EL MUNDO EN LA ACTUALIDAD
En el tránsito entre los dos milenios muchos conflictos
permanecen y otros que venían cociéndose desde hacía tiempo se inician. En este
tema vamos a tratar los conflictos en las dos últimas décadas. Empezaremos por
un breve recorrido por las guerras del siglo XX para cuantificar víctimas y ver
su incremento. Definiremos qué es un conflicto y las fases por las que pasa, y
analizaremos las causas para clasificar estos enfrentamientos. Refugiados sirios huyendo de la guerra y esperando cruzar al otro lado de la frontera por el paso fronterizo de Akçale, en la provincia de Sanliurfa, Turquía (2015). |
En un segundo bloque hablaremos de la situación del mundo
tras el final de la Guerra Fría, como de un mundo bipolar se ha pasado a un
mundo unipolar, y cómo la potencia hegemónica interviene en las cada vez más
complicadas relaciones internacionales diseñando un mundo que responda a sus
expectativas pero cuyo diseño es contestado por muchos, pero, sobre todo, por
el terrorismo islámico.
Para concluir estudiaremos algunos conflictos
representativos de varias zonas del planeta, desde Chechenia a Ruanda, pasando
por el conflicto árabe israelí.
I. LOS CONFLICTOS: TRAYECTORIA, CLASIFICACIÓN Y CAUSAS.
1. Las guerras en la segunda mitad del siglo XX.
Se suele considerar al siglo XX como un siglo muy violento,
es cierto, durante la I G. Mundial perecieron 10 millones de personas, durante
la II G. M. 55, y desde 1945 hasta principios del siglo XXI ha habido entre 25
y 45 millones de muertos en numerosos conflictos, una veintena de los cuales
siguen abiertos hoy, pero no son noticia, son los llamados conflictos
olvidados. En total podemos calcular de manera muy poco precisa que pueden
haber perdido la vida en todo el siglo pasado unos 100 millones de personas.
La generalización de las guerras queda confirmada con el
dato de que desde el final de la segunda contienda, sólo 63 países del mundo han estado exentos de
conflictos armados, y el 90 % de esos enfrentamientos bélicos se han
desarrollado en el denominado Tercer Mundo.
Si nos fijamos en la última década del siglo XX podemos
encontrar otro dato significativo, tras el hundimiento del comunismo se han
incrementado los conflictos intraestatales (guerras civiles), mientras que los
conflicto interestatales (donde participan dos estados distintos) se mantienen
con la misma frecuencia que durante la Guerra Fría, eso tal vez es debido a que
muchos conflictos potenciales entre dos países no llegan a la fase violenta por
la mediación o intermediación de otros estados o de organizaciones como laONU,
la Unión Europea…
Otra idea importante es que con frecuencia la guerra tiene
que ver con el grado de desarrollo tecnológico, a mayor grado de desarrollo le
corresponde un mayor comercio mundial y esto conlleva menos guerras entre
estados. Dicho de otra forma –y repitiendo lo que decíamos más arriba- los
conflictos se producen sobre todo en países pobres, y esos enfrentamientos son
más violentos que los que ocurren en los países ricos. En los países desarrollados
las causas de los conflictos son fundamentalmente tres: secesión de un
territorio, lucha por mantener el poder a nivel internacional o la lucha por el
control de los recursos naturales. Por último apuntar que aunque no nace ahora,
si adquiere cada vez mayor importancia un tipo de conflicto muy específico: el
terrorismo internacional y la lucha contra él, que en un futuro inmediato
parece que va a tener mucha importancia.
2.
La clasificación de los conflictos.
Pero la guerra es el último estadio de un conflicto.
Entendemos como conflicto a las tensiones entre dos sectores que pueden o no
desembocar en enfrentamiento armado. Las disputas entre dos partes pueden
tratarse de manera no violenta o de manera violenta y dentro de estas dos
modalidades vemos varios niveles de intensidad. Los conflictos no violentos
pueden ser latentes (que en potencia pueden llegar a hacerse abiertos) y
manifiestos cuando la tensión es evidente pero no se ha llegado a un
conflicto violento. Los conflictos violentos a su vez se dividen en tres
tipos: crisis cuando se produce un riesgo coyuntural de enfrentamiento
abierto; crisis severa cuando se vive un ambiente prebélico; y guerras
que es ya el último estadio del conflicto.
3.
Las causas de los conflictos.
Sería imposible y demasiado simplificador intentar enumerar
y explicar las causas de un conflicto, a menudo son varias, y es necesario
distinguir entre las causas reales y las que se venden a la opinión
pública.
a)
Causas territoriales.
En el pasado explicaban un gran número de guerras, era la
lucha por controlar un territorio. Hoy en día son infrecuentes estas causas
pero siguen existiendo (India y Pakistán por el territorio de Cachemira…). Su
casi ausencia se debe a la actuación de los organismos internacionales. Estos
litigios fronterizos son frecuentes en África donde las fronteras artificiales
de la colonización se respetaron con la independencia.
b) Causas
históricas.
La historia sirve para justificar la rivalidad entre los pueblos, ante una situación de agravio o
explotación, la historia, utilizada siempre de una manera selectiva (usando
siempre los datos que favorecen la causa) justifica ataques, operaciones… En
otros casos la imitación de un pasado lejano sirve de estímulo a acciones
concretas.
c)
Causas económicas.
Las guerras de este tipo son tan antiguas como la humanidad,
las expediciones de rapiña y pillaje son uno de los oficios más viejos de este
mundo. Estas causas son muy importantes, de todas formas, no todas las
guerras son desencadenadas por motivos económicos, aunque todas las
guerras tienen un componente económico fundamental (necesitan recursos para
sufragarlas) y las consecuencias económicas son fundamentales.
d)
Causas étnicas o raciales.
Son también de las más antiguas. Ha sido frecuente el
dominio de un grupo humano por otro e imponiendo al vencido la lengua y la
religión de los vencedores. Este tipo de causas a menudo se mezclan con otras.
Por motivos étnicos recordemos el enfrentamiento entre hutus y tutsis en Ruanda
a mediados de los años noventa.
e)
Falta de democracia y profundas desigualdades sociales.
Hay una relación directa entre democracia, conflictos
armados y paz, a más democracia las instituciones son más estables y las
tensiones se dirimen a través del diálogo y la negociación. Por el contrario,
en democracias precarias o dictaduras un grupo prevalece sobre una masa de
gobernados, el grupo dominante suele poseer casi todos los recursos y el
dominado vivir en la más profunda miseria. De esta forma se explicar guerras
civiles que se localizan casi todas en el Tercer Mundo.
Podemos afirmar que mientras la situación de muchos países
sea de una profunda desigualdad, este hecho se convierte en una fuente
potenciales conflictos.
f) La lucha por los recursos.
La relación entre conflictos armados y recursos o bienes
naturales esenciales para la supervivencia es profunda. Sin tener que pensar
mucho todos podemos asociar el control del petróleo con alguna guerra más o
menos próxima. Este tipo de causas tenderá a ser cada vez más importante a
medida que los recursos naturales esenciales escaseen, y en el siglo XXI será
la clave para entender muchos conflictos.
g)
La lucha por mantener la hegemonía o el prestigio.
Son las campañas o intervenciones abiertas en otros países
que se hacen para garantizar la seguridad o el predominio de un país poderoso.
En la época actual Estados Unidos cumple ese papel, y tras los ataques del 11
de septiembre de 2001 se ha embarcado en una guerra en Afganistán y otra en
Irak. De esto hablaremos enseguida.
II. EL NUEVO ORDEN MUNDIAL, LA HEGEMONÍA DE EE.UU. Y
CONFLICTOS DERIVADOS DE ÉSTA.
1.
La situación internacional tras el final de la Guerra Fría.
Tras décadas de tensión entre los dos bloques, el final de
la Guerra Fría inauguró un nuevo orden internacional dominado política y
militarmente por Estados Unidos, y donde el sistema capitalista es el hegemónico.
La expresión nuevo orden mundial fue acuñada por el presidente
americano George Bush, padre, en 1991, con ellos hacía referencia a una nueva
etapa en las relaciones internacionales caracterizada por la paz y el
entendimiento diplomático entre todos los países. No ha conseguido ninguno de
sus objetivos.
El final de
la Guerra
Fría no supuso la desaparición de todos los conflictos, más bien al contrario,
los multiplicó, las tensiones regionales aumentaron y el sistema no aportó paz
y estabilidad para todo el mundo, se calcula que ascendían a sesenta el número
de conflictos abiertos desde 1991.
En esta situación Estados Unidos es el garante del orden
internacional y de los valores e intereses del sistema capitalista. Para
garantizar este papel multiplica sus intervenciones en varios territorios. A
esas intervenciones que garantizan su supremacía vamos a dedicar el siguiente
apartado.
2.
La primera guerra del Golfo (1990-1991)
El
ejército del presidente irakí Sadam Hussein, invadió el
emirato petrolífero de Kuwait el 2 de agosto de 1990, de esta forma
controlaba
gran parte de las reservas de crudo del planeta.
Estados Unidos, para obligar a retirarse a Sadam Hussein, formó una
coalición internacional de 28 países y con apoyo y cobertura de la ONU
inició un intenso ataque aéreo contra Irak el 17 de enero de 1991, tras
la devastación
de Irak, se inició el 24 de febrero la operación terrestre. Como
consecuencia de ello
Irak se retiró de Kuwait pero Sadam Hussein siguió en el poder.
3.
La invasión de Afganistán.
Fue iniciada por Estados Unidos en 2002 como respuesta a los
ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001, reivindicados por la red
terrorista de Al Qaeda, dirigida por Bin Laden, que tenía su apoyo en el
régimen integrista islámico de los talibanes en Afganistán. Apoyando a la
Alianza del Norte, una fuerza ya residual y casi eliminada por el régimen
talibán, los norteamericanos lograron derribar al gobierno de los talibanes e
imponer un poder aliado en el país. Estados Unidos controló las principales ciudades
del país y demostró que había conseguido lo que no consiguieron los soviéticos
en 1979. De todas formas la operación no parece estar acabada hoy en día pues
la guerrilla talibán controla amplias zonas en la frontera con Pakistán, y
Estados Unidos y otros países mantienen una fuerza militar significativa.
Esta guerra fue la primera respuesta de la potencia
hegemónica al terrorismo internacional y le sirvió a Estado Unidos para
extender su zona de influencia por muchos países vecinos de Afganistán que
anteriormente eran repúblicas soviéticas.
4. La segunda guerra del Golfo (2003-2011).
En
su idea de remodelar el mundo según sus intereses, el
presidente George W. Busch, hijo, inició el 19 de marzo de 2003 la
invasión de
Irak. La excusa fue la sospecha de que Saddam Hussein poseía armas de
destrucción masiva, sospecha que no fue confirmada posteriormente. En
pocas
semanas cayó Bagdad y se estableció un gobierno prooccidental. A
diferencia de
la anterior guerra no contó con el respaldo de la ONU actuando Estados
Unidos,
Gran Bretaña y sus aliados de manera unilateral y al margen de la citada
organización. De todas formas, lo que se preveía como una campaña para
lograr
la estabilidad en la zona consiguió todo lo contrario: enfrentamientos
civiles entre la mayoría chií menospreciada por el dictador y la
minoría sunní, enfrentamiento también con los kurdos del norte… todos se
han cobrado
ya unas 100.000 víctimas. Como consecuencia de todo este caos el país se
ha
convertido en un vivero del terrorismo islámico.
El conflicto demuestra el grado de implicación al que puede
llegar Estados Unidos si el control del petróleo está en juego.
5. La respuesta a la hegemonía estadounidense: el terrorismo
islámico.
Las
intervenciones cada vez más contundentes de Estados
Unidos van a ser cuestionadas desde muchos lugares, pero, sobre todo,
desde los
países musulmanes. En casi todos estos países existen gobiernos
prooccidentales
mientras que una parte importante de la población está en contra de esos
gobiernos a los que considera vasallos de Occidente. A ello hemos de
sumar que
en el ya tradicional conflicto entre israelíes y palestinos (árabes)
Estados Unidos apoya de manera poco disimulada a Israel, y éste es
un tema muy sensible en la opinión pública de estos países. Por otra
parte,
desde la independencia estos países han estado en manos de gobiernos
conservadores que han enarbolado la bandera del nacionalismo como
principal
ideología, en detrimento de la religión islámica, y como ideología ha
fracasado, según una parte muy importante de la población, pues no ha
dado
respuestas a una crisis económica muy fuerte que ha aumentado las
diferencias sociales.
Fruto de estas desigualdades se puede explicar que ante una situación
económica
sin salida mucha gente busque el consuelo en una lectura extremista de
la
religión. Pero no es tan simple el problema, y cada vez ese islamismo
radical adquiere
más adeptos en otras capas sociales como las clases medias o
los grupos acomodados.
Estos grupos terroristas se caracterizan por un fuerte
componente religioso radical, la utilización de tecnología avanzada como
Internet, y un odio visceral hacia todo lo que signifique el mundo occidental.
El radicalismo les lleva en ocasiones a autoinmolarse y a no tener piedad con
la sociedad civil sobre la cual actúan. Las redes terroristas no tienen una
cabeza visible, no están jerarquizadas, son células más o menos conectadas de
tal manera que si cae un grupo no cae la red entera, y eso hace muy difícil su
eliminación. Son responsables de atentados en todo el mundo, desde Bali, a
Nueva York, Casablanca, Madrid… y son la principal amenaza para la seguridad en
las primeras décadas del siglo XXI.
III.
OTROS CONFLICTOS.
Bajo este epígrafe trataremos varios apartados principales:
las guerras generadas tras el hundimiento del comunismo; un ejemplo de
conflicto étnico entre hutus y tutsis en África en los años noventa; un
conflicto latente en el Kurdistán; la Primavera árabe de 2011 y citar
algunos conflictos olvidados como el Sahara Occidental.
1.
Conflictos derivados del hundimiento del comunismo.
Son numerosos, pero de todos ellos destacan dos por su
particular gravedad: el conflicto de Chechenia en el interior de Rusia, los
conflictos en Georgia y las guerras de la antigua Yugoslavia, este último punto
lo tratamos en el tema anterior.
Chechenia
es una región de la Federación
Rusa incorporada por la fuerza al Imperio de los zares en el siglo XIX. La
población es mayoritariamente musulmana y al hundirse la URSS y proclamar su
independencia las quince repúblicas, creen ver llegado su momento. Un
movimiento insurreccional se apodera del territorio y derrota al poderoso
Ejército ruso, todo eso constituye la primera fase de un conflicto que se desarrolló a mediados
de la década de los noventa del siglo pasado. La llegada de Vladimir Putin a la
presidencia de Rusia reabre el conflicto, éste consigue someter a sangre y
fuego el territorio checheno, asolando la zona y recurriendo a medidas legales
e ilegales para mantener el control del territorio, era la segunda fase del
conflicto, a caballo entre los dos siglos.
Georgia
es una de las quince repúblicas que
formaban la Unión Soviética, En su interior, a su vez, varios territorios
proclaman su independencia de Georgia: Abjasia, Azaria y Osetia del Sur. Aunque
el caso de Azaria parece solucionado, Abjasia y Osetia del Sur permanecen
independientes de hecho y los intentos del Gobierno de Georgia por recuperarlos
han fracasado, el último en 2008, pero estos dos territorios secesionistas
cuentan con el apoyo de Rusia que intenta extender por la zona su área de
influencia.
Sin salir del Cáucaso se produjo una guerra entre
Armernia y Azerbayán hasta 1993 por el control de la zona de
Nagorno-Karabaj, zona de mayoría armenia regalada a Azerbayán anteriormente y
territorio sobre el que Armenia mantiene su reclamación.
En la recién independizada República de Moldavia,
vecina a Rumanía, los rusos mayoritarios en el Transdniester, la zona oriental
de Moldavia, se autoproclamaron república independiente, con la consiguiente
oposición del gobierno moldavo y el lógico apoyo ruso.
En Tayikistán también se produjeron tensiones graves y una
guerra civil entre el gobierno y las guerrillas islámicas.
Por otra parte, sobre estos territorios planea las ambiciones
de Rusia, heredera de la Unión Soviética. El intento de recuperar la
hegemonía y ampliar su área de influencia ha llevado al presidente ruso Vladimir Putin a
intervenir activamente en todo el espacio exsoviético: apoyando a minorías
rusófonas en estas repúblicas, ampliando alianzas que le permitan controlar sus
intereses o, lisa y llanamente, invadiendo territorios como la ocupación de
Crimea en marzo de 2014 arrebatándosela a Ucrania.
2.
Las guerras en África. El genocidio hutu en Ruanda.
En África la situación es muy especial. Por encima del
estado, algo de reciente creación, existen otros vínculos más fuertes: la
pertenencia a clanes, tribus o etnias. Por otro lado las fronteras de los
nuevos países descolonizados son totalmente artificiales y bajo un mismo estado
conviven pueblos que se odian desde hace siglos. Además Francia y Estados
Unidos juegan un papel relevante en la zona, disputándose zonas de influencia y
apoyando a unos pueblos contra otros. Podemos poner muchos ejemplos de guerras
africanas: la secular guerra del Congo (antiguo Zaire); la de Sierra Leona; la
de Somalia, país en guerra desde hace decenios; la de Eritrea que se
independizó de Etiopía; la de Sudán; la de Angola que duró veinte años; la de
Mozambique que duró catorce… pero de todas ellas la más grave por dimensiones y
crueldad fue la de Ruanda, paradigma o ejemplo de un conflicto africano.
La guerra de Ruanda. Existen
en esa zona (en torno a los Grandes Lagos africanos), dos grupos étnicos
tradicionalmente rivales: los tutsis que han sido siempre ganaderos y los hutus
que se han dedicado a la agricultura. En Ruanda los radicales hutus en el poder
exterminaron en 1994 a cientos de miles de tutsis y hutus moderados. La
guerrilla tutsi del Frente Patriótico Ruandés derrotó a los hutus, y buena
parte de ellos tuvo que huir a los países vecinos. Fue tal el número de muertos
que se considera uno de los últimos episodios de genocidio del siglo XX.
3.
Un conflicto eterno: israelíes y palestinos entre dos milenios.
Tras cuatro guerras directas entre israelíes y palestinos
(árabes) se inició en 1987 una nueva forma de conflicto: la primera intifada
o enfrentamiento entre los palestinos sometidos que lanzaban piedras al
ejército israelí en los territorios ocupados (Gaza, Cisjordania y
Jerusalén Este). La desigualdad del enfrentamiento más la presión
norteamericana desembocaron en una negociación entre las dos partes que se
inició en Madrid en 1991 y culminó en Oslo en 1993. Según estos acuerdos la OLP
(Organización para la liberación de Palestina) de Yassir Arafat reconocía al
Estado de Israel a cambio de una autonomía provisional de parte de los territorios
árabes ocupados que serían gobernados por la Autoridad Palestina como paso
previo para llegar a un acuerdo final que albergase la existencia de dos
estados independientes. La tensión, sin embargo, no ha desaparecido, en el lado
israelí fue asesinado Isaac Rabin, autor del acuerdo, en el lado palestino la
lentitud de la entrega de territorios más los obstáculos israelíes disparan el
radicalismo de movimientos como Hamás que nunca apoyaron los acuerdos de Oslo.
Llegar al último paso entraña dificultades y discusiones sobre las que es
difícil llegar a acuerdos: cuáles son las fronteras definitivas, qué pasa con
los colonos judíos en las zonas ocupadas, cuál es el papel de Jerusalén, ciudad
reclamada por las dos partes como capital irrenunciable de su Estado…En el año
2000 el movimiento palestino se radicalizó y de tirar piedras se pasó a
perpetrar sangrientos atentados contra objetivos civiles; del lado judío las represalias
son cada vez más sangrientas y se decidió construir un muro hermético que aislara
a los palestinos y que sirviera para evitar los atentados terroristas y que dividía
todavía más el territorio palestino. En la actualidad la situación está
estancada y las dos partes reaccionan de cuando en cuando con una violencia
cada vez más enconada, los moderados de ambos lados se ven desbordados y lejos queda
ya un posible entendimiento, a pesar de los intentos de la comunidad
internacional que impuso la llamada Hoja de Ruta para poner fin al
conflicto, pero que, de hecho, no ha conseguido nada.
4.
Una nación sin Estado: el Kurdistán.
Los kurdos constituyen una nación de unos 35 millones de
personas repartida entre Turquía, Irak, Irán, Siria y Armenia. Son de origen
indoeuropeo y hablan una lengua emparentada con el persa. Desde el punto de
vista religioso son musulmanes sunnitas. Desde tiempos inmemoriales aspiran a
crear un estado independiente, y a punto estuvieron de lograrlo tras la derrota
turca en la I Guerra Mundial, el tratado de Sevres reconocía ese derecho, pero
la reacción de Turquía lo impidió. La mitad, en torno a 19 millones de
personas, vive en Turquía donde han formado partidos que combaten al ejército
turco que les ataca sin contemplaciones, no dudando en atacar sus bases en el
Kurdistán irakí. En Irak fueron reprimidos durante el gobierno de Saddam
Hussein de manera sangrienta, hoy en día gozan de un alto grado de autonomía en
su zona de control. En Irán se encuentran acallados por el régimen chiíta de
los ayatolás. El problema kurdo es una fuente de inestabilidad y tensión en la
zona.
5.
Primavera árabe de 2011.
Con el nombre de Primavera árabe se conoce a
la sucesión de movimientos populares de rebeldía contra regímenes
autoritarios establecidos en los Estados árabes, desde Marruecos hasta Oriente
Próximo. En la raíz de estos movimientos parecen encontrarse motivos económicos
(carestía, escasez, desempleo, desesperanza) y políticos (rechazo a regímenes
corruptos y autoritarios que reservan los principales puestos gubernamentales a
una casta reducida que se aprovecha y lucra de los fondos públicos). Según el
tipo de movimiento y su resultado podemos clasificarlos en varias
clases. En primer lugar estarían las revueltas que acaban con el poder
establecido tras unos días de forcejeo, aquí estaría el caso tunecino,
donde se inició el fenómeno, y Egipto, en los dos casos derrocan a dictadores
perpetuados en el poder con aparente legitimidad democrática. El segundo caso
serían las revueltas populares que encuentran una dura reacción por parte
del aparato represor del Gobierno, desembocando en guerras
civiles. Sería el caso de Libia y la todavía guerra civil inacabada
de Siria. No faltan tampoco ejemplos de revueltas aplastadas desde sus inicios,
el caso típico es el emirato de Bahrein en el golfo Pérsico. Por último, en
muchos casos los gobiernos se adelantan y aprueban medidas
democráticas para frenar las insurrecciones: Marruecos, Arabia,
Jordania serían los casos más típicos.
6.
Los conflictos olvidados.
Con ese nombre nos referimos a una gran cantidad de
conflictos de todo tipo que siguen activos pero que no son noticia, se calcula
que hay en torno a una veintena en la actualidad. Unos conflictos están
activos, otros en vías de solución y otros en un impasse de espera.
En el Sahara Occidental se vive pendiente de un
referéndum desde 1975, año en que España entregó el territorio a Marruecos y
Mauritania, faltando a la promesa dada a los saharauis, miles de ellos viven en
el desierto argelino un exilio cuyo fin no acaba de llegar.
En Sri Lanka (antigua Ceilán) la guerrilla tamil del norte
ha mantenido una guerra contra la mayoría cingalesa que ha dejado más de 70.000
muertos, el conflicto se dio por terminado el 20 de mayo de 2009 al ser cercado
y derrotado el último bastión tamil en el norte de la isla. Es de los pocos
conflictos a los que se llega a un final definitivo tras años de
enfrentamientos.
Sudán, uno de los países más pobres de África, aparece en
las noticias de cuando en cuando por la catástrofe humanitaria en la zona de
Darfur. Aquí se enfrenta un gobierno islamista con los habitantes del sur que
son cristianos y animistas. El acuerdo entre las partes posibilitó la
independencia del sur y surgió el país más joven del planeta: Sudán del Sur.
Un capítulo aparte sería hablar de la financiación de estas
guerras que en tiempos de la Guerra Fría eran pagadas por las superpotencias y
sus aliados, ahora las fuentes de financiación han cambiado y el narcotráfico,
el comercio de diamantes o el control de los recursos prorrogan guerras
interminables que bloquean el salto de esos países hacia el desarrollo. En todo
caso las armas que se usan son americanas, europeas y rusas y suponen un gran
negocio para los países desarrollados.