UD 5- AUGE Y DECADENCIA DEL IMPERIO ESPAÑOL (SIGLOS XVI-XVII)

AUGE Y DECADENCIA DEL IMPERIO ESPAÑOL (SIGLOS XVI-XVII).

INTRODUCCIÓN. 

Con la llegada al trono de Carlos I, los reinos españoles recaían en la casa de Austria o de Habsburgo, que reinará en España durante dos siglos.

Debido a la política matrimonial de los Reyes Católicos, Carlos I llegó a reunir una de las herencias más extensas hasta entonces conocida, de forma que España pasó a ser uno de los países más influyentes en Europa y en el mundo.

Los reinados de Carlos I y de su hijo Felipe II, que cubren la mayor parte del siglo XVI, dirigieron su peso político a la defensa de sus intereses dinásticos (los de la familia Habsburgo) y también, pues no se entendería su política internacional, a la defensa del catolicismo, en una Europa desgarrada por los enfrentamientos religiosos.

Paralelamente, en América, con Carlos I culmina la conquista del continente y se avanza en su administración; con Felipe II tiene lugar la colonización de las Filipinas, así nombrada en su honor, descubiertas durante el reinado de Carlos I y ocupadas ahora por Felipe II. 

I. EL REINADO DE CARLOS I (1517-1556) 

1.1.  Características básicas de su reinado. 

La muerte de Fernando de Aragón en 1516 puso fin al reinado de los Trastámaras en la Península Ibérica. Tras una breve regencia del cardenal Cisneros, Carlos I de la familia de los Habsburgo, desembarcó en Tazones (concejo de Villaviciosa, Asturias).

Su reinado se caracteriza por: 

a)   Carlos I recibe una importante herencia familiar. De sus abuelos maternos, Isabel y Fernando, recibe la herencia hispánica con gran parte de la Península Ibérica, las Canarias, las posesiones en Italia (Cerdeña, Sicilia y Nápoles) y la parte americana que se ampliará en este reinado con conquistas desde México hasta el sur del continente; De María de Borgoña, su abuela paterna, recibe los territorios de los Países Bajos y el Franco Condado; De Maximiliano de Austria, su abuelo paterno, las posesiones austriacas. Además, en 1519, Carlos I es elegido emperador de Alemania sucediendo a su abuelo Maximiliano (Carlos V de Alemania y I de España) 

b)   Fue un soberano cosmopolita debido a su formación y también al hecho de no disponer de una capital del Imperio ni una residencia permanente. Gobernaba, además sonbre un conjunto de estados heterogéneos que tenían lenguas, culturas e instituciones diferentes.

c)    Los ingresos y el poder del nuevo monarca procedían de su propio patrimonio, y en especial de Castilla, a través de los impuestos y de los recursos procedentes de las Indias. El reino castellano disponía, además, de instituciones que permitían el ejercicio centralizado del poder. Por ello, Carlos I convirtió a Castilla en el centro de su política: aprendió su lengua, residió allí y con frecuencia y, con el tiempo, la mayoría de sus consejeros y secretarios fueron castellanos.

1.2. La política interior: las Comunidades y las Germanías.

Cuando inicia su reinado en España (1517), Carlos I, que no hablaba nuestro idioma y desconocía nuestros usos y costumbres, causó una pésima sensación entre la población castellana. Educado en la corte flamenca venía rodeado de consejeros flamencos quienes se repartieron sin rubor los mejores cargos y sacaban riquezas del país. En las Cortes de Valladolid (1518), los procuradores de las ciudades aprovecharon la ocasión para protestar contra la explotación de Castilla por los extranjeros y exigieron del rey que no les otorgase cargos y que prohibiese la salida de oro y plata del reino.

Ante su elección como emperador (1519), Carlos I parte camino a Alemania para recibir la investidura imperial dejando como regente al cardenal Adrián de Utrecht. Este es el momento en el que estalla la denominada revuelta de las comunidades debido al alejamiento del monarca de los intereses de Castilla: la insurrección comenzó en importantes ciudades del interior de Castilla como Toledo, Segovia, Ávila, Salamanca, Valladolid, Zamora, etc. que se unieron en la llamada Junta Santa y elaboraron un programa en donde quedaba recogido sus peticiones: en síntesis, se reivindicaba una forma de gobernar que tuviera en cuenta las peticiones de los procuradores de las ciudades representadas en las Cortes y una política económica de signo proteccionista, que tuviera en cuenta los intereses de la burguesía urbana de los centros textiles del interior de Castilla.

La aristocracia, que inicialmente se mantuvo al margen, apoyó con decisión a la Corona cuando, desde finales de 1520, empezaron a producirse insurrecciones campesinas que ponían en peligro los derechos señoriales. El miedo a la revolución social puso a la aristocracia al servicio del Consejo de Regencia.

El 23 de abril de 1521 los dos ejércitos, el real y el comunero, se encontraron en las proximidades de Villalar. Derrotados los comuneros, sus tres jefes Padilla, Bravo y Maldonado fueron capturados. Al día siguiente fueron juzgados y, a continuación, decapitados en la plaza de Villalar.

Con la victoria real se ponía fin al proyecto de creación de una monarquía que tuviera en cuenta el poder del reino representado en las Cortes. En adelante ninguna barrera se opondrá en Castilla a la consolidación del poder de la Monarquía.

De manera simultánea al movimiento comunero estallaron las denominadas germanías en Valencia y Mallorca. Se trata de una revuelta antiseñorial protagonizada por los artesanos y clases populares contra el poder de la aristocracia, que ocupaba los cargos municipales aplicando una política a favor de sus intereses.

Los agermanados (agermanats= hermanados) se hicieron con el control de la ciudad de Valencia (1519), y después extendieron su poder por la comarca, dando al movimiento un fuerte matiz antiseñorial y antinobiliario.

Entre 1521 y 1522, las tropas reales restablecieron la situación en Valencia y su comarca, y, en 1523, en Mallorca.

1.3. La política exterior.

En cuanto al exterior, la política de Carlos I se caracterizaba por:

a)   Lograr la unión de los Estados cristianos europeos para defender la cristiandad contra los turcos, que avanzaban rápidamente por el sureste europeo.

b)   Afianzar el predominio en Italia, todo ello bajo el protagonismo de su dinastía.

Sin embargo, su proyecto de unidad cristiana, no se podrá llevar a cabo debido a que el emperador tendrá que hacer frente a otras cuestiones o problemas:
  • las distintas guerras contra Francia (también interesada por Italia) 
  • La piratería berberisca (que desde la plaza de Argel, antes española, hostigaba la navegación por el Mediterráneo) 
  • El problema protestante o luterano, que estalla en Alemania, territorio del que él es emperador. El denominada problema protestante estalla en 1521, cuando Carlos I convoca a Lutero ante la Dieta (asamblea imperial) de Worms para que se retractase de sus doctrinas religiosas, que estaba suponiendo una ruptura del cristianismo en Europa occidental. En defensa del catolicismo, España se vea inmerso en una serie de guerras de religión en centro Europa que acabarán en la denominada paz de Augsburgo (1555) que permite que cada príncipe elija la doctrina que desee (protestantismo o catolicismo) en sus territorios. Además, y como dato importante, decir que para hacer frente al protestantismo, el papa Pablo III convoca el Concilio de Trento.
1.4.      Final del reinado.

Carlos I de España y V de Alemania abdicó en 1556 en Bruselas aludiendo a cuestiones personales. Decidió dividir su herencia en función de las dos ramas de la casa de los Austrias:

a)   La rama española, en la que le sucede su hijo Felipe II.
b)   La rama alemana, con el título imperial, para el hermano de Carlos I, Fernando Tras su abdicación vuelve a España, instalándose en unas estancias construidas para él en el monasterio de Yuste (Cáceres). Allí murió en 1558.

II. EL REINADO DE FELIPE II (1556-1598)

2.1. Su personalidad.

Felipe II fue educado directamente por su padre para el gobierno. Tímido y retraído, fue un monarca responsable y trabajador, con ansias de conocer y controlar por sí mismo todos los asuntos, para lo cual pasaba mucho tiempo revisando documentos y anotándolos de su mano, lo que frecuentemente retrasaba la solución de los asuntos, ahora bien, cuando las tomaba las mantenía inflexiblemente. Este aspecto de su personalidad le ha valido el sobrenombre de “el Prudente”.

Su reinado no puede comprenderse sin tener en cuenta que se consideraba como el defensor del Catolicismo. Separado ya el Imperio alemán de España, Felipe II hizo de España el centro de su Imperio, y dentro de España fue Castilla el reino en que más se apoyó. De ahí que no saliera, desde su acceso al trono, de la Península Ibérica (en lo que contrasta con su padre, que viajó enormemente con su Corte itinerante) Buscando un lugar retirado y alejado de la jerarquía eclesiástica, estableció la capital en Madrid (1561)

Su defensa del Catolicismo y la hegemonía de España le valieron la enemistad de gran parte de Europa; sus enemigos trataron de difamarlo y así surgió la Leyenda negra, que lo presentaba como un hombre malvado.

2.2. La unidad peninsular: la unión con Portugal.

En 1578 el rey de Portugal, Sebastián I, falleció en el norte de África en su lucha contra los musulmanes en la batalla de Alcazarquivir. Ello planteó un problema sucesorio ya que murió sin descendencia. Felipe II, como hijo de Isabel de Portugal (casada con Carlos I de España), resultaba ser el legítimo heredero. En 1581 en las Cortes de Thomar Felipe II era reconocido como rey de Portugal. De esta manera se realizaba la unidad peninsular y el Imperio Hispánico de Felipe II se incrementaba con las posesiones de Portugal en ambos mundos: Brasil, Indias Orientales y numerosos puntos en las costas africanas. De ahí, la expresión con la que ha pasado a la historia: “en los reinos de Felipe II no se ponía el sol”.

2.3. Los problemas internos.

Entre ellos destacan:

·      Los procesos contra los protestantes.
·      La rebelión de los moriscos granadinos (1568- mediados de 1571) A causa de la pragmática de 1567 que iba en contra de las costumbres y formas de vida de los moriscos, estos respondieron iniciando un levantamiento militar en las Alpujarras (Granada) Tras una fuerte resistencia fueron vencidos militarmente por don Juan de Austria, hermanastro del rey. Terminada la sublevación, el rey ordenó la deportación de los moriscos granadinos a otras regiones de Andalucía y Castilla, con la esperanza de que se fundieran poco a poco con la población cristiana. Ahora bien, este intento fue en vano.
·     La prisión del príncipe don Carlos, heredero de la corona, a causa de sus extravagancias y anormalidades. Murió en 1568 cuando se hallaba recluido en sus habitaciones de palacio. Este hecho fue explotado contra el rey por los escritores que han forjado su Leyenda negra.
·     El asunto de Antonio Pérez, del que también sacó partida dicha Leyenda; Antonio Pérez era secretario de Felipe II y tenía toda su confianza; temiendo que Juan de Escobedo, secretario de don Juan de Austria, que se encontraba en los Países Bajos, revelara hechos desfavorables para él organizó un plan para eliminar a Escobedo (1578). Tras el asesinato, que causó gran conmoción, se abrió una investigación. Antonio Pérez fue detenido y llevado a la cárcel. Durante el desarrollo del juicio, Antonio Pérez huyó a Aragón y de allí a Francia.

2.4.      Los problemas exteriores.

Felipe II se enfrenta a varios problemas:

·      Guerra contra Francia (al principio de su reinado)
·      Enfrentamientos con los turcos en el Mediterráneo.
·      Sublevación de los Países Bajos.
·      Enfrentamiento contra Inglaterra y derrota de la “Armada Invencible”.
·      Las guerras de religión en Francia (al final del reinado)

Su idea principal fue mantener la unidad y la defensa del Catolicismo. Con Felipe II España llegó a su máximo poderío, pero a un elevado coste para Castilla, que fue el reino que soporte el mayor peso económico.

2.5. La guerra contra Francia.

Al iniciar su reinado, España se encontraba en guerra contra Francia. Los enfrentamientos se desarrollaron en la zona fronteriza entre Francia y los Países Bajos. Las tropas de Felipe II vencieron en dos batallas (San Quintín, 1557 y Gravelinas, 1558) y se firmó la paz de Cateau-Cambrèsis en 1559.

2.6. Los turcos en el Mediterráneo.

Este enfrentamiento era otro problema heredado; los turcos en su avance en el Mediterráneo ocupan Chipre, territorio de Venecia. Para detener el progreso turco, se decidió responder con una coalición entre diversos Estados. Se formó así la Liga Santa, integrada por Venecia, el papa Pio V y Felipe II. Al frente de la escuadra iba don Juan de Austria (entre los marinos figuraba Miguel de Cervantes), que derrotó a la turca en la batalla de Lepanto en 1571. Fue un gran triunfo que contribuyó a debilitar a los turcos en el Mediterráneo.

2.7. Sublevación de los Países Bajos.

En este problema Felipe II fracasó. Entonces los Países Bajos estaban formados aproximadamente por los actuales estados de Bélgica, Holanda, Luxemburgo y algunos de los actuales departamentos franceses del noroeste. Los heredó Felipe II de su padre y durante su reinado se desarrolló en este territorio el calvinismo y el protestantismo, lo que contribuyó a que se extendiera el independentismo, dado que Felipe II no estaba dispuesto a admitir en ellos la libertad religiosa.

Los primeros intentos de sublevación se dan 1566. Felipe II respondió enviando tropas al frente del duque de Alba. Éstas obtuvieron diversos éxitos frente a los rebeldes pero no lograron pacificar el territorio.

Desde muy pronto en los Países Bajos empezaron a diferenciarse dos zonas: 4

a)   El sur, católico, siguió fiel a Felipe II, que correspondería a la actual Bélgica y los territorios hoy franceses.
b)   El norte, Holanda, de religión calvinista, en contra de Felipe II, bajo la dirección de Guillermo de Orange (con apoyo francés, inglés y alemán)

Uno de los sucesores del Dique de Alba, Alejandro Farnesio, actuó suma habilidad y consiguió que la parte sur del país, católica, se mantuviera al lado de Felipe II, pero no así con la zona norte.

2.8. La lucha contra Inglaterra.

Las relaciones con Inglaterra fueron de amistad durante el reinado de Carlos I. Con Felipe II las cosas se complicaron. Al comienzo de su reinado contrajo matrimonio con la reina de Inglaterra María Tudor, pero ésta falleció poco después. A María Tudor le sucedió Isabel (tenían el mismo padre, Enrique VIII, pero distinta madre: de María Tudor, Catalina de Aragón; de Isabel, Ana Bolena) que llevo a cabo una política que consistió en apoyar a todos los enemigos de España. Así, cuando estalló la sublevación de los Países Bajos apoyó a los holandeses con lo que Felipe II decidió enfrentarse a Inglaterra. De esta forma, planeó la invasión de Inglaterra: una enorme flota (la “Armada Invencible”) partió de Lisboa rumbo a los Países Bajos para recoger al ejército de Alejandro Farnesio y desembarcarlo en las costas inglesas. Sin embargo, el plan fracasó debido a que los ingleses establecieron una mejor estrategia, con buques más pequeños y de más rápido movimiento. Además, las tempestades contribuyeron a desorganizar la escuadra. En torno a la mitad de los barcos y de los hombres se perdió en su regreso al circunnavegar las Islas Británicas. Era el año 1588.

2.9. Las guerras de religión en Francia.

Desde la muerte de Enrique II los enfrentamientos religiosos se acentuaron en Francia. Por un lado, estaban los católicos que eran defendidos por Enrique de Guisa. Por otro, los hugonotes o calvinistas que estaban dirigidos por Enrique de Borbón. Tras una serie de asesinatos y conflictos militares, el problema se solucionó con la conversión al catolicismo de Enrique de Brobón en 1593 (“París bien vale una misa”)

Finalmente, en 1598, Felipe II fallecía en El Escorial, dejaba sin cerrar el conflicto contra Inglaterra y el problema de los Países Bajos.

III. LAS INDIAS EN EL SIGLO XVI.

Durante el reinado de Carlos I se produce la gran expansión del Imperio español en América, realizado por pequeños grupos de hombres mandados por jefes con gran capacidad de mando.

3.1. La primera vuelta al mundo.

Una vez comprobado que América era un continente distinto al de Asia se planteó un nuevo problema: llegar a las islas de las Especias (islas Molucas) por el oeste. Con este objetivo partió en 1519 de Sanlúcar de Barrameda una expedición dirigida por Fernando de Magallanes con cinco naves tripuladas por 265 hombres. Atravesaron el océano Atlántico y costearon América del Sur hasta descubrir el estrecho llamado, desde entonces, de Magallanes. Surcó el Mar del Sur, bautizado como océano Pacífico porque tuvieron la suerte de no sufrir ninguna tempestad. Durante más de tres meses navegaron sin encontrar tierra. Cuando estaban a punto de morir de hambre llagaron a las Islas Marianas y Filipinas, donde Magallanes pereció en combate con los indígenas.

Tomó el mando de las dos naves que quedaban Juan Sebastián Elcano, nacido en Guetaria (Guipúzcoa) Cargó especias en las Molucas y, después de sufrir la pérdida de otra nave, continuó su viaje al frente de la nave Victoria y regresó a Sevilla, a los tres años de su partida (1521), con sólo 18 tripulantes: se había dado la primera vuelta al mundo y se demostraba experimentalmente la esfericidad de la Tierra. Carlos I concedió a Elcano un escudo de armas con un globo terrestre con el lema Primus circumdedisti me.

3.2. La conquista de México.

Hernán Cortés, nacido en Medellín (Badajoz), salió de Cuba (1519) con un ejército de 400 hombres y desembarcó en el litoral mexicano, donde fundó la ciudad de Veracruz. Desde aquí se dirigió hacia el interior a la capital del imperio azteca, Tenochtitlán, donde fueron bien recibidos por el emperador azteca Moctezuma, quien fingió someterse a la soberanía de Carlos I.

Sin embargo, con el tiempo, las relaciones con los aztecas empeoraron ya que los aztecas se rebelaron contra los españoles. Cortés comprendió entonces que la solución era evacuar la ciudad de noche, es la denominada “Noche Triste” (1520), una retirada en la que perdió muchos hombres. Sin embargo, Cortés no se desanimó y, con los restos de su ejército y apoyado por otras tropas indígenas, enfrentadas a los aztecas, derrotó a éstos en Otumba (1520) y tomó la capital (1521) Conseguida la pacificación, comenzó la colonización y se fundó la Ciudad de México constituyéndose en capital de la que sería el virreinato de Nueva España.

3.3. La conquista de Perú.

Años después de la conquista de México, Francisco Pizarro, natural de Trujillo (Cáceres), en unión con Diego de Almagro, emprendieron la conquista del Perú, el  imperio de los incas, que entonces comprendía el actual Perú, Ecuador y parte de Bolivia.

Con un puñado de hombres, Pizarro atravesó la Cordillera de los Andes. Al llegar a la ciudad de Cajamarca supo explotar la crisis política existente en el imperio inca, donde dos hermanos, Huáscar y Atahualpa, se disputaban el poder, siendo asesinado el primero por orden de Atahualpa. Posteriormente, Pizarro condenaría a muerte a Atahualpa haciéndose con el poder supremo.

A continuación Pizarro ocupó la capital del imperio inca, Cuzco (1533), y poco después en la costa fundó la Ciudad de los Reyes (Carlos I y su madre doña Juana), actual Lima (1535)

3.4. Otras conquistas y exploraciones.

La conquista de Chile fue comenzada por Diego de Almagro, pero será Pedro de Valdivia quien la llevará a cabo (1540-1542)

Al mismo tiempo fueron conquistados los territorios del extremo sur del Perú y de la actual Bolivia (que fueron llamados Charcas por el gran número de lagos existentes) por lugartenientes de Pizarro y de sus sucesores en el gobierno del Perú. El descubrimiento de las ricas minas de plata de Potosí dio a la conquista de estos territorios un gran interés (1545), fundándose diversas ciudades como La Plata (hoy Sucre), Potosí y La Paz (1548)

Por último, la gran etapa de conquista de América puede considerarse terminada hacia 1550. A partir de entonces, las acciones militares se redujeron a pequeñas ampliaciones de territorios ya dominados y a exploraciones de tierras desconocidas. Pese a ello, hay que destacar que durante el reinado de Felipe II el Imperio hispano se engrandeció con la conquista de las Filipinas por Legazpi (funda Manila en 1571)

3.5. La organización de la América hispana.  

a) El gobierno de la América española.

Para la administración de los territorios americanos, España estableció nuevos organismos e instituciones:

·     El Consejo de Indias, creado en 1524, se encargaba de gobernar los territorios americanos desde Castilla. Ejercía funciones legislativas, ejecutivas (proponía al rey candidatos a los principales cargos administrativos en las Indias) y judiciales.

·     La Casa de Contratación. Fundada en 1503 por los Reyes Católicos, se estableció en Sevilla y tenía como cometido organizar y controlar todo el comercio y la navegación con América (inspección de los navíos, recaudación de impuestos, elaboración de mapas, formación de pilotos, etc.)

·     El virreinato. Inicialmente se crearon dos: el de Nueva España (en 1535, con capital en Ciudad de México) y el de Perú (en 1544, con capital en Lima). Al frente de cada uno de ellos había un virrey, que era el representante del rey en esa demarcación, y por tanto la máxima autoridad. Los virreinatos se dividían en provincias, al frente de las cuales se encontraban los gobernadores. Las ciudades eran regidas por un cabildo o ayuntamiento. Las Audiencias constituían el máximo organismo judicial.

b) La explotación económica de las Indias.

El oro, la plata y los distintos metales preciosos que llegaron procedentes de América remediaron la escasez de moneda que existía en Europa, impulsaron un enorme crecimiento económico, pero causaron a la vez, un alza generalizada de los precios que tuvo importantes repercusiones sociales y políticas.

Las Indias fueron una fuente de intercambios comerciales. España suministró a América plantas y animales hasta entonces desconocidos y que cambiarían la vida agrícola de muchas regiones (por ejemplo, el trigo, la vid, el olivo, el arroz, los caballos, los cerdos, las ovejas…). De allí nos llegó, en cambio, el maíz, el cacao, la patata, el tabaco, el pimiento, el tomate…

Las tierras fueron repartidas entre los colonizadores, a los que se les entregaba un grupo de indios que trabajaban para el colono a cambio de ser protegidos y evangelizados. Era la llamada encomienda, que permitía a los colonizadores abusar del trabajo de los indios.

A partir de 1540 empezaron a extraerse grandes cantidades de plata de las minas de

México y Potosí; para ello se utilizó el sistema de la mita, por el que cada tribu de indios suministraba, anualmente, un grupo de personas para el trabajo de las minas a cambio de un salario.

El hecho de que el indio fuese una persona sin evangelizar, que sus conocimientos fuesen inferiores a los europeos y que la monarquía y su poder se hallasen lejos de América, favorecieron la explotación del indio, que a veces fue despiadada. La Corona intentó evitarlo publicando leyes que venían a proteger a los indios: las Leyes de Burgos (1512) y las Leyes Nuevas (1542) A este clima, en defensa de los indios, contribuyeron las denuncias de algunos religiosos encabezados por los frailes dominicos Antonio de Montesinos y Bartolomé de Las Casas.

c) La sociedad colonial.

El número de indígenas, a los que se llamaba indios, disminuyó enormemente como consecuencia de las enfermedades traídas por los colonos, los enfrentamientos militares y al excesivo trabajo a que fueron sometidos en algunos lugares. Precisamente, hubo zonas, como las Antillas, donde ante el descenso de la mano de obra indígena, se transportó población negra de África para que trabajase como esclava.

A las Indias se trasladó un buen número de españoles. Una parte de ellos se relacionaron entre sí dando lugar a los criollos (población blanca nacida en América. Sin embargo, lo habitual fue la fusión con los indígenas, dando lugar a los mestizos (uniones entre indígenas y colonos), que forman hoy la mayoría de la población en muchos de los países hispanos de aquel continente. A la conquista debía seguir la evangelización, que, en el siglo XVI, fue obra de los frailes (dominicos, franciscanos y agustinos, y desde 1570, aproximadamente, también los jesuitas). El castellano se extendió rápidamente, aunque los indios siguieron hablando sus lenguas. Destacar que esta castellanización del indio contribuyó la enseñanza, que fue obra de los frailes. También, las universidades surgen por iniciativa de las órdenes religiosas: la de Santo Domingo, México, Santa María de Lima… A la difusión de la cultura contribuyó la imprenta, establecida, en primer lugar, en México. 

IV. EL SIGLO XVII.

El siglo XVII fue testigo de la destrucción política de los Austrias. Éstos perdieron su hegemonía internacional y militar en Europa, obligaron a sus súbditos a acometer esfuerzos bélicos y económicos constantes y tuvieron que hacer frente a las secesiones sucesivas de Cataluña, Portugal y Nápoles. Ante tales desastres, los reyes de este período mantuvieron un prestigio con dificultad, apoyándose para gobernar en válidos como el conde duque de Olivares. La crisis demográfica y económica y el estancamiento social que vivió España a lo largo de esta centuria apenas pudieron ser paliados por los débiles proyectos de reforma que comenzaron a aparecer en el panorama político a finales de siglo. Sin embargo, para la literatura y el arte, el XVII fue en nuestro país un verdadero Siglo de Oro. Como contrapartida, el pensamiento intelectual y científico español quedó postergado con respecto a la Europa atlántica.

4.1. LA CRISIS DEL SIGLO XVII.

Durante el siglo XVII continúan reinando en España los Austrias. Los monarcas de este siglo se conocen como los Austrias menores (Felipe III, Felipe IV y Carlos II) La principal característica de este siglo es que España va perdiendo progresivamente la hegemonía Europea, viéndose reemplazada por la preponderancia francesa.

De forma global, el siglo XVII es una centuria de crisis generalizada en Europa. Dicha crisis va a afectar de manera especialmente contundente a Alemania (por las consecuencias de la Guerra de los Treinta Años) y a España, donde se manifestó en tres sentidos:

a)   Crisis demográfica. Hubo periodos en que la población descendió alarmantemente debido a las continuas guerras, a la expulsión de los moriscos (especialmente grave en tierras valencianas) y, especialmente, por las continuas crisis epidémicas (que también afectaron al resto de Europa) Y es que en este siglo, en España hubo tres terribles epidemias (de peste bubónica) 
 
a.   La primera, entre 1598 y 1602, afectó a casi toda la Península.
b.   La segunda, entre 1647 y 1652, se inició en Valencia y se extendió a Cataluña, Aragón, Andalucía y Murcia.
c.    La tercera, entre 1676 y 1685, se centró casi en los mismos territorios que la anterior.

En definitiva, aunque a finales de siglo se registró una recuperación demográfica, en 1700 España contaba con la misma población que sumaba en 1600.

b)   Crisis económica. Una crisis que ya era visible en los últimos años del reinado de Felipe II, y que se agravó en los de sus sucesores. Entre los factores que explican la ruina de la economía española están:
a.   Las malas cosechas.
b.   Los elevados costes con que se producía en la industria.
c.    La caída de las cantidades de oro y plata que llegaban de América.
d.   El aumento de los impuestos necesarios para mantener la costosa política internacional.
 
Los monarcas, ante la escasez de metales, van a alterar y manipular las monedas en circulación, dando lugar a prácticas como el resello (consiste en poner un nuevo y superior valor nominal a una moneda ya acuñada) y diversas alteraciones en la ley del metal (se reduce la cantidad de plata y se aumenta la de cobre) Con estas medidas la situación económica y monetaria se agravaba aún más provocando una subida espectacular de los precios.

c)    Crisis social. Evidentemente, la crisis económica tuvo repercusiones sociales. Las clases privilegiadas (nobleza y clero) se consolidaron aún más, tanto por motivos de prestigio como por sus privilegios. Además, la burguesía no terminaba de constituirse en la clase social que permitiera el crecimiento del país. En el polo opuesto, las clases populares veían empeorar su situación lo que, en muchos casos, les empujaba a la delicuencia, al bandolerismo o a la mendicidad. Este panorama tan desastroso está especialmente reflejado en la pintura costumbrista del siglo XVII y en la literatura de la época, especialmente en la novela picaresca.

4.2. LOS REINADOS DE LOS ÚLTIMOS AUSTRIAS ESPAÑOLES.

4.2.1. EL REINADO DE FELIPE III (1598-1621)

La principal característica de este reinado es que un periodo de paz ya que se pretendió mantener la hegemonía europea a partir de la vía diplomática en vez de la fuerza de las armas. Sin dudas, esta forma de actuar se vio influido por la enorme crisis económica existente ya en este periodo. De esta manera, Felipe III es el causante de que se firmara la paz con Inglaterra y y la Tregua de los Doce Años (1609) con los rebeldes de los Países Bajos.

Sin embargo, esta política de pacifismo culminó en 1618 con el estallido de la Guerra de los Treinta Años, en la que España participó apoyando a los Austrias alemanes, parientes de los reyes de España. Inicialmente, esta guerra comenzó siendo un conflicto interno y muy localizado en el Imperio alemán, concretamente caracterizado por la lucha entre protestantes y católicos; pero, a lo largo de los años, la intervención francesa lo convirtió en una lucha por la hegemonía en Europa frente a los Austrias.

En el plano interior, con el reinado de Felipe III se inicia el gobierno de los validos (también llamados favoritos o privados), que va a caracterizar a los Austrias menores. De esta forma, los reyes no gobernaban personalmente sus reinos, sino que se apoyaron en validos que dirigían la política en su lugar. El cargo de valido no era institucional, sino fruto de un nombramiento. Su poder residía en la confianza que el rey había depositado en una persona. Cuando esta confianza personal disminuía o desaparecía, el valido perdía todo su poder. A la vez, este sistema provocaba el alejamiento entre el rey y sus vasallos y la desconfianza de las oligarquías locales frente a la Corona. El primer, y principal, valido de Felipe III es el duque de Lerma (1599)

En 1609 se decretó la expulsión de los moriscos (llevándose a cabo entre este año y 1614) que marcharon principalmente al norte de África. Se estima que saldrían del país unas 300.000 personas y, destacar, que esta decisión política fue muy perjudicial para la agricultura en Valencia y Aragón, donde eran numerosos y se dedicaban al trabajo en el campo en tierras generalmente de nobles.

4.2.2. EL REINADO DE FELIPE IV (1621-1665)

Fue un reinado muy agitado y la crisis y decadencia española tocaron fondo. Los principales hechos o características del mismo son las siguientes:

a)  Política interior.

Felipe IV confió el gobierno a un nuevo valido, el conde-duque de Olivares (1621-1643) Olivares abordó una ambiciosa política de reformas fiscales que pretendió imponer de forma autoritaria. Su objetivo era incrementar los ingresos de la Corona para financiar su costosa política exterior, pues durante su mandato se reactivaron las hostilidades en Europa. Entre las reformas que llevó a cabo, la más importante estada destinada a conseguir que los reinos no castellanos aumentaran sus contribuciones. Con esta medida, se evitaba que la presión fiscal recayera casi exclusivamente en Castilla. Para ello, presentó el proyecto conocido como la Unión de Armas (1625), por el cual se crearía un ejércido de 140.000 hombres, reclutado y mantenido por cada reino en función de sus recursos demográficos y económicos. Este proyecto chocó de inmediato con la realidad: la crisis económica y social, y la resistencia de los distintos reinos, que se apoyaban en sus fueros y privilegios para oponerse.

·      La rebelión en Cataluña. Las Cortes catalanas venían negándose a aportar nuevos ingresos a la Hacienda. Y, en 1635, al agravarse la Guerra de los Treinta Años, el conde-duque quiso llevar la guerra contra Francia a Cataluña para así involucrar a los catalanes. Los choques entre la población civil y el ejército se fueron endureciendo. El descontento popular alcanzó su momento culminante el día del Corpus (7 de junio de 1640) cuando una multitud de campesinos (segadores) se adueñó de Barcelona y dio muerte al virrey, conde de Santa Coloma. Dados los acontecimientos, las autoridades catalanas (la Generalitat) decidieron separarse de la monarquía española y buscar el apoyo en Francia. Días después, Luis XIII, rey de Francia, fue proclamado conde de Barcelona.
Una unión que no perduró mucho tiempo, ya que la política francesa provocó el descontento de los catalanes. Esto favoreció la recuperación de Cataluña por las tropas reales y la entrada de éstas, finalmente. en Barcelona en 1652. Felipe IV se comportó de forma magnánima con los rebeldes, al no haber represalias, respetando las tradicionales libertades catalanas.

·      La sublevación de Portugal. Ante la grave situación en Cataluña, Olivares pidió un mayor número de tropas a Portugal. Este hecho, unido a que los portugueses sentían que la Corona española defendía inadecuadamente sus territorios en ultramar (Brasil, etc.) frente a los ataques holandeses, provocó que la población portuguesa se revelara en Diciembre de 1640 proclamando rey al duque de Braganza con el nombre de Juan IV. El levantamiento contó con el apoyo de Francia, Holanda e Inglaterra. España reconoció la independencia de Portugal en 1668 por el tratado de Lisboa, ya bajo el reinado de Carlos II.

·      Otras sublevaciones. Por el mismo tiempo que las dos anteriores, en torno a 1640, estallaron otras sublevaciones en Andalucía, Aragón y Sicilia. Todas fueron relativamente más fáciles de dominar por parte de las tropas reales, siendo la más temible fue la de Nápoles en 1647.

En 1643, Felipe IV se vio obligado a destituir al conde duque de Olivares.

Para concluir, en estas crisis se manifiesta de forma gráfica el enfrentamiento entre las dos formas de concebir la unidad de España: la lucha entre el centralismo y el foralismo. En todo caso, Felipe IV mantuvo la misma estructura de gobierno de la monarquía española (un conjunto de reinos con sus leyes e instituciones propias con un rey común)

b)  La política internacional: la pérdida de la hegemonía.

La Guerra de los Treinta Años, iniciada en 1618, siguió abierta durante el reinado de Felipe IV. En 1621, y una vez finalizada la Tregua de los Doce Años (firmada en 1609), los Países Bajos volvieron a convertirse en uno de los principales focos bélicos en los que se veían inmerso España. Los holandeses se unieron, entonces, a los enemigos de los Austrias que luchaban en la Guerra de los Treinta Años. De esta forma, la rebelión holandesa pasaba a ser un capítulo más de la gran guerra europea. Una guerra, la de los Treinta Años que la podemos clasificar cronológicamente de la siguiente manera:

a)   En un primer momento intervinieron frente a los Austrias Dinamarca y Suecia. De forma escueta, decir que vencieron los Austrias.
b)   Desde 1635 intervino en la guerra Francia. Las victorias de los Austrias continuaron.
c)    En 1640, año en el que se sublevaron Cataluña y Portugal, la situación se invierte y comienza la decadencia española.
d)   En 1643 caía el conde-duque; el mismo año en que los tercios españoles, hasta entonces invencibles, eran vencidos en la batalla de Rocroi.
e)   La guerra acaba con la paz de Westfalia en 1648. Por este tratado España reconoce la independencia de Holanda, pero decidió continuar la guerra contra Francia, que pretendía mantener su soberanía sobre Cataluña. Para mayor complicación para España, Inglaterra se puso al lado de Francia y ocupó la isla de Jamaica (1655), que tuvo unas consecuencias de tipo comercial para España. Al final, la paz con Francia se firma tras la derrota española en la batalla de Las Dunas (1658) Este acuerdo ha pasado a la historia como la paz de los Pirineos (1659) Para España supuso la pérdida de la provincia de Artois, en los Países Bajos, de diversas plazas flamencas y la de los territorios catalanes del Rosellón y la Cerdaña. De esta manera, la frontera entre los dos países, quedó como en la actualidad y es hoy en día la más antigua de Europa. También se acordaba el matrimonio de Luis XIV con la infanta española María Teresa de Austria, matrimonio del que habría de ser nieto Felipe de Anjou, futuro rey de España a la muerte de Carlos II, último Austria español.

Como conclusión, decir que la paz de los Pirineos señaló el fin de la hegemonía española en Europa, mientras se iniciaba la de Francia.

4.2.3. EL REINADO DE CARLOS II (1665-1700)

Durante el reinado de Carlos II continúa la decadencia española. Hay que esperar hasta el siglo XVIII, con la llegada de los Borbones, para que comience un periodo de recuperación económica y demográfica.

Carlos II careció de aptitudes para gobernar. Es un rey débil y enfermizo, de forma que en la corte fue apodado como el Hechizado. Los principales problemas de su reinado serán las guerras contra Francia y el problema de la sucesión.

Guerras contra Francia. Tras varias guerras, España pierde el Franco Condado y varias plazas en Flandes.

El problema sucesorio. Carlos II se casó dos veces pero no tuvo hijos. Debido a esta situación, las distintas potencias europeas (sobre todo Francia y el Imperio alemán) se plantearon el reparto de la monarquía española, a espaldas del gobierno español. Hecho éste que causó una enorme indignación en España. Finalmente, Carlos II, sin descendencia, dejó la Corona (en su testamento firmado un mes antes de su muerte, en 1700) al nieto de Luís XIV de Francia, Felipe de Borbón, duque de Anjou. Con esta decisión, el rey intentaba asegurar la unidad de la monarquía española, pero muchas potencias europeas negaron la validez del testamento, basándose en la debilidad mental del monarca. Esta polémica abrió el camino a la encarnizada Guerra de Sucesión (1701-1715)

V. LAS INDIAS EN EL SIGLO XVII.

A nivel territorial, decir que mientras España prosiguió la colonización de América Central y del Sur, franceses, ingleses y holandeses empezaron a establecerse en el mar de las Antillas y en las costas de América del Norte.

A nivel político-administrativo, no se cambia la configuración del siglo XVI: Consejo de Indias, Casa de Contratación, virreinatos…

A nivel social, el siglo XVII se caracteriza por:
·      Toma importancia el fenómeno del mestizaje (la unión blanco/india)
·      Se produce un incremento de la población indígena.
·      Se mantuvo la emigración de españoles y de extranjeros (ya que el Consejo de Indias permitió el paso de los extranjeros que eran súbditos del rey de España, portugueses desde 1580 a 1640, napolitanos, sicilianos, flamencos, en territorios americanos)
·      Continuó la importación de población negra procedente de África, ante la necesidad de mano de obra.

En esta centuria desaparecen, prácticamente, las encomiendas y, en cambio, aumentarán las grandes fincas o haciendas, donde el propietario ejerce una autoridad casi sin límites sobre los esclavos negros o indios. Junto a las haciendas, se desarrollaron las reducciones: grandes poblaciones creadas por los jesuitas donde se agrupaban a los indios.

Para terminar, y desde el punto de vista económico, si los primeros años del siglo XVII prolongaron (aunque de modo más mitigado) la ola de expansión del siglo anterior, a partir de 1620 se asiste a una bajada general de las importaciones de metales preciosos, curtidos, azúcar, productos tintóreos… procedentes de los territorios americanos. Esto se debe al descenso de la producción minera, al aumento del consumo en América por parte de la minoría blanca y al incremento del comercio de contrabando, practicado por holandeses, franceses e ingleses con el se pretendía romper el monopolio español en América y penetrar en el lucrativo comercio colonial español.