UD 3- LA SOCIEDAD FEUDAL.

LA SOCIEDAD FEUDAL
Roldán jura fidelidad a Carlomagno. Manuscrito de un cantar de gesta, c. siglo XIV.

1.    El feudalismo. 

Conocemos por feudalismo al sistema político, económico y social que se desarrolló en Europa Occidental desde los siglos IX-X hasta el XIV. 

1.1.    ¿Por qué surge el feudalismo? 

En el siglo IX, con la decadencia del Imperio carolingio, se va a producir en Europa occidental un periodo de inestabilidad e inseguridad provocada por ataques e invasiones de diversos pueblos: musulmanes, vikingos, normandos, hunos o los propios vecinos. Los reyes, incapaces de defender el territorio, realizaran entregas y donaciones de tierras (feudos) a los señores feudales (nobles o eclesiásticos), para que las gobernasen y defenderlas en su nombre. La cesión de tierras llevaba consigo un pacto de vasallaje o fidelidad: el señor feudal le juraba al rey obediencia, respeto consejo y ayuda en sus empresas militares. En la práctica el señor feudal era soberano de su feudo, ya que sobre él tenía la potestad de elaborar leyes, recaudar impuestos e impartir justicia.

Recreación de barco vikingo
La población, en su mayoría campesinos libres, vivía atemorizada por las guerras, los saqueos y las invasiones. De esta manera, muchos de ellos entregaban a los señores feudales a cambio de protección y del derecho a seguir viviendo en ellas, pasando a ser siervos, ellos y sus familias, de por vida, no pudiendo abandonar nunca el feudo. Esta servidumbre se hizo hereditaria.

1.2.    ¿Cuándo surge el feudalismo? 

Ordenes o estamentos privilegiados del feudalismo: nobleza y clero.
El origen del feudalismo se debe ver en la estructura y organización del Imperio carolingio. Carlomagno cederá amplios poderes a los nobles de su corte, a cambio de su ayuda en sus campañas militares y el compromiso de defender sus territorios, ducados, condados y marcas. La crisis del Imperio a su muerte, hizo que los herederos de Carlomagno no tuvieran más remedio que continuar con el sistema iniciado por el emperador, de manera que esto acabará por debilitar aún más si cabe la monarquía, de manera que los reyes serán incapaces de reclutar tropas, recaudar impuestos o ejercer la justicia en todo el territorio sobre el que reinaban.

1.3.    ¿Qué es el feudo? 

Juramento de fidelidad de los vasallos a Jaime I "el Conquistador". Miniatura, Llibre Verd.

El feudo eran un conjunto de tierras (de labor, bosques, fincas, villas y parroquias) que el monarca entregaba a un señor feudal (laico o eclesiástico), a cambio de su vasallaje. Este contrato de vasallaje se establecía mediante la ceremonia del homenaje, en el que el vasallo, de rodillas  ante el rey, le juraba fidelidad y le prometía consejo, ayuda militar y económica. A cambio, el rey, le entregaba el feudo en la ceremonia de la investidura, pare que lo gobernase y viviera de él. En el feudo vivían los campesinos que lo trabajaban, pasando a ser siervos del señor feudal. 

Campesinos trabajando en un feudo.
El feudo solía estar dividido en dos partes: la reserva señorial o parte del feudo que controlaba directamente el señor y en que los siervos trabajaban obligatoriamente para él. Normalmente esta parte estaba compuesta por las mejores tierras, zonas de caza, praderías y bosques. Y de otra parte, los mansos o tierras con casa que el señor feudal entregaba a los siervos para que las trabajasen a cambio de una renta establecida, que solía ser en especie (parte de la cosecha) o trabajos personales en las tierras del señor.

Agosto. Ciclo dei mesi. Maestro Wenceslao, c. 1400. Castello del Buonconsiglio, Trento.

La residencia del señor feudal era el centro de la vida del feudo, generalmente un castillo o lugar fortificado que debía ofrecer refugio para él y los habitantes del feudo (campesinos, artesanos y siervos) en caso de ataques o invasiones. Si el señor era un eclesiástico, el centro del feudo era una abadía o monasterio.

Alcázar de Segovia
 Muchos castillos, en su origen, eran unas simples torres rodeadas de un muro o empalizada, que primero se levantaron en madera y después se ampliaron y edificaron en piedra.

Los señores feudales eran la máxima autoridad en su feudo y recibía las siguientes rentas: 
  • Parte de la cosecha pactada con los campesinos. 
  • Primicias o determinados cultivos especiales o animales. 
  • Trabajo obligatorio de los campesinos en la reserva señorial.
  • Impuestos por el uso de ciertas propiedades del señor del feudo: el molino, la herrería, el horno, los puentes, los bosques, comerciar en un determinado lugar o día, los prados, etc.

Los feudos eran hereditarios.

1.4.    La sociedad feudal. 

La sociedad feudal estaba organizada en tres órdenes o estamentos: la nobleza, el clero y el tercer estado (campesinos, artesanos, soldados, comerciantes, etc.) y se caracterizaba por la desigualdad entre los grupos. Se pertenecía a un estamento por nacimiento y para toda la vida, ya que tenían una obligación o encomienda en la vida: los nobles defender (bellatores), los eclesiásticos rezar (oratores) y los miembros del tercer estado, trabajar (laboratores).

Los dos primeros estamentos (nobles y clero) eran el sector minoritario de la población, pero gozaban de todos los privilegios: poseían la mayor parte de las tierras, ostentaban el poder militar, económico (no pagaban impuestos) y religioso. El tercer estado formaban la  inmensa mayoría de la población, no tenían privilegios y si muchas obligaciones y limitaciones a lo largo de su vida: pagar tributos, no podían cambiar de residencia libremente, no podían casarse con personas de otra clase social más alta o sin permiso del señor, no podían dejar herencia sin permiso del señor feudal, etc.

2.    Monarquía y nobleza.

El rey Alfonso X "el Sabio" en una miniatura medival.

En lo más alto de la sociedad medieval se situaba el rey. La Iglesia cristiana había establecido que los monarcas eran representantes de Dios en la Tierra, con la misión de gobernar y mantener unido a su pueblo. El rey era conocido como el “primus inter pares” o el primero entre iguales. Sus iguales eran sus vasallos, es decir, la gran nobleza (condes, duques y marqueses) y las principales autoridades religiosas (obispos y abades), con los que el monarca compartía el gobierno del reino, ya que en práctica el rey era un señor feudal como los demás.

Los territorios de un reino eran muy inestables. Estaban formados por todas las posesiones que tenía bajo su autoridad, pero si un noble se hacía vasallo de otro rey o, si el rey al morir, entregaba una parte de su herencia a una hija o hijo que se emparentaba con otro monarca, esas tierras pasaban a manos del otro rey y formaban parte de su reino.

El rey tenía pocas atribuciones exclusivas y las más importantes eran: dirigir las campañas militares, pedir impuestos y ejercer de juez supremo.  

Recreación de un rey medival.
Los reyes contaban para gobernar con ayuda de la curia o consejo real, formada por un grupo de nobles y eclesiásticos (condes, duques, marqueses, obispos y abades) que le aconsejaban a la hora de tomar decisiones.

Los reyes medievales no solían tener residencia fija, vivían en los diferentes castillos que poseían y se trasladaban de uno a otro para controlar sus posesiones. Es sus desplazamientos le acompañaba todo un séquito de personas, que formaban la corte: familia, guerreros, amigos, consejeros, servidumbre, etc. 

La principal función del rey y el resto de la nobleza era ser guerreros, es decir se dedican al oficio de las armas. Poseer el equipamiento para guerrear (armadura, armas y caballo con su guarniciones y protecciones) era muy costoso, de manera que sólo los señores feudales podían permitírselo y ejercer ese oficio.

Los hijos de las familias nobles eran educados y entrenados como guerreros, Primero servían como pajes, y después, como escuderos de otros caballeros. A los 18 años se les armaba caballeros en una ceremonia en la recibían sus armas: espada, escudo, espuelas y cota de mallas. A partir de ese momento, formaban parte de la orden de caballería y debían ser valientes, leales a su señor y defenderá a las mujeres y a los más débiles.

Recreación de un rey armando a un caballero medieval.
La nobleza ejercía la guerra para defender su territorio o enfrentarse a otros nobles, o porque tenían que ayudar al rey o a otro señor al que le debían vasallaje. La guerra proporcionaba, si se ganaba, tierras y riquezas que acrecentaban el poder de la nobleza.

Su función social permitía a la nobleza vivir como clase privilegiada. No tenían que trabajar, no pagaban impuestos y eran los únicos que podían portar armas y ejercer con ellas el control sobre el esto de la población.

La residencia del rey y los nobles eran los castillos, construcciones fortificadas y lugar de refugio para los habitantes del feudo. La torre del homenaje era el punto nuclear del castillo y torre principal. Era la teórica residencia del señor y último lugar de defensa en caso de asedio. 


El patio central o de armas era un espacio esencial, ya que a partir de él se articulaba todos los elementos del castillo y organizaba su vida interior. En el patio solían existir numerosas construcciones poco sólidas de madera o adobe como caballerizas, herrería, viviendas para artesanos, sirvientes o soldados, etc. Por otro lado, en él solía situarse un pozo o, en su caso, un aljibe o cisterna (depósito de agua), con frecuencia subterráneo y abovedado. En ocasiones también la torre del homenaje contaba con su propio aljibe para permitirle autonomía defensiva. El aljibe era esencial para permitir una larga resistencia en caso de asedio. En el patio o en una torre también se habilitaba un espacio como cárcel o mazmorra. Los patios de armas estaban en ocasiones compartimentados por una muralla interior que dificultaba la toma del castillo y su patio y favorecía su caída escalonada y la resistencia en etapas frente al enemigo.

El conjunto se rodeaba y encerraba con muralla y las torres, que se protegían con almenas o merlones y, a veces, entre ellas se situaban parapetos de madera conocidos como manteletes. Torres y murallas sustituían las ventanas por pequeños vanos defensivos estrechos y alargados desde los que lanzar con seguridad proyectiles y conocidos como saeteras o aspilleras. El tramo de muralla entre dos torres se denomina cortina o paño y estaba recorrido por un estrecho pasillo superior llamado adarve o camino de ronda. La muralla, en ocasiones protegida por un talud, podía presentar otra más baja delante para proteger toda o parte de la muralla principal que se conocía como antemuralla o falsabraga. Por otro lado, los castillos y murallas urbanas podían presentar varios recintos defensivos, en ocasiones hasta tres.

Recreación del asalto de un castillo.
Y finalmente, toda la construcción podía estar rodeada por un gran foso (con agua o sin agua). Para sortear el foso se requirió la creación de puentes que, en ocasiones eran de piedra pero frecuentemente eran puentes levadizos de madera. La puerta se reforzaba también con un rastrillo o peine (puerta de hierro en forma de damero) y con un matacán o balcón defensivo. Este elemento era muy frecuente y se usaba para proteger las puertas y otras zonas especialmente vulnerables permitiendo un completo control de la vertical. Los matacanes, que podían ser de madera (cadalsos) o de piedra (matacanes o ladroneras), a veces eran corridos y se disponían a lo largo de un amplio tramo de muralla. Otro elemento de control de la vertical muy empleado eran las bueras o buhoneras, grandes huecos hechos sobre la puerta para dificultar el acceso enemigo.

De influencia musulmana y bizantina eran las puertas en recodo, frecuentes en la Península Ibérica. Fortificaban la puerta principal y desorientaban al enemigo con su forma esquinada a modo de codo. En otras ocasiones, sobre todo hacia el siglo XIV y en el norte y centro de Europa, se protegía la puerta principal con una especie de pequeña fortaleza adelantada que conocemos como barbacana o revellín. 

Habitación del rey Felipe II en el Escorial. Madrid.
En los castillos los lujos y comodidades eran escasos: algunos tapices para cubrir las paredes o gruesas alfombras para los suelos (ayudaban a proteger del frío) y muy poco mobiliario. Las chimeneas eran el sistema de calefacción y las antorchas y velas iluminaban las estancias. En una misma habitación solían dormir varias personas: en las camas con doseles y cortinas la familia del señor feudal y a sus pies, sirvientes y animales.

Recreación de un torneo medieval.
Los nobles recibían en el castillo a sus vasallos, impartía justicia y recaudaba los impuestos que debían entregar sus siervos. Algunas veces, esta rutina se rompía con la celebración de banquetes, cacerías, torneos y justas.

Mujeres de clase noble en la Edad Media.
Las mujeres nobles organizaban las tareas domésticas, cuidaban de los hijos y se entretenían con la lectura, la música y el bordado.

3.    La Iglesia medieval: clérigos y monjes.


Al igual que la nobleza, el clero era el orden o estamento privilegiado: sus integrantes recibían rentas, estaban protegidos por leyes especiales y no pagaban impuestos.

Entre los eclesiásticos existían grandes diferencias. De un lado, el alto clero o altos cargos (cardenales, obispos, abades y abadesas) vivían y disfrutaban de los mismos privilegios que los señores feudales. Disponían de grandes extensiones de tierra (latifundios) trabajados por campesinos y siervos, a cambio de rentas (en especie o monetarias). Y de otro, el bajo clero, formado por sacerdotes, monjas y monjes que llevaban una vida muy similar a los campesinos.

Coronación de Carlomagno por el papa.
La mayor parte de la Europa occidental, hacia el año 1000, eran cristianos. Desde su sede en Roma, el papa ejercía una gran influencia sobre reyes, nobles y resto de población. Toda la vida social y privada estaba marcada por la intervención de la Iglesia, que se encargaba de la enseñanza, la asistencia a pobres y enfermos y de las ceremonias religiosas (nacimiento, matrimonio y funerales).

Todos estaban obligados sentirse como pertenecientes a una misma comunidad, la Cristiandad. La Iglesia mantenía la unidad de los cristianos y se encargaba de fijar e imponer las obligaciones religiosas: donación de bienes a la Iglesia al morir, llevar una vida virtuosa y prescribir la caridad. Seguir estas normas garantizaba el perdón de los pecados o faltas, alcanzar la vida eterna y evitar la condena al infierno. En caso contrario, el creyente, podía ser expulsado de la comunidad mediante el rito de la excomunión.

El poder de la Iglesia en la Edad Media era inmenso.
La Iglesia era una institución muy rica. Poseía como los nobles, inmensos feudos y cobraba a los cristianos el diezmo, un impuesto para mantener el clero. La Iglesia se organizó mediante la vertebración del territorio en distintos tipos de entidades: las parroquias eran la entidad menor y a su cargo estaba el cura o párroco, y,  las diócesis o conjunto de parroquias y a cuyo frente se situaba el obispo.

El clero se dividía en: clero secular (sacerdotes, párrocos y obispos) y clero regular (monjes y monjas bajo la autoridad de un abab o abadesa y sometidos a una regla).
Urbano II, pintado por Zurbarán.

Los lugares donde había vivido Jesús de Nazaret, especialmente Jerusalén, se consideraba Tierra Santa y por tanto, se convirtió en lugar de peregrinación para los cristianos. A partir del siglo XI, Jerusalén fue ocupada por los turcos, un pueblo muy belicoso e islamizado, que empezó a impedir el acceso a la ciudad y a perseguir a los peregrinos. Ante esta situación, el papa Urbano II en el año 1095, solicito a los monarcas y nobles europeos a emprender una serie de campañas militares para ocupar Tierra Santa, prometiendo la salvación eterna a todos los que en ellas participara. Estas expediciones militares se conocen con el nombre de Cruzadas y se desarrollaron a lo largo de los siglos XII y XIII.
Recreación del ejercito cristiano durante las Cruzadas.

El clero eran, en la práctica, los únicos con una cierta formación cultural. La Iglesia era la que se encargaba de la enseñanza y la cultura medieval se centralizó en los monasterios.




Los monasterios eran un conjunto de edificios, dependencias y tierras que formaban un feudo muy similar al de la nobleza. En ellos se agrupaba una comunidad de personas que dedicaban su vida a la oración y al trabajo, en un ambiente de aislamiento y meditación.

Al igual que cualquier feudo, disponían de campesinos y siervos para trabajar.

Los monasterios eran las sedes de las órdenes religiosas. En este periodo se fundaron las más importantes e influyentes: benedictinos, dominicos, franciscanos, etc. Sus miembros se comprometían a seguir un regla de comportamiento de por vida, que solía consistir, por lo general, en hacer voto de pobreza, castidad y vivir  dedicados a la oración y al trabajo (ora et labora). Vestían un hábito que les identificaba según su orden y rango.

El centro del monasterio era la iglesia, donde iban a rezar varias veces al día, ya que esta era su actividad principal. El resto de las horas se dedicaban a la lectura y estudio, a copiar textos en el scriptorium, cultivar el huerto, cuidar enfermos, recaudar rentas, repartir limosna entre los más pobres, etc.

Recreación de un scriptorium de un monasterio medieval.
La Iglesia, además de los monasterios, se vio obligada a establecerse en el campo, con el fin de evangelizar y dirigir la vida de los campesinos. De manera, que muchos pueblos, aldeas y ciudades crecieron alrededor de la iglesia. Las campanas de la iglesia avisaban a la oración, advertían de peligros o convocaban reuniones y asambleas.

Los monasterios e iglesias se convirtieron en los únicos centros de cultura de la Edad Media. En ellos se conservaban los textos literarios de la Antigüedad grecorromana, se copiaban, y se enseñaba a leer y escribir.

4.    El tercer estado: los campesinos. 

Segadores, Julio. Ciclo dei mesi. Maestro Wenceslao. Castello del Buonconsiglio, Trento.
 La inmensa mayoría de la población medieval europea era campesina. Sus condiciones de vida eran muy duras: vivían de lo que producían y pagar las rentas al señor feudal. Prácticamente no obtenían excedentes y si los obtenían, los destinaban al intercambio comercial (compra de sal o de herramientas y utensilios metálicos). Los campesinos nacían y morían con esa condición, se construían sus casas, tejían sus ropas, fabricaban sus enseres, etc.

Recreación de una familia campesina medieval.
  Dentro del campesinado se distinguían dos categorías: 
  •  Campesinos libres (villanos o alodiales). No estaban sujetos al mandato de un señor feudal, podían ser propietarios de su tierra (poco frecuente) y disponer libremente se sí mimos: casarse, abandonar el feudo, dedicarse a un oficio, etc. Eran una minoría y solían vivir en aldeas o villas. 
  •  Siervos. Pertenecían a un señor feudal, estaban ligados a las tierras del señor cuya tierra tenían que trabajar. No eran libres para abandonar el feudo, ni casarse con persona que no tuviese la aprobación del señor o tampoco podían dejar la tierra en herencia a sus hijos. Su situación era de semiesclavitud. Los campesinos debían entregar al señor feudal y a lo largo del año una serie de tributos, que podían consistir: parte de la cosecha, parte de los animales criados, parte de los frutos recolectados, trabajos obligatorios sin remunerar, tasas por utilizar propiedades del señor, etc.
La tierra se trabajaba con técnicas y herramienta muy rudimentarias, por lo que el rendimiento era escaso y se practicaba la rotación bienal y trienal. Se trabajaba la mitad de las tierras o un tercio y la otra parte se dejaba en descanso (barbecho).

Los campesinos vivían agrupados en pequeños pueblos, aldeas o en casas diseminadas por el territorio. En los pueblos más grandes podían vivir algunos artesanos y comerciantes (tabernero, molinero, herrero, carpintero, tonelero, tejedor, calderero, etc.). 

Casa campesina medieval
Las casas eran sencillas, con una o dos estancias y, a veces, un almacén o establo (los animales convivían en la casa con sus moradores para protegerlos de los ladones y dar calor), El suelo era de tierra y un hogar servía para calentarse, iluminar y cocinar. El mobiliario se reducía a un colchón de paja o hierba, unos bancos para sentarse, una mesa (o escaño) y unos pocos enseres de cocina. 

5.    El arte románico 
Características generales:



El Románico fue el primer estilo internacional de la cultura occidental. En los siglos XI y XII esta corriente artística adquiere prácticamente un significado y valor europeos, pues se extiende desde los Países Escandinavos hasta el sur de Italia, y desde las Islas Británicas hasta Europa Central, en zonas de la actual Polonia. Se puede hablar, por tanto, del primer estilo internacional de la Edad Media.

Pórtico de la Gloria. Maestro Mateo. Catedral de Santiago de Compostela.
Esta cultura está formada por influencias romanas, paleocristianas, bizantinas, prerrománicas e, incluso, islámicas Su proceso de creación fue paulatino y ocurrió simultáneamente.
La aparición del románico estuvo condicionada por varias causas. La inestabilidad del siglo X, crisis, invasiones y epidemias habían generado un clima de angustia que posibilitó el triunfo de las profecías del Apocalipsis, pero pasado el año mil dominará un sentimiento de piedad y de exaltación de la fe, que se expresa mediante renovación del arte religioso, aunque pervive cierta intranquilidad, como se demuestra en algunos de los temas del arte Románico: 

  • La abundancia de monstruos y visiones infernales.
  • Insistencia de colocar el Juicio Final a la entrada de los templos
  • La nueva fuerza que cobra la institución del Papado y el renacimiento de la vida monástica.

Detalle de un capitel en la Iglesia de San Pelayo. Arenillas de San Pelayo (Palencia).

Los monasterios se convirtieron en centros de poder y de cultura. 


En la difusión del Románico fueron importantes las peregrinaciones, a Tierra Santa, a Roma, a Saint Michel (Bretaña) o a Santiago de Compostela... 
El Románico es considerado la manifestación artística de la sociedad feudal, es decir, se exhibe el poder mediante el arte. La nobleza fue la encargada de construir los primeros castillos, mientras que abades y obispos mostraban su autoridad construyendo monasterios y catedrales, monumentos en honor a Dios, a Cristo triunfante y a la Virgen entronizada, semejantes a “castillos de Dios” por su apariencia de fortalezas.

Catedral de Jaca (Huesca)
El Románico alcanzará  su plenitud en los siglos XI y XII y se pueden señalar tres periodos o etapas: 
  • Durante un Primer Románico (1000-1075) es un arte aún pobre y funcional. 
  • En el Románico Pleno (1.075-1.150) asistimos a la época de máximo desarrollo del estilo, es cuando aparecen los deambulatorios y se desarrollan las tribunas (triforios) y los transeptos (cruceros). 
  • En el Románico Tardío (segunda mitad del siglo XII) se realizan importantes catedrales románicas por toda Europa, con elementos que anuncian el Gótico. 

La mayor parte de las construcciones son edificios religiosos, iglesias, catedrales y monasterios, aunque no faltan las construcciones civiles, palacios urbanos y castillos. Destacan las iglesias de peregrinación como: San Martín de Tours, Santa Fe de Conques, San Saturnino de Toulouse, Catedral de Santiago de Compostela, Catedral de Jaca, Catedral de Zamora o el Monasterio de Santo Domingo de Silos.

Portada del monasterio de  Santa María de Ripoll. Gerona.


En cuanto a la escultura lo que interesa es el aspecto intelectual, el mensaje, las figuras son:
  • sencillas,
  • de relieve muy plano,
  • con los pliegues sencillos y paralelos,
  • desproporcionadas,
  • generalmente alargadas,
  • sin volumen,
  • dispuestas en composiciones sencillas, yuxtapuestas, sin perspectiva,
  • sin ambiente ni fondos, ni expresión,
  • hieráticas, sin movimiento, sin relacionarse las distintas figuras de las escenas entre sí, etc.


La función de la escultura románica es decorar los templos, por este motivo sujeta a la arquitectura y como su intención es comunicar un mensaje, los programas iconográficos son ilustraciones de sermones y de textos religiosos, teniendo cada escena su lugar predeterminado; por lo que hay que distinguir entre la escultura y el mensaje dirigido al pueblo, inculto y analfabeto, y el arte de los claustros de los monasterios, dirigido a los monjes ilustrados e iniciados en teología, capaces de interpretar la alegoría, el simbolismo y la intelectualización.


Bajorrelieve "Duda de S. Tomás" en el claustro de Santo Domingo de Silos. Burgos.
La pintura como la escultura se destina a la instrucción religiosa, su finalidad única es el mensaje, fin educativo y de carácter antinaturalista y expresionista. 

7.1.    Arquitectura. 
Casi todos los elementos de la arquitectura románica (muros de sillares, columnas y pilares, arcos de medio punto, bóvedas de medio cañón) pueden encontrarse en los estilos precedentes, pero ahora aparecen con un espíritu nuevo. 


Aunque la mayor parte de las construcciones son edificios religiosos, iglesias, catedrales y monasterios, no faltan las construcciones civiles, palacios urbanos y castillos. 

Elementos técnicos de este estilo más característicos son:  
  • Las plantas, se generalizan las plantas de cruz latina, formadas por naves longitudinales y transversales, el transepto, el crucero se sitúa en la intersección de ambas, y como remate, formando la cabecera, los ábsides o capillas semicirculares.
Planta de la Catedral de Santiago de Compostela.
  • Cuando las naves son más de una y las laterales se prolongan envolviendo el presbiterio (zona del altar mayor y del coro para los clérigos) dan lugar a la girola o deambulatorio.
  • En las iglesias más monumentales, sobre las naves laterales puede haber una galería abierta mediante arcadas a la nave central, que recibe el nombre de tribuna.
Nave central de la Básilica de San Sernín. Toulouse (Francia)

  • En torno a la girola puede haber pequeñas capillas radiales y, en ocasiones, también en los brazos del transepto, conocidas por el nombre de absidiolas. A los pies se suelen levantar las torres de campanas flanqueando la fachada principal.
  • Los elementos sustentantes son muros muy gruesos de piedra, a base de sillares regulares, en los que domina el macizo sobre el vano y el pilar. Las ventanas son escasas y pequeñas, las columnas de fuste cilíndrico y liso. Los capiteles abandonan los órdenes clásicos, decorados con motivos vegetal o con figuras humanas o de animales, reales, fantásticos o monstruosos o formado por un relieve donde se narran escenas sagradas del Antiguo y Nuevo Testamento o la vida y milagros de mártires y santos.
  • Los elementos sostenidos son techumbres de madera que se irán abandonando a favor de las abovedadas de piedra.
  • El arco románico es el de medio punto y la bóveda más habitual es la de medio cañón. Suele verse reforzada con arcos fajones. Pero para asegurar la estabilidad también se utilizan los contrafuertes que son fuertes pilares adosados al exterior de los muros.  
 
  • En el espacio central del crucero hay una cúpula, sobre trompas si su base es octogonal o sobre pechinas si es circular. Cuando el conjunto se alza al exterior en forma de torre se denomina cimborrio.

Nave central de la Iglesia de Santa Fe de Conques (Francia).


  • El tímpano es uno de los lugares preferidos para situar la decoración escultórica, junto a las enjutas del propio arco si queda enmarcado por otros elementos arquitectónicos. 
 
Iglesia de San Martín de Fromista (Palencia).

Las construcciones más completas y monumentales son las iglesias de peregrinación, situadas en las principales rutas de peregrinación a Santiago de Compostela, destacando: San Martín de Tours, Santa Fe de Conques, San Saturnino de Toulouse y la propia Catedral de Santiago de Compostela. Estas iglesias se conciben como lugares para acoger a grandes multitudes de peregrinos que pasean o descansan en ellas a menudo, por lo que debían ser muy amplias. Intentan producir una emoción estética de carácter religioso desde la planta de cruz latina hasta los muros, pilares o cúpulas.


El templo era el lugar de encuentro del hombre con Dios, y es necesario un clima apropiado como el silencio y la penumbra.



Los monasterios se encuentran casi siempre en lugares apartados, como el Monasterio de Santo Domingo de Silos. Sus características son más o menos fijas y pueden concretarse en: su núcleo central es el claustro, un patio porticado, rodeado de cuatro galerías con arcos sobre columnas sencillas, alrededor se ordenan las demás dependencias: iglesia, sala capitular, refectorio, cocina, dormitorios, etc.

Claustro de Santo Domingo de Silos (Burgos).




7.2.    Escultura y pintura. 

El Románico es la manifestación artística de la sociedad, en el cual se exhibía el poder mediante el arte.


Talla polícroma de la Virgen de Montserrat. s. XII. (Montserrat, Barcelona)
Durante el Románico las figuras son: sencillas, desproporcionadas, alargadas artificiosamente, sin volumen, en composiciones sencillas, yuxtapuestas de relieve muy plano, con los ropajes ajustados al cuerpo y con los pliegues sencillos y paralelos, , sin perspectiva, sin ambiente ni fondos, sin expresión, hieráticas, sin movimiento, sin relacionarse las distintas figuras de las escenas entre sí, etc…. Ya que el interés de los escultores es el aspecto intelectual y  el mensaje, no el naturalismo, ni el realismo.

La función de la escultura románica es decorar los templos cumpliéndose la "ley del marco",  que consiste en adaptar las figuras a la estructura arquitectónica.

La intención es comunicar un mensaje, las exposiciones iconográficas son ilustraciones de sermones y de textos religiosos. 


Demonio arrancado la lengua al blasfemo. Pórtico de la Gloria. Catedral de Santiago de Compostela.
Los temas iconográficos en los tímpanos de las portadas son:
  • El Pantocrátor, Todopoderoso, Cristo en Majestad, según se narra en el Apocalipsis de San Juan, con el Tetramorfos, los símbolos de los Cuatro Evangelistas (San Mateo como un hombre o ángel, San Juan como un águila, San Marcos como un león y San Lucas como un toro), contemplados por los Veinticuatro Ancianos del Apocalipsis.
  •  El Juicio Final, presidido por el Pantocrátor y el Tetramorfos, rodeados por los Veinticuatro Ancianos del Apocalipsis o los Doce Apóstoles y la Virgen, con ángeles tocando las trompetas que anuncian el Día del Juicio; a la derecha de Cristo se sitúa a los justos y a la izquierda a los condenados. 

Frescos en el ábside de la Iglesia de los Santos Justo y Pastor (Segovia)

Se inicia la representación del demonio, encarnación del mal, que puede aparecer como un animal o un monstruo. También suele aparecer el Arcángel San Miguel, con una balanza para pesar las almas. 


Detalle del típano del Juicio Final. Iglesia de Santa Fe de Conques (Francia)
En los capiteles de los claustros encontramos temas vegetales, animales, reales, fantásticos o   monstruosos y figurados. Los capiteles más característicos del estilo románico, son los capiteles historiados, en los que se narran escenas de carácter religioso, vidas de santos o mártires, y relatos bíblicos, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento.




Ejemplos de escultura románica: El pórtico de Moissac de la Abadía de San Pedro;  Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago de Compostela o la Duda de Santo Tomás, Monasterio de Silos.





La pintura tiene su origen en la pintura y mosaicos bizantinos.




Las técnicas más utilizadas son: las pinturas al fresco, el temple y las miniaturas.

Viga de la pasión. Pintura sobre tabla. Museo Nacional de Arte de Cataluña. Barcelona.



Es una pintura antinaturalista por su carácter simbólico, destaca la expresividad frente a la belleza de las formas, caracterizándose por el uso de arcaísmos, como la frontalidad, el hieratismo, las desproporciones, el canon alargado, la estilización,. etc.


El dibujo es importante, el contorno de trazo negro grueso, el color es plano, puro, sin mezclas y  de gama reducida. El resultado es una pintura plana, sin paisaje ni perspectiva.


En los ábsides se sitúa el Pantocrátor, dentro de la mandorla mística y con el nimbo crucífero, rodeado por el Tetramorfos, ángeles o santos o la Virgen como Trono del Señor, recibiendo las ofrendas de los Reyes Magos; en los muros los Apóstoles, Santos y otras escenas bíblicas.

Ábside de  la Iglesia de Sant Climent de Taüll (Lérida), donde se observa al Pantocrátor rodeado por la mandorla.



Ejemplos que encontramos en el románico español: San Clemente de Tahull, de principios del siglo XII. En el ábside el Pantocrátor, de gran intensidad expresiva, y el Tetramorfos; en el muro inferior del mismo ábside la Virgen, San Juan y otros apóstoles. Santa María de Tahull, más actual de la anterior: decorada con la Virgen y los Reyes Magos, representados con edades decrecientes y sin diferencias raciales; en el muro, santos en arquerías y medallones con animales