LOS PROBLEMAS ECONÓMICOS DE ENTREGUERRAS
INTRODUCCIÓN
Desde 1925 la economía americana había crecido de una forma
continua, los beneficios de la bolsa eran enormes. Después de varios años de
crecimiento espectacular sobreviene bruscamente una crisis en la bolsa de Nueva
York, las acciones de las empresas caen en picado pues todo el mundo quiere
vender para recuperar algo de lo que tenía invertido. La causa de todo esto es
el crecimiento artificial de la bolsa que no se ajusta a la realidad económica
y hace de la especulación una norma. Ese desajuste entre el estado real de la
economía y el de la bolsa hace que ésta explote en 1929 reduciendo a la nada el
valor de la acciones y produciéndose la quiebra de las empresas al no disponer
de capitales, esto genera paro, inflación...
De Estados Unidos la crisis pasa a Europa donde había
invertido mucho capital norteamericano y que ante la crisis se retira de
Europa, ésta, y sobre todo Alemania y Austria principalmente, al quedar
descapitalizadas, son arrastradas a la crisis.
Las consecuencias de la crisis fueron tremendas, estarán
presentes durante toda la década de los treinta. El mundo que salió de esta
convulsión no será el mismo. En el orden económico se produce la quiebra de
bancos, la ruina de los campesinos, la quiebra de industrias y, en definitiva,
el aumento del paro y la recesión. No menos importantes fueron las
consecuencias políticas, muchos identifican al liberalismo político
(parlamentarismo) con el liberalismo económico que ha causado esta situación,
por tanto, la democracia como sistema entra en crisis y se producirá el ascenso
de sistemas totalitarios, ello explica el encumbramiento del regímenes y
partidos fascistas que ya estaban en el poder en Italia antes de la catástrofe.
I.
LAS CAUSAS DE LA CRISIS.
Sobre las causas de la crisis se han escrito ríos de tinta,
las interpretaciones son muchas e incluso hoy no todos los estudiosos del tema
están de acuerdo sobre las causas. Unos hablan de superproducción ante
un mercado que no demanda más productos. Otros de subconsumo, es decir,
que el desarrollo económico de la etapa anterior ha beneficiado a las clases
altas, pero la inmensa mayoría de la población se ha empobrecido y así se ha reducido su capacidad adquisitiva. Algunos autores
también han visto en la crisis algo consustancial con el carácter cíclico del
sistema capitalista en el que se alternan etapas de crecimiento y crisis
periódicas. Nosotros hemos distinguido dos causas determinantes que se combinan
con factores secundarios para agrandar más la profundidad de la crisis.
1.
El crecimiento artificial de la bolsa.
La mayoría de los autores se fijan en el comportamiento de
la bolsa de Wall Street (bolsa de Nueva York) para explicar el fenómeno. La
caída brusca de la bolsa es un eslabón más en la cadena y la importancia
económica de Estados Unidos (primer productor mundial, primer mercado mundial)
hace que en la caída arrastre a muchos países y la crisis tenga unas dimensiones
mundiales. Veamos lo que pasó.
Desde 1925 la economía norteamericana había ido creciendo de
una manera importante, se supera aquí la crisis de la posguerra, es la etapa de
la “prosperity” y de los locos años veinte en los que reina el
optimismo. Uno de los mejores negocios era invertir en bolsa ya que las
ganancias estaban garantizadas. Invertir en bolsa hace que muchas empresas se
descapitalicen, pero en contrapartida obtendrán créditos muy fáciles para su
financiación. Los créditos que los bancos prestan crecen de una
manera espectacular ya que se dan con mucha facilidad y así mucha
gente solicita créditos para invertir en la bolsa (los bancos buscan
más la especulación que la inversión), incluso los corredores de bolsa
prestaban dinero a los inversores tomando como garantía los valores comprados,
algo que en condiciones normales no es aconsejable. La bolsa fue creciendo
así de una manera espectacular debido a la especulación de los inversores
sin tener correspondencia con el desarrollo real de la economía, ese desajuste
entre la bolsa y la economía tenía que estallar por algún lado.
En el año 1928 se dieron los primeros síntomas de que la
tendencia alcista de la bolsa podía cambiar: contracción de la industria de la
construcción, quiebra de algunas empresas, retirada de algunos capitales
invertidos en Europa cuando el gobierno de los EE.UU quiso limitar el
crédito... en general no se hizo caso de estos primeros avisos. El jueves 24 de
Octubre de 1929 se produce el desplome de la bolsa, es el inicio de la crisis.
2. La superproducción y el subconsumo.
En la industria se había producido un incremento
importante de la producción tras la recuperación de la crisis de 1921 y
el desarrollo había sido constante hasta 1927, generándose abundancia de
productos industriales. En la agricultura el aumento de la producción
era importante, varios años de buenas cosechas habían generado superproducción,
esta se veía subrayada por la incorporación de otros países a la producción de
forma masiva: Argentina, Canadá, Europa ya recuperada… con lo cual a escala
mundial hay un gran excedentes de productos agrícolas y no hay mercados
suficientes para absorber los excedentes.
A este fenómeno de superproducción habría que sumarle, según
Neré, el fenómeno del subconsumo, el crecimiento de la producción no
genera un reparto de las rentas o de los niveles de vida. En el campo
concretamente la situación era crítica ya que al existir abundancia de
productos agrarios los precios son bajísimos y el campesino se ve arruinado al
no obtener beneficios.
Como podemos deducir de lo expuesto, la superproducción
genera una bajada espectacular de los precios de los productos agrícolas e
industriales al no poder ser absorbidos por el mercado, esta caída generara
cierres de empresas, ruina de granjeros... cuando le sumemos los efectos de la
caída de la bolsa, el panorama será terrible.
II. EL
DESARROLLO DE LA CRISIS.
1. La crisis
en Estados Unidos.
La crisis de la bolsa será determinante. Desde septiembre
de 1929 la tendencia alcista de la bolsa se estanca o inicia un descenso
después de varios años de crecimiento ininterrumpido. Este descenso de la bolsa
está determinado en parte por la bajada del precio del cobre y el acero. Son
los primeros indicios de que algo iba mal, tras este aviso algunos venden, pero
los especuladores siguen comprando.
En
la última semana de octubre se produce la explosión, el desplome de la
bolsa. Desde el 21 se acumulaban las órdenes de venta, viendo que la
cosa iba mal muchos quieren vender sus acciones para recuperar su dinero, como
había más órdenes de venta que compradores el precio de las acciones baja. Esta
tendencia a la baja se ve frenada por la compra de muchas acciones por la Banca
Morgan. El 24 de octubre de 1929, llamado el jueves negro,
se produce un desplome espectacular de la bolsa, 13 millones de acciones salen
al mercado y no encuentran comprador, ese desajuste entre la oferta y la
demanda hace que el valor de las acciones caiga en picado. El 29 de octubre
son ya 16 millones, el pánico es tremendo, todo el mundo quiere vender para
recuperar algo del capital. Empieza una crisis que durará varios años. En la primavera
de 1930 la Banca Morgan saca al mercado las acciones que había acumulado,
de nuevo el pánico es tremendo y se produce la ruina de millares de accionistas
modestos. Para hacernos una idea de lo que está pasando diremos que el valor de
las acciones de la Chrysler pasa de 135 a 5, y en la Steel de 250
a 22. La bolsa se ha desinflado.
Las repercusiones de la crisis bursátil abarcan todos los
aspectos de la economía. Los bancos necesitan dinero en efectivo y venden sus
acciones, a la vez, la gente que tiene sus ahorros en los bancos se agolpa en
masa para retirarlos, el banco lo tiene invertido en inversiones a medio y
largo plazo y no dispone de ese capital, se producen así suspensiones de pago y
quiebra de bancos. En 1929 cerraron 642 bancos, en 1930 lo hicieron 1.345, y en
1931 2.298.
En el panorama empresarial la situación es también
angustiada, los créditos que antes obtenían de manera fácil ahora son imposibles,
ante la falta de capital se produce el cierre de muchas empresas y el paro
aumenta de manera espectacular. El gobierno de los Estados Unidos tardó en
actuar y las primeras medidas no fueron efectivas, el presidente Hoover no se
cansaba de decir que era algo pasajero y que la prosperidad estaba a la vuelta
de la esquina.
2. La expansión de la crisis al resto del mundo.
a)
La crisis a escala mundial.
Estados Unidos es el primer productor mundial y también el
principal mercado, tiene invertidos capitales por todo el mundo, principalmente
en Europa, América Central y América del Sur, y al producirse la crisis los va
a retirar. Para Niveau las dimensiones mundiales de la economía estadounidense
y la exportación de sus capitales son factores estructurales,
permanentes. Al retirar los capitales estos países se ven privados de
financiación, se sumieron también en la crisis y dejaron de comprar productos
americanos, se produce así un primer paso en la perturbación de los
intercambios comerciales.
b)
La crisis en Europa.
De todos los países europeos los más afectados van a ser Alemania
y Austria. Eran los que más dependían del capital estadounidense. En 1930
el Reichstag alemán rechaza los ajustes presupuestarios que solicita el
Gobierno, el Gobierno como respuesta disuelve el Reichstag y se convocan
nuevas elecciones que suponen el ascenso de Hitler y el Partido Nazi que
capitalizan el descontento popular.
En mayo de 1931 el Kredit Anstall, principal entidad
financiera austríaca con el 70% del capital privado del país, suspende pagos,
la situación es dramática. El presidente Hoover declaró una moratoria de un año
en los pagos de las deudas entre los países, no sirvió de nada ya que no evitó
el cierre de los bancos.
Francia es el país
menos afectado por la depresión. Esto es debido a que está menos
industrializado y tiene una agricultura diversificada, los países que dependen
de un solo producto se tambalean si cae el valor de ese producto. De todas
formas Francia tuvo algunas dificultades que se tradujeron en la quiebra de
algunos bancos.
Gran Bretaña tiene
varias ventajas para afrontar la crisis. En primer lugar hay oro en sus
dominios y esto respalda su moneda. En segundo lugar, dadas las dimensiones
mundiales de su imperio, puede comerciar y obtener productos sin que le afecte la
crisis del comercio. Además, la bajada de los precios de los productos
alimenticios le benefició, es lo que importa generalmente.
De todas formas tuvo que hacer ajustes y el panorama no era
esplendoroso. Entre esos ajustes están el abandono del patrón -oro y la
devaluación de la libra, además, tras siglos de librecambismo, volvió al
proteccionismo.
c) La crisis del comercio internacional y los intentos de
solución.
En 1933 las grandes potencias se reunieron en Londres para
intentar solucionar la reducción del comercio internacional ante la adopción
del proteccionismo por casi todos los países. Esta reunión acabó en un fracaso,
se perdió el principio de solidaridad entre los países y a partir de ahora cada
uno iría de por libre.
III.
CONSECUENCIAS DE LA CRISIS.
Las consecuencias de la crisis fueron tremendas en todos los
aspectos. Además del desastre económico como la quiebra de los bancos y el
cierre de muchas empresas, en el aspecto social, humano si se quiere, las
consecuencias fueron también terribles: paro, indigencia, aumento de la
delincuencia. Desde el punto de vista político los estados, que hasta entonces
habían seguido el lema de dejar libremente a la economía van a adoptar un
intervencionismo creciente para intentar evitar la repetición de una crisis
como esta. En Europa, debido a la crisis, van a subir los partidos de corte
autoritario que proponen un control total de la economía por el Estado, en esa
línea Hitler sube al poder en 1933. Desde el punto de vista intelectual también
afectó la crisis y se creó una generación de intelectuales y artistas con una
visión pesimista de la vida.
Rápidamente los gobiernos se van a poner a trabajar para
atajar los efectos de la crisis. En Estados Unidos destacó la política del
presidente Roosevelt denominada New Deal que pretendía, entre otras muchas
cosas, una subida de precios y salarios para reactivar el consumo. En Europa
los primeros intentos de luchar contra la crisis fueron ineficaces pero más
tarde se van a conseguir logros importantes a finales de los años Treinta,
entre otras cosas orientando la producción hacía la carrera armamentística pues
se avecina otra nueva guerra.
1.
Económicas.
En general las consecuencias económicas fueron muy fuertes y
la producción anterior a la crisis tardaría años en ser conseguida.
En primer lugar hemos de señalar que el hundimiento de la
bolsa conlleva, tal y como habíamos indicado, la quiebra de muchas empresas por
no disponer de capital para su financiación. Además hay otro factor que incide
sobre las empresas: la bajada del precio de los productos ante la saturación
del mercado y la congelación de la capacidad adquisitiva de los compradores.
Los empresarios no recogen los beneficios necesarios para reinvertir en la
producción y esto lleva también a la quiebra.
En el campo la situación es muy parecida, la superproducción
lleva también a la bajada de los precios y a la ruina de los granjeros y
campesinos. Las cosechas a veces ni se recogen, y otras veces para aumentar los
precios se llega incluso a destruir grandes cantidades de trigo o leche.
El hundimiento de la bolsa ha arrastrado tras de sí a un
gran número de bancos. Los ahorradores tratan de recuperar el dinero que tienen
metido en el banco, el banco no lo puede desembolsar por tenerlo colocado en
inversiones a medio y largo plazo y al no poder desembolsar el dinero
presentará suspensión de pagos y la ruina de sus clientes. Con el sistema
bancario herido de muerte se cierran las fuentes de financiación de todos los
sectores de la economía. Como vemos, para salir de esta situación tan
desoladora es necesario que se produzca una subida de precios para que se
obtengan beneficios, subida de salarios para que aumente la capacidad
adquisitiva del mercado, y además, una reforma en profundidad del sistema
bancario para que tanto la industria como la agricultura dispongan de fuentes
adecuadas de financiación.
En el aspecto internacional se reducen los intercambios
comerciales entre los países de una manera espectacular, cada país opta por el
proteccionismo, hasta Gran Bretaña, y eso frena la salida conjunta de la crisis
que hubiera sido lo más fácil.
2.
Sociales.
Ya sabemos que si la economía va mal se agudizan los
problemas sociales. El más importante es el del paro, tras el cierre de muchas
fábricas aumentó de forma espectacular el número de obreros sin trabajo, esto
originó en Alemania el ascenso de Hitler que prometía puestos de trabajo. Ante
el paro surgen instituciones de socorro que tratan de favorecer a los parados y
sus familias que se mueren de hambre, estas instituciones son claramente
insuficientes y no cubrían las necesidades de la totalidad de los parados, en
Budapest, por ejemplo, sólo el 8% de los parados estaba amparado por este tipo
de instituciones. La salida que les quedaba a muchos era la mendicidad o la
delincuencia.
En el campo la situación de los campesinos y granjeros es
también desesperada, al bajar los precios se han visto ahogados por las
hipotecas y los préstamos y la huida a la ciudad no soluciona nada pues la
situación es peor.
En este panorama era difícil la recuperación de la economía
si antes no se mejoraba el poder adquisitivo de un mercado empobrecido.
Como es lógico va a aumentar el número de obreros afiliados
a partidos y sindicatos obreros (comunistas, socialistas e incluso anarquistas)
y la estabilidad social será precaria. Los comunistas ven en la crisis el
hundimiento del sistema capitalista y arremeten en sus críticas contra el
capital y el sistema, piensan que cuanto peor sea la situación más fácil será
el estallido de una revolución similar a la soviética. Eso, por otra parte,
hace crecer a los partidos de extrema derecha que ante el miedo de la
revolución obrera van a incrementar el número de afiliados, eso explica, en
parte el triunfo de partidos autoritarios o fascistas, sobre todo en Europa.
Pero no todos sufren la crisis de igual manera, las clases
altas (funcionarios, militares, profesionales liberales...) afrontan mejor la
situación y se ven favorecidos por la bajada de los precios de los productos.
3. Demográficas.
Las consecuencias demográficas también fueron importantes.
Durante el tiempo que duró la crisis disminuyó de una manera clara en Estados
Unidos el índice de natalidad. La natalidad, por el contrario, aumentó de
manera espectacular en los países europeos donde hay regímenes fascistas debido
al fomento oficial de esta y a las multas contra la soltería. Además ante las
dificultades económicas se restringe por primera vez la entrada de inmigrantes
en ese país, no están dispuestos a alimentar a masas de obreros europeos
hambrientos cuando en su país hay hambre.
4.
Políticas.
Las consecuencias políticas son importantes. Se produce, en
general el descrédito y la crisis de las democracias parlamentarias
(ver apartado 2 de este tema), se identifica el liberalismo económico causante
de la crisis con el liberalismo político (democracia parlamentaria)y eso genera
desconfianza ante el sistema. Esa desconfianza se va a traducir en muchos
países europeos en el abandono de esta forma de gobierno que no ha impedido la
catástrofe y la instauración de gobiernos autoritarios y dictatoriales, el caso
más evidente es el ascenso de Hitler al poder, pero no es el único. Incluso en
países donde la democracia está asentada desde hace años y gozan de una gran
tradición democrática se produce el ascenso de partidos de corte fascista
(Bélgica, Francia, Gran Bretaña...) aunque esos partidos nunca llegarán a
hacerse con el poder ni poner en peligro el sistema.
En paralelo con lo anterior surge una exaltación del
nacionalismo entre los países, ese nacionalismo exagerado surge por
la competencia por materias primas y mercados en una etapa difícil, o por la
envidia de ver cómo en el país vecino la crisis no es tan fuerte o sale mejor
de ella. Esta ola de nacionalismos será mucho más exagerada en los regímenes de
corte fascista (Alemania e Italia) que a través del nacionalismo buscan
justificar el expansionismo exterior que llevará a la II Guerra Mundial.
Otra consecuencia política, y económica a la vez, es que, en
contra de los principios del liberalismo económico que postulan la no
intervención del Estado en economía, se va a producir a partir de la crisis el
intervencionismo de los estados en la economía, sólo las leyes y la
política de los estados pueden reconducir la situación, se van a incrementar
las leyes y medidas para favorecer la economía. El intervencionismo de los
estados es mucho más fuerte en los países totalitarios (Alemania, Italia,
U.R.S.S.) en los que el Estado controla totalmente la economía.
IV.
MEDIDAS ADOPTADAS CONTRA LA CRISIS.
1.
Estados Unidos: Roosevelt y el New Deal.
En 1933 se acaba la etapa de gobierno republicano, Hoover es
derrotado y los demócratas con Franklin Delano Roosevelt llegan al poder.
Roosevelt es un hombre enérgico y
rodeado de un equipo de jóvenes economistas va a intentar poner freno a la
crisis. La política que llevará a cabo se llama New Deal término sacado
del juego de bridge que significa “nuevo reparto”.
El Estado opta por el intervencionismo en la economía y
desde ahí va a potenciar la subida de precios y el estímulo al consumo. En
algunas medidas estará influido por Keynes, economista inglés que propone una
revisión de los principios del capitalismo.
a)
Medidas de orden financiero para salvar el sistema bancario.
El objetivo fundamental era reformar el sistema bancario que
había quedado deshecho tras la crisis y era la clave para reactivar otros
sectores. Con la Reconstruction Finance Corporation se apoyó al
sistema bancario participando el Estado en el capital de los bancos.
En el orden monetario se produjo la devaluación del dólar,
medida que apoyaba el economista Keynes, con ello se conseguía el aumento de
los precios, recordemos que los precios bajos paralizaban la economía. Junto
con la devaluación del dólar se sacó más moneda a la circulación, esto producía
inflación pero estimulaba la economía.
La última medida tomada fue la reforma de la bolsa para
impedir que volviera a pasar algo parecido.
b)
Medidas para relanzar la agricultura.
El problema principal de la agricultura y una de las causas
de la crisis en este sector era el gran número de excedentes para ello crea la Agriculture
Adjustement Act (A.A.A.). Roosevelt pedirá a los agricultores que
reduzcan sus cosechas, a cambio de indemnizaciones que se pagarían con
un impuesto especial a los industriales que transforman los productos
agrícolas, esto produciría la subida de los precios. Esta política contaría con
muchos inconvenientes, los agricultores que cooperaban recibían indemnizaciones
y la subida de los precios les beneficiaba; pero los que no reducían su
producción se beneficiaban de los precios altos y esto echaba por tierra la
política gubernamental. Las normas de la A.A.A. se hicieron obligatorias para
el sector algodonero. Por último, la subida de los precios de los productos
agrícolas (alimentos) era buena para aumentar el poder adquisitivo y relanzar
la demanda, pero era mala para las clases desfavorecidas urbanas.
c)
Medidas industriales.
Se basaba también en aumentar los salarios, asegurando los
beneficios industriales, se pretendía así aumentar el poder adquisitivo de la
población y así relanzar la demanda, como en la agricultura. También se
dictaron leyes para reducir la jornada laboral y conseguir precios más altos en
los productos industriales y así aumentar el beneficio empresarial.
d)
Medidas sociales.
Se trata con ellas de favorecer a los más afectados. Entre
ellas están el aumento de salarios que era imprescindible para acabar con el
subconsumo, las subvenciones a los parados que así podrían afrontar mejor la
crisis... En esta línea se encuentra el relanzamiento de un vasto programa de
obras públicas que tenía como objetivo dar trabajo a los parados. En el valle
del Tennesee se hizo una experiencia interesante, era una de las zonas más
atrasadas del país, un gran número de inversiones transformaron y modernizaron
aquel lugar.
El balance del New Deal es positivo, contribuyó sobre
manera a salir de la crisis. Hacia el año 1934 sus resultados eran todavía
modestos. En 1935 dio un giro social importante con las medidas que hemos
anotado. La recuperación económica se consolidó de una manera clara a partir
del año 1937, y en 1940 se reactivaría la industria militar de cara a la guerra
que aparece inminente en el panorama europeo.
2.
Medidas tomadas en Europa.
En Europa casi todos los países optaron por una política
deflacionista o de restricción del dinero en circulación, es decir, de
recortes. Entre las medidas más importantes estaban el lograr el equilibrio
presupuestario, un equilibrio en la balanza de pagos favoreciendo la
exportación y poniendo trabas a la importación, evitar la fuga de capitales,
congelación o reducción de salarios... todas estas medidas no solucionaron nada
y aumentaron el paro y la recesión. Keynes preveía para salir de la crisis el
endeudamiento del Estado y el déficit presupuestario.
a)
La situación económica en Alemania e Italia.
La situación de estos países es muy parecida. Van a optar
por una política autárquica, se debe conseguir el
autoabastecimiento de todo tipo de productos. Para salir de la crisis contarán
con una poderosa industria armamentística en la que Hitler colocó a casi
todos los parados que pasaron de 6 millones a 400.000, el relanzamiento de la
industria bélica hizo que ésta produjera el 35% de la renta de toda Alemania.
La autarquía no podía ser absoluta y la carencia de materias primas vitales les
impulsará a la conquista de nuevos territorios para conseguirlas.
b)
El panorama francés.
La crisis afectó a Francia sobre todo de 1933 a 1935, pero
la tasa de paro fue muy baja, sólo del 3%. En Francia se constató también el
fracaso de la política deflacionista al no generar prosperidad sino aumento de
la recesión.
En 1936 se producía el triunfo de una coalición de
izquierdas conocida como el Frente Popular, este gobierno nacionalizó
los ferrocarriles y llegó a compromisos con los sindicatos para crear
empleos en obras públicas, aumentar el poder adquisitivo de los trabajadores y
la reducción de la jornada laboral a 40 horas. De todas formas en Francia se
produjo una reducción de la producción industrial de un 7% mientras en Gran
Bretaña y Alemania crecía.
Tras el gobierno del Frente Popular sube al poder un
gobierno de derechas que producirá el relanzamiento de la economía con la
devaluación del franco y la liberalización de los precios antes intervenidos
por el Gobierno, se produce así una ligera recuperación.
c)
Gran Bretaña.
De 1933 a 1936 se produjo una notable recuperación económica
debido a una política contradictoria, por un lado se toman medidas
deflacionistas (de recorte) como el equilibrio presupuestario, pero por otra se
devalúa la libra para generar un aumento de los precios.
La recuperación se haría notar en el sector del automóvil,
en el sector eléctrico y en la construcción. A pesar de todo la lista de
parados no descendió y se mantuvo en el 10% de la población activa, en total un
millón y medio en 1936.
El relanzamiento definitivo de la economía se producirá al
aumentar los gastos e inversiones en la industria armamentística a partir de
1938 -1939. Trataremos este contenido con más profundidad en el siguiente
apartado.
V. ESTUDIO DE UN PAÍS EUROPEO EN CONCRETO: LOS EFECTOS DE LA
CRISIS EN GRAN BRETAÑA.
También en el Reino Unido la recuperación de la economía
debió esperar al aumento de la producción propiciado por los gastos de
armamento y de movilización debidos a la guerra. En este caso, asimismo, las
medidas gubernamentales lograron atajar la crisis y no hubo alteración en el sistema
político, que funcionó casi como venía siendo habitual en los últimos tiempos,
superando sin grandes dificultades el radicalismo social y político alimentado
por la depresión económica.
1. Los
primeros efectos de la crisis. Ramsay Mac Donald en el poder.
Pocos meses antes de estallar la crisis bursátil de Nueva
York, el Partido Laborista británico ganó las elecciones (mayo de 1929) y su
líder, Ramsay MacDonald, formó gobierno con e! apoyo de los liberales. La
victoria laborista despertó muchas expectativas sociales, pero la mayoría
gubernamental era poco sólida y, en cuanto comenzaron a sentirse los primeros
efectos de la crisis y a crecer el número de desempleados, demostró escasa
capacidad para compaginar la ayuda a los parados con el recorte del gasto
público exigido. En 1930-1931 la crisis sacudió con fuerza a la economía
británica: las exportaciones descendieron rápidamente y tanto la balanza
comercial como la de pagos arrojaron cifras negativas; la producción industrial
cayó al mismo ritmo que fue creciendo e! paro, y desde junio de 1931, a causa
de la crisis bancaria de Alemania y Austria, se retiró una gran cantidad de
capital extranjero de los bancos ingleses, lo que junto al bloqueo de muchas
cuentas bancarias británicas en e! exterior hizo descender las reservas de oro
y puso en peligro la estabilidad de la libra esterlina. La gravedad y la
rapidez de la crisis provocaron un duro debate político. Desde la oposición,
los tories exigieron medidas liberales destinadas al saneamiento presupuestario,
es decir, pidieron la reducción de los gastos sociales, mientras que el
laborismo se dividió entre quienes aceptaron los planteamientos conservadores
como mal menor y quienes preconizaron un aumento de impuestos sobre las grandes
fortunas y la intervención del Estado en la economía. Acorralado por las
circunstancias, MacDonald dimitió como jefe del gobierno en agosto de 1931,
pero el mismo día pactó con conservadores y liberales la constitución de un
nuevo gabinete de coalición nacional para combatir la crisis. La pirueta
política del líder laborista, que continuó al frente del gobierno, dividió a su
Partido: un sector, minoritario, se alineó con él, pero la mayoría consideró el
hecho como una traición y pasó a la oposición.
2.
Primeras medidas del gobierno de coalición nacional.
El gobierno de coalición nacional, formado por cuatro
ministros laboristas, otros tantos tories y dos liberales, decretó
inmediatamente el abandono del patrón oro (lo que acto seguido provocó la
pérdida de valor de la libra), aumentó los impuestos y redujo considerablemente
el gasto social. La conflictividad social no se hizo esperar (motines de los
marinos de la flota del Norte por la bajada de salarios, "marcha del
hambre" sobre Londres), pero en las elecciones de octubre de 1931 la
coalición gubernamental obtuvo una amplia victoria, a la que siguió la
formación de un segundo gobierno de coalición nacional que continuó presidido
por MacDonald. El nuevo gobierno, en el que dominaban los conservadores,
también mayoritarios en el parlamento, actuó con decisión en la economía. Como
era de esperar, comenzó reduciendo el gaseo público y, de hecho, devaluó la
libra, lo que unido a la depreciación del dólar en 1933 facilitó la vuelta de
capitales y oro a los bancos ingleses. En contra de la tradición librecambista,
incrementó las tasas a la importación, estableció un "sistema de
preferencia imperial" con la Commonwealth y, en la misma línea de ruptura
con aspectos de! pasado, adoptó un amplio conjunto de medidas intervencionistas:
lanzó una campaña de consumo de productos británicos, con el eslogan: Buy
British; aprobó créditos blandos para la industria y favoreció la
concentración de empresas mineras y siderúrgicas, dos sectores especialmente
afectados por la crisis; concedió subvenciones a determinados productos
agrarios (trigo, remolacha azucarera, ganadería), estimuló la construcción de
viviendas y desarrolló una política de inversiones especiales en las regiones
más deprimidas.
3.
Los resultados.
El resultado fue una apreciable recuperación económica. En
1938 la producción agraria había aumentado cerca de un cuarto respecto a 1914 y
la industrial superaba a la de 1929 en un 30%, a pesar de las muchas
disparidades regionales y sectoriales. No fueron tan buenos, sin embargo, los
resultados en el comercio exterior, cuyo volumen no llegaba a ser la mitad del
de 1929, pero continuaba siendo considerable, pues representaba el 13% del
comercio mundial. El mercado interior, sin embargo, experimentó una
recuperación notable, gracias, sobre todo, al aumento de la capacidad
adquisitiva de la población. En cuanto a la lucha contra el paro, el éxito era
también evidente, pero en 1939 las cifras continuaban siendo preocupantes, pues
aún había millón y medio de desempleados (en 1932 superaban los dos millones y
medio).
4.
Los aspectos sociales.
La persistencia del paro y de la acusada desigualdad social
(en 1937 todavía el 96% de la riqueza nacional estaba en manos de un tercio de
las familias) obliga a matizar cualquier apreciación sobre los avances sociales
en el Reino Unido, pero es evidente que durante la crisis se produjo una cierta
disminución de las desigualdades como consecuencia de la progresividad de los
impuestos, al tiempo que el subsidio de paro tranquilizó a los sindicatos, lo que
no significa que desaparecieran las huelgas y las manifestaciones de protesta.
En cualquier caso, en general mejoró el nivel de vida del británico medio,
favorecido por el incremento del sector terciario y la política de pleno empleo
emprendida desde 1936 siguiendo las tesis de Keynes. Síntomas de ello son el
crecimiento durante estos años del número de salas de cine, el sistema de
vacaciones paga-das para los obreros o la extensión de la lectura popular (en
1935 se creó la editorial "Penguin books", famosa por sus ediciones
de bolsillo).
5.
El mantenimiento del sistema político.
Aunque existen muchos testimonios de rebeldía social, en
conjunto los británicos no pusieron en duda durante los años treinta el
principio de desigualdad y de jerarquía social y, menos aún, su sistema
político, como lo demuestra el hecho de que durante este tiempo la estabilidad
política fuera notable y el funcionamiento de las instituciones, normal. De ahí
que no lograran audiencia ni el partido fascista creado por Mosley, ni la
constitución de un frente popular intentado en 1937-1938 por comunistas y
laboristas disidentes. Ajena a los extremismos, la vida parlamentaria siguió
marcada por la tendencia dibujada con anterioridad (paulatino declive de los
liberales y claro dominio de los conservadores, con los laboristas como segunda
fuerza política) y los gobiernos se alternaron de acuerdo con las reglas
constitucionales: en 1935 el conservador Baldwin sucedió a MacDonald, y dos
años más tarde ocupó la presidencia del gobierno el también tory Neville
Chamberlain. La normalidad institucional quedó corroborada con ocasión de la
crisis dinástica ocurrida en 1936 a causa del matrimonio del rey Eduardo VIII
con la divorciada norteamericana Wallis Simpson. La adversa reacción del Partido
Conservador y de la iglesia anglicana fue atajada de inmediato con la
abdicación del rey a favor de su hermano, Jorge VI, sin que se pusieran en
peligro las bases de la monarquía.