luchaban por eliminar los privilegios de la nobleza ganadera castellana. También hubo conflictos sociales en las ciudades, por la carestía de vida, la falta de alimentos y la acumulación de poder político de unos pocos y poderosos. Las algaradas urbanas eran habituales y a menudo la ira de los más pobres se dirigía contra algunas minorías, como los judíos.

3. EL ARTE GÓTICO

Sainte Chapelle. Paris (Francia).
El arte gótico es el que corresponde a la Baja Edad Media. Es un período dinámico desde el punto de vista socioeconómico, muy variado, con intensos contactos con Oriente a través de las cruzadas y las rutas comerciales, la burguesía nace en las ciudades. 

La orden monástica del Císter fue la que creó y difundió el nuevo estilo, tras la reconstrucción de la abadía de San Denis (Francia) y desde se extendera por resto de Europa. Era una arquitectura sobria, austera y luminosa.

Basílica de Sant-Denis, Paris (Francia)
Cronológicamente el gótico desarrolla desde finales del siglo XII hasta, según zonas, el siglo XV, pudiéndose diferenciar las siguientes etapas en su evolución:
  • Un período de transición cisterciense, caracterizado por su austeridad y limpieza decorativa.
  • El Gótico Arcaico, aún etapa de transición, de gestación del estilo, desde finales del XII en Francia. 
  • El Gótico Clásico durante el siglo XIII.
  •  El Gótico Final, desde el siglo XIV, que presta una mayor atención a lo decorativo.
  •  Un Gótico Flamígero, que en algunos lugares se prolonga hasta el XV, caracterizado por el exagerado gusto por la decoración, hasta llegar a ocultar las estructuras arquitectónicas. 
Interior de la Catedral de Segovia.

7.1.    Arquitectura.

La arquitectura seguirá siendo esencialmente religiosa: lo más representativo de este arte son las grandes catedrales


El gótico se caracteriza por la verticalidad y la luz, que es el reflejo de la divinidad. Su expresión más típica será el edificio de la catedral, en la que encontramos todos los elementos del arte gótico. 

Utiliza un nuevo tipo de arco y de bóveda: el arco ojival y la bóveda de crucería, lo que posibilita un muro diáfano que se recubre con vidrieras. Los rosetones son el marco privilegiado de las vidrieras de colores.

Predominan las plantas de cruz latina en las que se distingue: la cabecera, el crucero y las naves, de tres a cinco. La cabecera tiene girola y capillas radiales. La nave central y el crucero son más anchos y altos que las laterales.

Aparece el pilar fasciculado, que tiene el fuste formado por varias columnillas delgadas (baquetones). En el edificio gótico se necesita un sistema de contrapeso adicional: los arbotantes.

Pilar fasciculado en el interior de la Catedral Nueva de Salamanca.
Es la época de la bóveda de crucería, que permite cubrir espacios rectangulares a mayor altura. Está formada por dos arcos (nervios) que se cruzan en la clave. El resto de la superficie se cubre con plementos.

Las vidrieras se organizan en tracerías. Cada vidriera posee un armazón de hierro y un emplomado.

La portada se revaloriza. En ella se colocan las torres y las puertas. La fachada típica tiene forma de H. Está formada por dos torres cuadradas, rematadas con un elemento piramidal. Poseen tres niveles: la portada de entrada, los ventanales y el rosetón.

Catedral de Burgos.
En el alzado de la catedral se distinguen tres partes: la arquería, el triforio y el claristorio o ventanales.

Además de las catedrales adquieren importancia otros edificios civiles. Se levantan el ayuntamiento, las lonjas, sin dejar de construirse castillos y fortificaciones militares.

Interior de la Lonja de Valencia.
En nuestro país, el gótico tiene dos ámbitos fundamentales, el camino de Santiago y las ciudades comerciales de la Corona de Aragón. 

Iglesia de Santa María del Mar. Barcelona.
En España, durante periodo de transición y arcaico del gótico se levanta las primeras edificaciones con estructuras ojivales como las catedrales de Tarragona, Lérida, Cuenca o la basílica de San Vicente de Ávila. De la etapa clásica son las catedrales de Toledo, Burgos o León. Al periodo final corresponden las catedrales de Barcelona, Gerona, Palma de Mallorca o la Iglesia de Santa María del Mar en Barcelona. Durante el gótico tardío se construirá la catedral de Sevilla y en gótico flamígero se levantarán las flechas de la catedral de Burgos, la Iglesia de la Cartuja de Miraflores, la Capilla Real de Granda o las catedrales de Salamanca y Segovia. 

Catedral de Palma de Mallorca.
Entre los siglos XIV y XV, en arquitectura civil, destacan el Barrio Gótico de Barcelona, de características calles estrechas medievales, el Palacio de la Generalitat de Barcelona, el Castillo de Bellver y la Lonja de Mallorca y la Lonja de Valencia. 

Castillo de Bellver. Palma de Mallorca.

7.2.    Escultura y pintura.

En la escultura gótica se observa una progresiva liberación del marco arquitectónico y un mayor naturalismo. No falta en la iconografía el bestiario fantástico. Las imágenes se comunican entre sí expresando sentimientos, alegría, tristeza, dolor, etc., hasta llegar al patetismo en el siglo XV. Reaparece el retrato.

Ángel de la sonrisa. Catedral de Reims (Francia).
El artista tiene libertad para hacer sus obras y las firmará. Existirá una escultura monumental. También adquiere gran importancia la escultura funeraria. Este es el ámbito del retrato, donde hay un mayor realismo.

En el período clásico encontramos una tendencia a la belleza ideal, a la ingenuidad y a la sencillez. Suelen ser conjuntos narrativos que ocupan principalmente las portadas.

Sepulcro de Felipe el Atrevido, obra de Claus Sluter.
El gótico flamígero se caracteriza por la utilización de manera decorativa, de la curva y la contracurva, que da movimiento a las figuras. La escultura se hace totalmente exenta y se difunde la estatuaria funeraria.

Las primeras manifestaciones de escultura se encuentran en Francia. Destacan: la fachada de la catedral de Chartres, y San Esteban de Notre-Dame de París. En Francia destaca la escuela borgoñesa, y dentro de ella Claus Sluter. En España algunos de los escultores más importantes fueron Pere Anglada, Juan de Colonia y Gil de Siloé. 

Sepulcro de Juan II e Isabel de Portugal. Obra de Gil de Siloe. Cartuja de Miraflores. Burgos.

La pintura es el arte que más radicalmente cambia en el gótico. Pierde su lugar natural: el muro. La técnica más utilizada es la del temple y el óleo, que da un mayor colorido y permite un acabado más minucioso. 

La primera etapa corresponde a la pintura conocida como gótico lineal, hacia el 1200. Se caracterizan por tener un fondo dorado, de influencia bizantina, un espacio simbólico. Las figuras tienden a ser planas, los colores vivos y aún tienen muchos convencionalismos románicos.

Abrazo ante la Puerta Dorada de San Joaquin y Santa Ana. Capilla  Scrovegni (Padua, Italia). Obra de Giotto.

La segunda etapa corresponde a la Italia del Trecento, o pintura italogótica. Este será el germen de la pintura moderna, desaparece la línea negra. Podemos distinguir tres escuelas: la toscana, la escuela romana y la escuela florentina. Su aventura es la conquista de la técnica, el estudio del espacio, la perspectiva lineal, la coloración objetiva, la luz y la degradación de los colores.

Italia también hay una escuela en Siena, que se caracteriza por hacer un arte cortesano, colorista, cromático e irreal, con los fondos dorados de tradición bizantina. Llegará en el siglo XIV a Cataluña.

San Jorge matando el dragón, obra de Bernard Martorell.
La última etapa corresponde al gótico internacional, en torno al 1400. Se caracteriza por su afición al lujo, los colores brillantes, el dibujo curvilíneo, las pocas preocupaciones espaciales y por ser un estilo un tanto decorativo.

En esta época destaca, también, la escuela flamenca, protegida por una potente burguesía que es su principal cliente. Los pintores se organizarán en gremios, por lo que habrá una búsqueda colectiva de la perfección técnica y dibujística, lo que la hace muy minuciosa en los detalles.

Cristo bendiciendo, obra de Fernando Gallego. Museo del Prado. Madrid.

Entre otros pintores importantes del gótico se pueden citar al italino Giotto, al catalán Bernad Martorell o el castellano Fernando Gallego.