UND. 1- GEOGRAFÍA DE GRECIA E ITALIA.

UND. 1- GEOGRAFÍA DE GRECIA E ITALIA.
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1. GEOGRAFÍA DE GRECIA. 

En la cuenca del Mediterráneo oriental los griegos ocupaban en la antigüedad el sur de la actual península de los Balcanes y las islas y costas de todo el mar Egeo. Su influencia se extendía también al sur de Italia y Sicilia y otros puntos de la costa del Mediterráneo.

La península heládica es el resto de un antiguo continente que, por una serie de dislocaciones y fracturas, se fragmentó y a causa de esto, las cordilleras se transformaron en islas y los valles en golfos. El suelo está continuamente sometido a temblores y erupciones volcánicas, las zonas llanas están formadas en su mayor parte por franjas situadas entre montañas o entre la montaña y el mar, los ríos son escasos y cortos. Predomina el clima mediterráneo, con veranos secos y calurosos y con una corta temporada de lluvias. La vegetación era ya pobre en la época clásica y se encontraba en un proceso de deforestación muy avanzado. El suelo de la mayor parte de Grecia era poco fértil, la agricultura sólo era factible en algunas llanuras en las que se cultivaba preferentemente vid y olivo, en general el suelo no era apropiado para el cultivo de cereales. No hay zonas mineras ricas, pero hay que mencionar el mármol de Paros, la plata de Laurión (Ática) y el cobre de Eubea. El predominio de zonas montañosas hace difícil las comunicaciones interiores y propicia la independencia de los distintos núcleos de población que sólo pueden entrar en contacto normalmente por mar.

Son varios los mares que circundan la casi totalidad del país (Mediterráneo, Egeo, Jónico) recortando sus costas de modo que abundan los buenos puertos que hacen posible el comercio con las numerosa islas. 

Grecia continental 

Norte

Regiones de Macedonia y Epiro, a cuyos habitantes los griegos del  s. V a.C. consideraban "bárbaros". Sin embargo, la población de origen ilirio estaba bastante helenizada. Al sur de Macedonia se encuentra Tesalia, país de llanuras rodeadas de montañas, atravesado por el río Peneo y con el monte Olimpo como cima más alta, es una comarca exportadora de trigo y criadora de caballos. La ciudad más importante fue Larisa. 

Centro

Al sur del Epiro se encuentran Etolia y Acarnania, de población griega mezclada con ilirios. Comarcas montañosas y de costas escarpadas. En Etolia los ríos son más caudalosos, el más importante es el Aqueloo.

Al sur de Tesalia se extienden las regiones de Dóride, región considerada cuna de los dorios,   Lócride y Fócide, al sur del paso de las Termópilas, zona de profundos valles en torno al monte Parnaso, la ciudad principal es Delfos.

Beocia, al norte del Ática, una llanura fértil con los montes Citerón y Helicón (en este monte se situaba la morada de las Musas). La capital era Tebas. Beocia fue cuna de dos ilustres poetas: Hesíodo, que hace un canto a la agricultura y lamenta la dureza de la vida de los pequeños campesinos, y Píndaro, que celebra los triunfos de las competiciones olímpicas.

De todas las regiones griegas, la más importante fue el Ática, al sur de Beocia, con el monte Pentélico (famoso por el mármol), el Himeto (célebre por su miel), el Laurión con sus minas de plata y el Licabeto. Sus llanuras (Maratón, Eleusis, Atenas) producen olivo y vid, pero poco cereal, por lo que tenían que importarlo de otras zonas. En la costa explotaban sal de las marismas y se dedicaban a la pesca, así mismo había ensenadas de fácil acceso, destacamos los puertos de Muniquia y el Pireo, frente a éste se encuentran las islas de Salamina y Egina.

Grecia meridional o Poleponeso

A través del Istmo de Corinto se llega a la península conocida con el nombre de Peloponeso, zona montañosa con costas muy recortadas. El Istmo fue abierto a la circulación marítima el siglo XIX con la construcción del canal de Corinto y quedó desde entonces unido sólo artificialmente por medio de un puente.
A ambos lados del Istmo se hallan dos ciudades importantes: Corinto y Megara.


Antiguas regiones de la península: Acaya, Élide, Arcadia, Argólide, Laconia y Mesenia;  Acaya, al norte del Peloponeso, nunca tuvo importancia histórica.

Élide, en la costa oeste, tiene la ciudad de Olimpia, centro de culto a Zeus y sede de los juegos olímpicos desde el 776 a. C. En esta región hay zonas de cultivo y extensiones de matorrales, la atraviesan los ríos Peneo y Alfeo. 

Arcadia es la única región sin salida al mar: rural y conservadora, famosa por la vida pastoril. Sus ciudades más importantes son Mantinea y Tegea. Esta región no tenía influencia doria.

La Argólide fue la zona más importante en época micénica, con ciudades como Micenas y Tirinto. En época clásica la capital era Argos, eterna rival de Esparta, ciudad dedicada a la artesanía, sobre todo del bronce. Otra ciudad importante fue Epidauro, santuario consagrado a Asclepio, el dios griego de la salud.

Laconia en el valle del Eurotas, entre los montes Taigeto y Parnón y con pocos puertos. La capital era Esparta, llamada también Lacedemonia.

Mesenia. Al sudoeste, con la ciudad de Mesenia y el puerto de Pilos, fue una región ocupada muy pronto por Esparta.

Grecia insular

Los profundos cambios geológicos de la zona dejaron numerosas islas en los mares que enmarcan Grecia: el JÓNICO al oeste y el EGEO al este. 

Islas Jónicas

Situadas  al oeste de la península, servían como escala para el viaje hacia Italia y Sicilia. Destacan Corcira (Corfú), Ítaca (patria de Odiseo), Cefalonia y Zacinto.

Eubea y las Espóradas del norte

La isla de Eubea se encuentra frente a la costa oriental de Beocia y Atica, es una de las mayores y más ricas; las ciudades de Calcis y Eretria se disputan el predominio de la isla. Al norte de Eubea se encuentran otras pequeñas islas, conocidas como Espóradas (Dispersas): Esciros, Escópelos, Esquiazos y Alónisos.

Las Cícladas

Forman un círculo, prolongación de la península Ática y de la isla de Eubea. Fueron punto de contacto para los griegos en su camino hacia oriente y algunas tuvieron gran importancia: Delos (santuario de Apolo y sede de la Liga Délico-Atica), Paros con canteras de mármol; Naxos, la más fértil, Milo, Tera (Santorini)... 

Islas del Egeo oriental

En la zona norte se encuentra la isla de Lesbos, de influencia eolia desde época muy antigua, famosa por la fertilidad de sus campos y por su escuela poética creada por Alceo y Safo.

Destacamos también la isla de Quíos (posible patria de Homero) y la de Lemnos, situada en la desembocadura del Helesponto.

Más al sur se encuentran las Espóradas del sur o Dodecaneso; entre las que hay que destacar  Samos, la más rica, muy cercana al continente, con un santuario dedicado a Hera, y Rodas, escala de rutas comerciales en el camino hacia Egipto.

Creta

La mayor de las islas, centro del comercio griego durante largo tiempo con gran influencia sobre todo el Egeo. La ciudad de Cnossos impuso su influencia al resto de la isla. Su cumbre más alta es el monte Ida, donde, dice la leyenda, Zeus pasó su infancia. 

Grecia colonial

Desde muy pronto los griegos iniciaron la aventura de la emigración, debido a múltiples causas: el aumento demográfico, crisis sociales, luchas políticas, invasiones...  

Asia Menor

Los griegos sólo llegaron a  ocupar su franja costera. En el norte se establecieron los eolios de Tesalia y Beocia. En el centro, los jonios procedentes del ática y Eubea. El sur lo ocuparon los dorios del Peloponeso. La zona jonia adquirió un gran desarrollo y un alto nivel económico, propiciado por sus relaciones con los reinos orientales de Lidia y Persia. Hemos de destacar la ciudad de Mileto, cuna de la Filosofía, fundadora de colonias en el Mar Negro; así como Éfeso, Esmirna, Halicarnaso... 

Mar Negro

Hemos de destacar las ciudades fundadas en el estrecho del Bósforo: Bizancio y Calcedón; así como Queroneso, en la actual Crimea. 

Sicilia e Italia

Los griegos se dirigieron hacia el oeste y se establecieron en la zona oriental de Sicilia ( en la occidental estaban los Cartagineses) y en el sur de Italia, zona de tierras muy  ricas a la que denominaron Magna Grecia, destacaron ciudades como Siracusa, Regio, Tarento, Síbaris...

El Mediterráneo Occidental

Desde Italia los griegos se dirigieron al oeste y fundaron diversos centros comerciales en las costas de Francia y España: Marsella, Ampurias, Málaga...

En el norte de África se encontraba Náucratis en Egipto y Cirene en la región Cirenaica. Todo el Mediterráneo, salvo la zona de influencia fenicia, se convirtió culturalmente en un mar griego.

2. GEOGRAFÍA DE ITALIA

La Península itálica se encuentra situada en  el sureste de Europa, justo en el centro del Mediterráneo, hecho que facilitó el control que Roma ejerció en las tres riberas de su cuenca, la europea, la africana y la asiática.

Con una disposición longitudinal, la famosa bota  limita al norte con los Alpes,  al sur con el mar Jónico, al este con el mar Adriático y al oeste con el Tirreno.

Su relieve está dominado por dos cordilleras, al norte los Alpes que constituyen una barrera casi infranqueable que la separa de centroeuropa, y los Apeninos, cordillera de menor altura que recorre todo su territorio de norte a sur, pero con numerosos pasos naturales que facilitan la comunicación entre los dos mares.

Los Alpes o sistema alpino.

El sistema alpino extiende por territorio italiano la casi totalidad de su vertiente meridional, con una longitud de 1.200 km y una anchura de 360 km. Los Alpes occidentales rodean el Piamonte y la Liguria. Los Alpes orientales tienen diversos pliegues: Alpes de Ötztal, Dolomíticos, Cárnicos y Julianos; es en este sector donde destacan las formaciones calcáreas de los Dolomitas (Marmolada, 3.342 msnm). En el sector cristalino se encuentran formas más agrestes, con algunas de las principales cumbres de todo el sistema alpino: Monte Rosa (4.634 m), Cervino (5.350 m). El paso de montaña más destacado es el Brennero (1.372 m); otros son Mont Cenis y Simplon, y facilitan la comunicación con las regiones vecinas.

Apeninos

La cadena de los Apeninos constituye la espina dorsal de la península italiana que recorren de costa a costa a lo largo de 1.500 km. En ella se distinguen tres sectores: los Apeninos septentrionales, los de menor altura y de formas más suaves (monte Cimone, 2.163 m); los Apeninos centrales, también denominados Abruzos, que constituyen el techo de la cadena (Gran Sasso d'Italia, 2.914 m), y presentan modelados de tipo cárstico; por último, los Apeninos meridionales, que tienen su punto culminante en el monte Pollino (2.271 m). A ambas vertientes de la cadena se extienden formaciones de colinas, denominadas Subapeninos y Antiapeninos, destacando las del reborde occidental, donde se elevan algunos volcanes (Vesubio, monte Amiata, Campos Flégreos).

Resto de la península Itálica

El resto de la península está formado por llanuras y suaves colinas
La costa es en su mayor parte baja y rectilínea por lo que escasean los puertos naturales, excepto en la Campania, al sur del Lacio.


Sus principales cuencas hidrográficas el Po al norte (la más importante), el Arno en la Toscana y el Tíber en el centro, irrigan las fértiles vegas italianas.

Llanura del Po

Al sur de los Alpes, entre éstos y los Apeninos, se extiende la llanura padana de 46.000 km2. Es la llanura del Po, el río más largo del país, con 652 km de longitud. Esta fosa tectónica rellenada por los depósitos sedimentarios aportados por los ríos que descienden de los Apeninos y, especialmente, de los Alpes (Adigio, 410 km; Piave), y que avenan la llanura que se abre al mar Adriático por el litoral noreste de Italia.

El resto de llanuras italianas, aunque numerosas, son de escasa extensión, y se localizan preferentemente en el litoral tirrénico, formadas por importantes ríos (Arno, Tíber) o por llanuras costeras (Maremma, Lagunas Pontinas).

La influencia marítima y la latitud determinan el dominio de un clima Mediterráneo de escasas lluvias, inviernos suaves y veranos calurosos, a excepción de la zona próxima a los Alpes, donde el clima tiende a la continentalidad.

La existencia de amplias llanuras y suaves colinas, junto con el dominio del clima mediterráneo y la falta de puertos naturales, explica que los romanos, a diferencia de los griegos, fueran un pueblo de campesinos y no de marineros. Se cultivaba principalmente cereal, vid y olivo,  en rotación con  hortalizas en las vegas de los ríos, donde también abundaban los frutales. Por el contrario, en las zonas más abruptas dominaba el pastoreo.

Respecto al subsuelo, el norte y el centro de Italia presentan ricos yacimientos de hierro, cobre, plomo y bronce, minerales que fueron la base de la civilización etrusca.

Las tierras insulares

En el extremo sur de la península itálica, la isla de Sicilia es considerada una prolongación de los Apeninos (montes Nebrodi, Peloritani, Madonia), destacando el monte Etna, que con sus 3345 m es el volcán activo más alto de Europa.

La isla de Cerdeña es asimismo montañosa (Gennargentu), aunque cabe destacar la llanura de origen fluvial de Campidano, entre Oristán y Cagliari.

Lacio

Situada en el centro de Italia, la región del Lacio limita al oeste con el Mar Tirreno, al este con los Apeninos, al norte con las regiones etruscas de la Toscana y la Umbría, y al sur con la Campania, territorio disputado por etruscos y griegos. La actividad principal era la agricultura cerealística en las llanuras, los viñedos en las colinas y la ganadería en las zonas más abruptas y pobres.

Roma

Roma se fundó en el centro oeste de la fértil llanura del Lacio, en un punto estratégico, junto al río Tíber y rodeada de siete colinas (la colina Palatina, el Aventino, el Capitolio, el Quirinal, el Viminal, el Esquilino y el Celio) que garantizaban su seguridad.

La ciudad estaba por lo tanto entre dos grandes civilizaciones que le influyeron de forma decisiva, los etruscos al norte y las colonias griegas de la Magna Grecia al sur.