UD. 6 EL ARTE CRISTIANO MEDIEVAL: EL ROMÁNICO

EL ARTE CRISTIANO MEDIEVAL: EL ROMÁNICO.


El profeta Daniel. Pórtico de la Gloria. Catedral de Santiago de Compostela

Esta es una unidad general y amplia sobre el ARTE ROMÁNICO, se tratará sobre su historia, conceptos, historiografía, la arquitectura, la escultura y la pintura en Europa y en los reinos hispánicos.

El Románico es el primer estilo artístico común a la Europa medieval occidental y su estudio es inseparable del de la sociedad que lo produjo. 

RESUMEN: 

El término “Románico” se debe a De Caumont (1824), como derivación de la formación en dicho periodo de las lenguas romances y como extensión de la supuesta influencia del arte romano en todo el arte de los siglo VIII-XII, aunque luego este periodo se redujo a los siglos X-XIII, dando entidad propias a los estilos visigodo, asturiano, mozárabe, carolingio, otónida... que son clasificados como altomedievales o prerrománicos. Su fin no fue repentino ni coetáneo en todo Occidente: en Francia decayó por el empuje del Gótico desde principios del siglo XIII, pero se mantuvo bastante más tiempo en Italia y España.

El centro vital del estilo Románico será Francia, centro del feudalismo en su estado más puro, donde surge la dinastía de los Capetos, mientras que en Alemania y Norte de Italia triunfa la dinastía salia de Franconia (1024-1125), sucesora de la dinastía otoniana de Sajonia.

El arte románico se desarrolló principalmente en las regiones donde la tradición romana había permanecido viva (norte de Italia en el Imperio Romano Germánico, Francia y España), en confluencia con los caracteres bárbaros del arte prerrománico, los estilos precedentes carolingio y otoniano, y con importantes aportes de Bizancio y del Islam.

Es el primer estilo internacional del Occidente Medieval, la primera manifestación artística del carácter unificador de la cultura europea, la cual llevó consigo el comienzo del proceso diferenciador entre Oriente y Occidente, en torno al naciente concepto de cristiandad, que culminaría con el Cisma de Occidente. Hay una verdadera fiebre de construcción en Europa desde 1000, sobre todo de iglesias (texto de Glaber, 1048), por grupos ambulantes de maestros y picapedreros, al tiempo que la Iglesia y los monasterios promueven las grandes rutas de las peregrinaciones (Roma, Tierra Santa, Saint-Michel, Santiago de Compostela), todo lo cual difunde el Románico por Occidente, desde Italia a Inglaterra, desde España a Alemania, e incluso en Palestina con las Cruzadas del siglo XII.

El carácter cristiano es patente en todo el arte: la clientela, los tipos arquitectónicos, los temas figurativos. Pero también el arte románico refleja la estructura social feudal, piramidal, al presentar a un Dios todopoderoso, hierático, que imparte justicia.

El románico es un arte profundamente unitario en muchos de sus aspectos, pero tiene también una multitud de escuelas o derivaciones locales, debido a la diversa aplicación regional de los mismos principios fundamentales. Sus centros son variados, desde las ciudades (que comienzan a resurgir con el comercio desde el siglo XI y que edifican sus iglesias-catedrales) a los monasterios rurales cistercienses y las iglesias de los pueblos.

En España es un arte fundamentalmente de importación, que se introdujo por Cataluña y el Camino de Santiago, mediante la orden de Cluny, y favorecido por la consolidación de los reinos cristianos en el siglo XI y la entrada de dinero mediante el comercio y las parias (tributos pagados a los cristianos) desde la España islámica a la caída del califato omeya.

En el Románico hay una clara jerarquía de las artes, con predominio de la arquitectura, a la cual se subordinan las artes plásticas, que se integran y adaptan en el marco arquitectónico.

La arquitectura se centra en un gran tipo constructivo, el templo, definido por su estética maciza (muros sin aperturas, lo que oscurece el interior), la cubierta de bóveda de cañón (en los espacios rectangulares, exigiendo muros con igual fuerza en toda la longitud), la articulación en tramos (lo que facilita la utilización de las cimbras de madera y abarata la construcción y la reparación), con arcos de medio punto (fajones, formeros y torales) sostenidos por los pilares y los gruesos muros reforzados por contrafuertes en los puntos de soporte. Otras cubiertas alternativas son las bóvedas de arista (en los espacios cuadrados de las naves centrales y laterales, y que permitían apoyar el peso sobre cuatro puntos, que debían ser reforzados con contrafuertes y que permitían que el resto de los muros fuesen más ligeros y con ventanas más amplias, en lo que es un paso esencial hacia el arco ojival y el futuro estilo gótico) y las de cuarto de esfera (en los ábsides y capillas), y las cúpulas (en los cruceros) sobre trompas o pechinas. Las torres campanario (o espadaña) en la fachada o laterales son el único elemento claramente vertical. Hay una clara mejora de los materiales, desde la inicial piedra rota hasta el sillar bien pulido del Románico pleno.

La decoración es muy rica, con pinturas murales cubriendo casi todas las paredes y con grandes conjuntos escultóricos en los portales y las ventanas, en los capiteles de los pilares y en las galerías de los claustros.

Se distinguen las iglesias-catedrales, de planta basilical de nave única, y las iglesias de peregrinación, más monumentales, adaptadas al rito de los peregrinos mediante la multiplicación de las naves, un amplio transepto, un deambulatorio (o girola) para la vuelta procesional alrededor de la tumba del santo (generalmente situada en la cripta bajo el altar mayor) y un amplio ábside con capillas radiales.

Los monasterios, con un templo y varios edificios especializados, son conjuntos arquitectónicos notables.

Hay numerosas escuelas o centros de difusión de la arquitectura, destacando inicialmente la lombarda, con su solución revolucionaria de la bóveda y las decoraciones de lesenas y arcuaciones ciegas, que recogió la influencia romana y bizantina, y se difundió por la Toscana, el sur de Italia —sobre todo en Sicilia, donde se enriqueció con la influencia normanda, bizantina e islámica— y hacia la misma Francia. Las escuelas de Francia, algo posteriores, son los grandes centros difusores hacia el resto de Europa, destacando la de Provenza, muy influida por el arte romano sobreviviente, con grandes basílicas con crucero coronado por cimborrio y con las naves laterales resueltas en cuarto de esfera; de Toulouse, con deambulatorios festoneados de capillas radiales; de Auvernia, con tribunas elevadas sobre las naves laterales; de Perigord, con tendencia a la impostación de las cúpulas; de Normandía, monumental, con su fachada de dos torres y su cubierta de madera, que se difunde hacia Inglaterra y la Europa Central; de Borgoña, con las grandes iglesias de peregrinación promovidas por la Orden de Cluny, que se extiende hasta Castilla y León por el Camino de Santiago.

Los temas figurativos de las artes plásticas, con una gran unidad en la escultura y la pintura, siguen una finalidad didáctica de tipo religioso. Domina una estética naturalista, pero irreal, en la que los cuerpos son inmateriales, casi abstractos, estáticos, adaptados al marco, prefiriendo la interpretación antes que la narración. Es un arte majestuoso e hierático en el que interesa sobre todo su contenido simbólico. Predominan los ciclos del Viejo y del Nuevo Testamento y las vidas de los santos, lo que da una gran homogeneidad iconológica al Románico, aunque las distintas tradiciones culturales de las regiones repercuten en una gran diversidad de escuelas.

De los mismos centros de la arquitectura provienen los avances en la escultura, partiendo de formas decorativas ornamentales de gusto bárbaro —sobre todo los motivos geométricos y vegetales, que pervivirán en la ornamentación— para llegar a los grandes ciclos figurativos compenetrados con las estructuras arquitectónicas, destacando los talleres de Toulouse y del Rosellón. Las tallas de madera son de una gran expresividad (en especial los Cristos). En general, los espacios más concurridos se dedican a los grandes temas sagrados y los lugares más recónditos a los temas más profanos y cotidianos.

En pintura, las grandes decoraciones de pintura mural (al fresco y al temple) en los muros y las bóvedas tuvieron una programación iconográfica de origen bizantino, reelaborada en Italia y difundida junto a las construcciones lombardas. Después se diversificó en la pintura de baldaquines y antipendios (tablas de los altares). En general, los programas iconográficos se disponían según un orden invariable: en el ábside el Pantocrátor justiciero e implacable en el interior de la almendra mística, flanqueado por el Tetramorfos (los Cuatro Evangelistas o sus símbolos); pero este lugar central podía estar ocupado también por la Virgen y el Niño, rodeada por los Magos que presentan sus ofrendas. Por debajo del ábside, una galería de Apóstoles con sus atributos. Los muros laterales se dedicaban a temas evangélicos y otras alegorías, reservando el muro posterior, a los pies del edificio, para el Juicio Final. En las bóvedas y cúpulas, podía haber el Juicio Final u otros temas.

En las artes menores o decorativas, cabe señalar la expansión de la orfebrería y el esmalte, en metal y marfil, con influencias bizantinas e islámicas. La miniatura (iluminación de libros) alcanzó una gran calidad en los scriptoria monásticos y episcopales, continuando la gran tradición carolingia y otónida, y sirvió como gran vehículo de difusión de los temas iconográficos y de los motivos ornamentales en todo Occidente. 

1. LA SOCIEDAD Y CULTURA DEL ROMÁNICO. 

El Románico es la primera expresión artística auténticamente europea (Focillon), por su desarrollo en todo el continente, acompañado de un gran auge en la producción artística. Esto fue favorecido por una serie de factores históricos. 

1.1. El contexto histórico: el feudalismo.

El centro vital del estilo Románico será Francia, centro del feudalismo en su estado más puro, donde surge la dinastía de los Capetos, mientras que en Alemania y Norte de Italia triunfa la dinastía salia de Franconia (1024-1125), sucesora de la dinastía otoniana de Sajonia.

La cronología concuerda con un apogeo en los siglos XI y XII, que en algunos lugares apartados perdura hasta finales del siglo XIII. Su contexto histórico es pues la crisis que experimenta Europa tras la descomposición del Imperio Carolingio, con la aparición del feudalismo.

En torno al año 1000 termina el periodo de las segundas invasiones, cuando los pueblos húngaros, polacos, moravos y normandos se asientan al fin pacíficamente en Europa, mientras que los musulmanes son rechazados (en España y Sicilia, así como en las costas) y las fronteras se tranquilizan, al tiempo que las fronteras del Occidente cristiano se expanden hacia el Sur y el Oeste.

En lo religioso la Iglesia crece en poder y riqueza, liberándose la Iglesia oficial y monacal del dominio civil. Hay grandes reformas de las instituciones religiosas, tanto de los monasterios benedictinos, como del Papado. Se consolida una Europa cristiana y con una cultura y un arte en común, que se difunden gracias al monacato y sobre todo a las peregrinaciones en los Caminos impulsadas por el culto a las reliquias de los santos. Las Cruzadas abren Europa a influencias orientales: planta centralizada, cúpulas, decoración. 

El sentimiento colectivo del “terror milenario”, a la llegada del fin del mundo, sufrido no sólo en el año 1000 sino también en otras fechas señaladas por los astrólogos, que exaltó la religiosidad (tema del Apocalipsis, Juicio Final). 

El feudalismo triunfante, que promueve monasterios y castillos en el campo gracias a la mayor estabilidad política.

Hay un gran desarrollo demográfico en los espacios urbano y rural y un fuerte crecimiento económico (se promueven más iglesias y catedrales), pero con una riqueza basada en la tierra, con un comercio aún escaso. En los lugares vacíos hay una intensa repoblación y un auge constructivo, mientras que la vida urbana se reanima y se reabren las rutas comerciales en el Mar del Norte, el Báltico y el Mediterráneo, cerradas durante el tiempo de las invasiones de la Alta Edad Media.

La mezcla de influencias artísticas locales y externas muy variadas. No hay un centro único de origen, aunque Borgoña y Lombardía son los más influyentes. 

1.2. El Románico como cultura rural.

Es un estilo artístico que da respuesta a las necesidades de una sociedad básicamente rural, organizada en torno a los monasterios, los castillos, pueblos y ciudades de escasa población. 

1.3. Los monasterios y las órdenes monásticas.

El arte románico simboliza el poder y el esplendor de los monasterios en la época feudal, de la que son los auténticos focos culturales.

En la Alta Edad Media predomina la orden benedictina, que sigue la regla de San Benito de Nursia (ora et labora), en principio muy austera y que extenderán sus técnicas agrarias por toda Europa. Pero la riqueza acumulada por los monasterios a lo largo de varios siglos hizo que los señores feudales codiciasen las abadías para nombrar titulares a sus hijos, al igual que los obispados y demás cargos eclesiásticos.

Como reacción a estos problemas el monasterio de Cluny en Borgoña, sede de la orden cluniacence, fundado en 910 por el duque Guillermo de Aquitania, fue eximido de la autoridad civil y religiosa, y pasó a depender directamente del papado, para evitar la decadencia y ser casa de reforma de la vida religiosa y del pueblo cristiano. Sus monjes elegían a sus propios abades. El ejemplo cundió, de forma que los monasterios benedictinos se rigen por la regla de Cluny. El monasterio de Cluny se convirtió en el gran centro espiritual de Europa y centro de un verdadero imperio monástico que en el siglo XII comprenderá casi 1.500 abadías y prioratos, con un poder político y económico de primera magnitud, promoviendo el arte Románico, las Cruzadas y las Peregrinaciones a Roma, Tierra Santa (Jerusalén), Santiago de Compostela, Saint-Michel en Bretaña, Canterbury en Inglaterra, fomentando así el contacto entre los distintos pueblos. Su influencia artística fue notable a través de los scriptoria, la fábrica de los grandes edificios monásticos con edificios en los cuales se sigue un similar estilo arquitectónico y se producen las artes plásticas y suntuarias aplicadas a la liturgia. Se difunde de este modo un tipo de arquitectura y artes plásticas común para Europa occidental, en el que se renuevan conceptos de la herencia clásica romana, de su arquitectura tardía, la tradición prerrománica e incluso la oriental (Bizancio, Islam). Cluny en 1258 perdió su independencia respecto a la Corona de Francia y ello precipitó su decadencia, de la que no salió hasta su desaparición en 1790 (los edificios fueron destruidos casi totalmente en 1801).

La orden cisterciense aparece en el monasterio de Citeaux (finales del siglo XI), fundado por Roberto de Molesmes, con el ánimo de reencontrar el espíritu de San Benito. Sus monjes pretenden una vuelta al carácter austero y sencillo de la primera Iglesia, santificando el trabajo manual de nuevo, alejándose del boato cluniacense y viviendo severamente (dormir en el suelo, comer una libra de pan y dos platos de verdura, vestir con tosco hábito blanco) y en silencio. Dicho estilo de vida se extiende rápidamente por toda Europa. En 1154 ya hay 350 abadías y a finales del siglo XII llega a contar con 1.800 abadías.

La figura más importante de la orden cisterciense es San Bernardo de Claraval (que entra como novicio en 1112 y muere en 1154), tercer hijo de un noble. Hombre de gran prestigio en toda la Europa civil y eclesiástica, sus ideas incidirán en el arte. Propugna la sencillez, que quedará plasmada en el rechazo crítico a algunas de las imágenes con que se decoran los claustros, calificadas como “esos monstruos grotescos, ese desorden de bellezas deformes y de rarezas estéticas”, para buscar expresiones más cercanas al simple cosmos y por lo tanto más naturales. 

1.4. Las peregrinaciones.

Las rutas de las peregrinaciones recorren Europa.

A Roma llegaban los peregrinos por dos rutas, la Vía Emilia que pasaba por Módena y la Umbría, y la Vía Casia que pasaba por Arezzo en la Toscana.

A Santiago llegaban los peregrinos por cuatro rutas atravesando Francia y el norte de España. Otras rutas secundarias alimentaban este gran circuito o se separaban a centros menos importantes.

1) La primera de París a Burdeos, al O., donde se juntaba con la marítima de los peregrinos de Inglaterra.

2) La segunda por Vézelay y el suroeste.

3) La tercera por Le Puy y el centro-este. Las tres pasaban simultáneamente por Roncesvalles.

4) La cuarta pasaba por Arlés, Toulouse y Somport, para encontrarse con las otras en el Puente de la Reina, desde donde seguían juntas hasta Santiago.

Cada ruta llegó a tener un santuario de cierta importancia, adoptando modelos artísticos semejantes, pero el Románico es un estilo internacional poco rígido, pues hay múltiples variantes regionales, por la influencia local que pervive y porque en las regiones se reciben influencias distintas. 

1.5. Las ciudades.

En esta época renace la ciudad como núcleo urbano y de producción artesanal, cuyo desarrollo urbanístico gira en torno a la iglesia-catedral, sede episcopal, como centro espiritual y objeto de las ambiciones artísticas de la comunidad, de la que se erige en monumento y símbolo, aunque también asume la función de sede administrativa y lugar de reunión, recogiendo el carácter de la basílica romana. 

2. LA CULTURA Y EL ARTE DEL ROMÁNICO. 

Hay en el Románico una fusión cultural, completamente nueva, pues anteriormente las influencias se habían juntado sin fundirse, coexistiendo todas. Ahora los elementos de distintas tradiciones se funden en una nueva unidad, más perceptible en la escultura. La arquitectura ordena a su servicio a las demás artes, convertidas en auxiliares de su decoración. Será pues un arte tectónico, basado en los efectos estéticos de la piedra, en la que se concentra la forma y decoración del edificio.

Junto a la arquitectura religiosa (sin duda la más importante) surge una arquitectura civil, con pocos palacios (por la decadencia del poder real ante el auge del feudalismo, excepto en la monarquía otoniana) con obras militares desde el siglo XI, como castillos, torres y murallas almenadas y, sobre todo, obras civiles de puentes y hospitales a lo largo de las rutas de peregrinación y comerciales.

El Románico es un arte popular, eminentemente ilustrativo y didáctico, pero es también un arte intelectual, propio de la culta orden benedictina, con una rica iconografía y temática simbólica, con la novedad secular de los Bestiarios y otros temas, como los pornográficos en las misericordias de los coros, que pervivirán incluso en el Gótico. 

3. MÉTODOS DE ESTUDIO DEL ROMANICO. 

Hay dos tipos de criterios, el geográfico por escuelas regionales y el cronológico.
  • El criterio geográfico de las escuelas regionales es difícil de aplicar porque no da una visión unitaria y porque siempre es polémico delimitar las escuelas. 
  • El criterio cronológico lo desarrolló Puig i Cadafalch de acuerdo a sus estudios sobre la evolución de la arquitectura, con dos periodos:
    • Primer Románico, con una intensa experimentación en el sistema de bóveda.
    • Románico Pleno, con una generalización y perfeccionamiento del sistema de bóveda. El sistema de cubrición de bóveda es el más utilizado en el Románico, pero es un criterio dudoso porque hay zonas que no experimentan con la bóveda hasta un periodo tardío, como Alemania.

Yarza y Conant aplican la suma de los dos criterios a la Arquitectura, con el criterio de ver los focos innovadores del Primer Románico y qué elementos cambian. Estudiamos primero las corrientes internacionales que llevan a la eclosión del Románico Pleno y luego estudiamos las regionales. El concepto de región es usado sólo porque la región es foco de creación de unos modelos que se expanden allende sus fronteras.

En Pintura (en todas las artes del color) hay más claridad metodológica, por la mayor coherencia estilística. En la pintura mural se distinguen dos corrientes, italobizantina y francorrománica, con matices distintos entre sí. Y lo mismo se sigue en Escultura, uniendo ambos criterios, cronológico y regional. 

4. CRONOLOGÍA. 

La cronología no es uniforme en todas las regiones, pero en general hay tres periodos básicos:

1) Primer Románico, desde finales del siglo X a c. 1075. Hay tres grandes focos: Alemania, Sur de Europa y Francia.

En el primero, Alemania, tenemos el arte otoniano (otónida), muy dudoso, porque hasta el 1024 es heredero y una continuación del arte carolingio. El segundo foco innovador es el Primer Románico o Meridional (Puig i Cadafalch), en el Sur de Europa. El tercero, a principios del siglo XI, es Francia, que cuenta asimismo con tres focos: Loira, Borgoña y Normandía.

2) Románico Pleno, desde c. 1075 a 1150. Caracterizado por el apogeo de los monjes de Cluny, de las rutas de peregrinación y la eclosión de la escultura, mientras que se sistematizan las escuelas regionales, con el primer desarrollo de la Orden del Císter. Finaliza al aparecer el Gótico en St. Denis (1154).

3) Románico Tardío, de disolución, desde 1150 a siglo XIII (con fin muy impreciso, en la mayoría de los lugares h. 1250). Convive con el Gótico y vive el apogeo de la escultura historiada aplicada a los claustros. 

5. ÁMBITO GEOGRÁFICO. 

El ámbito geográfico es muy extenso Francia, el Imperio Germánico, Norte de España, Norte y Centro de Italia (hasta Roma), Inglaterra (desde 1066), hasta incluso en Palestina. Hay también influencias locales en el Sur de Italia por la influencia normanda, en Chipre por las Cruzadas, etc. 

6. LA ICONOGRAFÍA.

6.1. Características.

El Románico es el momento en que la estética medieval (basada en la Patrística) llega a su apogeo, con un fuerte simbolismo. En Occidente se introduce con fuerza la imagen narrativa. La función de la imagen estaba ya fijada por san Gregorio Magno c. 600 y el Concilio de Arras en 1025 confirma esta concepción. En el Románico se actúa por oposición para articular la función didáctica, en una desferenciación con la que se trasciende la narración y se la emplea como metáfora. Se representa en una sola imagen lo colectivo (genérico).

El Románico no es una época de grandes combinaciones iconográficas, sino que combina de modo distinto el repertorio ya creado. Cada elemento tiene una filiación conocida. 

6.2. Temática.

Se destacan cuatro grandes grupos de temas:
  • Teofanías. Se basan en visiones apocalípticas. Hay otro tipo de teofanías (como el Pentecostés), que en el Románico se relacionan con ciclos iconográficos típicos de la época, como los ciclos de la Redención, etc. 
  • Temática historiada. Lo típico son las escenas del AT y NT, asociadas por el significado, una del AT con una del NT. 
  • Hagiografía. Escenas relacionadas con la vida de los santos, que se asocian por contraste. El santo se presenta como modelo a seguir o como testimonio de fe. 
  • Temática profana. Con significado religioso o no. Puede ser de dos tipos: 
    • a) Antropomórfica. Con escenas del Zodíaco y escenas sobre la vida cotidiana del campo (mensario). Tiene esta temática una larga continuidad, con sentido simbólico por lo que se contrasta con las representaciones religiosas. En el Románico tardío esta temática se presenta ya sola, con lo que deja de tener un sentido simbólico. 
    • b) Zoomórfica. Pueden ser animales reales que pueden seguir un esquema simbólico de enfrentar dos animales diferentes, como el león y la serpiente (el bien y el mal). También pueden ser animales fantásticos para las visiones apocalípticas y el bestiario. También se dan los motivos vegetales y geométricos.


6.3. Programas.

No hay programas homogéneos que abarquen todo el edificio. Sólo existen programas homogéneos en las portadas, en los claustros y en las pinturas. La portada esculpida tiene un papel más admonitorio (amonestación, advertencia), mientras que la pintura intenta presentar los grandes principios de la fe. Los lados de la epístola (derecha) y del evangelio (izquierda) no tienen un programa específico.

Los grandes principios de la fe constituyen la manifestatio y se suelen ubicar en el ábside. Cuando la pintura está en una cripta, un panteón, en suma en un lugar distinto de la propia iglesia, la manifestatio ocupa las bóvedas (que desde Bizancio tienen un simbolismo celestial).

Lo más importantes es el dogma de la Trinidad, por lo que se ubica en el ábside. La Madre de Dios dentro de estos principios de fe tiene un papel menos importante (lo mismo ocurre en las teofanías de las portadas). Se la representa como Theotokos, como trono de Dios. A veces la manifestatio incluye el Coro Celestial.

El programa de la pintura mural incluye también la testificatio. Se trata a veces de la propia Corte Celestial, pero más a menudo de los Apóstoles o los Santos que testimonian la verdad de las manifestaciones de estos principios. Se suelen situar en el registro inferior de la cuenca del ábside, pero alguna vez se colocan en las paredes de las naves laterales. Lo normal es que en estas se incluya la temática narrativa.

En cuanto al programa iconográfico de la portada, la escena principal, la teofanía ocupa siempre el tímpano, y se dedica a la exaltación de la gloria de Cristo. La aparición de la Virgen en las portadas es totalmente excepcional (sólo aparece alguna vez en las iglesias hispánicas). Las arquivoltas se suelen dedicar a motivos vegetales y geométricos, pero algunas veces incluyen el mensario y el zodíaco. El dintel presenta escenas relacionadas con la escena principal, que frecuentemente es el Juicio Final, por lo que el dintel normalmente presenta el tema de los condenados y de los elegidos. Las jambas están formadas por columnas con fustes lisos y capiteles historiados. En un momento ya muy tardío nos encontramos con la estatua-columna dedicada a santos y profetas. Las piezas que quedan sueltas lo normal es que estén ocupadas por el motivo del bestiario.

El tema del tímpano está pensado para dar efecto, para hacerse notar, mientras que los demás están destinados a una visión más detenida. 

7. EL ROMANICO HISPÁNICO.

7.1. Características.

El románico hispánico es una de las más importantes escuelas regionales. En Cataluña recibió de influencia italiana y en el resto de España la influencia francesa, pero no es una simple imitación sino una derivación acorde al sustrato regional de cada lugar.

El Románico hispánico fue una apertura hacia Europa, en busca de una identidad común, lo que afectó a múltiples aspectos de la realidad, como la liturgia, con una sustitución de la liturgia mozárabe por la romana y de la letra visigótica por la carolingia. Penetró con la Orden cluniacense, con monjes franceses que trajeron sus pautas artísticas y gracias al interés de los reyes hispánicos (con un fuerte afrancesamiento dinástico). Se inscribe en el proceso de la Reconquista hacia el Sur, con una amplia participación francesa en la intensa repoblación, proveniente del suroeste de Francia y sobre todo del Poitou.

A su vez España aporta al Románico europeo rasgos islámicos: cúpulas nervadas al estilo cordobés y arcos polilobulados. La escultura hispánica aportará una iconografía más rica que la europea, por la fuerte tradición prerrománica. 

7.2. El Camino de Santiago.

Los reyes hispánicos influyen decisivamente en el éxito del Románico, por su impulso reconquistador y su política de favorecer a la Orden de Cluny.

El conocimiento de la leyenda del Apóstol Santiago es esencial para comprender el éxito de las masivas peregrinaciones por el Camino. Según esta, las reliquias fueron transportadas primero a Egipto y después a Galicia, por unos monjes coptos, al caer bajo el dominio islámico el Oriente. Desde el triunfo cristiano en la batalla de Clavijo su fama creció y se convirtió en patrón de España, como Curador de enfermedades y Matador de moros. Santiago será un símbolo de la lucha entre el Bien y el Mal y sus reliquias serán un instrumento que determine el triunfo del Bien, a favor del individuo (salud física y mental) y de la sociedad (contra las epidemias y las guerras).

El Codex Calixtinus recoge la propia experiencia de un monje cluniacense c. 1150, Pico, que expone la peregrinación en tres etapas, con consejos prácticos y críticos (una excelente información social) sobre los lugares de descanso. Es posible que Pico recibiera el encargo de esta obra de parte del obispo Gelmírez y que el papa Celestino II pusiera su aprobación al libro (de ahí el título que nos ha llegado).

El 25 de julio, cuando caía en domingo, se establecía que fuera un Año Jacobeo, en el que las multitudes acudían con mayor intensidad que los años normales para obtener la indulgencia, un perdón completo y retroactivo de todos los pecados.

Los servicios a los peregrinos estimularon las edificaciones y la aparición de nuevas ciudades como Puente de la Reina, Briviesca y la misma Santiago, mientras que otras crecieron, como Burgos, León y Astorga. Hospitales e iglesias rurales se erigieron en los distintos puntos de descanso del Camino, como Rabanal y Cebreiro.

Las etapas son muy interesantes, con sus restos de la época románica, con varios influjos, lombardos, mozárabes, etc. Las iglesias generalmente son de una nave con cubierta de madera y pequeños vanos abocinados (San Juan de Busa, en Navarra). Santa María de Iguacel (Burgos) tiene un aparejo regular. Otras iglesias tienen mejores portadas esculpidas.

Los monasterios cluniacenses de San Juan de la Peña, con dos iglesias superpuestas, bajo una gran roca que es la cubierta de la iglesia superior, con un claustro de magnífica escultura, y de Santa Cruz de Serós, con lesenas lombardas.

El monasterio de Leire es el mejor, con tres naves desiguales, con pilares escalonados y bóveda de medio cañón. La cripta tiene una portada en la entrada y unas columnas muy cortas. Las portadas son de épocas diferentes.

La iglesia de Santa María la Real es de transición al Gótico, con preciosa escultura, con Santiago.

La tercera etapa de la Vía de Lausana pasa por Monreal hasta Puente de la Reina. Las iglesias de planta central, octogonales, son de las Ordenes Militares y se vinculan con la mezquita de la Roca o la iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén. La iglesia de Santa María de Eunate en Navarra es un buen ejemplo de planta centralizada. La iglesia de Torres del Río, del mismo tipo, con escultura más austera que Eunate. Sus cúpulas son nervadas, con nervios que se cruzan en Eunate y que no lo hacen en Torres del Río (una influencia más islámica).

Roncesvalles tiene la Capilla del Espíritu Santo o de Carlomagno. Pamplona creció con la afluencia de peregrinos. Hasta Estella se pasaba por Puente de la Reina, con su famoso puente, con seis arcos de medio punto y otros menores en los pilares, con dos torres de vigilancia (se conserva una). Las calzadas medievales eran bien cuidadas en las cercanías de las ciudades.

De Estella a Nájera, pasa por Logroño. En Estella está el palacio real del siglo XII. El monasterio de Irache. De Nájera a Viana, a Santo Domingo de la Calzada hasta Burgos, con desviación a San Millán de la Cogolla (reconstruido en el siglo XVI). La catedral de Santo Domingo de la Calzada. El conjunto de San Juan de Ortega.

Burgos tuvo hasta 32 hospitales. El monasterio de las Huelgas.

Castrojeriz, con su iglesia.

Frómista, con la iglesia de San Martín de Frómista.

Santa María la Blanca, con bellas portadas esculpidas.

Carrión de los Condes, con dos iglesias.

Sahagún, con Románico “mudéjar”, en ladrillo, no en piedra como las restantes iglesias del Camino.

Hospital de Villarente, hoy una casa privada. Son hospitales pequeños, fruto de donaciones particulares. Otros son más grandes, con servicios, un patio o un claustro. Siempre hay separación entre sexos. Hospital de San Marcos en León. Hospital del Rey en Burgos, de tipo basilical, con capilla en la cabecera. El hospital de Santo Domingo de la Calzada, también de tipo basilical.

De León a Rabanal, pasando por Orbigo y Astorga. Los edificios daban siempre a la Rua principal de los peregrinos.

De Rabanal a Villafranca. La Cruz de Ferro se erigió con piedras de los peregrinos.

En Galicia, hay pequeñas iglesias parroquiales, de tipo popular, muy rústica.

En la etapa 12, el monasterio de Samos, reconstruido en estilo barroco después de padecer un incendio.

De Palas do Rei a Santiago.

Los ritos de purificación de los peregrinos, que se lavaban desnudos antes de entrar en Santiago, en Lavacolla. En el Monte del Gozo, se descalzaban hasta llegar a la catedral en la ciudad, tocaban las frentes y las manos bajo la estatua del apóstol en el parteluz del Pórtico de la Gloria y ya en el interior veneraban las reliquias del apóstol en la cripta bajo el altar principal, así como las restantes de la girola. 

8. URBANISMO. 

En la Edad Media, Bizancio sustituyó en este papel a Roma, mientras el resto de las ciudades caían en una profunda decadencia, prolongada hasta el siglo XI. Las ciudades medievales, con escasa dimensión física y humana, concentraban el poder político (realeza, nobleza, burguesía) y religioso (obispos), protegido por las murallas y puertas.

Las ciudades se amurallaban en pequeños recintos no sólo por facilitar la defensa sino también porque así se gastaba menos en la construcción y mantenimiento de los muros y porque la principal entrada de impuestos era la entrada en la ciudad y por ello un recinto muy amplio disminuía los ingresos en vez de aumentarlos.

En la Alta Edad Media las ciudades sufren una profunda crisis. La población vivirá durante siglos de la tierra, siendo las ciudades meros centros administrativos y religiosos, residencias de los príncipes y obispos. Pirenne, en su magistral estudio sobre las ciudades medievales, ha demostrado que la supervivencia de las ciudades en la Alta Edad Media se debió a la presencia de la jerarquía de la Iglesia en ellas, porque la desaparición del comercio y en consecuencia de los mercaderes, junto a la desaparición de la economía monetaria que permitía a los grandes propietarios agrícolas vivir en la ciudad, habían suprimido las bases económicas para la vida urbana. Hasta el resurgimiento económico del siglo XI la Iglesia será el sostén de las ciudades, junto a la excepción de algunas ciudades con función de capitales administrativas, como Aquisgrán o Rávena. 

8.1. El mantenimiento de las estructuras urbanas: las ciudades episcopales.

En Colonia, y en las italianas Florencia, Pavía, Turín y Verona, se pueden observar aún las líneas de las murallas y vías romanas. En Tréveris se da el caso opuesto, tapando el trazado anterior con los escombros y reutilizando los mejores edificios romanos para la catedral y el castillo del arzobispo. Herzog ha escrito que de las 17 mayores ciudades fundadas en época carolingia y otónida 13 eran sedes episcopales, dos procedían de palacios imperiales y dos eran ciudades-mercado.

El impulso de las ciudades episcopales se debe a la presencia de artesanos y comerciantes debido al desarrollo de los edificios religiosos, con su mano de obra artesanal, y al hecho de que albergasen mercados. Ejemplos son Halberstadt, Hildesheim y Bamberg. 

9. LA ARQUITECTURA ROMÁNICA EN EUROPA. 

9.1. CARACTERÍSTICAS. 

Las características principales de la arquitectura románica son: la jerarquía de la arquitectura dentro de las artes, el predominio tipológico de la iglesia, la cubierta de bóveda de piedra, la organización articulada y maciza del espacio.

La jerarquía de la arquitectura dentro de las artes, subordinando a ella la escultura, la pintura y el mosaico.

La iglesia es el edificio predominante, en una época en que la Iglesia domina la vida social y cultural. Más secundarios son los monasterios y los castillos. La construcción exige una capacidad económica considerable, por lo que las posibilidades de la comunidad explican las dimensiones, calidad y decoración de cada obra. Hay una mayoritaria disposición de la planta basilical en cruz latina (con desarrollo del crucero y del cimborrio), en sentido longitudinal con una cabecera dotada de ábside y a veces de girola.

Una novedad fundamental de la arquitectura románica es la arcuación de medio punto y la cubierta de bóveda de cañón en piedra, que exige fuertes muros de sustentación, con escasas aberturas y robustos contrafuertes. Los elementos de soporte son los gruesos muros de sillares, los pilares y los contrafuertes. Los elementos soportados son los arcos de medio punto, el triforio y la bóveda de cañón.

La organización articulada (tramos) y maciza del espacio, con fuertes efectos de claroscuro y luces rasantes que penetran por las escasas y estrechas aberturas (puertas y ventanas) abocinadas. El efecto macizo se incrementa por los toscos materiales de acabado.

Nace un espíritu nuevo en la arquitectura (Bruno Zevi), una nueva concepción espacial: métrica espacial, precisa como la de un organismo vivo, con concentración de empujes y resistencias, adelgazamiento de mampostería, abolición del arco triunfal (que restaba unidad a la iglesia) y del atrio, mayor atención a las fachadas (que muestran la división interna).

Esta nueva concepción espacial se caracteriza por:
  • Empirismo, resolviéndose los problemas a medida que surgen, incluso en Cluny. No hay diferencias profesionales entre un arquitecto y un maestro de obras. 
  • Primacía de la funcionalidad en la concepción del edificio. 
  • Preocupación por la solidez, perdurabilidad y monumentalidad del edificio. 
  • Generalización de la métrica espacial (a pesar del carácter empírico), visible en los módulos y tramos de crucero. 

9.2. EVOLUCIÓN.

Primer Románico: 1000-1075.

Es pobre y funcional, con piedra mal tallada o ladrillo; cubierta de madera para las naves y cubierta de bóveda para el ábside. En algunos casos hay una bóveda de cañón con arcos fajones y una cúpula sobre el crucero.

Destacan tres focos: la Alemania salia, Francia (con tres focos regionales) y Lombardía. El foco meridional en Cataluña tiene una importancia más local, bajo la influencia lombarda, con el cuidado excelente de la bóveda y su decoración exterior. 

Románico Pleno: 1075-segunda mitad siglo XII.

Hay una ampliación y transformación de las cabeceras: deambulatorios, tribunas y transeptos. La causa es el ceremonial litúrgico más complicado en las peregrinaciones. 

Románico Tardío: 1200-segunda mitad siglo XIII.

Las catedrales anuncian el estilo gótico. 

9.3. ELEMENTOS ARQUITECTÓNICOS.

A.- Plantas.

Las plantas dependen de la función, visible en la cabecera: en las iglesias de peregrinación domina la girola, en las iglesias monásticas el coro.

Hay dos plantas: la más frecuente es la arcaizante basilical pero la más evolucionada y representativa es la de cruz latina (rematada con ábside para cada nave). Si hay más de una nave las laterales pueden envolver el ábside con una girola, con pequeñas capillas radiales (absidiolos) en la cabecera. Abundan las capillas para albergar las reliquias.

La planta de cruz latina contará con un nártex, un gran transepto (con cripta y baptisterio), y una gran cabecera tripartita. Hay muchas variantes en esta planta tipo, según las zonas y las necesidades:

a) La presencia de girola depende de la función y del lugar. Está presente en las iglesias de peregrinación pero también en otras iglesias de Francia por la tradición carolingia, pero no hay girola en Italia, Cataluña, Normandía, Alemania.

b) La tribuna no está en todos los casos (Cluny).

c) No hay apenas iglesias de planta central, salvo en alguna capilla palatina, iglesias de influencia oriental (como Santa María de Eunate en Navarra) y en algunos casos de arquitectura militar. 

B.- Muros.

Predominio del macizo sobre el vano: gruesos muros, con pocas y pequeñas ventanas abocinadas (saeteras). 

C.- Materiales.

El sillar es el material básico de construcción. Los sillares son macizos, de piedra bien pulida, de forma regular (escuadrada). 

D.- Luz.

La luz es escasa, con fuertes efectos de claroscuro. Se concilia la estabilidad de la bóveda con la iluminación. 

E.- Columnas y pilares.

Columnas cilíndricas, del mismo grosor, que olvidan las proporciones clásicas. Capitel de hojas, imitación del corintio, con motivos vegetales, animales o historiados. Las columnas abundan sobre todo en los claustros, pero son poco relevantes en las iglesias.

Los pilares poligonales (cruciformes, octogonales...) son el principal soporte. Se distinguen los compuestos, robustos, con pilastras y columnas adosadas. 

F.- Cubiertas.

Al principio hay una cubierta de madera que será sustituida por bóvedas de piedra.

La bóveda de cañón goza de una experimentación creciente, con resistencia a su uso en las zonas de tradición carolingia, aunque sí hay mucha experimentación en las zonas de influencia tardorromana y de Cluny, así como adonde llega la influencia lombarda. La bóveda se difunde por tres razones: por la acústica al dar mejor difusión de la voz y el canto, por la necesidad de impedir los incendios, por la ostentación de la riqueza en Cluny (criticada por la Orden del Císter).

La bóveda de cañón es la gran innovación para cubrir las grandes naves basilicales, generalmente en tramos rectangulares, pero también hay bóvedas de arista (que aparecen en los tramos cuadrados como intersección de dos bóvedas de cañón, generalmente para las naves laterales), bóvedas de cuarto de cañón (para las tribunas sobre las naves laterales) y de cuarto de esfera (o de horno, para los ábsides). Este avance se explica porque la cubierta, realizada en la mayoría de los casos por una bóveda de cañón, se divide en varios tramos independientes, lo que abarata la construcción al poder utilizar una misma cimbra (armazón provisional) repetidas veces, al mismo tiempo que permite realizar con facilidad reconstrucciones parciales en caso de ruina. Esta técnica requería el refuerzo de la bóveda por medio de arcos fajones, por lo que los constructores se vieron obligados a levantar pilares compuestos como sistemas de apoyo para transmitir los empujes a las naves laterales, empujes que son absorbidos por gruesos muros de cierre reforzados mediante contrafuertes.

La difusión de la bóveda lleva a buscar la cohesión de los soportes con la cubierta, articulando todos los elementos estructurales, con pilares compuestos si no hay arcos fajones y con columnas si la cubierta es plana. Hay muchos arcaísmos, como en Spira I (1030).

Cúpula en el crucero. Como el crucero es muy difícil de cubrir, se usa a menudo la cúpula-cimborrio (cimborrio que aparece en el exterior), con apoyos en trompas y pechinas (una influencia bizantina). En ocasiones también se utilizó la torre cimborrio con linterna superior. 

G.- Arcos.

Se emplean varios tipos de soportes: arcos fajones (también llamados perpiaños, dividiendo en tramos la bóveda de la nave central) sobre pilares, arcos formeros paralelos al eje de la bóveda, arcos torales en el crucero, y las medias bóvedas de las tribunas. Para soportar las bóvedas generalmente se usan arcos en el interior y contrafuertes en el exterior.

El tipo de arco más común es el de medio punto (pronto doblado), que a veces es peraltado y otras abocinado (su abocinamiento, con creciente apertura de la luz, tiene a menudo una causa decorativa). 

H.- Puertas.

Puertas abocinadas (como las ventanas), con arcos concéntricos (arquivoltas). Se distingue el tímpano entre el dintel y el arco, y el parteluz (una columna en el centro). 

I.- Torre campanario.

Torre campanario (una o dos) situada al lado de la fachada principal o en la cabecera. Es el elemento más vertical del templo. Se difunde la torre-campanario con varios tipos, según las regiones. El de Cluny será de caja octogonal, finas arcadas, intercolumnios de columnas gemelas y flechas de piedra, mostrando las líneas exteriores ascendentes que pasarán incluso al estilo gótico. 

J.- Decoración.

La decoración de los muros depende de la cronología y de la tradición local. Se tiende con el tiempo a la decoración mural de menor a mayor complejidad, con tres soluciones:

a) La lombarda, con lesenas y arquerías ciegas exteriores, muy difundida en Cataluña.

b) El sistema de decorar los vanos con arquivoltas, columnillas adosadas, ménsulas, hornacinas, etc., dentro y fuera.

c) En Italia, las arquerías caladas al modo de unas preloggias renacentistas, con galerías de columnillas.

En los exteriores destaca la relación visualmente clara de los volúmenes interiores y exteriores, que trascienden la división interior y que se forman por adicción. Se usan los contrafuertes en el exterior. Hay una ordenación y monumentalización de la fachada.

Hay una masiva decoración plástica con pintura o escultura, con temas vegetales, animales, figurativos... La decoración es muy rica, con pinturas murales cubriendo casi todas las paredes y con grandes conjuntos escultóricos en los portales y las ventanas, en los capiteles de los pilares y en las galerías de los claustros. En general, los programas iconográficos se disponían según un orden invariable: en el ábside el Pantocrátor —justiciero e implacable— en el interior de la almendra mística, flanqueado por el Tetramorfos (los Cuatro Evangelistas o sus símbolos); pero este lugar central podía estar ocupado también por la Virgen y el Niño, rodeada por los Magos que presentan sus ofrendas. Por debajo del ábside, una galería de Apóstoles con sus atributos. Los muros laterales se dedicaban a temas evangélicos y otras alegorías, reservando el muro posterior, a los pies del edificio, para el Juicio Final. En las bóvedas y cúpulas, podía haber el Juicio Final u otros temas. 

K.- Simbolismo.

El simbolismo de las iglesias es notable. La planta con tres naves y transepto era alegoría de Cristo en la cruz. La cúpula central era alegoría de la bóveda celeste. Los pilares de los Apóstoles y profetas como fundamento de la Iglesia. Los muros del pueblo cristiano, un sillar cada hombre. El templo era el lugar de encuentro del hombre con Dios, en silencio y penumbra, en recogimiento espiritual. 

9.4. TIPOS DE CONSTRUCCIONES.

9.4.1. IGLESIAS.

A.- Iglesias de peregrinación.

Son las más completas y monumentales, hechas en Románico Pleno. Pueden ser catedrales en ciudades o templos de monasterios y acogen a multitudes de fieles y peregrinos. Tienen una gran unidad espacial, con una armonía y un simbolismo que suscitan la emoción de los fieles.

Se caracterizan por: Tres naves (la central es mayor). Un gran transepto. Prolongación de la nave principal en torno al presbiterio, mediante la girola (deambulatorio para la vuelta ritual de los fieles). Absidiolos en el ábside (pequeñas capillas de distribución radial). Tribuna superior. Gruesos pilares de sustentación.

Ejemplos: Santiago de Compostela, San Martín de Tours, San Marcial de Limoges, Santa Fe de Conques, San Saturnino de Toulouse. 

B.- Iglesias basilicales.

Se desarrollan en el Románico Pleno. Son menos grandes, con tres naves con transepto menor, cabecera con tres ábsides, a veces cimborrio en el crucero.

Ejemplos: catedral de Jaca, iglesia de San Martín de Frómista. 

C.- Iglesias de tipo rural.

Muy numerosas, servían para muchas funciones: religiosas, civiles y mercantiles. Se caracterizan por ser pequeñas, con materiales pobres. Las plantas son muy variadas: basilical la mayoría y a veces una nave de cruz griega bien centralizada. La mayoría son porticadas. 

9.4.2. MONASTERIOS. 

Las órdenes monacales (sobre todo la benedictina) se extendieron por Europa, difundiendo la religión, cultura, arte, técnicas... Ubicadas en lugares apartados, se distribuían en un núcleo principal con el claustro, un gran patio con galerías de arcos de medio punto, ordenador de las dependencias: iglesia, sala capitular, refectorio, biblioteca, cocinas, dormitorios (en planta superior)... Destaca en España el de Santo Domingo de Silos (Burgos). 

La estructura del monasterio.

Se presenta como una ciudad cerrada: centro religioso, cultural, económico, etc. Hacia él convergen fuertes recursos, aspirando a ser una unidad autasuficiente de producción en las actividades agrícola y artesanal.

El acceso es controlado y limitado al exterior de la comunidad (una puerta, un horario de acceso, un lugar de recepción). Dentro del recinto, todo está perfectamente pautado, ordenado y hasta jerarquizado, enfocado a conseguir el cumplimiento del camino de perfección elaborado a partir de la regla de San Benito de Nursia (siglo VI). La configuración del monasterio venía definida desde el siglo IX, tras un concilio celebrado en Aquisgrán. La referencia a esta planta ideal estará presente en la construcción de todos los monasterios, introduciéndose sólo algunas variaciones, pequeñas unas veces, de enorme contenido otras.

La vida gira en tomo al conjunto iglesia‑claustro, que ocupa el lugar central. Este conjunto, punto de intersección de la tierra y el cielo, es considerado como la Jerusalén celestial, la casa de Dios.

Por una parte, situadas a la izquierda, encontramos los edificios de residencia y espera:
  • Área de hospedería. Situada cerca de la puerta; suele haber dos casas, una para visitantes privilegiados y escolares, y otra para pobres. 
  • Área de los novicios. Destinada a los que aspiraban a entrar en la comunidad; lugar transitorio de donde el aspirante saldrá tras una época de aprendizaje y la celebración de un ritual (imposición de la cogulla, beso de paz y retiro de tres días, signo de silencio y soledad, de muerte y resurrección). 
  • Área de enfermería. Apartada del resto, porque la enfermedad se concibe como una secuela del pecado y una situación de impureza, acrecentada por el hecho de que se les daba de comer carne para fortalecerlos. El enfermo carnívoro no participaba de la comunión, y a los que se les administraba la extremaunción se les dejaba de suministrar carne a fin de que pudieran participar de la comunión antes de morir. Estar enfermo era sinónimo de ser pecador. Incorporarse a la comunidad requería un rito de penitencia y acogida, pero no se moría solo: tras besar la cruz, el enfermo besaba a todos los hermanos y en su agonía le acompañaban los hermanos...


Completaban el monasterio: el cementerio, la casa del abad, el área de servicio, el refectorio y la sala capitular. 

9.5. ARQUITECTURA CIVIL Y URBANISMO. 

En la arquitectura civil destacan las casas, palacios urbanos y castillos.

De las casas y palacios, construidos con materiales pobres en las ciudades, quedan pocos restos. Tienen dos pisos con una o dos puertas de medio punto y ventanales.

Los castillos cuentan con mejores materiales, debido a su doble función residencial y defensiva.

Las ciudades tienen calles angostas, insalubres, de trazado regular si son fundaciones reales nuevas o sobre ciudades romanas, e irregular si se desarrollan a partir de varios núcleos o de una población musulmana. 

9.5.1. Las motas o primeros castillos medievales.

Las primeras fortificaciones medievales, sobre una colina, con una elevación a menudo artificial del terreno, con materiales de madera (por lo que han perdurado pocas). Ejemplos en Oxford, Salisbury. Un puente hasta un patio o plaza para el comercio. Se sustituye con el tiempo por la piedra, convirtiéndose en el donjon francés o el keep inglés. 

9.5.2. La vivienda altomedieval.

La vivienda cristiana tiene una diferencia básica respecto a la griega, romana, oriental e islámica: se vierte hacia el exterior con vistas interiores y exteriores, con numerosos vanos abiertos y una axialidad que demuestra un sentido más exteriorizado y público de la privacidad. Los patios interiores pierden importancia (o incluso desaparecen), reconvirtiendo su función de un jardín y lugar de vida cotidiana a una función de simple área de servicios (taller, huerto, almacén), uniendo residencia y trabajo de un modo incluso más íntimo que en las casas orientales. Esta unión persistirá hasta el siglo XVIII, cuando se comienzan a especializar las zonas ciudadanas.

Las excepciones se deben a que se encuentren ya hechos en casas de culturas anteriores o en monasterios o conventos (los claustros son los herederos del peristilo) y en las casas-patio de España, Portugal e Hispanoamérica (por una pervivencia de la influencia islámica), hasta hoy, cuando Berlage y otros arquitectos los han redescubierto. Los motivos de esta elección son en parte climáticas, pues en el invierno del Norte de Europa el patio es inútil. Además son necesarios los grandes ventanales para captar más luz en el Norte y ello hace innecesario el patio interior.

Otra diferencia es que en la vivienda occidental el exterior intenta representar la situación social del propietario, sin limitación de altura o decoración. Esto pervivirá hasta el presente en Occidente.

La torre es una de las primeras formas de vivienda medieval. La necesidad de defensa para las familias de la nobleza es ahora determinante, con una torre de varios pisos con aberturas en sus cuatro lados. Un ejemplo lo tenemos en las casas-torre en piedra de San Gimignano en Toscana, famosas por la rivalidad de las familias de la aristocracia en elevarse unas sobre otras. Pero era común en Italia y casi toda Europa.

Otro tipo es la casa con techo a dos aguas, en una parcela estrecha y alargada. Hay una relación entre la vivienda urbana y la rural, pues la población venía del campo. El material es la madera y el techo de paja, que luego se reformó con madera. 

9.5.3 Piedra y madera en la construcción altomedieval: su fundamentación ideológica.

La mayoría de las viviendas urbanas eran de madera y por eso no han sobrevivido. Seguían el tipo rural, pues los habitantes venían del campo.

Las casas que han pervivido son de piedra, de los siglos XI y XII. Son casas aisladas, de familias nobles. 

9.5.4 Los núcleos de población.

La crisis de la ciudad fue uno de los factores que propiciaron las invasiones de pueblos bárbaros que carecían de tradición urbana, si bien las ciudades costeras conservaron su capacidad comercial gracias a que el Mediterráneo siguió siendo una ruta abierta; a partir del siglo VIII, y a raíz de la expansión del Islam, este comercio mediterráneo quedó colapsado, en unos casos, y, en otros, en manos del poder islámico, que inundó el Mediterráneo occidental de productos de Asia Central e incluso de China. En el Norte, las incursiones de los pueblos normandos, tanto en las áreas costeras como en las del interior, también lograron anular el comercio, generando una economía doméstica, cerrada, sin mercados, especialmente durante el siglo IX.

La ciudad recobrará lentamente su carácter a partir de los siglos X y XI, merced a la estabilidad política, al crecimiento agrícola y al consiguiente desarrollo comercial. Desde el siglo X, es fácil observar cómo algunas ciudades modificaron su configuración, en respuesta a las incursiones de los normandos, magiares o musulmanes, levantando fortificaciones de madera y/o piedra.

Fortificación y seguridad protegieron el comercio y las rutas comerciales; el resurgir del comercio se producirá a medida que se estabilice el clima político: principalmente fueron abiertas las rutas comerciales hacia Venecia, las ciudades del Norte de Italia y Flandes. Y la consecuencia más importante será la reanimación de antiguas formaciones romanas y la transformación de cierto número de aldeas en ciudades; de hecho, la Edad Media es el periodo inicial de desarrollo urbano en Europa.

En torno a polos de desarrollo económico (ciudades‑mercado): mineros (Salzburgo: comercialización de la sal y el oro), ganaderos (manipulación de la lana: Florencia, Brujas, Colonia y bastantes ciudades inglesas), comerciales (con mercados y ferias para la expedición de la seda —Palermo, Venecia, Génova—, y de las especias orientales llegadas por las rutas de las Cruzadas).

En torno a centros y caminos de peregrinación: nacidos, bien como centros de descanso o parada en las rutas, bien como lugares de expedición de mercaderías, tales como Burgos, Sahagún, León o Astorga en la ruta jacobea. Estas ciudades gozarán de una fisonomía dominada por hospitales, hospederías e iglesias —para dar cobijo a los peregrinos—, y donde la arteria principal coincide con la ruta de peregrinación.

Atendiendo a su configuración y planimetría, la ciudad medieval se desarrolla de diferentes maneras: respetando la ordenación básica preexistente, rectangular o cuadrada, como Verona, Florencia o Lyon, o modificándola totalmente, como es el caso de Siena.

En las ciudades de nueva creación no existirá un trazado definitorio:
  • Unas veces se adaptan al medio natural, como Londres o Berna, cuyo eje organizador es el trazado del río, o como Siena, cuya estructuración circular sigue las tres colinas y la línea de las aguas que convergerán en la Piazza del Campo, donde se ubicará el Ayuntamiento. 
  • Otras, siguen modelos antiguos, como las ciudades de Dresde y Carcasona. 
  • Finalmente, los núcleos, nacidos como pequenas agrupaciones de casas próximás a un monasterio o un castillo, presentan calles largas, a veces una sola, y sin más lugar común que la iglesia. 

9.5.5. La forma urbana.

A pesar de que la morfología de la ciudad medieval es muy variada, tiende a configurarse rodeada de una zona amurallada: en ella, además de la muralla, destacan las torres y las puertas. Esta área desarrolla una función aduanera que protege los intereses comerciales de sus ciudadanos y permite, a su vez, imponer derechos de portazgo sobre las mercancías que habían de entrar en ella.

Esta zona amurallada tiene carácter de instrumento militar de defensa, aunque también añade un sentido simbólico de ciudadanía y de comunidad de intereses. Puntualmente, adquiere un importante papel como defensa ante enfermedades y epidemias. También hay murallas en áreas monásticas y de pueblos rurales; las más llamativas en España son las de la ciudad de Ávila, símbolo de la Castilla románica.

Las calles, convertidas frecuentemente en mercados, agrupan tiendas y talleres de un mismo oficio: carniceros, herreros, curtidores, pajeros. Carecían de aceras y de pavimentacion, ya que los desplazamientos se realizaban a pie o con animales de carga (la pavimentación es más propia de la época gótica: París se pavimenta en 1185; Florencia, en 1235-1339).

En general, las casas son humildes, y el material constructivo más utilizado es la madera (paja o cañas), por lo que son susceptibles de sufrir incendios; la piedra está reservada para algunas construcciones y principalmente se emplea en las fachadas. No respetan el trazado lineal y suelen aumentar la parte saliente, sobre todo en los pisos altos (pueden estrechar la mano al vecino). Algunas tienen huerto, patio y hasta pozo, en los ámbitos rurales. También es frecuente el jardín en la parte posterior. A partir del siglo XI, se hace más habitual la construcción de casas de piedra con dependencias varias para funciones diferentes: sótanos, destinados a almacén o bodega; planta baja, a tienda o taller; piso primero y/o segundo, como lugar de recepción y habitación.

Aunque los servicios comunitarios o públicos, en general, eran mínimos, podemos destacar los siguientes: 

Mercados. Se dice que la comercialización de productos es la razón de ser de la ciudad medieval. Su ubicación es variable, ya que los encontramos en el centro urbano, en sus inmediaciones, en el ensanche de la calle principal y hasta en plazas situadas a la entrada de la ciudad. A pesar de todo, el mercado callejero es común en toda Europa. 
Socialmente, el mercado tiene mucha importancia; es el lugar donde el campesino y el artesano confluyen para vender sus productos y comprar lo que se les ofrece; además, el día en que se celebraba era el más señalado de toda la semana. Las tiendas son más talleres que comercios, y en ellos, la mayoría de las veces, los artesanos‑comerciantes trabajan por encargo. Finalmente, existían mercados en las puertas de la ciudad, aunque no fueron los mas importantes. 
Albergues. Para estudiantes de paso, viajeros, mercaderes y peregrinos. 
Hospitales. Construidos con el dinero de feudos o monacatos (en el periodo Gótico se financiarán con el dinero municipal o real). 
Baños. Generalmente regentados por judíos, solían ser fundaciones reales y se levantaban en lugares cercanos a las murallas, como, por ejemplo, los baños árabes de Gerona. 
La plaza de la iglesia. Es también uno de los más importantes ejes de la ciudad medieval. Era el lugar al que acudían los fieles antes y después de los oficios divinos. Se desarrollaba en la fachada occidental de la iglesia y en ella se celebraban sermones al aire libre y también, a partir del siglo XII, los “misterios” (representaciones teatrales de base cristológica y mariana); también allí ataban sus caballos los visitantes, por lo que en algunas de estas plazas se construyeron establos. 
En resumen, la configuración de la ciudad medieval no obedece a una preocupación estética. Habrá que esperar al siglo XIV para encontrar tal conciencia y descubrir también las primeras ordenanzas que la traduzcan. También hay que señalar que no todas las ciudades reúnen todos los elementos antes citados. 
9.5.6. Los castillos. 
Responden a la inestabilidad social que provocan las invasiones y son símbolo visible del sometimiento del vasallo a su señor.

Su forma estará condicionada a la evolución de las armas de guerra, especialmente a las máquinas de ataque y asedio. El castillo participa de la preocupación militar y de la preocupación urbana: son un bastión para la guerra y un lugar de residencia. Desde la torre vigia se alertaba a la población para la defensa; tenía generalmente planta cuadrada o circular; los bajos se destinaban a almacén, el piso alto a habitación y tenía la entrada por el primer piso, utilizando unas escaleras móviles o a veces puentes levadizos para su acceso.

Se construyen en puntos estratégicos —elevaciones naturales, macizos rocosos—, y es muy extraño encontrarlos en áreas llanas. En ellos, la casa y las habitaciones del señor se hallaban junto a las murallas y la torre, pues es el lugar más fortificado y seguro. Junto a ellas, la iglesia, los almacenes —que generan un patio— y otras dependencias. La antigua torre vigía se llamara en adelante “del homenaje” y se rodeará de dependencias pétreas, con otras torres de defensa y fortificación.

A medida que avanza el siglo XII, las “castellanías” (unidades de soldados que el señior tiene a su mando) comienzan a abandonar los castillos, acentuándose cada vez más el aislamiento del señor en su castillo. Y es que, entrando en el siglo XIII, la sensación de inseguridad del señor feudal será cada vez mayor, y tenderá a buscar seguridad en el aislamiento, cerrando paulatinamente sus espacios abiertos. 

9.6. ESCUELAS.

9.6.1. FRANCIA.

Las escuelas regionales.

Francia es el gran centro de la arquitectura románica, con una enorme abundancia de edificios, sin un modelo único en los varios centros o escuelas regionales.

Provenza: caracterizada por la simplicidad, con grandes basílicas de una destacada nave central, con crucero coronado por cimborrio y con las naves laterales resueltas en cuarto de esfera. Hay una gran influencia de los edificios romanos sobrevivientes. Destacan la iglesia de San Trófimo de Arlés y la abadía de San Gil.

Poitiers, Angulema y Perigord: en la región de Aquitania. Dominan las influencias bizantinas con la planta de cruz griega y la abundancia de cúpulas (Angulema, Perigord) sobre pechinas, y de la escultura en la fachada. Destaca el remate cónico con escamas en Poitou, con edificios de tres naves de igual altura.

Toulouse: con deambulatorios festoneados de capillas radiales.

Auvernia: con tribunas elevadas sobre las naves laterales.

Normandía: con cubierta de madera, fachada con dos torres, grandes naves, poca escultura. Se difunde hacia Inglaterra y la Europa Central. Destacan la abadía de Mont Saint Michel y la iglesia de San Esteban de Caen (ésta tuvo gran influjo en el Románico, en Inglaterra como en Compostela).

Borgoña: son iglesias de peregrinación. Las bóvedas muy altas, especialmente la central, ventanales amplios (que iluminan los capiteles historiados del interior), arcos con dovelas de colores alternados. Destacan Cluny, Santa Magdalena de Vézelay, San Lázaro de Autun, San Esteban de Nevers. 

Primer románico francés.

El siglo XI en Francia es una época de feudalismo, con una gran fragmentación territorial, con focos que todavía no pueden considerarse escuelas regionales, pero que experimentan con elementos distintos. Hay tres focos principales: Loira, Borgoña y Normandía.

La zona del Loira.

En la zona del Loira la novedad es la planta, con sus cabeceras que experimentan la girola. Heisz dice que las girolas románicas surgen de la cripta carolingia. En cambio, Conant opina que es en San Martín de Tours (918), donde surge la girola, en época tardocarolingia (siglo X), con su forma típica de deambulatorio con capillas radiales, aunque el ábside y el deambulatorio estarían divididos por una pared en ese primer experimento. En 997-1014 se construye otra girola y se tira la pared de separación, dejando una pared de ábside sostenida por un tramo de arcada sobre columnas. Hay absidiolos semicirculares (que son típicos del Románico) en el ábside y el transepto.

En la zona del Loira se construyen iglesias abaciales y catedralicias con el mismo tipo de cabecera de St. Martin de Tours, como la de St. Clermont Ferrant (946), en lugares de influencia carolingia, pero ya sin los Westwerk. Estas cabeceras son el modelo de las cabeceras de las grandes iglesias de peregrinación que se construirán muy pronto.

La zona de Borgoña.

Borgoña es una zona muy importante en las innovaciones del románico, por varios factores: a) es fronteriza con el Loira, b) las fundaciones benedictinas se relacionan con el Norte de Italia, c) hay un intenso monaquismo en Cluny.

El resultado es que en Borgoña se funden los elementos más logrados de estas tradiciones: A) Del Románico lombardo toma la bóveda de cañón de piedra para los grandes espacios y la decoración mural. B) De la zona del Loira toma la cabecera con girola. C) De la tradición carolingia (renovada por la otoniana) toma la monumentalidad y más tarde el Westwerk y el doble transepto (aunque variando su lugar). En Borgoña nace, por otra parte, la cabecera escalonada benedictina y un modelo de monasterio, el de Cluny, a partir del modelo de St. Gall.

Hay tres grandes obras: St. Philibert de Tournus, el monasterio de Cluny y St. Benigne de Dijon.

St. Philibert de Tournus es de finales del siglo X. A principios del XI se hace la girola, y en 1030-1040 se hace la bóveda de la nave central. Esta iglesia es uno de los primeros experimentos del Románico de Borgoña. Sigue el modelo carolingio transformado, con cabecera del Loira, con unas arcaicas absidiolas rectangulares (no semicirculares como en St. Martin de Tours). El Westwerk desaparece, sustituido por un nártex profundo, la galilea, con tramos de bóveda de arista estructurados en naves.

Con canteros lombardos se cubren las naves a la misma altura, con tramos de bóvedas transversales de cañón delimitadas por arcos fajones, lo que es un arcaísmo carolingio (son como los llamados arcos-diafragma de la Capilla Palatina de Aquisgrán). También es un arcaísmo que los soportes no están articulados con la cubierta (hubiera sido más lógico que fueran compuestos). La cubrición de las naves laterales con bóvedas de arista será típica del Románico, pero aquí es aún muy primitiva (el modelo son las criptas). Hay una cripta (979) bajo el presbiterio para las reliquias de San Filiberto. El exterior tiene una fachada ordenada en volúmenes con decoración lombarda de lesenas. Hay una sola torre a un lado.

El monasterio de Cluny II fue destruido durante la Revolución Francesa (1798-1823), por lo que las hipótesis de su planta son dudosas. Sucedió al monasterio tardocarolingio de Cluny I (910-927). La obra comenzó a mediados del siglo X y fue consagrada en 981 por el abad Mayolo. El edificio fue derribado para dar paso a Cluny III (consagrado en 1088). Durante la reforma benedictina se convirtió en el monasterio madre de la Orden, por lo que se hicieron necesarias grandes reformas. Entre 980 y 1020, se expande su prestigio e influencia.

Es el prototipo de monasterio del Románico cluniacense tanto por su iglesia como por el plan del propio monasterio, derivado del plan de St. Gall, modificando ciertos elementos debido a la reforma de la Orden. Las cuatro zonas de St. Gall eran la clausura, la abierta, la de los enfermos y novicios y la de servicios. De estas cuatro zonas, Cluny elimina la cuarta, la de servicios, en razón de que los monjes arrendaban las tierras y no las cultivaban, por lo que el abastecimiento se hacía a través del núcleo de población exterior. También se modifica la tercera zona, la de enfermos y novicios, que se separan en dos zonas. Duby explica esta separación debido a que la enfermedad se consideraba un signo de pecado y por ello el monje enfermo era separado de la comunidad. También se transforma la zona exterior porque el abad debe vivir con los monjes y porque desaparece también la escuela, quedando una enorme hospedería para albergar a los muchos viajeros que llegan desde los restantes monasterios y a la nobleza.

Se introducen dos edificios nuevos, situados juntos: la sala capitular (adosada a una capilla oratorio de Santa María, que está sólo en Cluny II y no fue repetida en otros monasterios; según Kostof sí fue repetida, sobre todo en Inglaterra) y el locutorio donde los monjes pueden hablar, ya que los monjes cluniacenses debían vivir en silencio. La sala capitular era lugar de reunión para rezar y leer el capítulo de la Orden. En el refectorio uno de los monjes leía los textos sagrados mientras los demás comían. El dormitorio está sobre esos dos edificios nuevos.

El cementerio y la enfermería se sitúan cerca de la cabecera de la iglesia. Hay una gran puerta monumental a la entrada del monasterio y el pueblo entraba a la iglesia por la puerta de poniente. El scriptorium y la biblioteca (570 libros) parece que se encontraba en una sala entre el claustro y la iglesia.

La iglesia abacial de Cluny II según Conant fue comenzada en 955 y consagrada en 981, con el gran abad constructor Mayeul (coadjutor desde 955, abad en 963-94). Luego fue ampliada con un nártex y cubierta con bóvedas de cañón (c. 1010), con el abad San Odilón (994-1048) y el monje arquitecto Gunzo (un músico que aplicó los módulos matemáticos a la obra). Todos los monjes de la Orden profesaban en esta iglesia y de acuerdo a la tesis de Viollet-le-Duc la escogieron como modelo de sus otras fundaciones, aunque la tesis actual de Conant es que sólo fue la principal inspiradora. La iglesia la modificaron ligeramente en Cluny III (desde 1088, con Pedro el Digno y acabada c. 1157, con mayores dimensiones). Sigue el modelo de la antigua basílica de San Pedro de Roma, con una planta basilical de eje O-E, con la entrada principal al O.

Tenía tres naves abovedadas de cañón (serán cinco en Cluny III). Estaba estructurada en tramos, con una gran cabecera benedictina (parecida a la cripta carolingia, con absidiolas escalonadas) con cinco capillas. Había un tramo de presbiterio muy profundo para poder albergar el coro de los monjes y varios altares. Había espacios cerrados flanqueando el presbiterio para facilitar el retiro de los monjes.

En la planta destacaba también que en la fachada principal hay ausencia de Westwerk como el que tenía St. Gall pero sí había un nártex estructurado en tres naves, llamado “galilea” (igual que el de St. Philibert de Tournus) cubierto con tramos de bóveda, con la doble función de enterrar los personajes ilustres que venían a morir a Cluny y de albergar a los seglares en los servicios religiosos. Pese a la presencia de la gran galilea el atrio no desaparece, sino que se prolonga y se cubre.

Las torres son dos a los pies (una para archivo y otra para prisión), una en el crucero principal (la torre llamada de las Lámparas), dos octogonales a los lados y otras pequeñas en los ángulos. Había una torre-cimborrio en el crucero.

Las cubiertas son de bóveda de cañón para las tres naves, por razón de una mejor acústica. En Cluny II las naves tenían bóveda de cañón en la central y de arista en la dos laterales.

Son todas estas innovaciones del Primer Medievo unas creativas soluciones a diversos problemas prácticos: el Westwerk en el arte carolingio servía para potenciar ciertos ritos y funciones, en el Románico la gran girola para rodear la cabecera y albergar las reliquias en las capillas, la cabecera enorme para dar espacio a los monjes y para poner más altares, así como el galilea para espacio de los seglares y lugar de enterramiento.

St. Bénigne de Dijon (1001-17), era el mayor templo de Borgoña, con fusión de la planta central y de la basilical, de la técnica borgoñona y lombarda. Pero apenas se conoce por faltar documentos y material gráfico, porque fue destruido durante la Revolución Francesa.

La zona de Normandía.

El foco de Normandía es un foco muy dinámico e influyente, a lo largo del siglo XI, con la conquista de Inglaterra, Nápoles y Sicilia por los normandos, a donde exportan rasgos románicos, y también conocen algunos rasgos sicilianos de tipo islámico que llevan al norte de Europa. Sintetiza elementos propios, de una zona de fuerte influencia carolingia y otoniana, con innovaciones de la zona del Loira (girolas), gracias a dos abades cluniacenses de origen lombardo, Guillermo de Volpiano y Lanfranco que también conocen la arquitectura de Cluny. Volpiano sucesivamente residió en Cluny y St. Bénigne de Dijon (que comenzó a construir en 1001), llevó canteros lombardos a Cluny para hacer la bóveda, pasó a Normandía, donde construyó monasterios, y más tarde a Inglaterra. Lanfranco llegó a Normandía en 1039, creando una famosa escuela en Bec (1045). En Normandía se procura la simplicidad y por ello la bóveda es sustituida por la cubierta de madera, y no hay girola. Además de las dos torres de la fachada hay otra cuadrada en el crucero. La decoración es casi exclusivamente geométrica, sin apenas vegetal.

Hay una serie de edificios al margen de Cluny, del tipo Spira, con elementos innovadores de la arquitectura otoniana, que desde 1030 a 1060 cogen otros elementos del Primer Románico y aportan elementos propios, que son básicamente:

a) La armonización de la articulación vertical (ya presente en Spira) con la articulación horizontal mediante la incorporación de tribunas sobre las naves laterales (las primeras del Románico). En el arte carolingio estaban sobre el Westwerk y ahora sobre las tribunas. Hay, pues, tres pisos.

b) La definitiva sistematización de la fachada románica, con un cuerpo intermedio entre torres.

Los dos edificios más importantes son la iglesia abacial de Jumièges y la iglesia de la catedral de San Esteban de Caen.

Notre-Dame de Jumièges (1037-66) es una planta de síntesis, con cruz latina, cabecera con deambulatorio pero sin absidiolos (no es pues una auténtica girola), marcando los soportes para la métrica espacial en tramos con pilares compuestos y columnas muy gruesas alternativamente. Su alzado es muy alto, con cubierta plana (aquí no hay bóveda hasta el Románico Pleno). Las tribunas tienen vanos que no encajan aún en los vanos de la planta baja, no se corresponden. La fachada no tiene el Westwerk y es la fachada típica románica, con dos torres altas y un cuerpo central con un techo triangular inclinado y un pórtico. El piñón es un techo falso triangular que realmente sostenía el techo de la nave contra la fachada.

Saint Etienne de Caen (1067-81), tiene el mismo tipo de fachada, con un cuerpo central en tres niveles con dos hileras de ventanas, coronado por un hastial triangular, con cuatro contrafuertes enmarcando tres pórticos, dos altísimas torres a los lados. El interior tenía una cubierta plana. Innova con la armonización de los vanos de las tribunas con los de la planta baja y con otro elemento nuevo, posible precedente del triforio gótico, el andito normando, que también vemos en la catedral de Durham, y que es un estrecho pasadizo que corre delante de las ventanas altas (el cuerpo de luz del piso superior). 

El románico fráncés internacional.

De las grandes aportaciones del románico lombardo, otoniano y francés procede la internacionalización de varios elementos. Antes del 1070 hay edificios fuera de Francia que ya cogen estos elementos. Son los casos de St. Rémy de Reims y la catedral de Chartres, en la monarquía capeta, en el norte de Francia, que se relacionan con el arte otoniano, pero con elementos del románico francés. En St. Rémy de Reims hay cabecera benedictina de Borgoña y las tribunas de Normandía. En Chartres cogen la cabecera de girola otoniana.

En el Románico Pleno hay dos grandes grupos de edificios de difusión internacional, las iglesias de peregrinación (modelo de muchas otras) y las iglesias benedictinas basadas en la tercera remodelación de Cluny, que estudiamos como corriente internacional o como Románico francés, que es el que marca la vanguardia artística. Habría otro foco, el Císter, que estudiamos al final del Románico, por prolongarse en el periodo de transición. Hay además las escuelas locales, que deben mucho a Francia en sus elementos.

Hay un problema en el estudio del Románico Pleno francés. Conant lo estudia por regiones, lo que es difícil, y por tipologías, que también falla en su integración.

Se estudia por regiones, aunque es útil presentar previamente un esquema de tipologías:
  • Modelo internacional, de iglesias de peregrinación, con edificios afines en Francia. Este tipo tiene bóveda de cañón, arcos fajones y tribunas. 
  • Cluny III, que es también internacional por la influencia de la Orden benedictina y aisimismo afecta a la arquitectura local (iglesias episcopales). En este modelo hay bóveda de cañón apuntado y no hay tribunas. 
  • Hay tres variantes en el tipo de Cluny III: 
    • a) Vézelay (Borgoña), sin tribunas, con bóveda de arista. 
    • b) Iglesias de Poitou, que son como la de Cluny, pero tienen rasgos estructurales propios, como la iglesia-salón. 
    • c) Provenza, que también tiene rasgos propios, más clásicos por influencia de antiguos ejemplos romanos que subsisten en la región. 
  • Iglesias con hileras de cúpulas, Périgord y Aquitania. 
  • Normandía, bóveda de crucería románica (nave central). 
  • Císter, con los edificios de los monasterios. 

Los modelos franceses:

Modelo de las grandes iglesias de peregrinación.

Modelo internacional, de peregrinación, con edificios afines en Francia. Con bóveda de cañón y tribunas. Preciso que las tribunas románicas sobre las naves laterales se cubren con bóveda de cañón y tendrán la doble función de aumentar el espacio para los fieles y de actuar como arbotantes que soportan el peso de la bóveda central.

Las iglesias principales son las que están en las rutas de peregrinación, siendo las más importantes de cada una de las cuatro rutas.

Son de tres tipos: dos iglesias benedictinas, dos iglesias colegiatas y una catedral, al final de las rutas. De Oeste a Este tenemos la colegiata de San Martín de Tours y las benedictinas de San Marcial de Limoges y Ste. Foi de Conques. Al Sur hay la colegiata de St. Sernin de Toulouse y al final del Camino la catedral de Santiago de Compostela.

Son distintas entre sí, aunque tienen rasgos comunes, que marcan la armonía de conjunto y la belleza:
  • En planta tienen grandes dimensiones, larga nave central, naves laterales con tribunas, ancho transepto y amplia capilla mayor. 
  • Hay bóveda de cañón de altura uniforme en la nave central y bóvedas de arista en las naves laterales. 
  • Los soportes son pilares cruciformes con cuatro columnas adosadas, una de las cuales se prolonga para articularse con los arcos fajones que soportan las bóvedas, dos soportan los arcos formeros que separan las naves, y la cuarta, por la nave lateral sostiene el arco de separación de las bóvedas de arista y arriba, en la tribuna, sostiene el arco fajón que separa los tramos de la bóveda de cuarto de cañón que ayudan a descargar la bóveda alta. 
  • Salvo excepciones las naves laterales con sus tribunas rodean todo el edificio. Por ello hay una girola. 
  • No hay cuerpo de luces. La luz entra por las ventanas de la girola, naves laterales, tribuna, cimborrio y ábside. 
  • El coro encierra (generalmente con paredes) un gran espacio para los canónigos y monjes, y en compensación se ensanchan los transeptos.

Los edificios más importantes fueron cinco, de los que subsisten tres:
  1. La colegiata de San Martín de Tours (c. 1050) tenía dobles naves laterales, circundando una el transepto, como en Toulouse y Santiago. Fue destruida y sólo quedan dos torres. 
  2. La iglesia benedictina de San Marcial de Limoges, era la más arcaica, con nave lateral que no circundaba el transepto, además de absidiolos con arcos de herradura (influencia hispánica). También fue destruida. 
  3. La iglesia benedictina de Ste. Foi de Conques (c. 1050-1120) es la más pequeña y rústica, construida por el maestro Hugo. La nave lateral a cada lado tampoco circunda el transepto (como la anterior, siendo las dos únicas que no lo hacen). Hay bóveda de cañón en la nave central y en el crucero (bóveda sistemática) y una cúpula sobre trompas. La iluminación no da luz directa en la nave central, salvo en la tribuna y en la cabecera con girola semicircular. Hay verticalidad en las dos torres flanqueando la fachada y en la torre-cimborrio. La fachada tiene un pórtico con tímpano esculpido con temas realistas, como un caballero que se despeña en un abismo, un usurero colgado de su bolsa de dinero, obispos simoníacos, demonios... El templo alberga los restos de Santa Fides (martirizada a los 12 años por el emperador Diocleciano) que fue una de las santas más veneradas en la Edad Media. Su escultura es extraordinaria, en oro, diamantes, cerámica, etc. 
  4. La gran colegiata de St. Sernin de Toulouse (comenzada en 1083), de cinco naves, la central y las dobles naves laterales, circundando una el transepto. Cuenta con una torre-cimborrio escalonada. Como excepción está construida en parte con ladrillo. Está muy relacionada con la catedral de Santiago. 
  5. La catedral de Santiago de Compostela (1070-1211) es la más evolucionada y monumental de este grupo, pero la estudiaremos dentro del románico hispánico.

La influencia de las iglesias de peregrinación se advierte en Saint-Etienne de Nevers, un edificio muy representativo del Románico Pleno que presenta una preciosa planta reducida de este tipo. La planta está muy bien articulada, con ábside, deambulatorio, capillas radiales, transepto. La mampostería es de piedra labrada, lo que permite disminuir el volumen de los soportes interiores y elevar la nave central, con una bóveda de cañón con arcos fajones. Se redujo la altura de los dos pisos, arcadas y tribuna para añadir un claistorio. 

Modelo de Cluny III.

Cluny III, iniciada por San Hugo en 1088, acabada en lo fundamental c. 1110, era la mayor iglesia de la Cristiandad hasta que se hizo San Pedro de Roma en el siglo XVI. Destacaba más por su elegancia que por su solidez (la bóveda de la nave central se derrumbó en 1125 y fue reconstruida por Beda el Venerable en seis años), dotada de nave ancha, alta y bien iluminada, de dos pisos, con magnífica decoración de pilastras acanaladas y numerosas esculturas que se extendían por el nártex, los pórticos, los tímpanos, los dinteles, las arquivoltas y los capiteles. Fue un modelo de la escuela borgoñona, mejor que sus predecesoras de Tournus y Dijon. También era muy importante la decoración pictórica.

Cluny III continuó con el arco de medio punto mucho más tarde de que los edificios laicos de Francia adoptaran la ogiva a finales del siglo XI, como se veía en el frontispicio del nártex, en el gran atrio historiado con esculturas policromas (que comunicaba con la iglesia) y en las 301 ventanas estrechas y elevadas, cerradas por vidrieras de dibujos geométricos.

Tiene cinco naves y dos transeptos plenamente desarrollados en la cabecera. En la entrada tiene una galilea estructurado en tres naves. El grandioso coro estaba rodeado de un deambulatorio y rematado sobre la bóveda del ábside por un inmenso fresco de Cristo en el Apocalipsis. En el presbiterio había cinco capillas radiantes y 16 ábsides menores.

Destaca la bóveda de piedra, de 12 m de vuelo y 30 m de altura, que cubría la inmensa nave con sus arcos de cañón ligeramente apuntados (como las bóvedas islámicas), lo que es una novedad importante. En dos de las cuatro naves laterales las bóvedas eran de arista. El alzado es de tres pisos, con arcadas, triforio ciego y claristorio.

Había cinco campanarios: dos que enmarcaban el frontis, la torre-cimborrio cuadrada sobre el crucero y los dos octogonales a los extremos del gran transepto. Hoy sólo subsiste el brazo siglo del gran transepto, coronado por el campanario octogonal de 62 m, llamado “campanario del Agua Bendita”.

En el monasterio es importante la construcción de un palacio para el hospedaje de los visitantes más importantes.

Conant considera que la iglesia es una combinación de iglesia de planta central con doble transepto y de iglesia basilical. Es una obra maestra de proporción y simetría, con una previa reflexión matemática, de acuerdo a las tesis de Vitruvio. 

El modelo de Cluny en el grupo de Borgoña.

En la región de Borgoña predomina el modelo de Cluny, tan internacional como regional. Hay un grupo de edificios, distinto a Cluny y Autun, con la iglesia de la Madeleine de Vézelay, en la ruta de Limoges-Périgueux a Compostela. Fue construida durante un efímero periodo cluniacense (1096-1137).

Son rasgos de Cluny que no haya tribunas, el claristorio y la escultura en la portada, pero varía respecto al modelo en el alzado a dos niveles (arcadas y claristorio, sin triforio), en el tipo de bóveda, de arista también para la nave central, reforzada con arcos fajones (decorados con bicromía) y en que los capiteles de la nave central tienen decoración historiada.

Destacan las tres puertas de acceso desde el nártex a las tres naves. La portada central está adornada en el tímpano con una obra maestra del relieve medieval, con el Salvador, transmitiendo su gracia redentora y sus Evangelios al mundo. En el parteluz está San Juan Bautista, como antecedente de la figuración gótica en las jambas de Saint-Denis y Chartres poco después. El Pórtico de la Gloria de Compostela podría ser una derivación de esta portada, pero ya más evolucionada (pues en Compostela participa en la articulación exterior del edificio, lo que no hacen en Cluny y Vézelay).

Es el prototipo de este grupo de iglesias de Borgoña y su influencia llega hasta las iglesias cistercienses. 

El modelo de Cluny en el grupo de Poitou.

Es otra variante del modelo de Cluny, en la región de Poitou, con su capital en Poitiers. Hay importantes rasgos locales por la importancia de la tradición paleocristiana y merovingia. Es la tipología de la iglesia-salón, con diafanidad espacial. Se comienza en la segunda mitad del siglo XI en St. Savin-sur-Gartempe (c. 1060-1115) y en la primera mitad del siglo XII en Notre-Dame la Grande.

Son de planta sencilla, con una nave o tres, con cabecera tripartita o de ábside único (hay alguna con girola). Las naves siempre tienen bóveda, que se distinguen por tener las naves una altura casi igual, por lo que hay poca problemática estructural. Las arcadas de separación son muy elevadas. Las arcadas interiores y exteriores son muy numerosas.

St. Savin-sur-Gartempe (1060-1115) tiene un sistema de soportes muy romano, con naves separadas por arcadas de columnas cilíndricas pintadas (no estriadas), en una cita romana. Hay sólo tres tramos con arcos fajones y pilares compuestos.

Es importante por sus pinturas en la bóveda y en la cripta con el Antiguo Testamento en cuatro bandas, con pinturas de tonos oscuros y tostado-rojizos.

Notre Dame la Grande de Poitiers (1130-1140) es de medianas dimensiones, con tres naves, crucero con torre-cimborrio, ábside sostenido con columnas, girola con planta poligonal al exterior y tres absidiolas radiales (arcaicas al estar desordenadas). Hay una bóveda de cañón apuntada con arcos fajones y no emplea tribuna, como en Cluny.

Su exterior es prototipo de una fachada típica del Poitou, que influirá en la fachada y paramento en otras zonas de Francia, y también en el Románico español (S. Martín de Frómista, Salamanca, Zamora), debido a la importante ruta de peregrinación y la repoblación (vinieron inmigrantes desde Poitiers).

El cuerpo central es mucho más grande respecto a las torres que en otros modelos. Es la fachada-pantalla. Destaca la decoración escultórica por toda la fachada, con temas geométricos, vegetales y figurados. Hay en el centro un arco de triunfo semicircular, con frontón arriba, y dos arcos ciegos apuntados a los lados. El arco de triunfo no tiene dintel ni tímpano y se enmarca con cuatro columnas a cada lado, agrupadas en parejas. Todo el conjunto, con su riqueza decorativa, aparenta haber recibido la influencia oriental.

La morfología de las torres es especial, con tres columnillas adosadas a cada lado de los ángulos, sosteniendo un tambor situado a la altura de las impostas de los costados del edificio. Sobre cada tambor hay un piso cilíndrico calado con arquerías, coronado por un capitel cónico, con un paramento en el cono “a escamas” imbricadas (igual que en el frontón). La torre-cimborrio escalonada armoniza con las otras dos torres en los óculos y repite el mismo paramento “a escamas”. Este modelo se difundió en las iglesias de cúpulas del Périgord. 

El modelo de Cluny en el grupo de Provenza.

St. Trófimo de Arlés y St. Gilles-du-Gard son catedrales. La arquitectura románica de Provenza se caracteriza por su simplicidad estructural, por su escasez de girolas, las azoteas de sus cubiertas y las gruesas torres cuadradas. Sus volúmenes son grandes masas cúbicas. Sus alzados no tienen tribunas.

St. Trófimo de Arlés, tiene mucha influencia paleocristiana (por la región). Provenza relaciona Francia con Italia y con España, sobre el Ródano y la ruta de peregrinación. Artísticamente destaca su escultura y su fachada. La escultura destaca porque son edificios tardorrománicos, de c. 1150-1200. Su arquitectura es sencilla y como la de Poitou, si es compleja es por alguna influencia foránea. Hay una impronta clasicista, derivada de los antiguos monumentos romanos de la ciudad, evidenciada como en la cercana iglesia de Gilles-de-Gard en los acantos, las pilastras estriadas y otra ornamentación clásica.

Se relaciona con el tipo de Cluny (ya que no tiene tribuna), pero sus pilares son muy gruesos y su fachada es también distinta, ya que es una fachada con un cuerpo adosado arriba, como un arco de triunfo, adosado a un edificio basilical, con decoración exterior de columnas y relieve.

El interior tiene una nave central muy elevada, cubierta de bóveda de cañón apuntado, y bóvedas de cuarto de cañón en las naves laterales. En el interior hay austeridad.

Sobre el crucero poco marcado hay una gran torre románica, con tres pisos, casi cúbicos, cada uno más estrecho que el anterior, con decoración lombarda (lesenas y arcuaciones) en los dos primeros pisos, pilastras corintias en el tercero, y un remate de friso calado y cornisa con ménsulas.

Tiene un bello claustro, aunque de c. 1389.

St. Gilles-du-Gard es el ejemplo más fastuoso. Como excepción en Provenza, tiene tres naves, transepto, ábside con capillas radiales. Su fachada occidental es como la de Notre Dame la Grande de Poitiers, con mayor importancia del cuerpo central respecto a las torres (el modelo debió ser esa iglesia, pero se exagera su tipo, con una horizontalidad máxima). La fachada tiene tres portadas, como arcos de triunfo, cada una semicircular, abocinada, con tímpano esculpido, superponiendo un orden decorativo de columnas con dinteles entre las puertas. 

El modelo de Périgord y Aquitania.

Las iglesias con hileras de cúpulas, en Périgord, Aquitania y en el Loira (Fontevrault) y en el Languedoc (Moissac). Hay unas 60 iglesias conservadas. Son de planta latina, aunque a veces (Périgueux) son de cruz griega. Se cubren con cúpula (algo extraño en Occidente), por una función utilitaria, al ser más estables, al cubrir superficies más amplias que las bóvedas. Si la cúpula bizantina era de ladrillo, la románica era de piedra. Da un efecto de diafanidad. Los arcos torales que soportan las cúpulas son apuntados.

Son edificios rurales, de dimensiones moderadas, pero con tres grandes ejemplos: Angulema, Périgueux y Cahors. El origen del modelo es dudoso. Las fachadas son muy variadas. Todas son iglesias bien iluminadas.

La catedral de Angulema (1105-1128) tiene tramos cupulados (cuatro cúpulas) y el resto con bóveda de cañón. En el transepto hay unas pequeñas cúpulas también. Los arcos torales descargan el peso de las cúpulas en pilares compuestos adosados a las paredes, lo que no es propio de Roma ni de Bizancio. Se trata el muro de modo plástico, con arcadas ciegas. Tiene una fachada-pantalla.

Fontevrault es el panteón real de los Plantagenet, con cinco tramos cupulados, girola y absidiolas.

St. Front de Périgueux (1120-1170) es el mejor ejemplo del modelo. Tiene un sistema bizantino, con planta de cruz griega y tres naves, con cinco cúpulas (como en los Santos Apóstoles de Constantinopla y San Marcos de Venecia) que descargan en las bóvedas de las naves laterales. Hay pilares vacíos, gruesos pero vaciados con pasos (es un rasgo excepcional). Las absidiolas son poligonales en el exterior (como las bizantinas). El exterior tiene una elevadísima torre escalonada sobre el pórtico, con un cono de paramento con escamas (como en el Poitou). Las cúpulas se exteriorizan en la torre-cimborrio.

La catedral de Cahors (1100-1119) tiene dos cúpulas poco proporcionadas, en mampostería, envueltas en bajos tambores revestidos de sillería, sostenidos sobre pechinas, arcos apuntados y pilares macizos de sillería. El vasto espacio abierto de este modo se prolonga en un ancho ábside con tres capillas radiales. La fachada occidental se parece al Westwerk y la portada lateral es de estilo borgoñón. El interior, de 22 m de anchura, es muy diafano y abierto. Es tan funcional y cálido que era lógico que el Gótico tardará tanto en ser adoptado. 

El modelo de Normandía.

En el Románico Pleno el ducado de Normandía se beneficia de que ya era un foco del Primer Románico, y aporta novedades tan importantes como la articulación horizontal y vertical de los soportes, la cubierta plana, tribunas y un corredor arriba (andito). La fachada tiene un cuerpo central entre dos grandes torres.

Es una escuela anglo-normanda, al extender su influencia a Inglaterra (1066). Hay rasgos protogóticos y una clara relación con la Île de France. Se introduce la bóveda de crucería románica lombarda desarrollada, pero se mantiene el andito y la tribuna por lo que se vacía la pared. Hay dos teorías: 1) para Von Simson el Románico y el Gótico se diferencian, 2) Conant y Focillon creen que el Gótico es simplemente un desarrollo necesario de lo anterior, por lo que consideran esta arquitectura anglonormanda como protogótica.

Sus dos mejores ejemplos son las catedrales de Saint Etienne de Caen y de Durham.

Saint Etienne de Caen (d. 1068), con el andito y una precoz experimentación de la bóveda de crucería lombarda. Pero es una bóveda todavía románica porque es pesada, con nervios muy gruesos (lo que la diferencia de la bóveda gótica, con nervios más esbeltos). No son nervios estructurales sino de apoyo secundario. Las crucerías diagonales cubrían dos crujías oblongas a la vez, que juntas formaban un cuadrado. A estas bóvedas de crucería de dos crujías se las llama sixpartitas porque a los cuatro nervios usuales se les añaden otros dos, con lo que quedan seis segmentos (triángulos curvos).

Durham (d. 1093), en Inglaterra. Es ambigua, por su retroceso a las bóvedas de crucería románica, no estructurales (con los nervios sólo ayudando a las aristas). Pero tiene la novedad del arco apuntado para marcar los tramos de bóveda. Sólo le falta la ligereza y elegancia de los materiales para ser gótico. Su alzado es a tres niveles, con andito, tribuna y soportes alternados, de pilares redondos (cilíndricos y decorados con estrias de varios formas) y compuestos. 

El modelo del Císter.

El modelo del Císter es particularmente austero. Por su importancia como puente hacia el estilo gótico haremos un apartado especial al final de la parte de arquitectura. 

9.6.2. ITALIA.

Características.

Italia es el centro de varias influencias y tradiciones. La división territorial y los distintos influjos en Italia provocan una amplia variedad de estilos y formas.

Un rasgo general es que el Románico italiano coexiste durante todo este periodo con el arte bizantino y paleocristiano tardío. La arquitectura románica en Italia es, excepto en Lombardía (cuna del Primer Románico), una arquitectura sin soluciones intermedias, sin un Primer Románico, pues pasa directamente al Románico Pleno.

Italia es país de un arte muy particular, con elementos eclécticos, tamizados de un modo muy propio y singular, con su gusto por los efectos decorativos y la elegancia.En general, es muy importante la influencia de la Roma antigua, advertible en el remate de la fachada a dos vertientes (similar a los frontones) y en que algunas fachadas tienen prótiros (porches exteriores, a veces sostenidos por leones) siguiendo el modelo de los pórticos clásicos romanos. Hay también influencia paleocristiana (crucero poco destacado), así como de la basílica lombarda (con bóveda y pilares).

Son rasgos italianos:
  • El interés por las superficies murales, las fachadas no esculpidas sino articuladas por la arquitectura y el juego de materiales. 
  • La fachada se convierte en un símbolo urbano, integrando al edificio en la plaza y en el espacio urbano. Las fachadas son incluso más grandes que el edificio. 
  • Hay una tendencia a que la torre campanario se adapte en la arquitectura civil, en las torres de las familias aristocráticas, con una competición entre familias por elevarse sobre las otras (San Gimignano). 
  • El Románico dura mucho en Italia. En pleno siglo XIII hay aún arquitectura románica y el periodo Gótico será muy corto. 

Las influencias.

Hay tres influencias decisivas, la del Románico lombardo, la bizantina y la clásica, siendo menores y más localizadas (en el sur) las islámica y la normanda.

La influencia del Románico Lombardo es la más importante, desde c. 1050, con un gran desarrollo local. Desde c. 1075 comienza a usar la bóveda de crucería románica para la nave central (una aportación lombarda, aunque la cúpula nervada y esta bóveda se originaron tal vez en Armenia según algunos autores). Los muros son de ladrillo. En la decoración exterior se va sustituyendo la lesena y las galerías continuas de arcuación ciega típicas del estilo lombardo por la arquería calada. Las famosas torres campanario lombardas son exentas. Los capiteles son cúbicos y redondeados en su parte baja. Son típicos los pórticos resaltados sobre columnas que descansan en animales.

La influencia paleocristiana se nota en los grandes conjuntos catedralicios, con especialización de funciones de los distintos edificios, el Duomo (catedral), el Campanile y el Baptisterio. Otros elementos paleocristianos son el atrio (San Ambrosio de Milán), soportes de columna para las cubiertas planas de madera, grandes edificios con un único ábside (sin capillas radiales), espacios amplios y diáfanos.

La influencia clásica, de la antigua Roma, renovada a través de Bizancio, con espacios centralizados, cúpulas en el crucero (Pisa, Siena, Florencia más tarde), equilibrio entre ejes, columnas y dinteles (Pisa).

Hay en el Sur una influencia islámica (ornamentación y cúpulas nervadas) y normanda, de doble sentido (influyen y son influidos, en dirección a Francia). 

Las regiones:

Lombardía.

Es la región más relacionada con Europa, en especial con una impronta otoniana, cuya influencia llega a Toscana y la Emilia-Romagna. Lombardía es el gran centro difusor de inicios del Románico, con su solución revolucionaria de la bóveda, que recogió la influencia romana y bizantina, y se difundió por la Toscana, el sur de Italia —sobre todo en Sicilia, donde se enriqueció con la influencia normanda, bizantina e islámica— y hacia la misma Francia. Destaca también por las decoraciones de lesenas (bandas lombardas con pilastras verticales, muy difundidas en Europa) y arcuaciones ciegas (galerías de arcos ciegos en los muros, los “arquillos lombardos”). Destaca en el Románico Pleno el ejemplo de San Ambrosio de Milán (con bóveda de crucería y crucero poco destacado). Obras menores del Románico Pleno son varias iglesias de Verona y la catedral de Módena.

San Ambrosio de Milán es una iglesia paleocristiana reformada en 1080, pero en obras hasta el siglo XIII. Es un ejemplo maduro de aplicación de la bóveda de crucería románica. Los materiales son de piedra y ladrillo, de una bicromía muy lombarda (es común la combinación de piedra y mármol). Es una basílica de tres naves con tribuna, cabecera tripartita, sin transepto, con atrio y nártex. La nave central tiene tres tramos de bóveda de crucería, pero son casi cupuliformes. Hay alternancia de soportes (influencia otoniana), con pilares compuestos para los arcos fajones y pilares simples. Sobre el nártex hay una tribuna superior en el exterior (tipo Westwerk). La torre-cimborrio es del siglo XIX. Las otras torres están adosadas al edificio pero su concepción es ser exentas.

En el Románico tardío, en la segunda mitad del siglo XII se desarrollan los modelos anteriores. La arquitectura lombarda se distingue por su fachada y la cubierta. La fachada presenta la galería calada, mientras que los mármoles en el exterior son como los de la Toscana. Destacan el templo de San Michele de Pavía, el conjunto de Parma, y las dos iglesias de Lucca.

San Michele de Pavía (1110-1160) es de planta cruciforme, con una fachada como San Ambrosio, inaugura el tipo milanés de iglesia en la plaza urbana, con gran amplitud de la fachada-pantalla, un ritmo en la composición con haces de columnas en contrafuertes hasta el hastial del techo (falso y más elevado que el techo de la bóveda que tapa a la vista), con galerías caladas que marcan el contraste de la horizontalidad. Tiene bóveda de arista en la nave central. Es muy original la escultura en frisos corridos en la banda inferior con temática animalística (un rasgo poco italiano).

El conjunto de Parma, con el Duomo, el Campanile y el Baptisterio, es el conjunto más famoso del Románico tardío.

En el Duomo (1100, reconstruido tras un terremoto en 1117), destaca su fachada-pantalla típicamente lombarda, en tres niveles (el último, el hastial que tapa la bóveda, en forma de triángulo, subrayado por una cornisa) y un gran cuerpo central con un portal-baldaquino apoyado sobre unos leones, como en la catedral de Módena. Es una fachada sin escultura salvo estos leones. En los dos niveles inferiores hay galerías caladas para dar horizontalidad.

El Campanile está adosado, pero está exento en su planta, con decoración lombarda. La segunda torre no se levantó apenas.

El Baptisterio es octogonal con galerías caladas (como el de Pisa) y es de época tardía (fin siglo XII-principios siglo XIII). Es de ladrillo y piedra. La galería de columnas se inspira en Pisa.

Las dos iglesias de Lucca son la catedral de San Martino (la primera) y el templo de San Michele. Los interiores son góticos, pero las fachadas son como las pisanas de estilo románico, pero con un exceso casi barroco, con una riqueza visual extraordinaria. En la planta baja por los cuatro lados hay un orden gigante de arcadas. En la fachada principal hay cuatro pisos de arquerías. Una arquería superior se extiende por los otros lados. 

Toscana.

La Toscana recibe la influencia lombarda y de la arquitectura clásica romana. Se caracteriza por las logias (galerías de arcos vivos), importancia de las columnas, decoración con variado cromatismo pétreo, predominio de la horizontalidad. Conjuntos de edificios separados de catedral, baptisterio y campanile. Destacan el conjunto de Pisa y el templo de San Miniato de Florencia.

El conjunto de Pisa (iniciado en 1063, se acaba en el siglo XIII) es el primer gran conjunto completo con Duomo, baptisterio, campanario y camposanto. Está aislado en un campo para destacar las fachadas de gran sentido decorativo, con el mármol del exterior, con galerías caladas, arcuaciones ciegas todavía, la bicromía del mármol en el interior.

En el Duomo (1063-1118), de los maestros Burgueto y Reinaldo, hay un total ausencia de torres, con un riguroso sentido de la horizontalidad y con galerías también en la cabecera (influencia lombarda y precursora de la loggia renacentista) con efectos de luz y sombra. Hay arquerías ciegas sobre columnas en la parte inferior y en los laterales.

La planta del Duomo es muy original, una combinación de tres basílicas según el historiador Conant: 1) Una basílica central de cinco naves (con hileras de soportes distintas en cada lado de la nave central, como si hubiera dos basílicas pegadas a lo largo) y un ábside. 2) Su crucero está formado por otras dos basílicas menores que se unen en el centro (cubierto con una gran cúpula), con sus tres naves y sus propios ábsides. Las tribunas compartidas (con cubierta de madera) circundan todo el Duomo.

Las cubiertas son planas de madera y artesonadas (como la paleocristiana), con soportes de columnas. En dos de las naves (en el lado N) hay bóvedas de arista, pero en el lado S son planas de madera. La gran cúpula se instala sobre el crucero, sobre pilares compuestos, con bicromía en la decoración.

La arquería interior tiene columnas antiguas, de estilo romano, con cimacios cuadrados. La decoración es de fajas alternadas de mármol blanco y oscuro. Hay un mosaico de influjo bizantino. El exterior es de galerías caladas lombardas, que en la fachada principal se disponen en varios pisos. Un arco triunfal apuntado da entrada a la nave central. Los otros arcos de entrada son de medio punto.

El Baptisterio (d. 1153) del maestro Diotisalvi, es circular (Rotonda de Anástasis), una variación de la normal planta octogonal. Es un edificio exento (una costumbre italiana). La galería primitiva exterior del segundo cuerpo se labró luego en estilo gótico. El interior está abovedado.

El Campanile (c. 1274) es la famosa torre inclinada. La hicieron el alemán Guillermo y el pisano Bonnano. Es exento, cilíndrico, con arquerías de mármol rodeando los seis pisos.

El Camposanto (1278-1283) tiene arcos góticos de tracería y tiene un atrio clásico alargado.

El templo de San Miniato al Monte en las afueras de Forencia (c. 1013-1118, terminada c. 1100, con fachada del siglo XII y pavimento de 1207), es el modelo para Santa Maria Novella de Alberti. Destacan su simetría, equilibrio, geometría y rica decoración de incrustaciones, su cubierta plana, el uso de soportes de pilares compuestos para los arcos diafragma de los tramos. En cada tramo hay tres arcos, tres ventanas y cuatro cuchillos de armadura de cubierta. El ábside tiene una arquería ciega decorativa, con un mosaico en la bóveda. Bajo el presbiterio realzado hay una cripta abierta, que tiene tramos de arista. Es muy bella la taracea geométrica de los mármoles (blanco, verde, rojo) y la pintura de la armadura de madera.

El Baptisterio de San Juan en Florencia (siglos XI-XII) es octogonal. Hay una doble pared, con particiones verticales en el interior para los empujes. Había una cúpula, hoy recubierta por una pirámide baja. La arquería calada decorativa se cambia por un juego geométrico de contraste de mármoles de colores. Preciso que el Campanile de Florencia es de 1334-1357, iniciado por Giotto y terminado por Andrea Pisano y Francesco Talenti. 

La región del Centro.

El resto del Centro, con los Estados Pontificios, junto a parte de la Toscana y parte de la Emilia Romagna, viven sobre todo la influencia del pasado romano. En Roma la influencia clásica y paleocristiana es determinante, incluso en el Románico tardío, en el que destacan dos templos, Sant'Angelo in Formis, y Santa Maria in Cosmedín.

Sant'Angelo in Formis, es como una típica iglesia paleocristiana. Tiene una excelente obra maestra de la pintura románica (un modelo para Europa y Cataluña).

Santa Maria in Cosmedín (1100), tiene un interior de influjo paleocristiano y un campanile lombardo de siete pisos (con arcos, impostas voladas, cornisas de ladrillo, piedras multicolores), con vanos estrechos en los pisos bajos (con pilares) y vanos amplios en los pisos altos (con columnas). En esta iglesia se halla la famosa escultura leonada de la Boca della verità, de antiguo origen romano. 

La región del Sur.

Sicilia, Nápoles: Recibe la influencia lombarda y de la arquitectura clásica romana, así como de los bizantinos, normandos y musulmanes. Destaca la influencia de la decoración islámica y bizantina (mosaicos, mocárabes) y de cúpulas. Sobresalen los templos de Monreale (con extraordinaria decoración) y Bari.

En Nápoles (sobre todo en la Apulia) y en Sicilia hay una mezcla de influencias, con más color y fantasía, con efectismo casi barroco.

En la Apulia destacan:

La Catedral de Trani (d. 1098), de extraño exterior, con su cuerpo central sobre un podio, montado sobre un arco. La torre tiene un gran vano en el suelo con un arco ojival.

San Nicola de Bari es ecléctica, con dos alzados, el primero paleocristiano (y con cubierta plana), el segundo románico (de tipo lombardo).

En Sicilia destacan:

La Capilla Palatina de Palermo (1132-1343), una iglesia bizantina en miniatura, con tres naves separadas por columnas, mosaicos. La cubierta plana con artesonado de mocárabes y los arcos apuntados son islámicos. Hay una plausible teoría de que Cluny III estuvo influenciada por esta arquitectura siciliana.

La catedral de Cefalú (d. 1131), de elegante planta basilical, muros sólidos, con filas de columnas separando la nave central de las laterales (cubiertas con bóvedas de arista). La cabecera tiene una capilla cubierta de bóveda de arista y semicúpula apuntada. El transepto está cubierto en parte con bóveda de cañón y en parte con techo de madera. El exterior es el más bello del románico siciliano, con dos torres como minaretes, a los lados de un pórtico con tres arcos entrelazados en la parte alta y ventanas con arco apuntado (influencias islámicas).

La catedral de Monreale (fin siglo XII), es ecléctica, con arcos apuntados y entrelazados, con bicromía. Sus mosaicos son bizantinos. 

La región del Adriático.

El Adriático, desde Véneto, Ravena, Umbria, hasta la Apulia, es una región de activo comercio (e influencia artística) con Bizancio. En el Románico tardío destaca San Antonio de Padua, que muestra la influencia bizantina en la zona del Véneto, con cúpulas y torres puntiagudas, como las de San Marcos de Venecia. La diferencia con esta es la piedra de la sillería del interior, sin mosaico ni mármol, y la decoración lombarda del exterior. 

9.6.3. ALEMANIA. 

En Alemania domina un arte imperial, monumental. Pervive la tradición otónida y recibe variadas influencias: lombarda, francesa. Se caracteriza por las plantas con ábsides en cabecera y pies, arquillos en muros y en torres circulares, naves elevadas. Destaca San Miguel de Hildesheim (cubierta de madera) con una planta como de dos iglesias adosadas (dos cruceros, dos presbiterios, dos ábsides), Santa María de Laach, y las catedrales de Spira, Worms y Maguncia (estas con cubiertas de bóveda de arista). La duplicación del ábside obedecía al ritual estacional (con procesiones a los diferentes altares), mientras que la reforma de Cluny concentraba coro y altar en un solo lugar para celebrar la misa. 

Arquitectura salia (dinastía de Franconia).

La arquitectura de la nueva dinastía salia (1024-1125), sucesora de la otoniana, con la que enlaza porque muchos edificios fueron iniciados en una y acabados o reformados en la otra y porque las características son muy parecidas, posee un sello claramente nacional e intenta separarse de la gran influencia del mundo clásico.

Quedan pocos restos de la arquitectura palatina, con unas capillas palatinas (de Valkhot en Nimega) que son como las carolingias, así como la arquitectura monástica y episcopal, que hasta 1024 es continuación de la carolingia. Los mejores ejemplos son: iglesia de San Miguel de Hildesheim (1001-1033), las catedrales de Paderborn (1017), Estrasburgo (1015), Maguncia (1036) y la iglesia abacial de San Ciriaco de Gernrode (961).

Como continuación del arte carolingio, se prefieren las plantas de cruz latina con presbiterio sobrealzado, desarrollo del doble coro y del Westwerk, cubiertas planas de madera, mientras que las bóvedas se reservan para los espacios pequeños, y hay módulos para los tramos.

Las novedades son varias:

En la catedral de Maguncia (iniciada en 978, incendiada en 1009 el día de su consagración, y acabada en 1036, es la mayor iniciada durante el imperio de Otón II), hay un doble coro pero no hay Westwerk.

En San Ciriaco de Gernrode (961 y después) las entradas están a lo largo de la nave (con la correspondiente percepción de que es un espacio más ancho).

En Paderborn y Estrasburgo se experimenta con el Westwerk. Al principio la arquitectura otoniana había seguido el esquema del «triturrium», pero ya en Estrasburgo se emplean sólo dos altas torres flanqueando la fachada, con un cuerpo intermedio, mientras que la tercera torre se sitúa sobre el crucero. Las torres laterales se resaltan con unos pórticos que dan a las naves laterales (es la típica fachada románica). Sobre el 1000 ya se elimina la tercera torre. En Paderborn se erige una enorme torre central, con dos pequeñas torres-escalera a los lados.

San Miguel de Hildesheim es el edificio más representativo de este periodo de Románico Inicial (1001-1033, la cripta y las puertas en 1015), inspirada por el obispo Bernardo, con tres naves, doble coro, dos cruceros, cripta y con dos torres en cada una de las caras y sistema de triturrium (Westwerk) todavía. Se caracteriza por las entradas en el lateral (como en San Ciriaco de Gernrode) y, sobre todo, por la austeridad exterior y el equilibrio de las masas monumentales (dos rasgos típicos del Románico alemán). La cubierta es de madera (un rasgo arcaico, propio de estas iglesias hasta 1024). En el interior la decoración es escasa y de gran austeridad (aunque pintado con dos colores, rojo y blanco, típicos del Románico alemán), con capiteles cúbicos. Hay una métrica espacial en módulos cuadrados, cuya dimensión se consigue haciendo que la distancia entre los pilares equivalga a la de los tramos del crucero. Hay alternancia de soportes (ABBA, típica del románico alemán), situando dos columnas entre los pilares.

En la catedral de Spira a partir de 1024-1030 se comienzan a emplear las bóvedas y por fin los muros se valoran plásticamente. Spira se levanta en dos fases: Spira I (1030-1061) y Spira II (a partir de 1082). Es el templo más importante de Alemania en estos siglos, al ser el mausoleo imperial.

La catedral de Spira I es un modelo del Románico Inicial, aunque su bóveda es un añadido posterior. Tiene planta de cruz latina, con tres naves, crucero poco marcado y un presbiterio muy elevado para dejar sitio a la cripta. Lo más destacable de Spira I es el alzado de la nave central, con pilares compuestos (con una semicolumna adosada) que suben hasta la arcada del cuerpo de luces. Se corresponden los dos juegos de arcadas en los pisos inferior y superior. Adosadas a las semicolumnas hay pilastras que enmarcan las arcadas. Estas pilastras y semicolumnas no son soportes sino puros elementos plásticos, por lo que no hay una articulación entre alzado y cubierta (los únicos soportes en el Románico serán los muros y los pilares). Las naves laterales se cubren ya con bóvedas de arista (típicas del Románico). Sólo falta la bóveda en la nave central para ser plenamente representativa del Románico, pero esta se hace en la segunda fase.

Se elimina por completo el Westwerk, tanto en concepción como en morfología (pues las torres están atrás y junto a las torres octogonales del centro), aunque Conant opina que estas torres sí recuerdan a Centula. Bajo el elevado presbiterio hay una gran cripta, dividida en cuatro espacios (tres cuadrados bajo el crucero y uno ovalado bajo el presbiterio), con tramos de bóveda de arista soportados por columnas y pilares (el espacio central bajo el crucero). La decoración exterior es lombarda, con lesenas y arquerías ciegas.

En definitiva, el conjunto de Spira I es el mejor ejemplo del Románico Inicial alemán, por su magnificencia, enormes dimensiones (75 m de largo, 13 m de ancho y y 25 m. de alto), gruesos muros de soporte y cubiertas planas. Influye en toda Centroeuropa, de modo que después de 1030 se modifican las iglesias de Tréveris y Maguncia siguiendo su modelo.

En Spira II (a partir de 1082) se cubre la nave central con tramos de bóveda de arista delimitados por arcos fajones. Las bóvedas de arista descansan su peso sobre los ángulos por lo que sólo hace falta reforzar esos puntos (apeos), no en todos como en las bóvedas de cañón. Los apeos son muy altos para poder soportar el cuerpo de luces. Se añade otra semicolumna adosada a cada uno de los pilares y estos llegan hasta arriba para poder soportar mejor los tramos de arista.

Es un ejemplo con sus grandes dimensiones, con su grandiosidad tan romana. Los cambios de finales del siglo XI y del siglo XII deben mucho al Románico lombardo más maduro, como la galería bajo el alero, el cuerpo de luces, las arcadas ciegas, las lesenas decorativas, los frisos de arquillos...

El modelo de Spira II fue tan influyente en Alemania en el siglo XII como Spira I en el siglo XI. Así, Santa María de Laach (1093-1156) también se aboveda entonces y en ella se mantiene la bipolaridad de los dos cuerpos (con seis torres) y la decoración lombarda. En este gran ejemplo del Románico Pleno alemán desaparece la Westwerk pero la parte oeste mantiene su importancia, las portadas son muy austeras y no se decoran escultóricamente, y perduran los rasgos carolingios y lombardos, como en las iglesias de Worms y Maguncia. A veces se adapta la bóveda de cañón con arcos fajones del tipo francés. En Alemania el estilo románico, con su monumentalidad, dignidad y austeridad, ha perdurado e influido hasta el presente.

9.6.4. INGLATERRA. 

La arquitectura en Inglaterra está relacionada con la escuela normanda desde la conquista de la isla en 1066 por el duque de Normandía. Se caracteriza por los templos de grandes proporciones, con naves largas, un enorme cimborrio y un doble triforio.

Destacan las catedrales de Winchester, Gloucester, Peterborough, York, Canterbury y Durham (con la innovación de la bóveda de crucería y el claristorio superior sobre el matroneo, para aumentar la iluminación). 

9.7. LOS MONASTERIOS CISTERCIENSES. 

La abadía de Citeaux (Borgoña), se fundó en 1089 por los monjes que se llamarían cistercenses, que vuelven a la pureza de las costumbres del primer cristianismo. Pronto se extenderían como un movimiento de reforma contra los excesos y debilidades de los cluniacenses. 

9.7.1. Los principios cistercienses.

Las principales características de la Orden repercuten en la tipología de la arquitectura, pues el Císter es rigorista, austero y desnudo en el arte. Sus principios fundamentales son:

El voto de pobreza, con la prohibición del lujo en la vida, la construcción y el arte, con la negación del arte figurativo (iconoclastia moderada). Así los capiteles son lisos o adornados con sencillas hojas. Se prohíbe usar la madera en las bóvedas, que son de cañón u de crucería. Los arcos fajones acaban en permódulos a media altura.

Alberico y Harding habían defendido este principio pero fue Bernardo de Claraval su principal propagador, con La apología a Guillermo (1123-1125). Hay dos factores, uno interno, la búsqueda de la espiritualidad pura y sencilla, y uno externo, la reacción contra el exceso de lujo de la orden cluniacense. Hay en el arte cisterciense una tensión entre: 1) la fidelidad y estricta observancia de las severas reglas, 2) la necesidad de formular una estética noble y austera, de libertad creativa.

En el siglo XII el arte de la Orden se refugió en la miniatura, con preciosas ilustraciones, hasta que se reaccionó contra los excesos de colorido, de fondos dorados y de personajes (humanos o bestiales), en que había caído Cluny. Se suprimió por completo la pintura y la escultura. Se prohibieron los campanarios (en oposición a Cluny), aunque se hicieron más tarde, sobre todo en Inglaterra e Italia.

El centralismo de la Orden es relativo (pese a que en clase explique que era total), pues las abadías tenían mucha autonomía en lo secundario. Esto explica la planta común en sus edificios, pero que se hagan con influencias locales en la técnica constructiva, que se debe a maestros locales y no a los propios monjes. 

9.7.2. Esquema y organización ideal del monasterio cisterciense.

La ubicación procura el apartamiento en el campo, con pobreza en la vida cotidiana, cultivo del campo.

Los monasterios son muy regulares en su planta, con la estricta división de los dos sectores para los monjes y los conversos. Su ordenación subsistirá durante siglos.

La iglesia es una basílica sencilla, de tres naves (a veces de una), líneas rectas, con pilares, un transepto en el Este y cabecera con seis pequeñas capillas. No hay espacio más que para los monjes. En el transepto hay dos puertas: una a la sacristía y otra al cementerio. Hay otras dos puertas hacia el claustro, una para los monjes cerca de la cabecera y otra para los conversos cerca de los pies de la iglesia (por la jerarquía). Esta compartimentación se reproduce en el interior de la iglesia, con la división de la nave central en dos partes, con un coro elevado dividido en dos, uno para los monjes y otro para los conversos. Los monjes seguían la misa en el altar mayor y los conversos en dos altares secundarios junto al coro. Los monjes tenían un acceso propio desde los dormitorios.

El crucero ojival se introdujo en el siglo XIII en las naves colaterales. Esta innovación se extendió pronto por Europa, con notable éxito hasta llegar al gótico. La fachada es austera, con sólo altas ventanas en triplete o con rosetón sencillo.

La decoración era casi inexistente: capiteles lisos o con hojas estilizadas, ninguna figura o estatua (las imágenes lánguidas de la Virgen aparecieron sólo a principios del siglo XIII) mientras que el sencillo crucifijo de madera dominaba el altar (la figura de Cristo aparece muy tarde, primero pintada y luego esculpida). Los ornamentos litúrgicos son de lino y madera, pues estaban prohibidos el brocado, la seda y los metales preciosos. Las vidrieras, por el reglamento de 1150, no debían tener color o pintura, con un vidrio basto y grisáceo, con figuras geométricas (cenefas y arabescos) mediante el plomo (Pontigny). A partir del siglo XIII esta prohibición decorativa perdió lentamente su vigor y en el siglo XVII la Orden incluso sería una de las grandes propagadoras del Barroco.

Los claustros, según el plan de Bernardo, distribuyen las estancias anexas (todas de grandes dimensiones y gran funcionalidad). El claustro es cuadrado o ligeramente rectangular con galerías cubiertas en sus lados.

La sacristía se adosa a la cabecera. Junto a ella está la biblioteca (armarium), con acceso directo desde el claustro.

Las salas capitulares, de planta cuadrada (tres naves en nueve tramos) o rectangular, con cubierta de bóveda ogival (en contraste con la de cañón o arista del resto de dependencias). En Eberbach tenemos una columna central que se abre en forma de palmera. Ganarán progresivamente en decoración, con preciosas columnas desde el siglo XIII. Al lado hay una escalera hacia el dormitorio. El auditorium era una sala donde el abad distribuía el trabajo diario. La sala de los monjes (tomada de Cluny) conectaba con las letrinas.

El dormitorio era una enorme sala, con bóveda de cañón. Se emplean columnas centrales en Eberbach. En Santes Creus es una cubierta de madera sobre arcos de diafragma apuntados.

El refectorio (de variada tipología) y el calefactorio son especializados y la cocina es común.

Las dependencias de los novicios están al O, con su locutorio, refectorio, calefactorio, letrina, dormitorios... 

9.7.3. Los monasterios de Citeaux, Clairvaux, Fontenay, Pontigny.

No quedan restos de Citeaux y Clairvaux. Citeaux tenía bóvedas de cañón y terminaba en cabecera rectangular. Clairvaux tenía bóvedas de crucería primitiva y terminaba en cabecera circular. Estos arcos de crucería eran más baratos, sencillos, duraderos y eficaces en el soporte del peso y la cubrición.

La abadía de Fontenay (1118-1119, Borgoña), la más antigua bien conservada, fue reformada según la estética cisterciense en 1139-1147. La iglesia es alargada, tiene planta de cruz latina, nave central y naves laterales, crucero (rebajado en altura respecto a la nave central) bastante corto en los dos brazos, de los que se abren dos capillas hacia el coro. Más tarde, el crecimiento del número de monjes condujo a una prolongación del crucero y la correspondiente multiplicación de capillas.

El conjunto se compone de líneas rectas. Las bóvedas de las tres naves son de cañón apuntado, con arcos fajones. Más tarde se reformó el presbiterio, con deambulatorio y capillas circundantes. En el exterior se denotan los tramos cuadrados del edificio, remarcados con contrafuertes, como rasgo de repetición y uniformidad de la arquitectura cisterciense.

La abadía de Pontigny (1114, la abadía, 1140, la iglesia), es un ejemplo de la evolución al gótico. La planta basilical es alargada, con tres naves y un pequeño transepto. Se caracteriza respecto a Fontenay porque su nueva cabecera (1185-1210), ya semiesférica y gótica, tiene un doble deambulatorio lo que permite aumentar las capillas radiales (rectangulares). La nave central tiene bóveda de crucería, con pilares compuestos. Las naves laterales tienen bóvedas de arista. En la fachada hay ya arcos góticos. Pero el espíritu todavía era románico, austero. 

Influencias y evolución de las formas de los monasterios.

En el siglo XIII se introducen progresivamente las técnicas góticas en los monasterios cistercienses, a medida que estos se extienden por Europa y se adaptan a las escuelas regionales. Una evolución que veíamos desde la románica Fontenay a la pregótica Pontigny. En Alemania la Orden introduce el Gótico, aunque con la pesadez germánica en el volumen y detalle, mientras que en Inglaterra hay más finura. 

9.7.4. ¿Hay un estilo cisterciense? 

Es evidente que hay un programa artístico común, con un espíritu religioso muy homogéneo. Los historiadores discuten si esto supone un estilo propio. Para la mayoría no lo es (Yarza, Aubert), sino que es fruto de un periodo de transición entre el Románico y el Gótico. Pijoan opina que aún es un arte románico, debido a que sólo cumple la primera regla de este estilo en arquitectura.
  • Uso de la bóveda de crucería. 
  • Uso predominante de arco apuntado u ojival. 
  • Contrarresto de los pesos de la bóveda con arbotantes.



10. LA ARQUITECTURA ROMÁNICA EN LOS REINOS HISPÁNICOS.

10.1. Periodización del románico hispánico.

1) Primer románico. 

Es una etapa poco importante, en la que pervive la influencia mozárabe. Hay un ejemplo románico en Navarra en el monasterio de Leyre (1057).

2) Románico pleno. 

La planta de la catedral de Santiago de Compostela (d. 1075) es el modelo de muchas pequeñas iglesias del N de España y de Portugal. Otras obras importantes son la catedral de Jaca, la reforma de la iglesia de San Isidoro de León y el castillo de Loarre.

3) Románico tardío.

Desde 1150 se consolida el gran éxito del románico, con la novedad de introducir elementos franceses: arcos apuntados (de Cluny), bóvedas de modelo borgoñón (bóveda de cañón apuntado de Cluny, bóveda de tramo de arista de Vézelay para la nave central), claustros esculpidos, construcción de catedrales, desarrollo de la arquitectura civil...

Las tres grandes obras son las catedrales de Zamora y Salamanca y la Colegiata de Toro. Se caracterizan por la decoración exterior del cimborrio, con unas torrecillas adosadas, con “escamas” como las de un dragón. 

10.2. La escuela catalana.

La escuela catalana se desarrolló primero (h. 1000), gracias a la proximidad europea, la influencia francesa y el botín obtenido por Ramón Borrell I en el saqueo de Córdoba (1010). Estuvo muy relacionada con la arquitectura de Lombardía y el sur de Francia, mediante cuadrillas ambulantes de albañiles (los de Cremona fueron famosos). La influencia islámica es sólo ornamental.

Se caracteriza por el rústico aparejo de sillería, cubierta de madera en naves y bóveda en ábside, decoración lombarda exterior.

A ambos lados del Pirineo se hallan las primeras obras: San Martín de Cuixà y San Pedro de Roda (1022). En el siglo XI la influencia lombarda se encuentra en San Vicente de Cardona (1040), en el extraordinario monasterio de Ripoll (el abad Oliva inicia la cabecera en 1032), con una gran torre, cinco naves y testero de siete ábsides, arquillos lombardos, lesenas.

Destacan asimismo San Juan de las Abadesas, San Cugat del Vallés, San Pablo del Campo y San Martín de Canigó.

Un románico más pobre, en las zonas rurales, con características arcaizantes (planta basilical) lo representan las dos iglesias de Tahull (con sus torres), h. 1124.

Bien entrado el siglo XII persiste el Primer Románico en las catedrales de la Seo de Urgel (1175), Tarragona y Lérida (con bóveda de crucería y arcos apuntados, pero con soportes aún macizos). 

10.3. La escuela castellano-leonesa del Camino de Santiago.

Hay un problema terminológico respecto a la arquitectura de los reinos de Castilla y León. Tradicionalmente (por una concepción nacionalista del arte) se la ha llamado escuela castellano-leonesa, pero en realidad trasciende estos límites geográficos y se extiende por el Camino de Santiago, la gran vía de comunicación de la cultura, el arte, el comercio... a través de Aragón, Navarra, Castilla, León y llega a Galicia, donde se encuentra su obra cumbre, la catedral de Santiago de Compostela. Su difusión hacia el sur del Camino se explica por la imitación. Por todo ello, debemos asociar el estudio de su arquitectura y de su difusión al estudio del propio Camino de Santiago, en una indisoluble unidad artístico-cultural, como corresponde a las nuevas metodologías formalistas, iconológicas y sociológicas de la Historia del Arte.

Las obras son financiadas por la población de las ciudades y pueblos del Camino y por las donaciones de los peregrinos. Hay dos tipos: campesino-monacal (San Martín de Frómista, San Salvador de Leire, Santo Domingo de Silos) y urbano (Jaca, San Isidoro de León, Zamora, Santiago de Compostela.

En esta escuela es predominante la influencia francesa, llegada en cuadrillas de albañiles contratados por los monjes cluniacenses. En la parte occidental es patente la influencia catalana en la planta basilical de la catedral de Jaca en Aragón, mientras que en la parte meridional influyen el Islam y Bizancio en las catedrales de Zamora y Salamanca y la Colegiata de Toro (cúpula de crucero con arcos radiales sobre pechina), en San Martín de Segovia con galerías porticadas laterales.

En el siglo XI destacan en Aragón la catedral de Jaca (decoración geométrica de ajedrezado, alternancia de pilares y columnas), iglesia y castillo de Loarre, San Juan de la Peña (cubierto por una roca), San Pedro el Viejo de Huesca.

El edificio más importante en Aragón es la catedral de Jaca (1080-principios del siglo XII). Inaugura la influencia del Románico francés en el N de España, con su planta basilical sencilla de tres naves, con transepto inscrito en el interior (no exteriorizado) y la cabecera simple con tres ábsides. Tiene un pórtico con dos tramos. El interior (hoy transformado con una bóveda) tenía una cubierta plana, con un alzado en dos tramos. Hay alternancia de soportes (pilares y columnas), con tendencia ascendente. El crucero tiene la cúpula nervada islámica, pero con un cruce en la clave (que no tenía la islámica) y sobre él hay una torre-cimborrio (según la interpretación de Torres-Balbás). Hay una importante obra de escultura de tendencia clásica en las portadas e interior. La decoración del tímpano de Jaca es anterior en unos años a la portada de la puerta de las Platerías de Santiago.

A finales del siglo XI hay excelentes edificios militares, como el castillo de Loarre en Huesca, con torres de defensa (Torre de la Reina) que se unen por un muro y que cuenta con un patio de armas.

Hay en Castilla, a lo largo del Camino de Santiago, una serie de edificios influenciados por Jaca, con el transepto inscrito y la planta sencilla: San Pedro de Arlanza en Burgos (d. 1080), Santo Domingo de Soria y, sobre todo, San Martín de Frómista en Palencia, con planta similar, pero sin alternancia de soportes. La fachada muestra la influencia del Poitou, con un cuerpo central amplio, torretas circulares más pequeñas, la portada sin tímpano (como en Notre Dame de Poitou).

En el siglo XI en Navarra destaca la iglesia del monasterio de Eunate.

En el siglo XI destaca en León el Panteón Real de San Isidoro. San Isidoro de León se remodela c. 1075, aunque el pórtico es de c. 1070. Había una iglesia asturiana anterior de tres naves, con cabecera rectilínea, que se remodela por el lado occidental, con una torre pórtico (derivado del Westwerk) para albergar el panteón real, promovido por doña Urraca. Antes del 1070 algunos edificios franceses tenían todavía un cuerpo parecido al Westwerk, en St. Benoit-sur-Loire, con un vestíbulo inferior y unas tribunas encima y esta torre pórtico inspiró el panteón de León. Había pórticos laterales como lugar de enterramiento. En el interior hay dos pisos, divididos en tramos de bóveda de arista separados por pilares. Arriba hay tribunas con ventanales al interior. Se remodeló en 1075, con el añadido de un transepto y de una cabecera con ábsides semicirculares y la sustitución de la cubierta plana por una bóveda. En el crucero hay arcos polilobulados. No hay cúpula sobre el crucero debido a que este es un poco rectangular. La entrada es por el lado sur del transepto, debido a que el otro lado daba a las murallas (la iglesia estaba junto a las murallas de la ciudad). Las portadas del Cordero y del Perdón tienen decoración escultórica, ya posterior, del siglo XII. Hay una influencia islámica en el intradós lobulado del arco triunfal del pórtico.

En el siglo XII hay en Castilla una fiebre constructiva; sólo en Palencia hay 600 iglesias catalogadas. En Segovia: las iglesias de San Millán, San Esteban y San Martín tienen pórtico de arquerías sobre columnas, torres solemnes; San Vicente de Ávila sigue este modelo. En Soria: San Juan de Rabanera (románico puro), Santo Domingo (influencia francesa), San Juan de Duero (influencia islámica en arquerías lobuladas).

En León se construye la iglesia de San Isidoro de León (el pórtico era anterior), con influencia mudéjar en el arco polilobulado del crucero. En el valle del Duero: influencias bizantinas del Poitou (cúpula sobre pechinas, conos cubiertos con escamas), con las catedrales de Zamora y Salamanca y la colegiata de Toro (las colegiatas se caracterizan por no tener obispo pero sí canónigos).

La catedral de Zamora (1152-1174) inaugura en España el modelo de Vézelay. El alzado es de arco apuntado (no gótico sino de influencia de Cluny). Hay bóveda de arista en la nave central. El crucero es inscrito, con la cúpula nervada sobre pechinas (como en Aquitania, no sobre trompas como era normal). La decoración del cimborrio tiene un compromiso entre la cúpula y el cimborrio (hay en la cúpula unas torretas que la disfrazan). Hay paramento de escamas en la cúpula, como el Poitou. La portada S del transepto es del tipo de fachada-pantalla del Poitou, hiperdecorada, sin tímpano.

La catedral de Salamanca (1152-principios de siglo XIII), tiene el mismo cimborrio de Zamora con escamas, más elaborado, en la magistral torre de la Veleta. Hay doble tambor y las torretas son iguales a las del Poitou.

La Colegiata de Toro (1160-1240) en el interior muestra los arcos apuntados y las nervaduras de la cúpula. Se copia el cimborrio, pero con torpeza. Es patente la monumentalidad, en el exterior y la cabecera.

Hay otros dos tipos de edificios destacables:
  • Las iglesias de planta centralizada de los templarios, las únicas conservadas en Europa. 
  • Las iglesias en Castilla con pórticos laterales para actividades civiles, como la iglesia de San Vicente de Ávila, y en Soria las iglesias de San Esteban, San Martín y San Lorenzo.

En la arquitectura civil de Castilla tenemos el palacio del obispo Gelmírez en Santiago. La planta baja (a. 1140) tiene tramos de arista con columnas. En la planta superior (a. 1200) ya hay elementos góticos, como una bóveda nervada en abanico, sostenida por un enorme pilar central. La bóveda es la gran aportación del románico a la arquitectura civil.

En la arquitectura militar destacan las murallas de Ávila (c. 1090), construidas por orden de Raimundo de Borgoña con canteros franceses, con sus torres circulares a intervalos desiguales. 

10.4. La catedral de Santiago de Compostela.

La catedral de Santiago de Compostela (1075-1211) es la obra cumbre del románico español y la más evolucionada y monumental de las iglesias de peregrinación europeas. De hecho, debería clasificarse como una obra maestra del Románico francés, por su planta tan semejante a la de Saint Sernin (San Saturnino) de Toulouse. Como un modelo europeo influyó posteriormente en España y la misma Francia.

Su construcción empieza en 1075, se interrumpe en 1105 y se reinicia en 1117 por el obispo Diego Gelmírez (de cultura francesa), que reparó, abovedó y fortificó la obra anterior del edificio. En 1124 se comenzó la construcción del claustro (tan pequeño que fue sustituido en el siglo XVI). La obra principal se acabó h. 1122-1128. Se financió con donaciones y ofrendas de los peregrinos, los habitantes de la ciudad y del rey Alfonso VI (1072-1109), más las rentas del arzobispo y el derecho especial de acuñación de moneda. La inmensidad de la obra corresponde a las exigencias religiosas y sociales de la época, en pleno apogeo del Camino de Santiago y de la lucha de Castilla y León contra los almorávides.

Los maestros de obras parecen ser sobre todo franceses (Bernardo el Viejo) y se sabe que había 50 canteros dirigidos por Robert.

Se caracteriza por la planta de cruz latina, con tres naves y girola, como todas las iglesias de peregrinación.

Las proporciones son monumentales: 100 m de longitud, nave central de 10 m, naves laterales de 5 m, y la bóveda de la nave central tiene 22 m de altura uniforme.

Recibe influencias arquitectónicas de todos los estilos anteriores: prerrománico asturiano (ábside recto de la capilla de El Salvador, capillas de planta de herradura embebidas en los muros, arcos de herradura, canecillos y decoraciones bajo el alero, contrafuertes exteriores), románico español (cabecera de Jaca; combinación de nave central de bóveda de cañón y naves laterales de bóveda de arista de San Isidoro de León), arte islámico (arcos lobulados en la Portada de las Platerías) y, sobre todo, toma elementos del románico francés (girola, capillas radiales, triforio, prolongación de las naves en el crucero), sobre todo del provenzal.

Destacan el enorme crucero de tres naves, la cabecera complicada con una girola (poco frecuente en España) con cinco capillas, y las dos torres que encuadran la fachada.

Se hizo un coro en el lado Este de la nave central, siendo el primer coro hispánico (también fue eliminado en el siglo XVI).

Las naves colaterales circundan todo el transepto y llegan al deambulatorio sin estrechamiento o interrupción.

El transepto es monumental. En el interior destaca la articulación de los vanos.  La tribuna se prolonga por el deambulatorio (no se conoce bien la función de este alargamiento). Hay dos portadas en el magnífico transepto de la primera etapa de construcción, en el N la Portada de Francia (o de la Azabachería) y en el S la Portada de las Platerías.

Al entrar en el vestíbulo encontramos el Pórtico de la Gloria (1188), desde el que se tiene una visión unitaria hasta el ábside central. 

11. LA ESCULTURA ROMÁNICA EN EUROPA. 

11.1. CARACTERÍSTICAS. 

Es la principal arte plástica románica. Sus fuentes son los marfiles, orfebrería y miniatura.

Su apogeo se produce en el tránsito del siglo XI al XII. El renacimiento de la escultura es posterior al de la pintura (principios del siglo XI) y es evidente sólo sobre 1100.

La plástica románica es en general no naturalista, pues su naturalismo es irreal ya que trata los cuerpos como si fuesen inmateriales. Es un arte docente, explicativo, tendente a la formación de los fieles, buscando su formación piadosa.

Es un arte simbólico, que da una imagen del mundo espiritual. Dios es un juez terrible y apocalíptico, lejano, que exige sometimiento. 

11.1.1. Escultura arquitectónica.

La escultura más importante es el relieve, que se supedita a la arquitectura, colocándolo en las portadas y capiteles de los edificios. Su finalidad es decorar el templo y la composición es geométrica (basada en modelos), no naturalista. En algunas figuras hay movimiento, aunque inestable, con dos triángulos invertidos (se tocan en el vértice). La estatuaria es como un revestimiento orgánico que abraza y subraya las líneas maestras de la arquitectura: tímpanos, dinteles, capiteles, vanos, arcadas, arquivoltas... Las dos leyes compositivas de los rasgos formales, según Focillon, son:
  • La ley de del marco arquitectónico, pues la forma de las figuras se supedita al marco de la arquitectura mediante poses forzadas. En consecuencia hay un antinaturalismo y una función decorativa. 
  • La ley del esquema ornamental. Se enlazan las figuras de un modo ornamental, como si fueran motivos vegetales o geométricos (y no personas o animales).

Concentración en portadas (tímpano, arquivoltas, jambas, parteluz) y capiteles de iglesia y claustro (vegetales, animales, figuras). En la escultura exenta tenemos los Cristos en majestad (como el de Batlló). 

11.1.2. Escultura exenta.

Por contra, es poco importante la escultura exenta. De esta no se conoce su origen, pero parece de influencia carolingia.

Los temas son el Crucificado y la Virgen con el Niño.

Abundan los Crucificados en Cataluña e Italia del Norte, que en el Oeste de España y en la Toscana son del tipo de perizonium, con faldilla, naturalismo (costillas marcadas, vientre abultado). Crucificado del Museo de León, en marfil, que no es un Cristo sufriente, sino impasible. La escultura exenta trata el tema de los Descendimientos con teatralidad, en dos tipos, Maiestas y desnudo).

La Virgen con el Niño representa a este sentado en sus rodillas, hieráticos ambos. Destaca la de Santa Fe de Conques, en orfebrería.

Materiales: madera, marfil, metal. Policromía. 

11.1.3. Influencias.

El Románico es un arte unitario de fusión de influencias: bizantina (hieratismo, solemnidad), germánica (ornamental y geométrica), clásica (gran escultura, monumentalidad). 

11.2. EVOLUCIÓN. 

Hay una progresiva adaptación al marco arquitectónico, con mayor movimiento, hasta que al final se olvida la función arquitectónica.

Se percibe un diferente tratamiento del relieve: al principio muy plano y sencillo, al final con naturalismo y movimiento (sobre todo en los ropajes) en altorrelieve.

La evolución de esta escultura se remonta al arte popular, pero hay tesis de que hay influencias prerrománicas. Hay dos tesis:

1) Focillon, Mâle, Durliat. El capitel es anterior, pasando de lo ornamental a lo figurativo y lo historiado, hasta llegar a la portada.


2) Duby (más actual), no es una evolución por los motivos sino por la ubicación. La escultura historiada nacería en los claustros y pasaría al interior de las iglesias (en el Primer Románico), hasta llegar a la gran portada. El proceso sería: 
1) A principios del siglo XI hay un predominio de capiteles vegetales en los claustros. 
2) Antes de 1018 hay ya capiteles interiores. 
3) Antes de 1025, en San Benoit-sur-Loire hay capitel historiado. 
4) En el 1100 la escultura pasa a la portada principal (la occidental).
5) Pasa poco después a las dos fachadas del transepto. 

Es ahora, a principios del siglo XII cuando surgen las grandes portadas de las iglesias de peregrinación, las del modelo de Cluny y las primeras portadas del Norte de España. En este principio del siglo XII el Románico lombardo se incorpora a la gran escultura, no en las portadas, sino con relieves en la fachada. Los claustros historiados aparecen en esta época en Silos y Moissac, en lo que hasta el 1200 es su edad de oro, con un recargamiento de fachadas (se incorpora la estatua-columna, en el Pórtico de la Gloria). Los elementos del gótico aparecen al final, con humanidad, gracia, naturalismo en la figura humana. Estos elementos están antes de 1150 en Norte y centro de Francia, Lombardía, Provenza, Cataluña...

Hay una gran diversidad de concepciones, ya antes de llegar al Románico tardío. Son las obras hispánicas y las vinculadas a Cluny las que son más románicas, por su relieve plano, estilizado, hierático. Hay otras variantes, dentro del planismo general, pero con mayor preocupación por el volumen. Hay al final una tendencia a salir de este marco arquitectónico. El naturalismo se evidencia en las representaciones de flora y fauna. La temática más popular es la mariana. 

11.3. LAS FACHADAS. 

Sigue una división de las obras en dos apartados: formalista y escuelas de regionales. En este apartado seguiremos el criterio formal, con una clasificación por los tres modelos de fachada, la simple, la fachada-pantalla y la fachada con cuerpo adosado. 

A.- Fachada simple.

La portada románica típica es una fachada simple, con decoración concentrada en las tres puertas. En este modelo hay los tres grupos: 1) de iglesias de peregrinación, 2) de Cluny y 3) de los reinos hispánicos occidentales.

1) Del grupo de iglesias de peregrinación tenemos:

Santa Fe de Conques (1120-1135), con el tema del Juicio Final en el tímpano, con contraposición románica entre el reino del Infierno y el reino del Cielo. Carlomagno se incluye entre los bienaventurados y la Madre de Dios. Hay un tratamiento de mayor volumen en las figuras.

La puerta Miègeville de Saint Sernin de Toulouse (1100), al sur del transepto, fue comenzada por un taller local y acabada por uno de los maestros de la portada de Platerías en Santiago. El tímpano se dedica a la Ascensión de Cristo, con los apóstoles en hilera (se incluye a Santiago). Junto a la portada hay signos zodiacales, con una composición de las figuras en triángulos.

Se incluyen también en este grupo las dos portadas de Santiago de Compostela. El obispo Gelmírez encarga c. 1100 la obra de la Portada de las Platerías. Es una fase de renacimiento de la escultura. Presenta los típicos motivos de las iglesias de peregrinación. Sigue la corriente de Cluny, de una escultura románica adaptada al marco. Las columnas son historiadas, algunos capiteles tienen vegetales y otros leones (guardianes) unidos por la espalda bajo un crismón. Es una obra de varios talleres y maestros.

El Pórtico de la Gloria (1168-1188), es obra del Maestro Mateo. Es una obra protogótica, más evolucionada con un parteluz esculpido, estatuas-columna, naturalidad gestual, con sonrisa amable, con relación entre las figuras. Los cuerpos y vestidos están bien trabajados en detalle. Hay hieratismo, realismo, canon alargado, fisonomías individuales, espontaneidad. Las figuras se despegan del marco. Hay policromía y menos animales y bestias, en un horror vacui, cargado de símbolos (llaves, aparatos musicales). Hay influencias de Vézelay, Provenza, Italia (Antelami). Hay rasgos hispánicos en el naturalismo, en el realismo popular que lleva al rechazo del idealismo gótico (que sólo será superado en Europa por Sluter a fines del siglo XIV). El Maestro Mateo y su obra influyen en la escultura tardorrománica hispánica (portada de catedral de Orense).

2) El segundo grupo es el de las iglesias influidas por Cluny III, con los ejemplos de Vézelay y de Autun. Se sabe que la de Cluny III (1113) inaugura la tipología de portada con parteluz (para dar más anchura al portal, y ampliar el tímpano). De la escultura en Cluny III subsisten algunos capiteles de la girola, muy importantes porque nos muestran un románico intelectualizado, elitista, con personificaciones simbólicas, como los ocho tonos gregorianos de la música (encerrados en una mandorla oval), los cuatro ríos del Paraíso, las estaciones, las artes liberales, los trabajos agrícolas, Virtudes, sacrificio de Abraham, pecado de Adán y Eva... Formalmente hay movimiento, variedad de actitudes, ropajes ajustados al cuerpo, adaptación a la forma del capitel pero sin deformar el cuerpo. Es como si se pasara al relieve la pintura mural, según el historiador Duby.

Se puede estudiar cómo era la escultura de Cluny III en los ejemplos de Vézelay (el Cristo), Autun (Juicio Final) y la portada de Moissac. El maestro de Cluny cultiva el volumen, pero en Vézelay y Autun (que al parecer fueron creados por el mismo equipo de escultores) hay una estilización sin volumen. Rasgos comunes a esta escultura inspirada en la pintura mural son: marco suntuoso, riqueza de símbolos y de ornamentación vegetal, ausencia casi total de perspectiva. La portada con parteluz de este grupo es una gran innovación porque la escultura se extiende tanto por el tímpano como por los laterales. Es característica la figura de canon alargado, con movimiento (contorsión), sin una seriación simplificadora.

En Vézelay (1120-1135) en el tímpano hay la escena de Pentecostés (en vez de la Maiestas) con rayos que salen de Cristo (estilizado, con movimiento) iluminando a los Bienaventurados. En el dintel hay signos del zodíaco, imágenes fantásticas de viajes, panocios, cinocéfalos, enanos... Los relieves laterales tienen un canon alargado. Para Conant el tema es la transmisión por Cristo de la Gracia Redentora y los Evangelios al mundo.El San Juan Bautista del parteluz es un antecedente de las figuras en las jambas del Gótico (St. Denis, Chartres). Los capiteles de la nave tienen relieve historiado (a diferencia de Cluny).

En Autun (1140), algo más tardía, destacaban la portada principal y la puerta N del crucero. Sus relieves están hoy en museos. El estilo es plano, estilizado. El canon es más alargado, con mucho movimiento. El tema es el Juicio Final, con la Maiestas en el centro. En la linda hay una contraposición Bien-Mal. Un relieve de Eva tomando la manzana es famoso (citado por Focillon para explicar sus dos leyes de composición), en la linda de la portada hoy desaparecida.

En la portada de Moissac (c. 1140), hay rasgos distintos respecto a las dos anteriores. Pijoan interpretó políticamente el tema (la jerarquía feudal) de Cristo en Maiestas en el centro y los 24 Ancianos del Apocalipsis, en figura de reyes, mientras Cristo tiene una corona imperial. Los Ancianos tienen posturas distintas y miran a Cristo. Los relieves laterales tienen esculturas como las de Autun, llenas de movimiento en contorsión y canon alargado. La composición es de registros horizontales y hay influencia hispánica (forma polilobulada de las columnas).

3) El grupo de las portadas hispánicas comienza posiblemente con la de Jaca. Hay unos 40 capiteles interiores conservados, con cabezas muy clásicas y con adaptación a la forma del capitel. La portada es muy austera en decoración, en el tímpano y los capiteles, pero no en las arquivoltas.

El tímpano tiene una original iconografía, con una cruz de crismón (forma de rueda con radios) en el centro con una “S” debajo (el Espíritu Santo en la Trinidad), con dos leones a los lados, simbolizando a Cristo como León de Judá, vencedor del Mal. Debajo del león de la izquierda hay un pecador con una serpiente que le sale del cuerpo. A la derecha hay otra serpiente y un oso debajo del león. El relieve de Jaca influirá mucho en España: Santa Cruz de Serós (Huesca)...

Las dos portadas de San Isidoro de León. La del norte, que da a la nave principal es la del Cordero, con arquivoltas desnudas y con relieves en el muro. El canon de la figura es como la de Miègeville, con achatamiento, canon corto, abigarramiento y riqueza iconográfica. Se asocian el AT y NT en escenas relacionadas, el Cordero Místico arriba y abajo el Sacrificio de Isaac. Fuera del tímpano están las escenas de David y los Santos Isidoro y Pelayo. La portada de la fachada Sur del crucero es menos importante, con un abigarramiento de escenas en el tímpano, con los temas del Descendimiento, la Madre de Dios ante el sepulcro, la Resurrección de Lázaro. 

B.- Fachada-pantalla.

Otro tipo de fachada es la fachada-pantalla, por oposición a la simple. Tiene un gran cuerpo central reduciendo la proporción de las torres, con una extensión general de la escultura, que se dispone de un modo nuevo. En Poitiers no hay tímpano (ausencia común en Aquitania, Poitou...). Dos ejemplos son Nôtre-Dame de Poitiers y la catedral de Angulema. La primera tiene tímpano pero en la parte superior del cuerpo. Las esculturas se sitúan en frisos y nichos en bandas horizontales que ascienden verticalmente.

En España está San Pedro de Moardes (c. 1200, Palencia), con una puerta sin tímpano y con arquivoltas con decoración geométrica. El tema está arriba en el registro horizontal, con la Maiestas como en el Pórtico de la Gloria.

La Colegiata de Toro en Zamora es otro ejemplo sencillo, relacionado con Poitou. La iconografía es original, con el Juicio Final y el Apocalipsis en las arquivoltas con decoración geométrica y figurativa (influencia islámica). 

C.- Fachada con cuerpo adosado.

Es el tercer modelo de fachada, con cuerpo adosado, y se limita a Provenza.

St. Gilles-du-Gard (1170) con tres vanos y tres portadas, con escultura en los tres tímpanos, en los nichos de los muros, y en los frisos. Hay una iconografía unitaria del tema de la Redención. Cristo está muy humanizado, con una gestualidad casi gótica. Hay volumetría en las figuras de los nichos del friso inferior, que se separan del marco arquitectónico.

Saint Trófimo de Arlés (1170-1180), tiene una Maiestas parecida, con la misma separación del marco.

Seguramente el Maestro Mateo fue francés y estaba relacionado con la escultura provenzal, lo que influye en el Pórtico de la Gloria, tan similar a estas esculturas. Asimismo, la portada de Santa María la Real de Sangüesa es un ejemplo tardío, influido por el Pórtico de la Gloria, con estatua-columna del gótico, pero el tímpano es románico. 

11. 4. TEMÁTICA. 

Hay una relación entre los temas iconográficos y su colocación en el templo. En el tímpano hay los temas de:

Dios en el Apocalipsis: Pantocrátor con Tetramorfos y 24 Ancianos del Apocalipsis (San Pedro de Moissac, 1125).

Juicio Final: Pantocrátor con evangelistas, ángeles con trompetas, apóstoles, Virgen, justos a la derecha y condenados a la izquierda con un monstruo (San Lázaro de Autun, 1130; Santa Fe de Conques).

En los capiteles de la iglesia los temas (para educación de los fieles) son el hombre venciendo al pecado o tentado por el diablo. En los capiteles y machones de ángulos del claustro los temas son alegóricos (para los más educados monjes) de monstruos o pecados, o escenas narrativas de la Biblia (claustro de catedral de Gerona, Silos en Burgos).

Carácter docente: expresividad para comunicar un mensaje religioso, con alegoría, simbolismo e intelectualización, con mensajes distintos para los fieles y los monjes.

Fuentes iconográficas: AT, NT, Evangelios Apócrifos, leyendas áureas, martirologios, bestiarios, pintura y miniatura.

Figuración simétrica (a los lados), desproporcionada, técnica sencilla, en dos planos, sin volumen, integrada en escenas sin perspectiva, con yuxtaposición de figuras, con un programa didáctico para todo el templo. Es naturalista, pero poco realista. Tiene una gran rigidez y una fuerte expresividad.

En muchas de las iglesias del Camino de Santiago hay una serie de mensajes esculpidos que terminan en Compostela. Cada iglesia es un vehículo para un concreto sermón en piedra que se relaciona con el conjunto, aunque en muchas se repiten los temas. Desde la catedral de Jaca (el crismón simbólico, visión de Dios como trinidad en el Paraíso, Cristo como Salvador) a la catedral de Santiago (Cristo como Dios).

Como ejemplo de la escultura románica tenemos la Virgen de la Catedral de Gerona, estática, desproporcionada, esquematizada, severa, sin belleza humana, una representación de lo divino, con ropajes austeros, con detalles de una religión de temor (seguramente el Niño portaba un cetro). 

11.5. ESCUELAS.

11.5.1. FRANCIA. 

Hay diferentes escuelas regionales:

Languedoc: Pórtico de San Saturnino de Toulouse (Ascensión del Señor, en románico puro). Destaca el tímpano de Moissac (obra cumbre del Románico, tema del Apocalipsis).

Borgoña: San Lázaro de Autun (Juicio Final del maestro Gisleberto). Santa Magdalena de Vézelay (Pentecostés). Movimiento, figuras alargadas y flexibles, realismo.

Auvernia: Santa Fe de Conques (Juicio Final).

Provenza: San Trófimo de Arlés (influencia clásica, del relieve de los sarcófagos romanos).

Región de París: Pórtico Real de Chartres (esculturas-pilares y otros relieves con variedad de temas, con acentuada verticalidad, y una actitud noble y serena). 

11.5.2. ITALIA. 

Hay influencias bizantina, francesa y clásica. Destacan la fachada de Catedral de Módena y el trono episcopal de Bari (por Wiligelmo). En la catedral de Parma el “Descendimiento de la Cruz” (1178) por Benedetto Antelami, el mejor escultor románico italiano. En Pisa son de excepcional calidad el púlpito de la catedral, trabajado por Guglielmo, y la pila del Baptisterio de Pisa, laborada por Guido de Como.

Un nuevo tipo de fachada, con pórtico-baldaquino, se da en Románico Pleno, junto a la escultura interior de las iglesias.

La fachada con pórtico-baldaquino está en relación con el Románico lombardo, que cultiva el relieve de capiteles en la segunda mitad del siglo XI y las fachadas, en paralelo a la fachada-pantalla de Pisa. Se difunde por el Norte y Centro de Italia, por el Veneto y la Emilia.

La fachada de la catedral de Módena (1105-15) tiene un pórtico sobre columnas apoyadas en leones (o bestias guardianes de la entrada). Los tímpanos y los frisos a lo largo de la pared están esculpidos, con la firma de Wiligelmo pues los maestros firman sus obras por primera vez de modo sistemático. Tiene rasgos que anuncian a Antelami: narratividad, volumen en mediorrelieve, temática animalística y humana (dentro del tema del Génesis).

El maestro Niccoló esculpe (c. 1135) la fachada de San Zenón de Verona (Veneto) y la fachada de catedral de Ferrara (Emilia). Sigue el estilo de su maestro Wiligelmo, acentuando los elementos seculares (temas caballerescos del rey Arturo). Usa los temas religiosos con un sentido épico: el tímpano de Ferrara tiene un San Jorge con el dragón.

La escultura de interior de las iglesias tiene el ejemplo de la catedral de Módena, donde Wiligelmo esculpe a los pies leones y hombres (contraídos para servir de soporte). 

Antelami.

Benedetto Antelami (c. 1150-c. 1230) es el puente entre el Románico y el Gótico (como el Maestro Mateo en Santiago).

Trabajó en el Baptisterio de Parma en 1178-1196 y, hasta c. 1210, en otros lugares. En su obra se perciben varias fases, con una gran técnica y versatilidad, por lo que su estilo en el relieve es tardorrománico mientras que su estatuaria exenta es ya gótica para la mayoría de los autores.

En el Duomo de Parma esculpe el relieve mural del Descendimiento: una composición horizontal, dividida en dos escenas: I) a la izquierda seriada, con esquema ornamental románico, D) a la derecha con temas cotidianos, con varios planos en profundidad, sin posición frontal, con un sentimiento humanizado gótico en las expresiones sufrientes y un estudio anatómico del desnudo. Inscribe su nombre en el brazo de la cruz. También esculpió la cátedra episcopal, el coro...

En el Baptisterio de Parma esculpió el interior y el exterior. La portada-baldaquino es románica. Destaca sobre todo el interior, tardorrománico, con esculturas exentas de los meses, el famoso Mensario, sin la anterior subordinación escultura-arquitectura (una novedad muy importante), como el Mes de Septiembre, con un verismo que luego atemperará la influencia francesa, hasta que se recuperará a fines del siglo XIV.

En la catedral de Fidenza (Emilia), hacia 1180-1190 esculpe sólo escultura exenta: el Rey David, arcaico (geometría), frontal, en un nicho estrecho e independiente de la arquitectura. En definitiva es ya una estatua de volumen redondo.

Hay todavía una última etapa de trabajo en Ferrara y Cremona (con unos Mensarios) y San Marcos en Venecia, a principios del siglo XIII, ya en el Gótico, siendo su obra un puente imprescindible entre el Románico y el Gótico.

Se difundió su estilo por Cataluña, donde en Lleida (1171) algunos discípulos imitan su obra, con su tono clasicista, la volumetría y la tendencia a independizarse del marco. 

11.5.3. ALEMANIA. 

Tiene una escasa escultura monumental y la decoración es vegetal o animada. Destacan las portadas de Augsburgo y Hildesheim. 

11.5.4. INGLATERRA. 

Hay pocos ejemplos por la preferencia normanda por decoración geométrica y vegetal y por la mayor influencia de los austeros monjes cistercienses. 

11.5.5. ESPAÑA. 

Los inicios se localizan en Cataluña, h. 1000, con los capiteles de Ripoll y los dinteles de Sant Genís les Fonts. 

El siglo XI 

En el siglo XI destacan:
  • Tímpano de Jaca con crismón flanqueado por animales. 
  • Portadas de San Isidoro de León. 
  • Portada de las Platerías en Santiago de Compostela (doble naturaleza de Cristo). 
  • Claustro de Santo Domingo de Silos (capiteles y machones). 

El siglo XII.

En el siglo XII destacan:

  • En Cataluña la portada de Ripoll (serie de frisos). 
  • En Navarra (influencia francesa) la portada de Sangüesa, San Juan de la Peña, San Miguel de Estella.

Hay tres grandes maestros de la época de transición al gótico, en la segunda mitad del siglo XII, destacando en ellos la influencia francesa, con un creciente naturalismo: el Maestro de la Cámara Santa de Oviedo, el Maestro de San Vicente de Avila y, sobre todo, el Maestro Mateo (activo en 1168-1217), en los tres arcos del Pórtico de la Gloria de Santiago de Compostela, un compendio de la iconografía románica. 

12. LA PINTURA ROMÁNICA EN EUROPA.

12.1. CARACTERÍSTICAS. 

Cronología: en los siglos XI-XII y pervive hasta el siglo XIII.

Influencias en sus orígenes: son muy importantes las tradiciones medievales, sobre todo la carolingia, la miniatura y el mosaico bizantino anterior y coetáneo.

En pintura es donde encontramos mayor unidad estilística, dentro de un notorio antinaturalismo. El dibujo es grueso, el color puro, con carencia de profundidad y luz, y la composición es yuxtapuesta. El muro se trabaja al fresco.

Dos corrientes: italo-bizantina y francorrománica.

Es un arte docente, explicativo, tendente a la formación de los fieles, buscando su formación piadosa.

Es un arte simbólico, no naturalista, que da una imagen del mundo espiritual. Dios es un juez terrible y apocalíptico, lejano, que exige sometimiento.

La pintura puede ser mural o sobre tabla, pues se vincula a los muros del interior -en los que se utiliza la técnica del fresco- y a la pintura exenta en los frontales de altar (los antipendios).

Las formas son simples, casi geométricas. Los colores son planos, sin preocuparse de crear espacio en profundidad.

La miniatura es muy importante, por su carácter docente y como testimonio y difusor de los temas y estilos.

Se caracteriza por un dibujo grueso (linealidad), que contornea enérgicamente la silueta y separa con un trazo negro cada superficie cromática; con esta intensificación se explota el poder del dibujo para la construcción de formas. La seguridad de la siluetación es admirable en las superficies curvas de los ábsides, en las que los artistas llegan a sentirse tan cómodos como en el trabajo de superficies planas.

Hay un color puro, sin mezclas, o a lo sumo con dos tonalidades. Se prefiere el plano cromático amplio, en el que se obtienen efectos violentos y con el que se expresa muchas veces algún simbolismo medieval.

Hay una carencia de profundidad y luz. Es una pintura bidimensional y plana. Las figuras se disponen en posturas paralelas a manera de relleno de un plano, y con frecuencia resaltan sobre un fondo monocromo o listado en franjas horizontales de diversos tonos. Al no proceder a la mezcla de los colores las escenas carecen de vibración lumínica, ausencia que contribuye a resaltar de forma más poderosa la geometría de las formas.

Es una composición yuxtapuesta; con preferencia por las figuras frontales y por la eliminación de cualquier forma que rompa el plano. En los grupos las figuras no se relacionan hasta el románico tardío, alrededor de 1200. La composición geométrica es compleja: triángulos, pirámides, cuadrados, círculos. Las figuras son hieráticas, sin movimiento, simples y estilizadas, sin canon (con un canon alargado al final del románico).

El muro se prepara al fresco de forma tan concienzuda, aplicando los colores sobre una capa fresca de cal absorbente (lo que ha conservado muchas obras) que, arrancadas las pinturas de Berlanga o de Tahull, quedan siluetas y colores adheridos a la cal; quizás los toques finales se dieran con temple, lo que ha contribuido a mantener la viveza de los tonos.

Tiene un carácter antinaturalista y simbólico , con un gran poder expresivo, falta de realismo, y tendencia a la esquematización. Este antinaturalismo extremo sigue la escuela bizantina: el artista prefiere plasmar vivencias antes que reproducir formas reales. No hay fondos de perspectiva ni paisajes.

El género por excelencia es la pintura mural, y los mosaicos de influencia bizantina se usaron sólo en Italia (catedral de San Marcos de Venecia), pero también se pintaron frontales de altar. En España abunda la pintura al temple sobre tabla en los frontales de altar (Cataluña y Aragón), con una temática variada: Cristo, Virgen, Santos. El esquema es simétrico, generalmente en tres calles verticales. Destacan los frontales de Seo de Urgel y de Aviá. 

12.2. EVOLUCIÓN. 

Se distingue un periodo de románico bizantinizante, en el siglo XI y uno de románico pleno, en el siglo XII, ya completamente autónomo, pero no por ello mejor.

Predominan las influencias bizantina (ubicación, iconografía, hieratismo, siluetas con grandes rayas), clásica, copta y prerrománica (de cada región), y de la miniatura mozárabe. 

12. 3. TEMÁTICA. 

Las pinturas se localizan en el interior de los templos, con una finalidad docente, explicando la doctrina oficial de la Iglesia.

Las figuras son hieráticas y frontales. No hay una perspectiva geométrica. 

12.4. ESCUELAS. 

Las escuelas que dominan en Europa son dos: la italo-bizantina y la franco-románica. Italia y Francia son, pues, los dos centros más influyentes, aunque las obras mejor conservadas están en España.

En Alemania destacan las pinturas murales de Jorge de Oberzell y la iglesia de Schwarzheindorf. En Inglaterra señalo que en 1996 un ingeniero jubilado descubrió en las ruinas de una iglesia en Norfolk (Este de Inglaterra) los frescos más antiguos de Gran Bretaña; son de finales del siglo XI, justo antes de la muerte de Guillermo I y aunque de escasa calidad formal destacan porque son la más antigua representación europea de la Santísima Trinidad. 

12.4.1. ITALIA. 

Hay también dos estilos:

A) Local, en Lombardía, con un románico más puro.

B) Bizantinizante en el Sur (hasta el siglo XI hubo dominio bizantino). La corriente italobizantina se crea en Italia a principios del siglo XI y es la más extendida, por Francia a través de Cluny, por Inglaterra a través de Normandía, por Centroeuropa desde el N de Italia y por Castilla-León a través de Cluny y Cataluña.

A principios del siglo XI en el siglo de Italia se hacía mosaico bizantino. Paralelamente se realizaba un tipo de trabajo conocido como maniera griega (se copiaba el mosaico bizantino) en toda Italia que se sigue empleando hasta Simone Martini. Mientras en Italia del S se hacía esto, surge la pintura románica en el monasterio de Montecassino que es un lugar de unión del N con el siglo Se adaptó la influencia bizantina a las necesidades didácticas de Occidente. El resultado es la pintura italobizantina, que a principios del siglo XI ya introduce la narración y la monumentalidad, siendo la corriente que más aprovecha la expresividad y la gestualidad (de Reichenau). A pesar de la introducción de la narración siempre presenta la complejidad simbólica de Bizancio, con hieratismo, majestuosidad. Se suele dividir el espacio en franjas de color que se aprovechan para acentuar el simbolismo (con el uso de colores naturales). El empleo de la gama de colores azules y verdosos contrasta con los colores pardos de las vestiduras. Los mejores ejemplos son St. Angelo in Formis, Agnani, St. Pietro al Monte y St. Elia.

En suma, hay una fuerte influencia italo-bizantina, con frontalidad y planos únicos.

Sant'Angelo in Formis (siglo XI, en Campania). Es un ciclo muy completo. En el ábside hay un grupo con Cristo en Maiestas, con el Tetramorfos, y debajo los tres arcángeles, San Benito y el abad Desiderio de Montecassino (1059-1167). En las absidiolas hay figuras de santos y en el nártex hay una Virgen Orante, San Miguel y vidas de santos. Grabar ve un contacto con el clasicismo y la iconografía bizantina, con el tema del sentido de la vida. Pero puede ser también un influjo del arte monástico de Montecassino. Los ciclos no son homogéneos ni contemporáneos, sino que hay cambios debidos a nuevas influencias, pues se simplifican y estilizan los modelos. Hay un gran control de la luz, que da tonalidad y un volumen que no parecen románicos. Incluso hay tonalidades verdosas en los rostros (propios del arte deuterobizantino). El abad Desiderio está en la testificación de la iglesia, cuyo modelo porta en la mano. Su nimbo en la cabeza es cuadrado (sólo los santos tienen el circular). Hay una monumentalidad y amplitud de formas (de tendencia paleocristiana, apartada del canon alargado bizantino).

Los frescos de la cripta de la catedral de Agnani (siglo XII, Calabria), con composición de figuras alineadas en un solo plano, con frontalidad. Hay el tema de la Jerusalén Celestial.

Frescos de San Pietro al Monte (finales del siglo XI, Lombardía). Es la obra maestra del periodo. Está en un lugar especial la Manifestación, no en el ábside sino en la pared del vestíbulo interior. La Maiestas está rodeada por una escena del Apocalipsis, con el arcángel San Jorge matando al dragón. Hay dosificación de la luz para conseguir un volumen (un elemento no románico). La Maiestas es de colores planos, típicamente bizantina, como la fisionomía o los tonos verdosos. Para Durliat el reverso del vestíbulo, con el triunfo del arcángel San Miguel, es del tipo bizantino, mientras que las pinturas del vestíbulo y la bóveda (Jerusalén Celestial) son de tipo romano.

En Santa Elia hay un bizantinismo, que sigue el modelo de los mosaicos de Rávena. 

12.4.2. FRANCIA. 

Aunque posterior, es el mayor centro de producción de la época, con dos estilos:

A) Local, románico puro, en tonos claros, con figuras sobre fondo dispuesto en bandas anchas. Se la llama corriente franco-románica. Es más coherente con la narración didáctica de Occidente, menos solemne, menos hierática y menos presentativa. Los programas iconográficos son más sencillos y accesibles, con más movimiento y variación en las posturas. Más simplista, ingenua y ruda. Hay menos gama cromática que en Italia (no hay los colores verdosos y azules de las ropas, sino colores ocres y grises).

En St. Savin-sur-Gartempe en la bóveda hay bandas narrativas con una temática narrativa. En la cripta de Tavant hay rasgos casi de catacumba, con narratividad, figuras sueltas, reseña de las aristas, colores ocres, movimiento...

B) Bizantinizante, con figuras sobre fondo azul oscuro, con riqueza de color y detalles decorativos (frescos de Berzè-la-Ville en Saone-et-Loire). Desde Montecassino y Cluny penetra el estilo italobizantino en Francia y otros países. La obra maestra fue el ábside de Cluny III (hoy desaparecido).

En Berzé-la-Ville hay una colección de obras maestras, bien conservadas. En el ábside, Cristo delega su poder a San Pedro. Hay un programa con la Testificación en el registro inferior, debido a las ventanas que están en medio, con vírgenes en las enjutas. En el coro hay dos escenas narrativas, de los martirios de San Blas y San Lorenzo. Hay santos en el basamento. Hay una clara influencia clasicista mediante la miniatura (volumen, tridimensionalidad). 

12.5. MINIATURA. 

Los talleres monásticos y episcopales, los scriptoria, decoraban con miniaturas los libros religiosos: biblias, salterios, hagiografía, libros profanos...

La miniatura influyó mucho en la pintura mural, mediante su iconografía. 

12.5.1. Características.

Hay una amplia variedad de libros de miniaturas. Se iluminan el prefacio y el canon misal. Dibujo caligráfico con pluma en un fondo de pergamino, derivado del Salterio de Utrecht. Se decoran las páginas y las letras iniciales (influencia de la anglosajona). Abundan los elementos zoomórficos. La iconografía es semejante a la de la escultura.

Las biblias tienen generalmente personajes libres sobre los fondos. Hay una evidente influencia  afinidad con la pintura mural. Es frecuente la ilustración de libros didácticos, sobre el Cosmos, con el hombre como símbolo o alegoría del Cosmos, con Dios como fuerza creadora.

En la corriente anglosajona destacan las escuelas de Winchester y Canterbury. La primera muestra la influencia del Salterio de Utrecht y su estilo caligráfico, con iniciales historiadas, al principio del Beatus Vir, con iconografía clásica y bizantina. La Biblia de Winchester es una de sus obras maestras.

La escuela de Canterbury destaca por sus figuras zoomórficas.

La influencia bizantina es patente en el Salterio de St. Albans, con valores afectivos que entran en la miniatura antes que en las otras artes.

La escuela de Normandía se relaciona con la de Winchester desde 1066. Las iniciales habitadas (con entrelazos), con otros elementos, calografía a pluma. Subordinación al marco ornamental. Destaca una biblia del Beatus Vir.

La Escuela de Borgoña o Citeaux (siglo XII) destaca por sus iniciales figurativas: la Biblia de Dijon. Influencia bizantina. El Maestro de Citeaux (c. 1150), con trabajos cotidianos de los monjes como temas de la iconografía.

En Italia la escuela de Montecassino es el mejor ejemplo. 

13.  LA PINTURA ROMÁNICA EN LOS REINOS HISPÁNICOS. 

En España la mejor pintura italo-bizantina es la de Cataluña. El renacimiento de la pintura mural es anterior a la llegada de esta corriente a principios del siglo XII. Hay ya obras a principios del siglo XI en Cataluña y otras regiones. 

13.1. Cataluña.

Cataluña es un lugar de excepción por poseer los mejores y más numerosos restos de Europa, al no ser destruidas las pequeñas iglesias del Pirineo leridano.

La influencia bizantina es importante, vía Lombardía. Las más antiguas pinturas murales conservadas son las de Sant Quirze de Pedret, y del Románico Pleno destacan las de San Climent y Santa Maria de Tahull (de influencia bizantina, con gran estilización de la figura), realizadas por un desconocido maestro de Tahull h. 1124. 

13.2. Castilla y León.

Destacan las obras del maestro de Maderuelo (en Santa Cruz de Maderuelo, tal vez del mismo maestro de Tahull), San Baudilio de Berlanga y el conjunto del Panteón de San Isidoro de León (seis bóvedas llenas de pinturas de excelente color y luz, cuyo Pantocrátor es un obra maestra, con influencia bizantina, general en todas las mejores obras).

Hay dos corrientes:

1) La corriente italo-bizantina.

Los frescos de San Baudilio de Berlanga (siglo XII, Soria) están en un monasterio mozárabe. Hay dos ciclos: 1) en la parte superior, el NT, con la expresividad, la presentatividad (influencia de Agnani).

2) En la parte inferior hay escenas profanas: elefante, cazador, dromedario, caza... Pudo haber dos o tres artistas. Se pensó que era pintura mozárabe pero en 1982 Milagros Guardia opinó que era también del siglo XII (lo aceptaron Sureda y Yarza), con una relación de los dos ciclos en una cosmogonía de un ciclo celeste arriba y un ciclo terrestre en las escenas bajas. La columna central reforzaba este programa al unir los dos ciclos (hay un texto del profeta Daniel sobre un gran árbol del mundo). Las Etimologías de San Isidoro y el Phisiologus nos presentan al dromedario y al elefante como símbolos de la humildad (se arrodillan), el oso es el mal, el cazador es el hombre entre el bien y el mal, el ciervo es una presencia de Cristo (una escena de la caza metafórica de Dios).

Los frescos de Sigena (la sala capitular del monasterio, destruido en 1936), de los que hay restos en el MNAC. Es del c. 1200, en un momento de bizantinismo y figuración protogótica, con los dos temas distintos del At y NT, con Cristo como nexo de unión. Se relacionan el marco arquitectónico y el programa iconográfico. El AT es el tiempo de la creación del hombre, del pecado, de la preparación de la venida de Cristo, de la humanidad caída, en suma soporte del tiempo del NT. Por ello el AT se sitúa en las enjutas de los arcos. Es el soporte de la iglesia y del NT, de la humanidad redimida en los muros de la sala. Cristo es el nexo de unión, en los intradoses de los arcos, con tres ciclos de la Vida de Cristo (Natividad, Infancia y Vida Pública, Crucifixión) en el sentido N-O-S.

Hay ornamentación, flora y fauna, de gran fantasía formal y simbólica, dominando el centro de los arcos, como símbolo del eterno enfrentamiento del bien y del mal. El lancero centauro es un bello representante de la fauna de Sigena. El centauro, medio hombre y medio caballo, representa a los seres que «con apariencia de piedad, niegan de hecho su virtud» (Phisiologus, Epístolas de San Pablo).

2) La corriente franco-románica domina en los reinos de Occidente, pero hay también maestros que tienen influencias italobizantinizantes.

Destacan las obras del maestro de Maderuelo (en Santa Cruz de Maderuelo -tal vez el mismo maestro de Tahull-), San Baudilio de Berlanga y el conjunto del Panteón de San Isidoro de León (seis bóvedas llenas de pinturas de excelente color y luz, cuyo Pantocrátor es un obra maestra, con influencia bizantina, general en todas las mejores obras).

Las pinturas del panteón de San Isidoro de León (de fecha incierta, en 1167-1188 o anterior), son una obra maestra europea. Se distribuye en las seis bóvedas en escenas. Parece que hubo dos artistas, uno para la bóveda y otro para los muros.

El Pantocrátor en el centro organiza toda la composición, con una visión apocalíptica de Dios. En los lunetos hay escenas de Nacimiento de Jesús y otras de la Pasión, la Ascensión... Hay dudas sobre si hay un programa iconográfico coherente: para Yarza no, para Sureda sí (se basa en la opinión de Ainaud). Según Sureda hay una contraposición de sentidos, con el tema de la Redención del Hombre (lógico en un Panteón), teniendo a la derecha del Pantocrátor el Nacimiento e Infancia de Jesús, mientras que a la izquierda está la Pasión y la Glorificación. El Pantocrátor con el Tetramorfos es típico italobizantino, pero en las otras escenas el modelo es francorrománico, como en la Anunciación a los pastores (muy bucólica), la Matanza de los Inocentes (se adaptan al marco arquitectónico), la Eucaristía, la Pasión, el Apocalipsis, el Mensario (con los meses del año). Los colores son sencillos (aunque San Isidoro tiene una cierta riqueza cromática, un caso único), luminosos y ocres. Las figuras son humanizadas, naturalistas, flexibles, independientes (sin la yuxtaposición y hieratismo bizantinos).

Los frescos de la ermita de Vera Cruz de Maderuelo se estudian generalmente en la corriente italobizantina pero para Yarza son una obra mixta, porque la influencia de Cataluña se mezcla con influencias locales. Hay un evidente horror vacui. Tiene menos narración, es genérica y presentativa, con un complejo programa iconográfico italobizantino, pero el color es típico francorrománico, con predominio del ocre.

Hay un programa sobre el tema del Paraíso perdido, que se recupera por la intervención de Cristo. Hay en la entrada dos escenas: la Creación y la Pérdida del Paraíso por el pecado de Adán y Eva. En las paredes laterales hay un friso con la Jerusalén Celestial y los apóstoles (como doce pilares que sostienen la ciudad). En el extremo opuesto a la entrada hay una cruz con el Cordero Místico, con Melquisedec y otros profetas. 

13.3. Miniaturas. 

Los talleres monásticos y episcopales, los scriptoria, decoraban con miniaturas los libros religiosos: biblias, salterios, hagiografía, libros profanos...

La miniatura influyó mucho en la pintura mural, mediante su iconografía.

En España predominó la influencia mozárabe (Beato de Liébana, Silos) hasta la llegada en el siglo XI de la influencia francesa.

Los centros principales estuvieron en los monasterios de Cataluña: San Pedro de Roda, Ripoll y Vic.

En Castilla destaca el centro de Santo Domingo de Silos. Entre las obras descuellan el Codex Calixtinus, sobre el Camino de Santiago, y el ciclo de Carlomagno, que se relaciona con el Salterio de St. Albans.