LA SEGUNDA REPÚBLICA ESPAÑOLA (1931-1936).
Cartel de "La Niña Bonita", alegoría a la Segunda República Española (1931) |
1. INTRODUCCIÓN.
"La
República la trajeron los monárquicos y la perdieron los republicanos."
En el conjunto de la evolución contemporánea española, la Segunda República significó inicialmente un intento de profunda renovación política, social, y económica. En esta tentativa estuvieron unidos durante una primera etapa diversos grupos políticos y sociales representativos de la clase media y de la clase obrera. En una primera apreciación, se puede decir que ésta tentativa reformista se vio rebasada y contrarrestada en un doble plano: por las corrientes revolucionarias de base proletaria, de un lado, y por determinadas fuerzas sociales conservadoras que se oponían a éste proyecto de reestructuración, de otro.
En el conjunto de la evolución contemporánea española, la Segunda República significó inicialmente un intento de profunda renovación política, social, y económica. En esta tentativa estuvieron unidos durante una primera etapa diversos grupos políticos y sociales representativos de la clase media y de la clase obrera. En una primera apreciación, se puede decir que ésta tentativa reformista se vio rebasada y contrarrestada en un doble plano: por las corrientes revolucionarias de base proletaria, de un lado, y por determinadas fuerzas sociales conservadoras que se oponían a éste proyecto de reestructuración, de otro.
En un esquema general de las causas
que provocaron el advenimiento de la República, nos vemos en la necesidad de
analizar el contexto histórico de la etapa anterior. La Dictadura del general
Primo de Rivera se caracterizó por una concentración de la riqueza, por el
poder de la Iglesia y del ejército, y por un fuerte centralismo. Intentó crear
una estructura análoga al fascismo italiano basada en:
- Partido único.
- Asamblea corporativa.
- Intervención en la economía a través de las altas finanzas y de los monopolios.
La Dictadura fracasó por varias
razones. Lejos de exterminar a la oposición, como en Italia, se comportó de
forma liberal. En los últimos años se produjo un cansancio y división dentro de
los militares en su apoyo al dictador y al rey, los primeros síntomas de la
gran crisis de 1929, una fuerte represión del anarcosindicalismo, y la
indiferencia al problema agrario y a las aspiraciones regionalistas, sobre todo
de Cataluña. Las presiones de una facción de militares y del rey llevaron al
general Primo de Rivera a su renuncia el 28 de Enero de 1930.
La pretensión del rey Alfonso XIII
de volver al régimen constitucional anterior a la dictadura se enfrentó con
graves dificultades que únicamente hubiera podido resolver un buen político. La
monarquía había quedado implicada con la dictadura, lo que convirtió en
republicanos a muchos liberales y nacionalistas, a gran parte de intelectuales
(Marañón, Unamuno, Ortega y Gasset), e incluso a antiguos monárquicos (Niceto
Alcalá Zamora). El rey encargó la formación de gobierno al general Berenguer,
quien trata de reinstaurar la constitución de 1876 e inicia ciertas reformas.
Mientras tanto, representantes de todas las fuerzas de oposición se pusieron de
acuerdo en el llamado Pacto de San Sebastián (agosto de 1930). Se adopta
la forma del pronunciamiento como única salida y se acuerda la fecha del 15 de
Diciembre, pero la descoordinación en éste plan hace que tres días antes se
subleven en Jaca los capitanes Galán y García Hernández. El pronunciamiento fracasa
y son detenidos, juzgados, y ejecutados. Todo el comité revolucionario es
igualmente detenido. La crisis surgida hace que caiga el gobierno.
El Gabinete del almirante Aznar
(18-02-31) se basa en un gobierno de concentración monárquica y lleva a cabo la
convocatoria de elecciones municipales para el 12 de Abril. La unión de los
republicanos se plasma en el hecho de considerar dichas elecciones como un
plebiscito sobre la monarquía, se propugna la adhesión a la República, reformas
en lo social y económico, lucha contra las instituciones clásicas (Ejército e
Iglesia), y desarrollo de las autonomías. Tras las elecciones se produce el
triunfo de la oposición, se proclama la República (14-04-31), y el rey abandona
España por Cartagena.
2. LAS FUERZAS POLÍTICAS Y SOCIALES.
Creemos necesario plantear una
visión global de los distintos grupos políticos y organizaciones obreras para
una mejor comprensión de este periodo. Sus actitudes y acciones, así como la de
sus dirigentes, marcaron en gran medida el curso de los hechos que se
sucedieron desde la proclamación de la República hasta la rebelión golpista de
carácter totalitario de 1.936, e incluso hasta el final de la guerra.
2.1. PARTIDOS DE DERECHAS O CONSERVADORES:
A.
Republicanos:
a. Partido Radical: Liderado por Alejandro Lerroux.
Anticlericales y masones.
b. Derecha Liberal Republicana: Conservadores.
Liderado por Niceto Alcalá Zamora (latifundista) y Miguel Maura (aristocracia
liberal).
c. Partido Agrario: Clasista, enemigos acérrimos de la
reforma agraria.
d. C.E.D.A. (Confederación Española de Derechas Autónomas): su fundador
fue Ángel Herrera Oria, aunque su figura más destacada fue José María Gil
Robles. Eran terratenientes, empresarios y comerciantes. Su base social era la
doctrina de la Iglesia. Sus matices antirrepublicanos se pueden constatar en
dos hechos significativos de su líder:
i. presencia en el
congreso nazi de Nuremberg (Sept. 1.933)
ii. entrevista con
el rey Alfonso XIII en París (Junio de 1.933).
iii. Se le puede
imputar como fallo el hecho de que aglutinó a un conjunto de fuerzas en el que dominó
la facción ultraderechista.
B.
Autonomistas:
a. Lliga regionalista de Catalunya (Francisco
Cambó): burguesía conservadora.
C.
Monárquicos:
a. Renovación Española: creada por Antonio Goicoechea en
Enero de 1.933. De carácter alfonsino. Su principal figura fue José Calvo
Sotelo, ministro de Hacienda en la dictadura. A su vuelta a España en 1.934,
tras la aprobación de la amnistía, intentó incorporarse a Falange, pero la
oposición de José Antonio Primo de Rivera hizo que entrara en Renovación
Española. En su exilio de Francia se impregnó de las teorías propicias a una monarquía
autoritaria de corte fascista (contraria al sufragio y al Parlamento).
b. Comunión Tradicionalista: carlistas, antagonistas de los
alfonsinos.
D.
Autoritarios:
a. J.O.N.S. (Juntas Ofensivas Nacional Sindicalistas): parte del
núcleo formado por Ledesma Ramos con una ideología
basada en
la articulación comarcal de España, la sindicación de las fuerzas económicas y
supresión de la lucha de clases. Onésimo Redondo se da a conocer en Valladolid
por la creación de las Juntas Castellanas de Actuación Hispánica, de ideología
análoga a Ledesma, pero con fuerte enraizamiento católico y una mayor
exaltación de los valores hispánicos. Ambas fuerzas se fusionaron en Octubre de
1.931.
b. Falange Española: fundado por José Antonio Primo de
Rivera en unión de Julio Ruiz de Alda. Su idea corporativa de "Familia,
Municipio, Sindicato", proviene del pasaje "Nadie ha nacido nunca
miembro de un partido político, en cambio nacemos todos miembros de una
familia; somos todos vecinos de un municipio; nos afanamos todos en el
ejercicio de un trabajo". Desde su creación en 1933 entró de lleno en un enfrentamiento con el PSOE que
se traduciría en una fuerte competencia en dos niveles: en la Universidad, SEU
en contraposición con la FUE (socialista); y en el mundo sindical, CONS (Central
Obrera Nacional Sindicalista) frente a UGT. Hemos de señalar el contraste que supone
su ideología y planteamientos claramente autoritarios y de tipo fascista, con
ciertos rasgos de carácter progresista en sus postulados políticos, tales como la
nacionalización de la banca, y la no interferencia de la Iglesia en asuntos de
Estado. Se fusionó con las JONS en 1.934.
2.2.
PARTIDOS MODERADOS,
PROGRESISTAS, REVOLUCIONARIOS Y OTRAS FUERZAS DE IZQUIERDAS:
A.
Republicanos:
a. Acción Republicana: partido creado por Manuel Azaña, quien
desde un principio colabora con la facción moderada del PSOE (Indalecio Prieto).
Es el clásico partido de clases medias, que tras la derrota de 1.933 se
transformará en Izquierda Republicana. Entre sus objetivos destacan: desmontar
el ejército tradicional, suprimir el poder de la Iglesia, emprender la reforma
agraria, y desarrollar las autonomías regionales.
b. Partido Radical Socialista: creado por Marcelino Domingo y que
presenta aspiraciones análogas con el partido de Azaña, aunque vinculadas a la Institución
Libre de Enseñanza, la Masonería, y en parte al autonomismo catalán.
B.
Autonomistas:
a. Esquerra Republicana: el impulsor de esta formación
política fue Francesc Maciá. Son antagonistas al conservadurismo de la Lliga.
Sus planteamientos son federalistas y entraron en claro enfrentamiento con el
centralismo de las Cortes y con la CNT catalana. A la muerte de Maciá en 1.933,
le sustituyó su más inmediato colaborador, Luis Companys, quien aportó a
Esquerra su máximo contenido social.
b. O.R.G.A. (Organización Regional Gallega Autónoma): el partido de
Santiago Casares Quiroga, quien no logró materializar la autonomía gallega.
c. P.N.V. (Partido Nacionalista Vasco): su fundador
fue José Antonio Aguirre, quien tras unos comienzos derechistas y confesionales
(colaboración con los carlistas) paso a unas posiciones más izquierdistas,
sobre todo por sus contactos con los catalanes de Esquerra, con quienes se
sentías unidos en las aspiraciones autonómicas.
C.
Partidos de
clase, revolucionarios y organizaciones obreristas:
a. P.S.O.E. (Partido Socialista Obrero Español) - U.G.T.
(Unión General de Trabajadores): ambos fueron fundados por Pablo Iglesias (1879 y 1888
respectivamente). Dada su antigüedad, estaban bien organizados ya al
proclamarse la República. Colaboraron con partidos republicanos de corte
burgués. Tal vez se les pueda imputar como fallo la lucha interna de sus tres líderes más significativos: el
extremista Francisco Largo Caballero (de quien se llegó a decir que era el
"Lenin Español), el intelectual y anticomunista Julian Besteiro, y el
moderado Indalecio Prieto.
b. P.C.E. (Partido Comunista de España): su primer
secretario general fue José Díaz, y desde un comienzo empezó a destacar como
activa dirigente Dolores Ibarruri "la Pasionaria". Su escasa fuerza
al proclamarse la República se vio contrarrestada con el beneficio que obtuvo al
entrar en el Frente Popular, y por la ayuda que pronto recibió de la Unión
Soviética y del comunismo internacional,
lo que le proporcionó un gran auge y un fuerte poder.
c. P.O.U.M. (Partido Obrero de Unificación Marxista): sus máximos
dirigentes fueron Andrés Nin, y Joaquín Maurín. Vinculados en un principio a la
CNT, pronto salen de esta formación. Maurín entra en el PCE, pero lo abandona
para crear el B.O.C. (Bloc Obrer y Camperol). Por su parte, Nin crea Esquerra
Comunista. Ambas formaciones se fusionaron en 1.935 bajo unos principios
troskistas, y tratando de crear un nacional comunismo frente al PCE y su
versión catalana, el PSUC. (Partido Socialista Unificado de Cataluña). Se
destacaron por ciertas actuaciones terroristas.
d. Partido Sindicalista: creación de Ángel Pestaña. Perteneciente
a CNT, trata de hacer una revisión de la doctrina cenetista. Su posición fue
abiertamente contraria a la FAI (Federación Anarquista Ibérica).
e. C.N.T. (Confederación Nacional del Trabajo): tuvo su mayor incidencia
en Cataluña, Aragón, Levante y el campo andaluz. Su planteamiento fundamental
fue la huelga revolucionaria. Dentro de ella, destacó la FAI, ala radical que
se caracterizó por sus atracos y asesinatos como arma de acción directa propugnada
por sus líderes Durruti y Ascaso.
3. LA DINÁMICA HISTÓRICA.
3.1. - PRIMER
GOBIERNO PROVISIONAL Y LA CONSTITUCIÓN DE 1.931.
El primer gobierno nace del comité
revolucionario consecuencia del Pacto de San Sebastián y lo integran, por parte
de la derechas: Lerroux y Martínez Barrio (Partido Radical) y Alcalá Zamora y
Maura (Derecha Liberal); por las izquierdas, que son mayoritarias, intervienen:
Largo Caballero, Prieto y Fernando de los Ríos por el PSOE, Marcelino Domingo y
Álvaro de Albornoz por los radicales socialistas, Casares Quiroga por la ORGA, Nicolau
D'Olwer por el Partido Catalanista Republicano, y Azaña por Acción Republicana.
Los objetivos iniciales son:
A.
Actualización del censo, bajándose la edad de voto de 25 a 23 años. Se pospone el
derecho a voto de la mujer a su inclusión en la Constitución.
B.
Nuevo sistema de circunscripciones, por el que cada
provincia tendrá una circunscripción, estableciéndose un diputado por cada
50.000 habitantes, con la excepción
de Madrid, Barcelona, y capitales de provincia con más de 100.000 habitantes.
C.
Convocatoria de elecciones a Cortes para el 28 de
Junio de 1.931.
El resultado de dichas elecciones
arrojó un triunfo del centro-izquierda, que obtuvo 399 diputados frente a los
85 de la derecha. Se produjo un fuerte abstencionismo (35%), que lejos de poder
achacarlo a la CNT, se debió a la derecha, probablemente por su
desorganización.
Para la elaboración del texto
constitucional, se creó una Comisión Jurídica Asesora para que redactara el
anteproyecto. Una vez elaborado, el Gobierno, sin ejercer su derecho a
revisarla, la entregó a las Cortes el 14 de Julio. Una vez debatida en la
Cámara, se somete a votación el 9 de Diciembre, siendo aprobada por 368 votos a
favor y 89 votos ausentes, que fueron los diputados católicos que se opusieron
al artículo 26 (relaciones Iglesia-Estado).
La Constitución recibió influencias
de las existentes en Alemania, Austria, Méjico, Uruguay y Checoslovaquia, las
más modernas, al tener menos de 10 años, y progresistas.
En cuanto a sus rasgos esenciales
podemos destacar:
a.
Estado unitario con cabida a las autonomías
regionales.
b.
Respeto a los derechos individuales de libertad y
justicia, y establecimiento del sufragio universal a los 23 años sin
discriminación de sexos.
c.
Potestad legislativa, que recae en las Cortes,
elegidas cada cuatro años y con posibilidad de voto de censura al gobierno o a
un ministro.
d.
Poder judicial independiente, creándose la figura del
jurado y el Tribunal de Garantías Constitucionales.
e.
Poder ejecutivo bicéfalo, con un presidente de la República
y un presidente de Gobierno.
f.
Soberanía nacional, neutralidad y laicismo.
3.2. BIENIO
TRANSFORMADOR O SOCIAL-AZAÑISTA (14.04.31 - 19.11.33)
Desde la proclamación de la
República se tuvieron que afrontar una serie de problemas que podríamos resumir
en los siguientes:
I. Orden público: las primeras
alteraciones graves se producen los días 10 y 11 de Mayo con la quema de
conventos. Maura, ministro de Gobernación, trató de imponerlo, pero el gabinete
era reacio, ya que trataba de evitar una evocación a las actuaciones de los
últimos años de la monarquía en este aspecto. Desde una perspectiva general, y analizando
épocas anteriores, los incidentes producidos durante la República no fueron tan
graves, excepción hecha de la revolución de Asturias en 1.934, como la Semana
Trágica, la huelga revolucionaria de 1.917, o la lucha sindicalista en
Barcelona durante 1.921 y 1.922. En este sentido, cabría reseñar que la derecha
tradicional, contraria a la República desde el comienzo, actuó como caja de
resonancia a través de la prensa afín y de sus parlamentarios en una labor de
desprestigio del nuevo régimen.
II. Actitud de la
Iglesia católica: claramente en oposición al cambio producido. Se
pueden constatar dos hechos significativos: la pastoral del cardenal Segura (7
de Mayo), a la que nos referiremos más adelante cuando analicemos el problema
religioso, y la negativa del Vaticano a dar el placet al embajador enviado por
el gobierno republicano.
III. Reforma del
ejército, que
básicamente se planteó en una reducción de sus efectivos.
IV. Aspiraciones
regionalistas por parte de Cataluña, País Vasco y Galicia. Se produjo una
reacción negativa de las clases medias del resto de España y de casi todo el
Ejército, por el recelo de una política estimada como separatista (es curioso
como el 90% de los críticos del Estatuto Catalán no lo habían leído).
V.
Reforma agraria: se trata de
acometer de una forma moderada, pero choca desde un principio con la oposición
de la clase terrateniente y sobre todo con la aristocracia.
VI.
Paro y subida
de salarios: ante la ausencia de una política de pleno empleo se produjo un
distanciamiento del proletariado. La CNT contribuyó en gran medida a este
problema con la no adhesión a la política del Gobierno. Igualmente hay que
tener en cuenta el contexto general de la situación de crisis a nivel
internacional que se venía arrastrando desde 1.929.
VII.
Amenaza latente
de autoritarismo, plasmada en el nacimiento de la CEDA, JONS, y Falange.
Gran parte de estos problemas serán
objeto más adelante de un estudio más profundo y pormenorizado que nos darán
una visión más completa de la política seguida durante este periodo.
3.3. BIENIO
DERECHISTA O "BIENIO NEGRO" (19.11.33 - 18.02.36).
Las elecciones del 19 de Noviembre y
el consiguiente triunfo de la derecha vienen dadas por distintas causas. El
presidente de la República, Alcalá Zamora, propugnaba un giro hacia posiciones
de centro. Por su parte, Lerroux, gira hacia la derecha por recelo a Azaña. La
derecha se había reorganizado, y este hecho contrasta con la falta de unidad en
la izquierda, plasmada en la división interna de los socialistas, sobre todo
PSOE, y con el abstencionismo preconizado desde las filas de la CNT.
El primer gobierno lo forma Lerroux,
que ve así cumplidas sus aspiraciones de poder, y tanto éste como los sucesivos
fueron avanzando hacia posiciones cada vez más conservadoras. Las alteraciones
del orden público no se refrenaron sustancialmente, de hecho los movimientos
huelguísticos se siguieron produciendo. Las relaciones Iglesia-Estado
mejoraron. La reforma del Ejército fue drásticamente detenida, prueba de ello
es que los nombramientos de generales se personificaron en los militares
antirrepublicanos ("africanistas"), que fueron el germen del
alzamiento de 1.936. Las tensiones regionalistas se acentuaron, se suspendió el
Estatuto Catalán en 1.934, y se paralizó el proceso autonómico en el País Vasco
y Galicia.
La política agraria dio un vuelco
radical frente a lo que se había legislado hasta entonces y motivó focos de
tensión en el campesinado extremeño y andaluz.
El peligro de autoritarismo pasó a
ser una realidad próxima, basta decir que José Antonio Primo de Rivera obtuvo
acta de diputado, y que rápidamente se promulgó la Ley de Amnistía (Marzo de
1.934) que suponía la vuelta de Calvo Sotelo y de los golpistas de 1.932
(general Sanjurjo).
En otro contexto, hay que destacar
que esta derecha gobernante pudo sacar partido y haberse consolidado aún más
tras el "éxito" en la represión de la revolución de Asturias. Lejos
de ello, le desacreditó y abrió una crisis que se vio potenciada por un nuevo
elemento, la corrupción administrativa en el seno del Partido Radical que se
pone de manifiesto en dos casos concretos: 1º) el caso Straperlo (fraude en el
juego promovido en Santander y San Sebastián por el aventurero austriaco
Strauss), en el que se vieron implicados elementos del partido de Lerroux, y
2º) el caso Tayá-Nombela (indemnizaciones infundadas concedidas al naviero Tayá
por una ruptura de un contrato con el Estado para la navegación con África).
3.4. ELECCIONES
DE 1.936. EL FRENTE POPULAR.
Alcalá Zamora había disuelto las
Cortes en Diciembre de 1.935 ante un clima general de crispación por la
política llevada a cabo en los dos años anteriores y por los escándalos del gobierno
de Lerroux. La convocatoria a elecciones se establece para Febrero del año
siguiente.
El 15 de Enero de 1.936 se llevó a
cabo un pacto entre republicanos de izquierda y partidos obreros que representó
una norma de gobierno si llegaban a ganar las elecciones. El triunfo del Frente
Popular, en función de los votos emitidos, fue muy ajustado (34,3 % frente al
33,2 % de la derecha). Pero el sistema electoral mayoritario y la discusión en
las Cortes de las actas impugnadas establecieron mayores diferencias a favor de
las izquierdas. Independientemente de la unión de éstas últimas, otras causas
fueron la desunión de las derechas, el hundimiento de los radicales de Lerroux,
que orientó el voto centrista hacia la izquierda, y la participación de los
anarcosindicalistas, movidos por el deseo de lograr la liberación de los
detenidos como consecuencia de los sucesos de 1.934.
Las Cortes destituyen a Alcalá
Zamora y se elige a Azaña como presidente de la República. Las medidas del
nuevo gobierno de Casares Quiroga consistieron en:
I. Puesta en libertad de 30.000 presos políticos
II. Aceleración de la reforma agraria, cuyo primer paso
fue la suspensión del pago de las rentas por los arrendatarios de Andalucía y
Extremadura.
III. Devolución de sus facultades a la Generalitat
catalana.
IV. Reajustes en el seno del Ejército, distanciando a los
militares antirrepublicanos. Franco fue destinado a Canarias y Goded a
Baleares.
V. En lo referente al orden público se mantuvo el decreto
de 17 de Febrero, en el que se declaraba el estado de alarma.
Estas medidas se vieron demoradas
por las complicaciones postelectorales derivadas de la destitución de Alcalá
Zamora y la reunión de las Cortes para el 4 de Abril.
El primer y gran problema con el que hubo de enfrentarse el gobierno fue el orden público, ya que se produjeron frecuentes alteraciones desde la celebración del triunfo del Frente Popular. Contribuyó a esto el discurso de Calvo Sotelo en las Cortes, en donde acusó al gobierno de ser avasallado por los extremistas de izquierdas. Se había producido un enardecimiento revolucionario del PSOE, la UGT, y sobre todo la CNT. Largo Caballero se radicalizó propugnado la unión de la izquierda proletaria (PSOE-PCE y UGT-CNT), que se plasmó en la creación del PSUC (Partido Socialista Unificado de Cataluña) y en la huelga en Madrid de los trabajadores de la construcción y de los electricistas. La consecuencia derivada de este problema fue que el gobierno no se ocupó de la conspiración de los militares.
Por otro lado, había una serie de síntomas alentadores, tales como la declaración de republicanismo de una parte de los parlamentarios del grupo de la CEDA, y la promesa de apoyo a las reformas de Azaña. La política eclesiástica fue menos agresiva, el episcopado español y el Vaticano moderaron su postura.
Azaña creía que todo volvería a su cauce, pero no contaba con la decisión tomada por los antirrepublicanos consistente en derrocar la República por la vía del pronunciamiento. Tenían un líder político agresivo personificado en la figura de Calvo Sotelo; una fuerza de choque (Falange) financiada por Renovación Española y hostigada por la prensa reaccionaria; la fuerte base popular en Navarra de los tradicionalistas; el grueso del Ejército estaba resentido, oponiéndose abiertamente a la creación de un ejército popular y a la desmilitarización de Marruecos, así pues no es de extrañar que la UME (Unión Militar Española) ya tuviera fijado el plazo del alzamiento, del 10 al 20 de Julio, y a su director, el general Mola.
4. CUESTIONES MÁS REPRESENTATIVAS.
4.1. LA IGLESIA CATÓLICA.
Tras la proclamación de la República se produjeron las primeras manifestaciones de animadversión y recelo frente al nuevo régimen, concretadas en la Pastoral del cardenal Segura, quien desde el Boletín del Arzobispado de Toledo, el 7 de Mayo de 1.936 alertó a los católicos en contra de la República. Poco después, el día 11, se produce la quema de conventos, existiendo dudas sobre su autoría (anarquistas, masones, agitadores, monárquicos, e incluso la propia Iglesia).
Se expulsa al cardenal Segura y poco después se detiene a monseñor Echeguren camino de Francia con documentos comprometedores redactados por Segura en los que se daban una serie de normas a los obispos para vender los bienes de la Iglesia y colocar su valor en el extranjero.
Aunque los sentimientos anticlericales de los republicanos de izquierda y socialistas eran fuertes, fueron los masones quienes plantearon un programa contra la Iglesia:
a. Separación Iglesia-Estado, propugnado la ruptura con el Vaticano.
b. Absoluta libertad religiosa.
c. Incapacitación de los eclesiásticos para la enseñanza.
d. Expulsión de las comunidades religiosas extranjeras, nacionalizando sus bienes.
e. Inventario de los bienes del clero para prevenir su posible mal uso.
f. Eliminación de la subvención estatal.
g. Secularización de los cementerios.
h. Leyes de matrimonio civil y divorcio.
i. Declaración de igualdad ante la ley de todos los hijos.
Las primeras medidas adoptadas fueron: la disolución y confiscación de los bienes de la Compañía de Jesús (Enero de 1.932). En realidad tal medida no supuso la expulsión de los jesuitas, del mismo modo que los bienes realmente confiscados fueron pocos.
Una segunda medida fue la ley sobre congregaciones religiosas de Junio de 1.933 por la que se adopta el cese en la actividad docente de la Iglesia, estableciéndose como plazo el 1 de Octubre del mismo año. El aspecto negativo de esta ley fue la incapacidad para sustituir con rapidez las escuelas religiosas por las públicas proyectadas así como el personal docente.
Por último cabe señalar las leyes de matrimonio civil y divorcio, y la secularización de los cementerios (Enero de 1.932) que no produjo oposición fuerte en las Cortes.
Al contrario de lo que sucedió con la reforma agraria (lentitud en su aplicación) la República operó en estos apartados rápidamente y con precipitación. El error político radicó en el hecho de que aun cuando existía un claro anticlericalismo, la Iglesia era un "enemigo" demasiado fuerte como para destruirlo con leyes y decretos. El abandono de gran parte de estas medidas se produjo con la llegada de la derecha al poder.
4.2. EL EJÉRCITO.
Después de los desastres de Cuba y Filipinas no tuvo una actividad significativa. Tras la Conferencia de Algeciras (1906) entra de nuevo en liza tras concederse a España los derechos de Protectorado sobre Marruecos. Con posterioridad podemos ver tres momentos de intervencionismo:
a. Semana Trágica de Barcelona (1909), con la negativa de los reclutas catalanes a embarcarse para África.
b. Crisis de 1.917: movimientos huelguísticos por el alza en el coste de la vida, y efervescencia de los reclutas.
c. Crisis de 1.923, con la llegada de la Dictadura, que se puede considerar como efecto de los últimos desastres de Marruecos.
En los últimos tiempos de la monarquía el Ejército no había sido un bloque monolítico. Prueba de ello es la conspiración de 1.930, en la que participaron algunos grupos de militares, como los capitanes Galán y García Hernández (pronunciamiento de Jaca), e incluso Ramón Franco en Madrid. También se puede constatar la actividad de la "Asociación Militar Republicana", dirigida por Queipo de Llano. Igualmente resalta la fuerte diferencia entre el ejército metropolitano, con una organización y armamento deficientes, y el de Marruecos, menos numeroso pero mucho más fuerte. En general, el Ejército estaba, en cierta medida, fatigado por soportar el peso de un régimen caduco, de ahí que no se opusiera al cambio.
Según el Anuario Militar de 1.930,
existían 566 generales y 21.966 oficiales para un ejército de poco más de
100.000 hombres, de donde saldría una proporción de 4,5 soldados por cada
mando, aproximadamente.
La República abordó el proyecto de transformar el tradicional panorama del Ejército. La figura clave en dicho proyecto era Azaña. Se fijaron unas medidas a corto plazo, por vía de decretos, cuyo planteamiento era:
La República abordó el proyecto de transformar el tradicional panorama del Ejército. La figura clave en dicho proyecto era Azaña. Se fijaron unas medidas a corto plazo, por vía de decretos, cuyo planteamiento era:
- Posibilidad de retiro (2ª reserva) con el sueldo casi íntegro. Se dio un plazo de 30 días.
- Se procede a la reestructuración del Ministerio de la Guerra, llevándose a cabo una centralización de servicios, se reorganiza el Estado Mayor Central, y se suprime el Consejo Superior de Justicia Militar, traspasando sus facultades al Tribunal Supremo.
- Marruecos, semillero de la oficialidad más dura, los llamados "africanistas", comenzó a ser desmilitarizado y sustituida su administración militar por una civil.
- Posibilidad de ascenso de suboficial a oficial de complemento.
- Cierre de la Academia General Militar de Zaragoza, al considerarla como un centro de signo claramente antirrepublicano.
- Se estableció como condición para ingresar en las academias militares el haber prestado 6 meses de servicio militar como soldado y tener un año de estudios universitarios antes de la graduación.
- Se reformó el régimen de reclutamiento, por el cual, los universitarios y bachilleres sólo prestarían un servicio militar de 4 semanas, mientras que el resto de reclutas lo realizarían durante un año, con la posibilidad de licenciarse a los ocho meses si se demostraba el aprovechamiento necesario, o a los seis si se pagaba una determinada cantidad. Esta última medida pudo suponer cierta discriminación hacia las clases menos favorecidas, pero lo cierto es que el propósito de Azaña era aligerar la carga económica del ejército.
- Potenciación de la oficialidad de complemento.
De igual manera, la no utilización del ejército como instrumento de orden público, la creación de la Guardia de Asalto para asumir esa función, y la milicia de complemento significaron en el seno de los militares una preocupación profesional por la competencia que de ello se derivaba.
Durante la vida de la República tuvieron lugar varias tentativas de sublevación. La primera y más importante fue la de Sanjurjo en Agosto de 1.932. Los motivos esenciales se centraron en el clima creado por la discusión del Estatuto de Cataluña, y por las frecuentes alteraciones del orden público no reprimidas por el gobierno. El intento fracasó y su instigador hubo de exiliarse. De la misma manera fracasó poco después, Diciembre del mismo año, la del teniente coronel Galarza.
Tras la llegada al poder de la derecha en 1.933 se produce una moderación e incluso colaboración con el gobierno de Lerroux, que les dio su confianza como se puede desprender de los nombramientos que se llevaron a cabo: Franco, jefe del Estado Mayor Central; Mola, comandante militar de Marruecos; y Goded, inspector del Ejército. Las medidas de Azaña entraron en un proceso de revisión y la conspiración militar cedió en su presión.
Con el triunfo del Frente Popular resurgió todo el clima de animadversión anterior y acto seguido comenzaron los planes de la sublevación que se habría de producir en Julio de 1.936.
4.3. CUESTIÓN AGRARIA.
Características de la agricultura en 1.931:
a. La distribución de la propiedad de la tierra no había variado desde la desamortización.
b.
Fuerte concentración de grandes fincas en Andalucía
Occidental, Extremadura y la Mancha.
c.
En el resto de España había una gran fragmentación de
las explotaciones pequeñas y medias.
d.
La recesión económica conllevaba una disminución de la
actividad.
e.
Presión demográfica sobre la agricultura, ya que no
sólo no hubo éxodo rural como antes, sino que se acentuó con la vuelta de
obreros industriales al campo.
f.
El medio rural estaba muy "trabajado" por las
organizaciones sindicales de izquierda, en especial por la F.N.T.T. (Federación
Nacional de Trabajadores de la Tierra) ligada a UGT, y por los
anarcosindicalistas de la CNT.
Ante este panorama el tema explosivo radicaba en la desesperación del campesinado por el abandono al que había estado secularmente sometido, junto con el ansia de que la República permitiera un cambio sustancial.
Los decretos agrarios promulgados en 1.931 tuvieron un carácter de provisionalidad hasta la aprobación de leyes específicas. Así, se prorrogaron los contratos de arrendamiento, se favoreció las agrupaciones de obreros, la jornada laboral se fijó en 8 horas. Para restringir las facultades de contratación de los grandes propietarios se promulgó el decreto de "términos municipales", por el que se establecía la prioridad de la fuerza de trabajo local frente a la foránea, y de igual modo se completó esta disposición con el llamado "turno riguroso" de obreros inscritos en los registros de las oficinas de colocación. Con objeto de que los propietarios no abandonasen la explotación de la tierra se decretó el laboreo forzoso.
Tras esta serie de medidas iniciales, se acometió el estudio de una ley que recogiera el conjunto de los cambios que se querían llevar a cabo. Después de su compleja elaboración y debate en las Cortes, la Ley Agraria fue aprobada el 9 de Septiembre de 1.932.
La ley tenía 23 bases que perseguían la redistribución de tierras y el asentamiento en ellas de los campesinos. Se crea el I.R.A. (Instituto para la Reforma Agraria) para ejecutar la ley. Se realizó un inventario de tierras expropiables. Las indemnizaciones por la expropiación se abonarían parte en metálico y el resto en títulos de deuda especial. Estas tierras pasaban al IRA, de aquí a las Juntas Provinciales, y finalmente a las comunidades de campesinos. Las previsiones eran asentar a 60.000 campesinos cada año, pero en dos años no llegaron ni a 12.500.
Las causas del fracaso habría que buscarlas en el hecho de que la ley era compleja, con demasiados trámites. La ejecución fue lenta por una mala organización del IRA. Por otro lado, al año de su aprobación se produjo el triunfo de la derecha, con la consiguiente paralización.
A partir de Noviembre de 1.933 fue notorio el cambio de signo en la política agraria del gobierno de Lerroux. De la moderación inicial de Gutiérrez Fernández se pasó a la contrarreforma con la ley de Agosto de 1.935, encaminada a la revisión de la anterior. Se acordaron fuertes excepciones a las tierras expropiables, anulando y suprimiendo el inventario creado a tal fin. Si hubo algo positivo fue el que se mantuvo la expropiación forzosa pero sólo en caso de "utilidad social". La lentitud en la realización de la reforma equivalía a desistir de ella.
En 1.936, con la llegada al poder del Frente Popular, se da un fuerte impulso a la reforma. Se deroga la ley de 1.935 y se restablece la de 1.932. Se aceleran las expropiaciones del mismo modo que los asentamientos, en cinco meses (de Febrero a Junio) se ocupan más de 200.000 hectáreas y se establecen más de 70.000 colonos. Todo ello favorecido por la simplificación de los trámites burocráticos y la reorganización del IRA.
Otros aspectos de la política agraria fueron los relativos al regadío. En Abril de1.932 se promulga la Ley de Obras de Puesta en Riego (OPER), que preveía la construcción de pantanos y embalses, así como toda una serie de obras secundarias de riego (canales, acequias, etc.) y otras orientadas a la creación de caminos, viviendas y pueblos. Dentro de este contexto, en 1.933 se proyecta el plan de obras hidráulicas, cuyo teórico fue Lorenzo Pardo, y que se asienta esencialmente en el trasvase de aguas de los ríos de la vertiente atlántica a la mediterránea, después de los estudios realizados sobre el caudal de las distintas cuencas y su incidencia en la agricultura. Estas medidas, tras el paréntesis de la guerra y el olvido de la época posterior, saldrían nuevamente a la luz al cabo de un par de décadas, aunque bajo auspicios bien distintos.
4.4. LOS ESTATUTOS REGIONALES.
A.- CATALÁN.
Garantizaba a Cataluña muchas de sus aspiraciones. La Generalitat se configuraba como órgano de gobierno con facultades legislativas y ejecutivas en hacienda, economía, educación, e incluso orden público.
El trasvase de competencias fue rápido hasta 1.933. A raíz del triunfo de la derecha se producen las primeras fricciones fuertes entre el Estado y la Generalitat. Este hecho resulta claramente comprensible si se tiene en cuenta que las elecciones al parlamento catalán habían arrojado un clara victoria de la izquierda. La acusación de separatismo fue infundada, ya que eran planteamientos autonómicos burgueses y nacionalistas. Como ya antes habíamos mencionado, el Estatuto Catalán no fue ni tan siquiera leído por el 90 % de sus detractores, y en realidad suponía un recelo de las clases medias del resto de España y de casi todo el estamento militar.
B. VASCO.
El movimiento autonomista en el País Vasco y Navarra era tan intenso como en Cataluña, pero tendía a la preservación y ampliación de lo que quedaba de sus antiguos privilegios forales. El motor de la autonomía sería la cuestión religiosa. El anticlericalismo centralista chocaba con los nacionalistas vascos y los carlistas navarros, de una filosofía social y religiosa profundamente católica.
Las elecciones de 1.933 habían supuesto, a nivel nacional, el triunfo de la derecha, de la misma manera que el PNV había salido claramente victorioso en el País Vasco. De esta forma se despertaba la confianza en que el estatuto saldría adelante, pero los radicales de Lerroux y la CEDA dieron carpetazo a la autonomía tachándola de separatista. Ante la frustración, se creó un fuerte espíritu nacionalista y oposición abierta a Madrid, solidarizándose con los problemas catalanes y los rabassaires.
Los sindicatos se lanzan a la huelga en 1.934 coincidiendo con los sucesos de Cataluña y Asturias. Los nacionalistas vascos adoptaron una postura ambigua, optando por la abstención ante estos hechos. La represión de la revolución aminoró las actividades nacionalistas, pero a finales de 1.935 se habían convencido de que no podían esperar nada de la derecha. Es por lo que, pese a sus convicciones, se unieron al Frente Popular. Tras el triunfo en Febrero de 1.936 se puso en marcha el estatuto de una forma más profunda.
4.5. REVOLUCIÓN Y REPRESIÓN EN 1.934.
A partir de Noviembre de 1.933, y durante un tiempo, los radicales gobernaron solos, pero tenían que contar con el apoyo de la CEDA que pedía:
Ante este panorama el tema explosivo radicaba en la desesperación del campesinado por el abandono al que había estado secularmente sometido, junto con el ansia de que la República permitiera un cambio sustancial.
Los decretos agrarios promulgados en 1.931 tuvieron un carácter de provisionalidad hasta la aprobación de leyes específicas. Así, se prorrogaron los contratos de arrendamiento, se favoreció las agrupaciones de obreros, la jornada laboral se fijó en 8 horas. Para restringir las facultades de contratación de los grandes propietarios se promulgó el decreto de "términos municipales", por el que se establecía la prioridad de la fuerza de trabajo local frente a la foránea, y de igual modo se completó esta disposición con el llamado "turno riguroso" de obreros inscritos en los registros de las oficinas de colocación. Con objeto de que los propietarios no abandonasen la explotación de la tierra se decretó el laboreo forzoso.
Tras esta serie de medidas iniciales, se acometió el estudio de una ley que recogiera el conjunto de los cambios que se querían llevar a cabo. Después de su compleja elaboración y debate en las Cortes, la Ley Agraria fue aprobada el 9 de Septiembre de 1.932.
La ley tenía 23 bases que perseguían la redistribución de tierras y el asentamiento en ellas de los campesinos. Se crea el I.R.A. (Instituto para la Reforma Agraria) para ejecutar la ley. Se realizó un inventario de tierras expropiables. Las indemnizaciones por la expropiación se abonarían parte en metálico y el resto en títulos de deuda especial. Estas tierras pasaban al IRA, de aquí a las Juntas Provinciales, y finalmente a las comunidades de campesinos. Las previsiones eran asentar a 60.000 campesinos cada año, pero en dos años no llegaron ni a 12.500.
Las causas del fracaso habría que buscarlas en el hecho de que la ley era compleja, con demasiados trámites. La ejecución fue lenta por una mala organización del IRA. Por otro lado, al año de su aprobación se produjo el triunfo de la derecha, con la consiguiente paralización.
A partir de Noviembre de 1.933 fue notorio el cambio de signo en la política agraria del gobierno de Lerroux. De la moderación inicial de Gutiérrez Fernández se pasó a la contrarreforma con la ley de Agosto de 1.935, encaminada a la revisión de la anterior. Se acordaron fuertes excepciones a las tierras expropiables, anulando y suprimiendo el inventario creado a tal fin. Si hubo algo positivo fue el que se mantuvo la expropiación forzosa pero sólo en caso de "utilidad social". La lentitud en la realización de la reforma equivalía a desistir de ella.
En 1.936, con la llegada al poder del Frente Popular, se da un fuerte impulso a la reforma. Se deroga la ley de 1.935 y se restablece la de 1.932. Se aceleran las expropiaciones del mismo modo que los asentamientos, en cinco meses (de Febrero a Junio) se ocupan más de 200.000 hectáreas y se establecen más de 70.000 colonos. Todo ello favorecido por la simplificación de los trámites burocráticos y la reorganización del IRA.
Otros aspectos de la política agraria fueron los relativos al regadío. En Abril de1.932 se promulga la Ley de Obras de Puesta en Riego (OPER), que preveía la construcción de pantanos y embalses, así como toda una serie de obras secundarias de riego (canales, acequias, etc.) y otras orientadas a la creación de caminos, viviendas y pueblos. Dentro de este contexto, en 1.933 se proyecta el plan de obras hidráulicas, cuyo teórico fue Lorenzo Pardo, y que se asienta esencialmente en el trasvase de aguas de los ríos de la vertiente atlántica a la mediterránea, después de los estudios realizados sobre el caudal de las distintas cuencas y su incidencia en la agricultura. Estas medidas, tras el paréntesis de la guerra y el olvido de la época posterior, saldrían nuevamente a la luz al cabo de un par de décadas, aunque bajo auspicios bien distintos.
4.4. LOS ESTATUTOS REGIONALES.
A.- CATALÁN.
Garantizaba a Cataluña muchas de sus aspiraciones. La Generalitat se configuraba como órgano de gobierno con facultades legislativas y ejecutivas en hacienda, economía, educación, e incluso orden público.
El trasvase de competencias fue rápido hasta 1.933. A raíz del triunfo de la derecha se producen las primeras fricciones fuertes entre el Estado y la Generalitat. Este hecho resulta claramente comprensible si se tiene en cuenta que las elecciones al parlamento catalán habían arrojado un clara victoria de la izquierda. La acusación de separatismo fue infundada, ya que eran planteamientos autonómicos burgueses y nacionalistas. Como ya antes habíamos mencionado, el Estatuto Catalán no fue ni tan siquiera leído por el 90 % de sus detractores, y en realidad suponía un recelo de las clases medias del resto de España y de casi todo el estamento militar.
B. VASCO.
El movimiento autonomista en el País Vasco y Navarra era tan intenso como en Cataluña, pero tendía a la preservación y ampliación de lo que quedaba de sus antiguos privilegios forales. El motor de la autonomía sería la cuestión religiosa. El anticlericalismo centralista chocaba con los nacionalistas vascos y los carlistas navarros, de una filosofía social y religiosa profundamente católica.
Las elecciones de 1.933 habían supuesto, a nivel nacional, el triunfo de la derecha, de la misma manera que el PNV había salido claramente victorioso en el País Vasco. De esta forma se despertaba la confianza en que el estatuto saldría adelante, pero los radicales de Lerroux y la CEDA dieron carpetazo a la autonomía tachándola de separatista. Ante la frustración, se creó un fuerte espíritu nacionalista y oposición abierta a Madrid, solidarizándose con los problemas catalanes y los rabassaires.
Los sindicatos se lanzan a la huelga en 1.934 coincidiendo con los sucesos de Cataluña y Asturias. Los nacionalistas vascos adoptaron una postura ambigua, optando por la abstención ante estos hechos. La represión de la revolución aminoró las actividades nacionalistas, pero a finales de 1.935 se habían convencido de que no podían esperar nada de la derecha. Es por lo que, pese a sus convicciones, se unieron al Frente Popular. Tras el triunfo en Febrero de 1.936 se puso en marcha el estatuto de una forma más profunda.
4.5. REVOLUCIÓN Y REPRESIÓN EN 1.934.
A partir de Noviembre de 1.933, y durante un tiempo, los radicales gobernaron solos, pero tenían que contar con el apoyo de la CEDA que pedía:
- Desaceleración de la reforma agraria.
- Detener el proceso de laización de la enseñanza.
- Restablecimiento de los haberes al clero.
- Amnistía a los responsables de la sublevación de Sanjurjo.
El 5 de Octubre la UGT declara la huelga general, siendo la respuesta de Lerroux la proclamación del estado de guerra. En general la huelga fracasó salvo:
1) El País Vasco: actividad sindical y abstencionismo del PNV, (Vid. en 4.3).
2) Cataluña: la ley de cultivos había sido vetada, se
había demorado la transferencia de poderes derivados del estatuto, divorcio
entre derechismo centralista de Madrid y el izquierdismo autonomista de
Barcelona. Batet, siguiendo instrucciones de Madrid, reprime la subversión de forma
poco cruenta. El gobierno autónomo es detenido.
3) Asturias: existía un ambiente propicio para la huelga revolucionaria.
La concentración de la CEDA en Covadonga, en Septiembre, se consideró como una
provocación a la izquierda. Se llevó a cabo la alianza proletaria CNT-UGT bajo las
siglas U.H.P. (Unión de Hermanos Proletarios), agrupando también a troskistas y
comunistas. Se ocupa toda la cuenca minera.
El 8 de Octubre se produce el desembarco de efectivos de la Legión y Regulares enviados desde Marruecos y dirigidos desde Madrid por Franco.
Las secuelas fueron dramáticas: además de los muertos, se llenaron las cárceles y hubo que habilitar campos de reclusión para 30.000 presos políticos. Supuso el presidio para Largo Caballero, el exilio para Indalecio Prieto, y una feroz persecución política contra Azaña.
5. CONCLUSIONES SOBRE LA II REPUBLICA ESPAÑOLA.
Los liberales, cuyas protestas consiguieron la expulsión del Dictador en 1.930 y del Rey en 1.931 fueron incapaces de crear unos hábitos democráticos. La República falló porque no fue aceptada por grupos poderosos tanto de la izquierda como de la derecha.
Durante 5 años se fueron formando dos bandos lo bastante poderosos como para impedir la victoria inmediata de uno de ellos en caso de conflicto armado. Desde 1.808 había en España tres focos de tensión y conflicto:
El 8 de Octubre se produce el desembarco de efectivos de la Legión y Regulares enviados desde Marruecos y dirigidos desde Madrid por Franco.
Las secuelas fueron dramáticas: además de los muertos, se llenaron las cárceles y hubo que habilitar campos de reclusión para 30.000 presos políticos. Supuso el presidio para Largo Caballero, el exilio para Indalecio Prieto, y una feroz persecución política contra Azaña.
5. CONCLUSIONES SOBRE LA II REPUBLICA ESPAÑOLA.
Los liberales, cuyas protestas consiguieron la expulsión del Dictador en 1.930 y del Rey en 1.931 fueron incapaces de crear unos hábitos democráticos. La República falló porque no fue aceptada por grupos poderosos tanto de la izquierda como de la derecha.
Durante 5 años se fueron formando dos bandos lo bastante poderosos como para impedir la victoria inmediata de uno de ellos en caso de conflicto armado. Desde 1.808 había en España tres focos de tensión y conflicto:
- Iglesia - Liberales.
- Terratenientes y burguesía - Clase obrera.
- Centralismo - Reclamación de derechos regionales.
La historiografía liberal culpa a los individuos: Azaña por su orgullo, Gil Robles por sus vacilaciones y su retórica, Largo Caballero y Calvo Sotelo por sus discursos incendiarios, Lerroux por corrupto. Culpar a los políticos es olvidar que son la expresión de los sueños colectivos de las masas.
La República cayó por los mismos motivos que habían hundido a la Dictadura y a la Monarquía:
a. Incapacidad de los políticos para resolver los problemas dentro de un marco aceptable.
b.
La voluntad de algunos de someter las cuestiones a la
prueba de la fuerza.
c. No había hábitos de organización ni de compromiso.
d. Existía una arraigada tradición de violentas disputas que fueron adquiriendo características religiosas, regionales y de lucha de clases.
c. No había hábitos de organización ni de compromiso.
d. Existía una arraigada tradición de violentas disputas que fueron adquiriendo características religiosas, regionales y de lucha de clases.