EL MUNDO DE LA GUERRA FRÍA
INTRODUCCIÓN
El mundo de la Guerra Fría se va a dividir en dos grandes bloques: países capitalistas y países comunistas.
En la primera parte de la unidad, estudiaremos los países capitalistas que abarcarán, a partir de 1945, extensas zonas del planeta. Sus áreas de influencia más importantes fueron Norteamérica, Europa Occidental y Japón. En todas ellas se produjo un crecimiento acelerado, sólo interrumpido por la crisis energética de 1973. Hasta este momento, el Estado ejerció un fuerte intervencionismo, como corrector de los desequilibrios económicos y sociales, lo que condujo al establecimiento del Estado del bienestar. Desde comienzos de los años ochenta, el neoliberalismo se abrió paso y el Estado redujo su participación en las cuestiones económicas.
En la primera parte de la unidad, estudiaremos los países capitalistas que abarcarán, a partir de 1945, extensas zonas del planeta. Sus áreas de influencia más importantes fueron Norteamérica, Europa Occidental y Japón. En todas ellas se produjo un crecimiento acelerado, sólo interrumpido por la crisis energética de 1973. Hasta este momento, el Estado ejerció un fuerte intervencionismo, como corrector de los desequilibrios económicos y sociales, lo que condujo al establecimiento del Estado del bienestar. Desde comienzos de los años ochenta, el neoliberalismo se abrió paso y el Estado redujo su participación en las cuestiones económicas.
En el terreno político se consolidó, con la excepción de las dictaduras
del sur de Europa, la democracia parlamentaria. Se alternaron gobiernos
progresistas y conservadores sin apenas sobresaltos extremistas que
desestabilizasen el modelo liberal.
Europa Occidental avanzó, no sin dificultades, hacia su integración
económica y, a finales del XX, se dieron los primeros pasos hacia la unión
política.
En la segunda parte de la unidad, se analizará el otro gran bloque en el que se dividirá el mundo de la Guerra Fría: los países de la órbita comunista.
Tras la muerte de Lenin en 1924 y tras unos años de lucha por el poder se consolida en la Unión Soviética el poder de Stalin, que dará forma al país y extenderá el comunismo por la Europa del Este tras la II Guerra Mundial al ocupar medio continente el Ejército Rojo en su lucha contra Hitler. Stalin pondrá en marcha todos los principios de la revolución de 1917 (colectivización de la agricultura, economía planificada…) y hará extensivas estas ideas a esos países sometidos de Europa –a los que se denominarán democracias populares- y a otros que se incluirán en su bloque. Tras su muerte en 1953 se abre una lucha por el liderazgo y será Kruschev su heredero, aunque no tendrá el poder que había tenido Stalin, y así sus oponentes políticos le destituirán de sus cargos en 1964, dos años después de la crisis de los misiles. A la época de Kruschev le sigue la larga etapa de Breznev, que supone en muchos sentidos un retroceso y un aumento del control sobre los países sometidos como demostró en Checoslovaquia en 1968. Tras su muerte en 1982 deja un país sumido en una profunda crisis y al borde del hundimiento. Sus dos ancianos sucesores –Andropov y Chernienko-en tres años no solucionan nada. En 1985 accede al poder Gorbachov, un hombre joven y con ganas de reformar el país a través de la perestroika, pero desató fuerzas que a la larga acabarán con la URSS.
También estudiaremos el comunismo en China desde el triunfo de Mao en 1948 y la evolución del país hasta finales de los ochenta.
I. EVOLUCIÓN ECONÓMICA DE LOS PAÍSES CAPITALISTAS (TRAS LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL).
1. Los efectos de la Segunda Guerra Mundial. Los fundamentos de la nueva economía mundial.
A diferencia de la Primera Guerra Mundial, durante la Segunda los países aliados trataron de planificar las relaciones económicas internacionales con el fin de evitar las crisis del periodo de entreguerras y para establecer un nuevo modelo de crecimiento económico dentro del mundo capitalista. La iniciativa partió de EE.UU., que no sufrió directamente las consecuencias de la Guerra, y que salió de ella con vertida en primera potencia económica mundial.
Se vio que el nacionalismo económico, que era promovido por los totalitarismos, era una amenaza para la paz. También, que el aislacionismo y el proteccionismo, practicado por EE.UU. tras la Primera Guerra Mundial, había sido un error. Era necesario establecer un sistema monetario internacional que permitiera regular el comercio internacional y los pagos entre los distintos países, para fijar o valorar sus balanzas de pagos. Con la intención de buscar soluciones para ello, se reunió, en 1944, una conferencia internacional financiera en Bretton Woods (EE.UU.), donde acudieron delegados de 44 países. Como resultado decidió establecerse un nuevo sistema monetario internacional (vigente hasta 1971), basado en el establecimiento del patrón oro. Sólo el dólar estadounidense podía convertirse en oro; el resto de las monedas fijaban su paridad o cambio frente al dólar.
Para regular el funcionamiento del nuevo sistema monetario se crearon dos organismos:
En la segunda parte de la unidad, se analizará el otro gran bloque en el que se dividirá el mundo de la Guerra Fría: los países de la órbita comunista.
Tras la muerte de Lenin en 1924 y tras unos años de lucha por el poder se consolida en la Unión Soviética el poder de Stalin, que dará forma al país y extenderá el comunismo por la Europa del Este tras la II Guerra Mundial al ocupar medio continente el Ejército Rojo en su lucha contra Hitler. Stalin pondrá en marcha todos los principios de la revolución de 1917 (colectivización de la agricultura, economía planificada…) y hará extensivas estas ideas a esos países sometidos de Europa –a los que se denominarán democracias populares- y a otros que se incluirán en su bloque. Tras su muerte en 1953 se abre una lucha por el liderazgo y será Kruschev su heredero, aunque no tendrá el poder que había tenido Stalin, y así sus oponentes políticos le destituirán de sus cargos en 1964, dos años después de la crisis de los misiles. A la época de Kruschev le sigue la larga etapa de Breznev, que supone en muchos sentidos un retroceso y un aumento del control sobre los países sometidos como demostró en Checoslovaquia en 1968. Tras su muerte en 1982 deja un país sumido en una profunda crisis y al borde del hundimiento. Sus dos ancianos sucesores –Andropov y Chernienko-en tres años no solucionan nada. En 1985 accede al poder Gorbachov, un hombre joven y con ganas de reformar el país a través de la perestroika, pero desató fuerzas que a la larga acabarán con la URSS.
También estudiaremos el comunismo en China desde el triunfo de Mao en 1948 y la evolución del país hasta finales de los ochenta.
EL MUNDO CAPITALISTA DE LA GUERRA FRÍA
I. EVOLUCIÓN ECONÓMICA DE LOS PAÍSES CAPITALISTAS (TRAS LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL).
1. Los efectos de la Segunda Guerra Mundial. Los fundamentos de la nueva economía mundial.
A diferencia de la Primera Guerra Mundial, durante la Segunda los países aliados trataron de planificar las relaciones económicas internacionales con el fin de evitar las crisis del periodo de entreguerras y para establecer un nuevo modelo de crecimiento económico dentro del mundo capitalista. La iniciativa partió de EE.UU., que no sufrió directamente las consecuencias de la Guerra, y que salió de ella con vertida en primera potencia económica mundial.
Se vio que el nacionalismo económico, que era promovido por los totalitarismos, era una amenaza para la paz. También, que el aislacionismo y el proteccionismo, practicado por EE.UU. tras la Primera Guerra Mundial, había sido un error. Era necesario establecer un sistema monetario internacional que permitiera regular el comercio internacional y los pagos entre los distintos países, para fijar o valorar sus balanzas de pagos. Con la intención de buscar soluciones para ello, se reunió, en 1944, una conferencia internacional financiera en Bretton Woods (EE.UU.), donde acudieron delegados de 44 países. Como resultado decidió establecerse un nuevo sistema monetario internacional (vigente hasta 1971), basado en el establecimiento del patrón oro. Sólo el dólar estadounidense podía convertirse en oro; el resto de las monedas fijaban su paridad o cambio frente al dólar.
Para regular el funcionamiento del nuevo sistema monetario se crearon dos organismos:
- El Fondo Monetario Internacional (FMI) integrado por los países adheridos, que hacían aportaciones al FMI con arreglo a sus economías. Con estas cuotas se organizó un fondo común al que podían acceder los países miembros con dificultades en su balanza y recibir préstamos.
- El Banco Internacional de Reconstrucción y Desarrollo (BIRD o Banco Mundial), para facilitar créditos a los países que lo necesitasen.
Los norteamericanos consolidaron su dominio económico sobre el mundo
occidental gracias a su destacada presencia en estas dos instituciones y al uso
del dólar como moneda de intercambio.
Como complemento de todo este engranaje, en 1947, 23 países firmaron en Ginebra el Acuerdo General sobre Tarifas Aduaneras y Comercio (GATT) con la misión de eliminar barreras en el comercio internacional. El GATT era un instrumento para evitar experiencias como la depresión económica de los años treinta. Sin embargo, para asegurar el sistema era necesario que Europa Occidental se recuperara de los efectos destructivos de la Guerra Mundial. Con esa finalidad, en mayo de 1947, EE.UU. aprobaba el Programa para la Reconstrucción Europea o Plan Marshall. Era una excelente fórmula ante las urgentes necesidades de los países de Europa Occidental, y también, para frenar el avance del comunismo. Entre 1948 y 1952 llegaron a dieciséis países europeos casi 13.000 millones de dólares, la mayoría a fondo perdido, y se creó la Organización Europea de Cooperación Económica para coordinar y hacer más eficaces esas ayudas.
El éxito del Plan Marshall fue esencial para la reconstrucción de Europa tras la Guerra y en pocos años su productividad alcanzó niveles, en algunos países, el cien por cien de antes de la Guerra.
2. El crecimiento económico ininterrumpido: la recuperación después de 1945 y el fuerte crecimiento económico entre 195 2 y 1973.
El éxito del Plan Marshall propició una larga etapa de crecimiento económico en Europa desde 1952 hasta la crisis del petróleo de 1973.
a) Estados Unidos.
En Estados Unidos esos años se caracterizaron por el progreso técnico, el empuje comercial por la generalización del dólar como moneda de cambio internacional y el fuerte desarrollo empresarial, que convirtió en multinacionales a muchas empresas estadounidenses.
b) Europa Occidental.
Europa Occidental experimentó un notable desarrollo económico, gracias a la ayuda norteamericana y a la aplicación de los principios keynesianos de aumento de la producción y del consumo y del intervencionismo estatal. Ello posibilitó la aparición del Estado del bienestar, es decir, la aplicación de una política social que cubre los gastos sociales (pensiones, subsidios de paro…), sanitarios y educativos para mejorar el nivel de vida de todos los ciudadanos.
El proceso de crecimiento económico fue general en Europa Occidental, no obstante, debe destacarse el caso de la República Federal de Alemania al convertirse, en pocos años, en la primera potencia económica del continente. El llamado “milagro alemán” se hizo realidad durante los mandatos de los cancilleres cristiano-demócratas Konrad Adenauer y Ludwig Erhard. A la importante inversión norteamericana se añadió el tradicional espíritu de trabajo y sacrificio de los alemanes, los acuerdos entre la patronal y los trabajadores y la intervención del Estado en materias sociales, consagrada por la Ley Fundamental de Bonn o Constitución de 1949.
c) Japón
El otro gran derrotado en la Segunda Guerra Mundial conoció un crecimiento económico espectacular desde 1950. La explicación de este “milagro japonés”, se debió a la creación de grandes grupos empresariales con apoyo norteamericano, a la profunda renovación tecnológica, a la abundante mano de obra -bien cualificada y disciplinada-, a la reducción en los gastos militares y al mantenimiento de una moneda de baja cotización para favorecer las exportaciones, destacando en alta tecnología (electrónica, informática y robótica) y en la industria automovilística. Entre 1950 y 1966 tuvo el mayor índice de crecimiento mundial y su PIB se multiplicó por 10.
3. Sociedad de consumo y Estado del bienestar: los años 60.
La aparición de la sociedad de consumo fue la principal consecuencia del crecimiento económico en el mundo capitalista tras la Segunda Guerra Mundial. La estructura económica de estos países, con predominio de grandes empresas, hizo posible que se elevaran los índices de productividad y aumentase la necesidad de mano de obra. Esto alivió el paro y permitió alzas salariales que posibilitaron un incremento en el nivel de demanda de productos. El consumo se convirtió en el objetivo de todos, tanto de bienes duraderos, como la vivienda, los automóviles o los electrodomésticos -gracias a los créditos y a la venta a plazos- como de servicios y del ocio. Precisamente, la sociedad de consumo se caracteriza por la compra masiva de bienes que antes parecían innecesarios o reservados a una minoría.
El aumento del consumo provocó importantes transformaciones sociales. Se consolidó una numerosa clase media, en la que la mujer se incorporó al trabajo y los hijos tuvieron la opción de acceder a estudios superiores. Aumentó el número de trabajadores en el sector servicios por la terciarización de la economía. Apareció una nueva elite social constituida por los directivos de las empresas, los técnicos de alto nivel… Y, con todo, surgió un nuevo tipo de vida y una mentalidad conformista en la que primaba la búsqueda de la felicidad a través de un consumo cada vez más sacralizado.
A mediados de los años sesenta surgió en las universidades europeas y norteamericanas un movimiento de crítica contra el modelo de aparente bienestar basado en el consumo. En París la agitación estudiantil generó en 1968 una protesta de gran envergadura, conocida como el “mayo francés”, con manifestaciones y huelgas, contra la llamada sociedad materialista y conformista. Esta actitud unida a las acciones de rebeldía contra la guerra de Vietnam, el movimiento de los hippies o la aparición de nuevas tendencias en los campos de la filosofía -H. Marcuse-, la música -los Beatles-, la moda -la minifalda- etc. pusieron en evidencia el rechazo a las fórmulas de la sociedad consumista y apuntó la idea de que el bienestar material no era sinónimo de felicidad.
Paralelamente a la consecución de la sociedad de consumo, en los países europeos se establece el llamado Estado del bienestar, del que ya se ha dado una primera definición, consistente en establecer un sistema de protección social para lograr el bienestar general de la población. El Estado aumenta los impuestos y ase gura a los ciudadanos unos ingresos regulares en caso de enfermedad, paro, maternidad, vejez…
4. La crisis de 1973.
En 1973, como consecuencia de la "guerra árabe-israelí del Yom Kippur”, los países árabes limitaron su producción de petróleo y aumentaron sus precios en represalia por la ayuda occidental a Israel. Muchos países, con economías basadas en los bajos precios del petróleo y sin otras fuentes de energía alternativa s, se vieron afectados. Las áreas más perjudicadas fueron Europa Occidental y Japón que c arecían casi por completo del “oro negro”.
Los efectos más inmediatos fueron la quiebra de numerosas empresas, el aumento del paro, el crecimiento de la inflación, la aparición de nuevas fórmulas como la economía sumergida y la sensación de fracaso del Estado del bienestar. No obstante, los efectos de la crisis no fueron tan graves como los que produjo la de los años treinta, gracias al papel regulador del Estado.
5. La economía occidental desde 1982.
Para buscar soluciones a la crisis se propusieron fórmulas basadas en el modelo keynesiano que generaron una mayor inflación. A principios de los años ochenta el neoliberalismo, modelo económico propugnado por la Escuela de Chicago, que propugna que las fuerzas del libre mercado son más eficientes que la iniciativa pública para afrontar el desarrollo económico, fue aplicado por una nueva generación de políticos, de ideología conservadora, como Ronald Reagan en Estados Unidos, Margaret Thatcher en el Reino Unido o Helmut Kohl en la República Federal de Alemania. Las principales propuestas del neoliberalismo fueron:
Como complemento de todo este engranaje, en 1947, 23 países firmaron en Ginebra el Acuerdo General sobre Tarifas Aduaneras y Comercio (GATT) con la misión de eliminar barreras en el comercio internacional. El GATT era un instrumento para evitar experiencias como la depresión económica de los años treinta. Sin embargo, para asegurar el sistema era necesario que Europa Occidental se recuperara de los efectos destructivos de la Guerra Mundial. Con esa finalidad, en mayo de 1947, EE.UU. aprobaba el Programa para la Reconstrucción Europea o Plan Marshall. Era una excelente fórmula ante las urgentes necesidades de los países de Europa Occidental, y también, para frenar el avance del comunismo. Entre 1948 y 1952 llegaron a dieciséis países europeos casi 13.000 millones de dólares, la mayoría a fondo perdido, y se creó la Organización Europea de Cooperación Económica para coordinar y hacer más eficaces esas ayudas.
El éxito del Plan Marshall fue esencial para la reconstrucción de Europa tras la Guerra y en pocos años su productividad alcanzó niveles, en algunos países, el cien por cien de antes de la Guerra.
2. El crecimiento económico ininterrumpido: la recuperación después de 1945 y el fuerte crecimiento económico entre 195 2 y 1973.
El éxito del Plan Marshall propició una larga etapa de crecimiento económico en Europa desde 1952 hasta la crisis del petróleo de 1973.
a) Estados Unidos.
En Estados Unidos esos años se caracterizaron por el progreso técnico, el empuje comercial por la generalización del dólar como moneda de cambio internacional y el fuerte desarrollo empresarial, que convirtió en multinacionales a muchas empresas estadounidenses.
b) Europa Occidental.
Europa Occidental experimentó un notable desarrollo económico, gracias a la ayuda norteamericana y a la aplicación de los principios keynesianos de aumento de la producción y del consumo y del intervencionismo estatal. Ello posibilitó la aparición del Estado del bienestar, es decir, la aplicación de una política social que cubre los gastos sociales (pensiones, subsidios de paro…), sanitarios y educativos para mejorar el nivel de vida de todos los ciudadanos.
El proceso de crecimiento económico fue general en Europa Occidental, no obstante, debe destacarse el caso de la República Federal de Alemania al convertirse, en pocos años, en la primera potencia económica del continente. El llamado “milagro alemán” se hizo realidad durante los mandatos de los cancilleres cristiano-demócratas Konrad Adenauer y Ludwig Erhard. A la importante inversión norteamericana se añadió el tradicional espíritu de trabajo y sacrificio de los alemanes, los acuerdos entre la patronal y los trabajadores y la intervención del Estado en materias sociales, consagrada por la Ley Fundamental de Bonn o Constitución de 1949.
c) Japón
El otro gran derrotado en la Segunda Guerra Mundial conoció un crecimiento económico espectacular desde 1950. La explicación de este “milagro japonés”, se debió a la creación de grandes grupos empresariales con apoyo norteamericano, a la profunda renovación tecnológica, a la abundante mano de obra -bien cualificada y disciplinada-, a la reducción en los gastos militares y al mantenimiento de una moneda de baja cotización para favorecer las exportaciones, destacando en alta tecnología (electrónica, informática y robótica) y en la industria automovilística. Entre 1950 y 1966 tuvo el mayor índice de crecimiento mundial y su PIB se multiplicó por 10.
3. Sociedad de consumo y Estado del bienestar: los años 60.
La aparición de la sociedad de consumo fue la principal consecuencia del crecimiento económico en el mundo capitalista tras la Segunda Guerra Mundial. La estructura económica de estos países, con predominio de grandes empresas, hizo posible que se elevaran los índices de productividad y aumentase la necesidad de mano de obra. Esto alivió el paro y permitió alzas salariales que posibilitaron un incremento en el nivel de demanda de productos. El consumo se convirtió en el objetivo de todos, tanto de bienes duraderos, como la vivienda, los automóviles o los electrodomésticos -gracias a los créditos y a la venta a plazos- como de servicios y del ocio. Precisamente, la sociedad de consumo se caracteriza por la compra masiva de bienes que antes parecían innecesarios o reservados a una minoría.
El aumento del consumo provocó importantes transformaciones sociales. Se consolidó una numerosa clase media, en la que la mujer se incorporó al trabajo y los hijos tuvieron la opción de acceder a estudios superiores. Aumentó el número de trabajadores en el sector servicios por la terciarización de la economía. Apareció una nueva elite social constituida por los directivos de las empresas, los técnicos de alto nivel… Y, con todo, surgió un nuevo tipo de vida y una mentalidad conformista en la que primaba la búsqueda de la felicidad a través de un consumo cada vez más sacralizado.
A mediados de los años sesenta surgió en las universidades europeas y norteamericanas un movimiento de crítica contra el modelo de aparente bienestar basado en el consumo. En París la agitación estudiantil generó en 1968 una protesta de gran envergadura, conocida como el “mayo francés”, con manifestaciones y huelgas, contra la llamada sociedad materialista y conformista. Esta actitud unida a las acciones de rebeldía contra la guerra de Vietnam, el movimiento de los hippies o la aparición de nuevas tendencias en los campos de la filosofía -H. Marcuse-, la música -los Beatles-, la moda -la minifalda- etc. pusieron en evidencia el rechazo a las fórmulas de la sociedad consumista y apuntó la idea de que el bienestar material no era sinónimo de felicidad.
Paralelamente a la consecución de la sociedad de consumo, en los países europeos se establece el llamado Estado del bienestar, del que ya se ha dado una primera definición, consistente en establecer un sistema de protección social para lograr el bienestar general de la población. El Estado aumenta los impuestos y ase gura a los ciudadanos unos ingresos regulares en caso de enfermedad, paro, maternidad, vejez…
4. La crisis de 1973.
En 1973, como consecuencia de la "guerra árabe-israelí del Yom Kippur”, los países árabes limitaron su producción de petróleo y aumentaron sus precios en represalia por la ayuda occidental a Israel. Muchos países, con economías basadas en los bajos precios del petróleo y sin otras fuentes de energía alternativa s, se vieron afectados. Las áreas más perjudicadas fueron Europa Occidental y Japón que c arecían casi por completo del “oro negro”.
Los efectos más inmediatos fueron la quiebra de numerosas empresas, el aumento del paro, el crecimiento de la inflación, la aparición de nuevas fórmulas como la economía sumergida y la sensación de fracaso del Estado del bienestar. No obstante, los efectos de la crisis no fueron tan graves como los que produjo la de los años treinta, gracias al papel regulador del Estado.
5. La economía occidental desde 1982.
Para buscar soluciones a la crisis se propusieron fórmulas basadas en el modelo keynesiano que generaron una mayor inflación. A principios de los años ochenta el neoliberalismo, modelo económico propugnado por la Escuela de Chicago, que propugna que las fuerzas del libre mercado son más eficientes que la iniciativa pública para afrontar el desarrollo económico, fue aplicado por una nueva generación de políticos, de ideología conservadora, como Ronald Reagan en Estados Unidos, Margaret Thatcher en el Reino Unido o Helmut Kohl en la República Federal de Alemania. Las principales propuestas del neoliberalismo fueron:
- Aligerar el gasto público por medio de la privatización de empresas y la reducción de gastos sociales. El descenso del gasto público se traduciría en una bajada de impuestos que aumentaría la competitividad y rentabilidad de las empresas y la capacidad de ahorro. Reconvertir sectores no rentables, por la necesaria adaptación empresarial a la revolución tecnológica que se estaba produciendo. Ello supondría el cierre de empresas de tecnología anticuada y la reducción de la mano de obra.
- Contener salarios y liberalizar el empleo para favorecer las inversiones empresariales y combatir el paro.
- La aplicación del neoliberalismo -sobre todo en Estados Unidos y Reino Unido- propició el crecimiento global de la actividad productiva, el alza del consumo y el freno de la escalada inflacionista. El principal efecto negativo fue la reducción de los gastos sociales, lo que contribuyó a aumentar los índices de pobreza en los países más ricos. Finalmente, no se produjo la esperada recuperación del empleo y las tasas de paro elevadas o la economía sumergida comenzaron a convertirse en fenómenos estructurales de las economías desarrolladas.
1. Estados Unidos.
Hasta 1960, el principal problema con el que se enfrentaron las administraciones del demócrata Harry S. Truman (1945-1952) y del republicano Dwight D. Eisenhower (1953-1960), además del anticomunismo propio de la Guerra Fría, fue el de la integración racial. Esta cuestión originó graves disturbios en los Esta dos del sur, pese a que el Tribunal Supremo considerara inconstitucional cualquier forma de discriminación en 1954.
La llegada del demócrata John F. Kennedy (1961-1963) a la presidencia por un estrecho margen en las elecciones de 1960 supuso el inicio de una política innovadora, conocida como la Nueva Frontera. Consistió en extender el Estado del bienestar y fue recibida con esperanza por los sectores más desfavorecidos de la sociedad norteamericana y los intelectuales más progresistas. Kennedy encontró grandes dificultades para sacar adelante esos proyectos y cuando fue asesinado e1 23 de noviembre de 1963 los avances eran, todavía, poco significativos.
Su sucesor, el también demócrata, Lyndon B. Johnson (1963-1968) prosiguió la misma línea. En 1964 se aprobó la Ley de derechos civiles y, en 1965, la Ley del derecho al voto ya preparadas durante el mandato de Kennedy. Estas disposiciones pretendían acabar con la tradicional marginación social de los negros, que dio origen a movimientos radicales como el Black Power, que llegaban a no considerarse norteamericanos por la marginación en que se veían obligados a vivir. Su principal líder fue Malcolm X, asesinado en 1965. Otro activista de los derechos civiles para la gente negra de EE.UU., Martin Luther King, murió también asesinado en 1968.
El mandato del republicano Richard M. Nixon (1969-1974) representó la etapa de mayor crisis interna de Estados Unidos desde 1929. Pese a los avances en cuestiones como la integración racial o la equiparación de derechos de la mujer, sufrió los efectos negativos de la derrota en Vietnam y protagonizó el escándalo político del caso Watergate. El presidente se vio obligado dimitir en agosto de 1974 acusado de mentir y obstruir a la justicia. Le sucedió su vicepresidente Gerald Ford (1974-1976).
La política de defensa de los derechos humanos del presidente demócrata James Carter (1977-1980), a partir de 1977, se vio dificultada por los reveses en política exterior (crisis de los rehenes en Irán) y la agudización de la crisis económica. Sus desaciertos provocaron un giro conservador y en 1981 llegó a la Casa Blanca el republicano Ronald Reagan (1981-1988) con el que se puso en práctica una política ultraconservadora desde el punto de vista económico y social. Durante sus dos mandatos se exaltaron la moral puritana y el patriotismo, los norteamericanos recuperaron su orgullo nacional superando la grave crisis moral vivida en los años setenta. Durante la presidencia de su sucesor George H. W. Bush (1989-1992) se produjo el final de la Guerra Fría. Pero los repuntes de la crisis económica y el abandono de la política social permitieron a los demócratas recuperar el poder con Bill Clinton (1993-2000). Los republicanos vuelven con la siguiente presidencia, la de George W. Bush (2001-2008), que sufrió los efectos del fundamentalismo islámico con los atentados contra las Torres Gemelas de Nueva York, el 11 de septiembre de 2001, a lo que EE.UU. respondió con la guerra de Afganistán (2001) y la de Irak (2003). La tensión política generada por la guerra de Irak contribuyó a la caíd a de los republicanos y al consiguiente triunfo de los demócratas en las elecciones de 2008 con Barack Obama, que sigue como presidente de los EE.UU. tras volver a triunfar en las elecciones de 2012.
2. Europa Occidental.
En Europa Occidental los rasgos más destacados durante la Guerra Fría han sido los siguientes:
- Afianzamiento del sistema democrático y política moderadamente intervencionista en los ámbitos económico y social.
- Alineamiento exterior con Estados Unidos, aunque la Quinta República francesa impuso ciertos matices.
- Proyecto de integración de la Comunidad Económica Europea.
El fin de la Guerra Fría, con la desintegración de la URSS y la desaparición del dominio de los partidos comunistas en los países de la Europa del Este, ha traído consigo la “occidentalización” de esa Europa, al implantarse e n ellos regímenes democráticos y un sistema económico de libre mercado. Estos países pi dieron en su momento formar parte de la Unión Europea- antes Comunidad Económica Europea-, de tal modo que se ha pasado de Europa de los Seis, de 1957, a la Europa de los Veintiocho, desde la entrada de Croacia en la Unión Europea en 2013.
a) El Reino Unido.
En este país se alternaron en el poder laboristas (Clement Attlee) y conservadores (Winston Churchill), quedando totalmente postergado el partido liberal. Los laboristas vuelven al poder entre 1974 y 1979. Les tocó sufrir los efectos de la crisis de 1973 y el fenómeno terrorista en Irlanda del Norte donde los católicos defienden la unión con Irlanda.
El Ejército Republicano Irlandés (IRA) acentuó durante estos años sus actos terroristas.
En 1979 vuelven los conservadores con Margaret Thatcher (1979-1990), convertida en primera ministra estableció enérgicamente una auténtica revolución conservadora que redujo el modelo de estado social de los años de la posguerra. La era conservadora se mantuvo con su sucesor John Mayor (1990-1997).
Vuelven los laboristas con Tony Blair (1997-2007). Consiguió poner fin al conflicto armado en Irlanda del Norte (acuerdo en 1998 y en 2005 por el que el IRA decide acabar con la lucha armada). En 2005 tienen lugar unos atentados en Londres reivindicados por Al-Qaeda (52 muertos y más de 700 heridos). Diversos escándalos relacionados con la guerra de Irak obligaron a Tony Blair a dimitir, sucediéndole Gordon Brown (2007-2010), laborista. Pero en las elecciones de 2010 regresan los conservadores con David Cameron (2010-…).
b) Francia.
Tras la guerra se instauró la Cuarta República. Sus líderes afrontaron con éxito la reconstrucción de la posguerra y lideraron el proce so de formación de la Comunidad Económica Europea. Sin embargo la Cuarta República entró en una situación crítica a causa de la derrota francesa en Indochina (1954) y del conflicto de Argelia (1954-1962).
En 1958, Francia se encontraba en un momento extremadamente difícil y la guerra civil que se vivía en Argelia amenazaba con extenderse a la metrópoli. El general Charles de Gaulle que había dirigido la transición hacia la Cuarta República y se había apartado voluntariamente de la política en 1946 fue requerido por la Asamblea Nacional para presidir un gobierno de salvación nacional y propuso un cambio constitucional que desembocó en la proclamación de la Quinta República en1958.
Charles de Gaulle, primer presidente de la Quinta República, concedió la independencia a Argelia e hizo frente con energía a las acciones terroristas de los que se negaron a aceptar esta decisión, encuadrados en la OAS (“Organización del Ejército Secreto”). Sus objetivos políticos fueron el engrandecimiento de Francia y la recuperación de su prestigio. En política europea vetó el ingreso del Reino Unido en la Comunidad Económica Europea y defendió la primacía de los Estados sobre las instituciones comunitarias. En política exterior convirtió su país en potencia atómica y mantuvo una línea de menor dependencia de los Estados Unidos.
Su popularidad le permitió superar las graves convulsiones de mayo de 1968. Al año siguiente dimitió, pero la estela del " gaullismo” se prolongó con los presidentes Georges Pompidou (1969-1974) y Valéry Giscard d´Estaing (1974-1981) hasta que, en 1981, los socialistas al frente de François Mitterrand ganan las elecciones presidenciales. La llamada "era Mitterrand” abarcó desde 1981 hasta 1995. En los primeros años aplicó medidas intervencionistas para solucionar la crisis económica. Sus efectos fueron negativos y generaron un incremento del paro, que le obligó a una mayor moderación. Sus últimos años estuvieron salpicados de graves escándalos económicos que facilitaron la recuperación de la presidencia por los conservadores en la persona de Jacques Chirac, entre 1995 y 2007. En las elecciones de 2007 el triunfo ha seguido en los conservadores con Nicolás Sarkozy (2007-2012) para pasar en las elecciones de 2012 a los socialistas en la persona de François Hollande.
c) Alemania.
Los cristiano-demócratas (CDU) gobernaron desde 194 9 hasta 1969. Se sucedieron los cancilleres Konrad Adenauer (1949-1963), Ludwig Erhard (1963-1966) y Kurt G. Kiesinger (1966-1969) quienes además de esforzarse en la reconstrucción económica favorecieron la reconciliación con Francia y la creación de la Comunidad Económica Europea.
En 1969 los socialdemócratas (SPD) alcanzaron la cancillería bajo la dirección del antiguo alcalde de Berlín occidental, Willy Brandt. El nuevo canciller inició la apertura hacia el Este mediante la denominada ostpolitik con acuerdos con la URSS y con Polonia, reconociendo las fronteras establecidas al final de la Guerra y renunciando a los antiguos territorios alemanes en el Este. En su visita a Varsovia (1970) rindió homenaje a las víctimas judías de los nazis y con la firma del Tratado Interalemán de diciembre de 1972 se reconocieron las dos Alemanias y se dejó abierta la posibilidad de una futura reunificación.
El descubrimiento de que uno de sus asesores hacía espionaje a favor de la Alemania Oriental le obligó a dejar su cargo de canciller en 1974. Los socialdemócratas, no obstante, siguieron al frente del gobierno con Helmut Schmidt (1974-1982).
Los socialdemócratas gobernaron hasta que en 1982 los conservadores recuperaron la 1998, artífice de la reunificación alemana. cancillería con Helmut Kohl. Defendió la ampliación de la Comunidad Económica Europea y su profundización para llegar a la integración política. Su principal éxito fue su decisiva contribución a la reunificación alema-na, conseguida en 1990. Siguió como canciller en la Alemania reunificada hasta 1998, en que regresan los socialdemócratas con Gerhard Schröder hasta 2005, en que ganan los cristiano-demócratas con Ángela Merkel que ha vuelto a revalidar su triunfo en las elecciones de 2009 y de 2013.
3. Japón.
Finalizada la II Guerra Mundial, el ejército estadounidense, al mando del general Mac Arthur, siguió ocupando el territorio hasta la firma de la paz por Japón en 1951. En esos años fueron procesados los responsables del militarismo japonés y se procedió a la reconstrucción política del país. En 1946 fue aprobada una Constitución que entró en vigor en 1947. Japón se convertía en un país democrático, seguía siendo una monarquía, mantiene la figura del emperador (entonces Hirohito, al que ha sucedido, al fallecer en 1989, su hijo Akihito) como símbolo de la unidad nacional japonesa, aunque se vio obligado a renunciar a sus pretensiones de divinidad. El emperador, por tanto, pasa a ser un Jefe de Estado con función representativa correspondiendo el poder ejecutivo al Primer Ministro.
Junto a la Constitución, se aprobaron leyes como la reforma agraria y las leyes antitrust de 1947 que cambiaron radicalmente la estructura económica japonesa por la desaparición de los grandes latifundios y de los zaibatsu u oligopolios financieros e industriales. El régimen político favorecía el bipartidismo pero el Partido Liberal Democrático, de carácter conservador, ha venido disfrutando del poder, salvo periodos cortos, desde 1955. Recientemente, en las elecciones de 2009, el Partido Demócrata de Japón, de carácter progresista, obtuvo una clara victoria al obtener 300 de los 480 escaños disponibles. Como ya se ha apuntado, otro de los rasgos de la vida japonesa ha sido su espectacular crecimiento económico.
EL MUNDO COMUNISTA DE LA GUERRA FRÍA
I. LA UNIÓN SOVIÉTICA HASTA 1985.
1. La Unión Soviética: la última fase de Stalin
Los efectos de la segunda guerra mundial sobre la Unión Soviética fueron dramáticos. El número de muertos se cifra en más de veinte millones y la mayor parte de su infraestructura y de su industria quedaron destruidas. Pero la tenaz lucha contra el nazismo había fortalecido al régimen de Stalin y la Unión soviética obtuvo el reconocimiento de las otras potencias vencedoras que le reservaron un lugar destacado en las conferencias de paz.
Stalin acumuló todo el poder del Estado, del partido y del ejército. Desde 1924 a 1929 fue eliminando las figuras más relevantes del Estado y del partido, con el objetivo de convertirse en único jefe. Lanzó a la URSS a una revolución total, basada en la colectivización y la industrialización intensivas, matando y deportando a millones de campesinos. Creó un culto en torno a su figura que elevaba a proezas sus actividades cotidianas. Convertido en héroe del comunismo, reanudó su política de persecución contra disidentes y críticos del partido con el apoyo de una fiel policía política.
La política de hechos consumados que siguió a la guerra le permitió, con escasa oposición, la anexión de una amplia franja de territorios limítrofes a su frontera occidental: Europa oriental quedó bajo el control de su ejército.
Para la reconstrucción de su arruinada economía recurrió a las pautas anteriores: propiedad estatal de los medios de producción y planes quinquenales. Estos dieron prioridad al desarrollo de la industria pesada y a la fabricación de armas convencionales, exigencia derivada del enfrentamiento con Occidente. A la consecución de estos objetivos se sacrificó el desarrollo del sector agrario y de la industria de bienes de uso y consumo, manteniendo un bajo nivel de vida que dejaba sin recompensa material los esfuerzos del pueblo soviético.
2. El postestalinismo: Kruschev.
Tras el fallecimiento de Stalin en 1953, se inició la lucha por la sucesión. Después de un período de dirección colectiva Nikita Kruschev fue elegido primer secretario general del partido.
En el XX Congreso del PCUS, en febrero de 1956 pronunció una dura crítica contra Stalin y sus métodos de gobierno. De esta manera comenzó la desestalinización, impulsada al año siguiente por el relevo de los dirigentes del partido y del gobierno, cuya presidencia fue asumida también por Kruschev en 1958. La rehabilitación de los perseguidos, las reformas en las enseñanzas técnicas y la mayor libertad para los soviets y los sindicatos supusieron una tímida apertura tras la rigidez estaliniana.
El nuevo líder propuso una política económica diferente para pasar del socialismo de acumulación primitiva; capaz de producir grandes cantidades de acero y productos industriales básicos, al socialismo“ industrial moderno” que introducía los criterios de excedente y de beneficio y defendía la producción de bienes de consumo.
Para ello se estableció un plan septenal -entre 1959 y 1965-, más operativo y con mayores posibilidades de revisión que los quinquenales. A través del mismo se persiguió:
- Resolver los problemas de abastecimiento de alimentos, mediante un impulso de la agricultura: roturación de tierras vírgenes en K azajstán, Uzbekistán y Siberia occidental. Esta preocupación por la agricultura y el bienestar campesino provocó un aumento de la producción.
- Potenciar la industria de bienes de consumo, para elevar el nivel de vida medio; reformar y ampliar la red de transportes y desarrollar la explotación de fuentes de energía.
- Permitir a las empresas agrícolas e industriales la venta de los excedentes para; una vez cubierto el cupo impuesto por los planificadores, obtener algún beneficio.
- En política exterior, la superioridad en la carrera espacial y el nuevo talante permitieron que se produjese la fase de la coexistencia pacífica.
Con estas medidas intentó acelerar el desarrollo de la Unión Soviética para alcanzar, según sus cálculos, en 1970 el nivel de vida de los Estados Unidos. Sin embargo, la política de Kruschev fracasó debido a:
- las malas cosechas y la falta de abonos, el agotamiento de la tierras vírgenes y la ausencia de estímulo del campesinado no favorecieron el incremento de la producción, con lo que los problemas agrícolas continuaron.
- no se logró mejorar el nivel de vida de los soviéticos.
- la carrera de armamentos y la burocratización impidieron el avance en la producción ansiado por Kuschev.
Esta última circunstancia, unida a la lucha por el poder en el seno del partido, debilitó la posición del líder soviético que llegó a ser acusado en el Comité Central de errar en su previsión económica, de concentrar el poder y de practicar el amiguismo y el culto a la personalidad. Por ello fue relevado de sus cargos el 14 de octubre de 1964.
3. La era Breznev.
Leónidas Breznev se convirtió en primer secretario del partido tras la caída de Kruschev. Su gestión, entre 1964 y 1982, se caracterizó por el estancamiento. Impuso una rígida burocratización en la política y fijó la “doctrina Breznev”, como el derecho a intervenir en los asuntos internos de los países socialistas amigos. Se frenó el impulso reformista de Kuschev y la política soviética regresó al hermetismo de los tiempos de Stalin. El fortalecimiento del ejército rojo fue una prioridad de la política soviética, presentado como una necesidad para frenar al imperialismo capitalista. El ejército garantizó la presencia soviética en los países aliados y se empleó la represión contra los descontentos. La costosa industria armamentística impidió el desarrollo de otras más productivas.
Breznev reemprendió la planificación tradicional; lo que supuso el descenso de la producción industrial y agraria. El retraso tecnológico repercutió en la baja calidad de tos productos, se extendió la corrupción y se desarrolló un amplio “mercado negro”, que buscaba paliar la escasez de productos. El malestar social se hizo cada vez más evidente y la sociedad soviética se alejó de una clase política incapaz de resolver los graves problemas del sistema.
II. LAS DEMOCRACIAS POPULARES HASTA 1985.
1. Las democracias populares de Europa oriental: orígenes.
Las tropas soviéticas habían liberado Europa oriental de la ocupación nazi. Las promesas iniciales hechas por Stalin en Yalta a los aliados occidentales de celebrar elecciones libres en Polonia y otros Estados quedaron sin efecto. Durante los años que siguieron a la guerra mundial, en los países de ocupación soviética se constituyeron repúblicas populares que copiaron el modelo soviético. Su establecimiento siguió el mismo proceso en todos ellos, con variantes nacionales derivadas de su tradición histórica y de la mayor o menor resistencia al comunismo de Moscú, veamos las fases de implantación del comunismo en esos países:
- Formación de gobiernos provisionales de concentración, integrados por comunistas de prestigio en puestos claves.
- Triunfo comunista en elecciones bajo supervisión soviética y unificación o federación del Partido Comunista con el Socialista y otros próximos ideológicamente.
- Constitución de nuevos gobiernos comunistas con actitudes cercanas a la línea estalinista, que actuaron contra miembros de otros partidos o disidentes del propio.
- Proclamación de repúblicas populares con elecciones de lista única, reconocimiento de los derechos sociales al trabajo, la educación y la sanidad y Constituciones basadas en la soviética.
A comienzos de los años cincuenta, la Unión Soviética, Polonia, Checoslovaquia, Hungría, la República Democrática Alemana. Bulgaria, Albania y Rumanía formaron un bloque cohesionado sobre el que se había instaurado un férreo control soviético, a través de la ideología y de los partidos comunistas.
El sometimiento se reforzó con la creación de organismos de integración como el CAME y el Pacto de Varsovia.
2. El CAME (COMECON) y el Pacto de Varsovia.
Los países del Este europeo siguieron las directrices económicas marcadas por Moscú. En una primera etapa se llevó a cabo la reforma agraria y la nacionalización de bancos e industrias al tiempo que se establecieron planes con ayuda de la Unión Soviética.
A partir de 1950, se impuso la colectivización, p arcial e incompleta, de la tierra y el desarrollo de la industria pesada.
En enero de 1949 se creó el CAME o COMECON, Consejo de Ayuda Mútua Económica como reacción frente al Plan Marshall. Se concibió como una asociación económica de Estados soberanos y estuvo constituida por la Unión Soviética, Polonia, Checoslovaquia, Hungría, Rumania y Bulgaria, a los que luego se unió Albania y, en 1950, la República Democrática Alemana.
El CAME cobró relevancia a partir de 1956 en que promovió la planificación conjunta. Creó un espacio común de intercambios, con precios alterados políticamente para conseguir el equilibrio de las balanzas comerciales; e impuso una división internacional del trabajo por la que cada país abastecía al mercado común con unos productos previamente asignados. Todo el sistema se orientó a satisfacer las necesidades de la Unión Soviética que no permitió una diversificación de las actividades económicas en los países miembros, fundamental para el desarrollo armónico de sus economías nacionales.
Los países del bloque del Este, en mayo de 1955, constituyeron el Pacto de Varsovia en respuesta a la adhesión a la OTAN de la República Federal de Alemania. Según sus estatutos fue una organización para la cooperación militar conjunta, si bien proporcionó a los soviéticos el mecanismo de intervención en los países del bloque.
3. Resistencias y tensiones en el bloque comunista.
El modelo de Estado soviético y la hegemonía de Moscú sobre países con culturas y situaciones económicas distintas no fue siempre aceptada de buen grado.
a) La ruptura de Yugoslavia con la Unión Soviética (1949).
En Yugoslavia, único país donde los partisanos o guerrilleros de Tito habían expulsado a los alemanes antes de la entrada de los soviéticos, el líder croata Josip Broz, Tito, presidió el gobierno provisional y se adhirió a los principios socialistas. En 1945 creó la República Popular Federativa de Yugoslavia, pero no aceptó las directrices de Moscú, y en 1948 rompió la colaboración con la Unión Soviética. Por primera vez se anunció la existencia de un Estado socialista independiente y Tito proclamó su " vía nacional yugoslava al socialismo”.
Se desarrolló un socialismo autogestionario y el país sobrevivió gracias a las ayudas occidentales. En 1956, tras su reunión en la ciudad yugoslava de Brioni con Nasser y Nehru, Tito se convirtió en uno de los líd eres del movimiento de países no alineados.
El ejemplo yugoslavo causó gran preocupación en 1a Unión Soviética y dio lugar a depuraciones en los Estados del bloque para eliminar comunistas nacionalistas y “titoístas”.
b) Los años cincuenta y la insurrección de Hungría (1956).
Las primeras muestras de descontento en los Estados socialistas tuvieron lugar en Berlín oriental en 1953, con motines y manifestaciones reprimidas por la intervención de los soldados soviéticos.
En Polonia 1956 los obreros llevaron a cabo una huelga contra los bajos salarios y las largas jornadas que concluyeron con la readmisión de Wladislaw Gomulka como primer secretario del Partido Unificado Polaco.
En Hungría, en 1956, el primer ministro Imre Nagy admitió en su gobierno a políticos no comunistas. Anunció el fin del régimen de partido único y el abandono del Pacto de Varsovia, con lo que el país se convertiría en un Estado neutral. Pero las tropas soviéticas entraron Budapest el 4 de noviembre, el movimiento húngaro fue derrotado y Nagy detenido y ejecutado en 1958.
c) La Primavera de Praga (1968).
Checoslovaquia era el país de Europa oriental con mayor tradición democrática. Sólo el nazismo había podido doblegarla y, sin embargo, mediados de los sesenta se había convertido en un Estado policial. En enero de 1968, Alexander Dubcek se convirtió en el primer secretario del Partido Comunista y anunció la evolución hacia un “socialismo de rostro humano” que, sin abandonar los principios solidarios del comunismo, implantase la democracia y un sistema de libertades en su país. En abril, el, programa de los reformistas defendió la rehabilitación de las víctimas de las purgas, el restablecimiento del Parlamento democrático, el fin de la censura y la autorización de los partidos. Fue la “primavera de Praga” .
El 20 de agosto los tanques soviéticos aplicaron la “doctrina Breznev” e invadieron el país. La resistencia pasiva de los checos fue vencida, las libertades conseguidas se anularon y Dubcek y los reformistas fueron sustituidos por dirigentes fieles a Moscú.
d) Polonia y Solidaridad.
Las endémicas huelgas obreras en Polonia llevaron en 1980 a la paralización de los astilleros del Báltico. Pero esta vez añadieron peticiones políticas a sus demandas sociales. Los huelguistas, organizados en el sindicato Solidaridad y con Lech Walesa al frente, consiguieron un acuerdo con el gobierno. Éste reconoció el derecho a la huelga, la existencia de sindicatos independientes, la reducción de la censura y la concesión de mayores libertades para la Iglesia católica. En 1981 el general W. Jaruzelski, presidente del gobierno, impuso la ley marcial, detuvo a Walesa y al resto de líderes obreros y suprimió todas las mejoras conseguidas.
El sindicato, con el apoyo de la Iglesia, siguió actuando en la clandestinidad hasta que en 1988 consiguió negociar de nuevo con e l gobierno. Paradójicamente la clase obrera se levantaba contra un régimen que había nacido para liderar cambios en beneficio del proletariado.
e) La crisis del sistema comunista.
Los países comunistas europeos mantenían a mediados de los ochenta la planificación de la economía, los principios políticos de la democracia popular y su vinculación a través del CAME y el Pacto de Varsovia. El sistema, sólido en apariencia, encubría graves deficiencias. La carencia de productos básicos era permanente, el aparato industrial resultaba anticuado y en las fábricas los obreros permanecían ociosos, sin trabajo durante días, por falta de suministros. El despilfarro de materias primas era habitual y la contaminación no se controlaba.
Los numerosos burócratas constituían una elite social improductiva y sin iniciativas. Las promesas de democratización se aplazaban con la excusa de hacer frente a la amenaza occidental y la represión política actuaba con contundencia contra los disidentes.
III. LA CHINA COMUNISTA.
1. Los orígenes del Partido Comunista Chino.
En China había caído en 1912 el último emperador a través de una revolución de corte nacionalista dirigida por el Kuomintang o Partido Nacionalista Chino. Pero lejos de controlar la situación el país permaneció en el caos y la anarquía en muchas zonas. En 1921 surgía el Partido Comunista Chino dirigido por Mao Tse Tung que en 1927 rompió con los nacionalistas e inició un levantamiento que de forma intermitente enfrentaría a esos dos partidos. A través de la Larga Marcha Mao, vencido, se retira a una zona remota del país donde conformaron toda la ideología y estructura que el partido tendría en un futuro. La invasión japonesa de Manchuria en 1931 supuso una nueva etapa de colaboración entre las dos fuerzas. Derrotados los japoneses en 1945, la guerra civil se reanudó, hasta que los comunistas desencadenaron en 1949 una gran ofensiva que obligó a los nacionalistas a buscar refugio en la isla de Formosa, convertida en Taiwán o China Nacionalista.
2. La China de Mao Tse Tung (Mao Zedong).
a) Instauración de la República Popular China.
El 1 de octubre de 1949, los comunistas proclamaron la República Popular China. Se iniciaba la construcción de una república socialista con la Unión Soviética como modelo y guía. En febrero de 1950 se firmó el pacto de amistad y ayuda mutua con Moscú por el cual técnicos y maquinaria soviéticos contribuirían al desarrollo del nuevo estado. El maoísmo se convirtió en el nuevo soporte ideológico. Se acometió la reforma agraria los grandes latifundistas fueron expropiados y la tierra se repartió entre los campesinos que formaron cooperativas agrarias según el modelo soviético. La industria y las infraestructuras se nacionalizaron. Las nuevas autoridades aplicaron medidas fiscales en beneficio de los más desfavorecidos.
La intervención del ejército chino en la guerra de Corea en apoyo de los comunistas produjo el alejamiento definitivo de la revolución china de los Estados Unidos y retrasó la toma de medidas económicas en el interior del país. En 1953 se inició el primer plan quinquenal que centró su atención en el desarrollo de la industria pesada y la obtención de carbón y de energía eléctrica. La producción agraria se impulsó para conseguir el autoabastecimiento que se logró en buena medida a pesar del grave inconveniente que supuso la falta de tecnología cualificada.
La Constitución de 1954 permitió la existencia de regiones autónomas sobre el papel y concentró los poderes en el Estado y en el partido con Mao como figura destacada al frente de ambos organismos.
b) El «gran salto adelante».
Mao realizó una autocrítica del comunismo chino en 1957 al denunciar los excesos que su implantación había costado: la vida de 8.000.000 de personas. En su discurso de las ” Cien Flores”, estableció la metáfora de que debían florecer en China cien escuelas de pensamiento como cien flores, solicitaba la colaboración de los intelectuales y la apertura de un debate que rectificase los errores de la revolución .
La crítica solicitada de los intelectuales fue, sin embargo duramente contestada por el partido que radicalizó su política frente a la propuesta de Mao y las “Cien Flores” dejaron de existir antes de su eclosión. Los comunistas proclamaron el “gran salto adelante”- como rectificación e impulso del proyecto socialista.
En 1958 se crearon las comunas populares unidades de trabajo y de vida ubicadas en entornos rurales dedicadas a la explotación sistemática del territorio que ocupaban.
Liu Shao Chi principal impulsor de esta nueva política sustituyó en 1959 a Mao Tse Tung, el gran timonel, en la presidencia de China. Pero los errores de planificación y una cadena de catástrofes naturales retrasaron el gran salto adelante y en muchos lugares las comunas desaparecieron.
El enfrentamiento con Moscú que comenzó en 1957 con el abandono de la tutela soviética sobre la económica se hizo definitivo en 1962 cuando Kruschev fue acusado por China de traicionar la revolución mundial por su retirada en la crisis de los misiles. En 1964 la república Popular China explosionó su primera bomba atómica y se convirtió en una nueva potencia del socialismo, su éxito había completo.
c) La revolución cultural.
El enfrentamiento entre Mao Tse Tung y los burócrat as del gobierno y del partido llevó al veterano líder a iniciar la revolución cultural y proletaria en 1966.
Millones de guardias rojos, militantes juveniles del partido, y los actores más radicales del comunismo chino con Lin Piao al frente, dirigieron turbulentas persecuciones contra la burocracia, el elitismo y el aburguesamiento en favor de un igualitarismo absoluto y de los principios revolucionarios contenidos en el Libro Rojo. Muchos intelectuales funcionarios y miembros del partido fueron humillados y acusados de revisionistas, perdieron sus empleos, sus vidas o fueron deportados. El presidente Liu Shao Chi y el secretario general del partido, Deng Xiao Ping fueron destituidos. Las manifestaciones, concentraciones y acciones violentas se multiplicaron por todo el país, hasta que en abril de 1969 cesaron los disturbios por la intervención del ejército. El congreso del partido de abril de ese año devolvió sus poderes a Mao y Lin Piao fue proclamado su sucesor y Chu En Lai confirmado como primer ministro. En el fondo todo había sido un intento de Mao por recuperar un poder que se le escapaba de las manos.
d) Los últimos años de Mao.
A partir de 1969 la China revolucionaria se estabilizó. El país se abrió a Occidente al tiempo que se agravó el enfrentamiento con la Unión Soviética. En 1971 se produjo su ingreso en la ONU y ocupó un puesto permanente en el Consejo de Seguridad tras la expulsión de Taiwan. Los líderes perseguidos duran te los tiempos convulsos de la revolución cultural fue ron rehabilitados y Lin Piao murió al estrellarse el av ión en el que huía hacia la Unión Soviética según la explicación oficial china tras fracasar su golpe de Estado contra Mao con el que pretendía revitalizar el radicalismo revolucionario
3. La China postmaoista.
A la muerte del "gran timonel" en 1976 se desató una cruel lucha por el poder entre los fieles maoístas y los reformistas del rehabilitado Deng Xiao Ping que concluyó con la victoria de estos últimos. El nuevo líder del maoísmo fortaleció el ejército y los nuevos planes se centraron en el desarrollo de la agricultura, la industria y las ciencias.
A finales de los ochenta entró en vigor la política del hijo único para frenar el aumento demográfico en China, con severas amenazas para quienes no la cumpliesen. En 1988 se inició la apertura económica mediante la legalización de la propiedad privada de la tierra y de la pequeña empresa privada. Asimismo se establecieron las llamadas zonas económicas especiales, enclaves industrializados con economía de mercado permitida.
La tolerancia de las autoridades hacia prácticas capitalistas ha contrastado con su inmovilismo político con un grupo dirigente cerrado y contrario a cualquier participación democrática. Ello ha permitido abusos en la economía causantes de fuertes desigualdades en un país con un bajo nivel de vida. En junio de 1989 se produjo una protesta de estudiantes en la plaza de Tiananmen de Pekín que reclamaron durante días la democratización del sistema, pero fueron reprimidos con dureza por el ejército. Así se puso fin al equivalente chino de las revoluciones europeas contra los regímenes comunistas y el poder de las elites del partido se afianzó.