LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL
Con las revoluciones liberales la burguesía ha conseguido el poder político, no es una casualidad ni un capricho, lo necesita para llevar a cabo una serie de transformaciones económicas que cambiarán radicalmente la vida de la humanidad y que no hubieran sido posibles con el poder absoluto del rey. Las transformaciones son, en esencia, el paso del trabajo manual a la producción en la fábrica. La revolución industrial, que es como se llama este proceso, se inicia en Gran Bretaña, país que tiene unas condiciones idóneas para ello: ha realizado la revolución agrícola, es un sistema parlamentario, tiene capitales, mano de obra, fuentes de energía, innovaciones mecánicas, ingenieros, transportes desarrollados…
La revolución industrial se va a dar en dos fases. La
primera (primera revolución industrial) de mediados del siglo XVIII a mediados
del XIX, caracterizada por el uso de la máquina de vapor para mover las
máquinas. La segunda (segunda revolución industrial) a finales del XIX y
primera mitad del XX caracterizada por las nuevas fuentes de energía (petróleo
y carbón) y por otras innovaciones.
Conocemos como revolución industrial a la aceleración
de la producción que se inició en Inglaterra a finales del siglo XVIII y
principios del XIX con la utilización de máquinas.
Tradicionalmente la revolución industrial se divide en dos
fases, y así las vamos a estudiar:
- La primera revolución industrial que es la que se da a finales del XVIII y hasta mediados del siglo XIX.
- La segunda revolución industrial, se da a finales del siglo XIX y principios del XX, en ella aparecen la electricidad y el petróleo como principales fuentes de energía.
Las
consecuencias fueron enormes, afectaron a todos los ámbitos de la vida y no
sólo al económico, por sus consecuencias hay historiadores que la comparan con
la revolución neolítica, recordemos la trascendencia que tuvo para el
hombre de la Edad de Piedra el descubrimiento de la agricultura y la ganadería.
Su importancia es tal que va a marcar toda la política de los países en los
siglos XIX y XX.
I.
LA PRIMERA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL EN
INGLATERRA.
1.
La situación de partida: el Antiguo Régimen.
Ya veíamos en el tema anterior la situación económica que se
vivía durante el Antiguo Régimen, la economía era eminentemente agraria y la
supervivencia dependía de que hubiera buenas o malas cosechas. El panorama
industrial era muy limitado, aunque existía ya la mentalidad capitalista en los
empresarios (máximo beneficio al menor coste posible e idea de competencia), a
menudo coexistía con estructuras gremiales que perduraban desde la Edad Media.
La industria más extendida era la artesanal y de carácter familiar; desde el
punto de vista de la tecnología casi no había máquinas y por tanto la
producción era meramente manual. El desarrollo industrial contaba con
importantes frenos para su desarrollo; entre estos frenos estaba en primer
lugar el poco crecimiento demográfico que hacía que no aumentara la demanda de
productos; en segundo lugar la desorganización financiera y la falta de
capital; y en tercer lugar la intervención de los poderes públicos que con
altos impuestos impedían el desarrollo productivo.
2.
La Revolución Agrícola.
Antes de
que se desarrolle
la revolución industrial
se producen en el campo inglés una serie de transformaciones importantes
que suponen el aplicar al campo la mentalidad capitalista. Hasta entonces la
forma de cultivar la tierra en Inglaterra consistía en que todos los
propietarios tenían la tierra en común, la trabajaban todos y los beneficios se
repartían a partes iguales. Los inconvenientes eran muchos: un propietario no
podía invertir más en su tierra ya que los beneficios se repartían entre todos,
no existía libertad para sembrar lo que se quisiera, había que someterse a lo
que decidiera la mayoría; en esta situación la productividad era muy baja.
El cambio surge cuando el Parlamento Inglés autoriza por una
ley (Enclousure Act) el cercado de los campos. Las
consecuencias serán enormes:
1º) Para empezar los agricultores que no tengan dinero para
cercar su finca tendrán que venderla y la comprarán los que sí tengan medios,
se produce así una concentración de la propiedad. La burguesía, que tiene
dinero, se va a hacer con grandes extensiones y aplicará en ellas su mentalidad
capitalista.
2º)
Una vez cercadas el propietario es libre para invertir y cultivar lo que le dé
la gana. Se aplicarán innovaciones como el abonado de los campos con lo que se
acaba con el tradicional barbecho y la rotación trienal de cultivos, así toda
la tierra estará siempre cultivada; se seleccionan semillas de buena calidad;
se seleccionan razas ganaderas que se especializan en carne, leche... Se
utilizarán maquinarias en las faenas agrícolas.
3º) Como consecuencia de todo lo dicho aumenta la producción
de forma espectacular, la agricultura produce alimentos para todos y los
beneficios económicos son enormes, esos beneficios se reinvierten en la
agricultura y el capital sobrante se utilizará en la industria.
4º) Con la mecanización del campo y la concentración de
propiedades sobra mano de obra y se va a producir el éxodo de la población del
campo a la ciudad, en las ciudades habrá mano de obra abundante para ser
empleada en la industria.
3.
La revolución demográfica.
El aumento de la producción en el campo conlleva una mejora
de la vida diaria, la gente ya no muere de hambre ante una mala cosecha como en
la etapa anterior ya que hay alimentos de sobra para todos, debido a esto en
Inglaterra se va a entrar en otro ciclo demográfico, si el Antiguo Régimen se
caracterizaba por la alta natalidad y la alta mortalidad (crecimiento lento,
régimen demográfico antiguo), ahora se pasa a otro modelo demográfico
caracterizado por la alta natalidad y la baja mortalidad, el crecimiento será,
por tanto, muy rápido. Eso va influir también en la industrialización ya que la
existencia de abundantes mercados (un gran número de consumidores) va a
incentivar el desarrollo industrial.
4. El crecimiento de los medios financieros.
Para que se produzca la industrialización es necesario que
haya una gran concentración de capitales, las máquinas y la infraestructura
para instalar una industria son tan costosas que con el capital de una sola
familia es imposible comprarlos, es necesario echar mano de instituciones que
adelanten ese capital, nos referimos, evidentemente, a los bancos. En la Inglaterra
de finales del XVIII y principios del XIX se ha producido esa importante acumulación
de capitales, ya hemos visto como la Revolución Agrícola ha generado
capitales importantes, por otro lado la tradicional actividad económica de la
burguesía británica, el comercio, genera también una importante concentración
de capitales; estos capitales serán invertidos en la creación de un sistema
bancario ordenado y efectivo, sistema indispensable para iniciar cualquier
inversión importante.
5.
La revolución de los transportes.
Es un requisito básico para la industrialización, la mejor
manera de hacer llegar las materias primas a las fábricas y los productos elaborados
a los consumidores es a través de una buena red de transportes. La situación
inglesa es excepcional, dispone de un relieve no muy elevado que posibilita el
trazado de carreteras, estas carreteras son normalmente de tierra, pero ya a
finales del XVIII aparece el sistema de asfaltado de caminos (muy parecido al
actual) de manos del escocés Mac Adam, y muchos de esos caminos de tierra, que
se destruyen con las lluvias, se van a convertir en caminos más permanentes.
Por
otra parte la abundancia de precipitaciones en la isla hace que los ríos, de
entre sí mediante canales navegables. En una etapa más avanzada de la
Revolución Industrial se añadirá a esta red de transportes la construcción de
los ferrocarriles, que revolucionará aún más los transportes.
Son dos condiciones básicas que debe cumplir un país para
que se produzca la industrialización. Recordemos que industria es el proceso
por el cual una materia prima en estado bruto se transforma en un producto
elaborado y apto para el consumo mediante un proceso en el que intervienen
máquinas. Inglaterra dispone de una materia prima abundante para su industria
textil, el algodón, algodón que obtiene de sus colonias o bien lo compra en
otros países; para el caso de la industria siderúrgica (transformación del
hierro) dispone de hierro que obtiene en su propio suelo y en el exterior (País
Vasco).
Pero las máquinas no se mueven solas, al principio son
movidas por las turbinas que se situaban en los saltos de agua, esto hacía que
las primeras industrias se situarán en los cursos altos de los ríos, pero con
la aparición de la máquina de vapor (de la que hablaremos después) sólo se
necesita carbón y Gran Bretaña dispone de unas reservas importantes de hulla,
este hecho va a favorecer el desarrollo de la industria.
7.
La mecanización de la industria.
Es uno de los requisitos necesarios para que se produzca la
industrialización, tal y como adelantábamos antes. Inglaterra se va a poner a
la cabeza en la innovación tecnológica, a eso contribuye el sistema educativo,
desde hacía tiempo en Inglaterra se habían creado universidades que favorecían
el estudio de carreras técnicas y esto dio sus frutos.
Sería
muy largo enumerar todas esas máquinas que aparecen en esta época, en la industria
textil destacarían la Spinning Jenny de Hargraves, una hiladora que
producía mucho más y
en menos tiempo;
el telar mecánico de
Cartwright...
La novedad
no está sólo
en la aparición de estas
máquinas, está también en que debido a su peso, a su elevado coste y a que
deben aprovechar la misma energía para su funcionamiento, deben alojarse en
edificios especiales llamados
fábricas, y estas fábricas
situarse en una zona de fácil acceso
a las materias
primas, los transportes, el
mercado, las fuentes
de energía... En la industria siderúrgica cobró mucha importancia
el horno Bessemer que fundía el hierro a una temperatura altísima y así
eliminaban muchas impurezas y se producía un metal de una calidad excepcional. Pero el verdadero protagonista en esta revolución de las máquinas es la
utilización de la máquina de vapor de James Watt. Consiste en una
gran caldera de agua
que calentada a altas temperaturas mediante carbón genera un vapor de agua sometido
a fuertes presiones que produce movimiento (un ejemplo parecido de la
potencia del vapor lo tenemos en el
vapor producido por una olla
exprés) este va a ser el motor que mueva las nuevas máquinas.
La máquina de vapor se aplicará además de a las máquinas a
la navegación, así Robert Fulton inventa la navegación a vapor, los barcos ya
no dependerán del viento para su desplazamiento.
Robert Stephenson aplica la máquina de vapor a una vagoneta
montada sobre unos raíles de hierro que tradicionalmente se habían usado para
sacar el carbón de las minas, surge así el ferrocarril que revolucionará el
panorama industrial inglés. El tren será básico para el transporte de productos
debido a su gran capacidad de carga, las vías de hierro son duraderas y además
pondrá rápidamente en contacto regiones alejadas, con este invento cambian la
industria y el comercio de los países. En Inglaterra se inicia la construcción
de vías férreas y se llegará a construir una tupida red de ferrocarriles. El
resto de la Europa Occidental irá con un cierto retraso, y en España el retraso
será mucho mayor y la densidad del trazado mucho menor.
8.
Consecuencias de la primera revolución Industrial.
Serán importantísimas. En primer lugar podemos hablar de
consecuencias económicas y podemos decir que la producción ha aumentado muchísimo
con el empleo de la mecanización, esto además ha abaratado el coste de los
productos ; vemos, en definitiva, cómo se ha pasado del taller artesanal a la
fábrica. Se produce también una separación definitiva entre los propietarios de
los bienes de producción (los dueños de la fábrica) y los asalariados,
separación que no era tan evidente en los talleres en la época del Antiguo
Régimen.
Desde el punto de vista social también se han
producido importantes transformaciones
que trataremos en el siguiente tema.
La burguesía va a acceder al
poder político y de
clase dominada pasa a
dominante, acabando así la sociedad
estamental tradicional e iniciándose la sociedad de clases. Aunque la
Revolución Industrial ha aportado productos abundantes y baratos el
enriquecimiento sólo ha afectado a los empresarios, los trabajadores van a
trabajar bajo condiciones de vida durísimas y esto va a influir en el
surgimiento de los movimientos obreros.
II.
LA SEGUNDA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL.
1.
Las nuevas fuentes de energía: el petróleo y la electricidad.
En la I Revolución Industrial (la que hemos estudiado
anteriormente) la principal fuente de energía fue el vapor producido por el
carbón. A finales del siglo XIX el panorama cambia con la aparición de dos
nuevas fuentes de energía: el petróleo y la electricidad.
El petróleo empezó a utilizarse desde mediados del siglo XIX
en Estados Unidos y cobró especial importancia con el descubrimiento de los
motores de combustión (K. Benz) y explosión (Diesel) que utilizaron los
derivados del petróleo (gasolina, gasoil, queroseno...) como fuentes de
energía; a partir de entonces el petróleo sería un producto estratégico e
insustituible en nuestro mundo.
La electricidad se conocía desde la Antigüedad (efectos de
los rayos y tormentas) pero no se podía producir industrialmente. Destacaron
los trabajos de Volta, un científico italiano que descubrió la pila en el año
1800; y de Gramme que inventó la dinamo en 1872; pero de todos ellos el más
importante fue Edison que puso en marcha la primera central eléctrica para la
producción industrial de electricidad en 1882, de ahí se aplicará el invento a
la bombilla incandescente, el teléfono, el telégrafo, los transportes...
2. La nueva
siderometalurgia y la industria química.
La
producción de hierro aumentó y se mejoró la calidad de este metal al
utilizar el convertidor Bessemer que producía hierro de buena calidad en
grandes cantidades y a precios razonables, gracias a esto se dio respuesta a la
gran demanda de hierro para los ferrocarriles, la navegación y la industria de
guerra. De todas formas la novedad más importante fue la obtención y
generalización del uso del aluminio, para su producción eran necesarias
grandes cantidades de electricidad.
La acumulación de capitales generó también una fuerte inversión
en la investigación científica en el campo de la industria química. Los nuevos
descubrimientos revolucionarían la producción de fertilizantes, textiles,
tintes y la de explosivos con la aparición de la dinamita.
3.
El desarrollo de los transportes.
En el último tercio del siglo XIX los transportes
experimentaron un gran desarrollo en Europa y América del Norte. Las redes
ferroviarias estaban concluidas en muchos países hacia 1870, se había invertido
mucho dinero pero gracias a estas redes la producción crecería y se
multiplicarían los intercambios comerciales.
La navegación a vela fue sustituida por el vapor, lo que
aumentaba la velocidad de los transportes; a esto hemos de añadir la apertura
de nuevas rutas (Canal de Suez en 1869 y de Panamá en 1914) que acortaron
distancias e incidieron directamente en un abaratamiento de los costes de los
productos.
Por último la aparición del automóvil y de la aviación trajo
consigo una auténtica revolución económica, fue preciso aumentar la producción
siderúrgica y mejorar el trazado de carreteras, ello requirió un gran esfuerzo
inversor y a la larga se aceleró el desarrollo económico.
4.
El auge del capitalismo.
Cuando a partir de las revoluciones liberales se asienta
definitivamente la burguesía en el poder, tiene ya el poder económico y el
poder político, va a crear leyes económicas que lógicamente van a favorecer sus
propios intereses; tales leyes se basan en la no-intervención del Estado en la
economía, la ley de la oferta y la demanda como base de la regulación del
mercado donde la mano de obra es tratada como una mercancía más. Señalar
también que es la época del gran capital, que sin enormes inversiones es
imposible hacer frente a la renovación tecnológica que exige la competencia,
las empresas de carácter familiar van a ir desapareciendo y los grandes bancos
van a adquirir cada vez más protagonismo. El volumen de intercambios
comerciales va a experimentar también un gran desarrollo. Si tomamos como
referencia dos años, 1870 y 1914 veremos como el comercio internacional casi se
ha cuadriplicado. De todas las transacciones comerciales aproximadamente el 75
% eran realizadas por Europa. Este desarrollo comercial venía dado también por
la profundización en los avances de esta II revolución industrial que generó
productos elaborados en grandes cantidades y a precios muy asequibles.
Señalemos también
que Europa (y Estados Unidos) se especializan en la
producción de productos industriales mientras que, debido al desarrollo de los transportes,
África, América del Sur y Asia serán solamente productores de materias primas,
materias primas indispensables para la industria europea y por la obtención de
las cuales los países europeos se enfrentarán en guerras.
Los grandes costes de capitales que se necesitaban para ampliar
las empresas, así como el tratar de obtener mejores beneficios controlando
distintos sectores productivos, hicieron que muchas empresas se concentrasen
para mejorar su situación frente a la competencia, esta concentración podía ser
de dos tipos, o bien vertical que consistía en la agrupación de empresas que
intervenían en la elaboración de un producto desde sus orígenes hasta el
producto acabado, o bien horizontal, empresas de un mismo producto se unen para
luchar contra la competencia.